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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 25, 2014 3:48 pm

Sí se pone interesante la cosa, sí.

Pero con Domper al mando de las operaciones, podemos esperar cualquier cosa... :mrgreen:

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 25, 2014 3:52 pm

Eriol escribió:Esto molaaaaaa. Estoy impaciente por terminar la historia


¿Terminar? Queda historia para rato.

Gracias a Ramcke, de nuevo, por su inestimable ayuda.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 26, 2014 5:30 pm

Siesta

Dos de la tarde

El ministro Serrano Súñer se había retirado a su celda de la hospedería.

Cuando el día anterior había visto el alojamiento que le habían reservado estuvo pensando en rechazarlo y buscar algo mejor en alguno de los palacetes que había visto. Solo consiguieron disuadirlo cuando le explicaron que en la ciudad podía haber algún saboteador y que se hacía por motivos de seguridad. Al menos los gruesos muros del magnífico edificio proporcionaban algo de fresco.

Afortunadamente la ceremonia había sido corta: la recepción al Statthalter, la imposición de condecoraciones y el desfile habían durado poco menos de una hora, y los toldos habían protegido contra los ardientes rayos del sol, porque si no algún diplomático no hubiese podido resistir. Luego el ministro acudió al refectorio de la hospedería, donde se había preparado una colación. Pero al entrar y notar el calor agobiante pidió que le subiesen el almuerzo a su habitación. Tras probar un poco de la comida que le habían subido Serrano Súñer pensó que lo que mejor le ayudaría a recuperarse sería la típica costumbre española: una siesta que le ayudaría a soportar las horas de más calor. Pero le costaba conciliar el sueño: no dejaba de pensar en la difícil situación española.

Había sido mejor que su cuñado Franco no hubiese venido, porque siendo como era tan puntilloso en asuntos de protocolo le hubiese ofendido el tratamiento, e incluso hubiera podido romper con los alemanes.

Él había sido firme partidario de la alianza con Alemania, mientras su cuñado, que había adoptado el título de Generalísimo, era partidario de contemporizar. Serrano Súñer pensaba que se debía a la indecisión de las que a veces Franco hacía gala: era muy dado a ignorar los problemas para que se solucionasen solos. Sin embargo el ministro pensaba que España tenía que sumarse al carro de la victoria. Ahora empezaba a pensar que el generalísimo era el que tenía razón.

Los ingleses no habían dejado opción a España, y la habían atacado, aunque Serrano no podía olvidar que su política germanófila y la adhesión al Pacto de Aquisgrán habían sido los detonantes. El ministro pensaba que los alemanes derrotarían a los ingleses rápidamente, y España podría recoger los frutos de la victoria. Pero hasta ahora el único fruto obtenido se había conseguido a pulso y con escasa asistencia alemana: en Gibraltar volvía a ondear la bandera española.

Pero a cambio España estaba a punto de perder Canarias. Empezando por Gran Canaria los ingleses habían desembarcado en todas las islas. La guerrilla dominaba el interior de las islas mayores, pero era cuestión de tiempo que fuese sofocada. Además las noticias sugerían que los ingleses querían hacer en Canarias lo que en su día con Gibraltar: estaban tentando a la alta sociedad canaria para que declarase su independencia que, lógicamente, sería tutelada por su graciosa majestad. Serrano temía que si España no volvía pronto podría perder las islas durante muchos años, como ya había pasado con Menorca y Gibraltar. Pero la marina alemana se negaba a contraatacar. Solo unos pocos bombarderos españoles alemanes atacaban desde Cabo Juby, pero carecían de suministros suficientes, y los alemanes no cedían los aviones de transporte que se necesitaban.

Tampoco era buena la situación interior. Aunque la apertura del Mediterráneo había permitido la llegada de grano y de petróleo, los nueve meses de bloqueo habían llevado a la población española a la miseria. En Madrid, Barcelona y Valencia, que no se habían recuperado todavía de las penurias de la guerra civil, había vuelto el hambre y la mortalidad de niños y ancianos se había disparado. Incluso en las zonas que habían pertenecido al bando nacional, que no habían padecido hambre durante la guerra, habían llegado al límite. La pobreza era el caldo de cultivo de la revolución, y solo un control policial férreo la impedía. Pero la situación no se podía mantener indefinidamente.

Serrano Súñer pensaba que el renacimiento del Imperio Español requería sacrificios, y que cuando Inglaterra fuese derrotada, para lo cual poco faltaba, la miseria terminaría. Pero España tenía puestos sus ojos en las posesiones coloniales francesas en África y, por lo que había visto en el desfile, podía irse olvidando de ellas.

