Publicado: Dom Dic 03, 2006 2:12 am
por ParadiseLost
Seguramente, si leéis algo sobre de Wilm Hosenfeld, el nombre no os diga nada.
Pero si os hablo sobre El pianista y el oficial alemán que salvó la vida de Wladyslaw Szpilman quizás empecéis a atar cabos.
Hosenfeld fue ese oficial alemán contrario a las directrices del III Reich respecto a su política antisemita y que salvó la vida del pianista polaco.

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De entre la correspondencia que se conoce de Hosenfeld con su mujer y de su diario, cabe destacar algunos escritos interesantes como el siguiente.
El 18 de febrero de 1943, cuando Goebbels pronunció la famosa frase Wollt ihr den totalen Krieg? ante 15.000 personas seleccionadas entre los más adeptos al III Reich, Hosenfeld anotó lo siguiente en su diario:

"Me pareció como un teatro de guiñol, cuando se pregunta a los niños: ‘¿Estáis todos aquí?’. Los que no están allí no pueden responder. Si hubieran estado las madres y los padres de los caídos, todos aquellos que han sido víctimas de los bombardeos en las ciudades, la respuesta hubiera sido, muy distinta. ¿Para qué ese teatro, si todos saben que no les queda otra elección que luchar y sacrificarse y cargar con lo que sea necesario para evitar el horrible peligro que viene del Este?
Si nuestro gobierno tuviera la conciencia limpia, si esta guerra fuera una guerra contra ataques enemigos, y si hubiéramos dirigido la guerra de un modo humano, si sobre todo no se hubiese producido las horribles carnicerías de la G.Sta.Po en las tierras ocupadas - el asesinato en masa de los judíos -, si, por decirlo con una palabra, fuéramos moralmente intachables, nuestro pueblo tendría ciertamente la fuerza moral para aguantar esos golpes. Y lo que tiene mucha importancia y paraliza la fuerza de resistencia es que el partido, aun durante la guerra, intenta actuar contra las instituciones de la religión, sofocar todo expresión de la vida cristiana. Esto ha hecho perder la confianza. Todos los graves sacrificios los soporta bien el pueblo cuando sabe que se respetan los más sencillos mandamientos de la libertad de conciencia; el terror, la coacción y el temor no son capaces de sostener a una masa en tiempos difíciles."


Al finalizar la guerra, Wladyslaw Szpilman quiso agradecer personalmente a su salvador el gesto que tuvo con él, pero lamentablemente eso nunca sucedió.
Wilm Hosenfeld murió en 1952 en uno de los campos rusos de trabajo en Stalingrado.

Fuente: http://www.zdf.de/ZDFde/inhalt/0/0,1872,2149952,00.html
La rosa blanca, de Jose M. García Pelegrín.


Saludos