España estaba unida a Alemania para lo bueno y para lo malo, pero mientras intentaba descansar el ministro empezó a creer que su país se había equivocado.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 26, 2014 8:21 pm

De nuevo gracias a Ramcke. Cada vez meto gazapos más gordos. Algunos parecen liebres.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Oct 27, 2014 3:10 pm

Viejo conocido

Tres de la tarde

El comisario Dietrich corrió hacia su coche: ahora sabía por qué Von der Schulenburg y Von Oppen habían estado fabricando explosivos. Por suerte todavía tenía tiempo para frustrar sus planes. Subió al vehículo y ordenó al conductor que se dirigiese hacia Fort Kesselring.

Estaba circulando por las calles de la ciudad nueva cuando repentinamente el coche frenó.

—¿Qué ocurre? No se detenga, hombre —dijo al conductor.

—Es ese maldito carro —dijo el chófer mientras hacía sonar la bocina: un carromato tirado por dos burros se había cruzado en su camino.

—Retroceda y busque otro camino.

El conductor estaba cambiando de marcha cuando desde fuera abrieron las puertas del vehículo. Un hombre vestido con uniforme alemán apuntó con su fusil al conductor y le hizo pasar al otro asiento, ocupando su puesto. Mientras otros dos hombres se introdujeron en el asiento de atrás a ambos lados de Dietrich. Uno le encañonó mientras otro le registraba y le quitaba la pistola. Entonces el carro se apartó y el coche reemprendió la marcha: apenas habían pasado treinta segundos.

—¿Quiénes sois? ¿Sabéis lo que estáis haciendo?

—Claro que lo sabemos, Dietrich —dijo uno de los intrusos en alemán con fuerte acento polaco.

—¡Soltadme, imbéciles! ¡Olvidaré lo que estáis haciendo si me dejáis enseguida!

—No, comisario. Necesitamos su ayuda.

Dietrich miró detenidamente al que hablaba y lo reconoció: era Abraham Stern, el líder del Leji, el grupo terrorista que había intentado hacer estallar el Hotel Rey David. El comisario comprendió que no iba a poder negociar con ellos y calló, buscando su oportunidad mientras el coche recorría las calles.

—Comisario Dietrich —dijo Stern—, le vi el otro día en el Rey David. Supongo como consiguió saber lo que estábamos preparando: hasta en el pueblo elegido hay traidores, pero ya pagarán. Ahora usted me va a permitir acabar lo que interrumpió. Hemos visto como entra y sale con total libertad en las zonas cerradas. Necesitaré su pase.

—Tómalo si quieres —Dietrich estaba dispuesto a cedérselo: en los controles lo conocían y el pase solo serviría para delatarles.

Stern miró a su presa: estaba cediendo con demasiada facilidad. Pero los judíos no eran tan tontos como creía ese alemán.

—Gracias, comisario. Usted me lo da, yo lo enseño en el control, y como los centinelas no lo ven me detienen y me matan. No, alemán de mierda, no nos vas a engañar. Vendrás con nosotros.

El coche entró en un taller. Hicieron bajar al conductor, mientras otros judíos abrían el maletero y colocaban un bulto con una larga mecha. Uno de los compañeros de Dietrich bajó también, quedando atrás solo Stern y el policía. Luego el coche reemprendió la marcha, dirigiéndose hacia Fort Kesselring.

En la entrada del recinto se habían redoblado las precauciones tras el camión bomba del Muftí. Dos barreras de bloques de piedra impedían que un camión se lanzase a toda máquina. Cuando se detenían un policía revisaba la documentación mientras otro le protegía. Al mismo tiempo otro equipo revisaba la carga.

El coche se detuvo ante la barrera y el conductor enseñó el pase de Dietrich.

—El pase no es para usted sino para el comisario Dietrich ¿Dónde está?

—En el asiento trasero.

El centinela vio a dos hombres, uno de los cuales parecía Dietrich. Iba a franquearle el paso cuando notó que el comisario le guiñaba los ojos una y otra vez.

—Comisario, descienda del coche, por favor.

Entonces el coche se puso en marcha y se lanzó contra la barrera. Dietrich aprovechó la ocasión para lanzarse sobre Stern, aferrando la mano con la que empuñaba el arma. La pistola se disparó dos veces antes que Dietrich consiguiese abrir la puerta y saltar. Stern disparó contra él una, dos veces. Luego uno de los policías barrió el coche con su subfusil.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Oct 28, 2014 11:16 am

Tentaciones

Cuatro de la tarde

Según las Sagradas Escrituras, Jesucristo había sufrido la primera tentación en el desierto, la segunda en el Templo, la tercera en lo más alto. El coronel Oskar Dinort se sentía igual. En el desierto había bombardeado las caravanas de refugiados. En el Monasterio de Latrún había rendido pleitesía acatando las órdenes homicidas del genio del mal. En Jerusalén había sufrido la tercera tentación, la de ser el primer piloto de Stuka en recibir la Cruz de Caballero. Para ello solo tenía que envenenar a las mujeres y niños de una ciudad inocente.

Dinort era un soldado profesional, pero también un creyente. Su conciencia le atormentaba tras los bombardeos de Aqaba. Ahora el demonio le quería comprar su alma a cambio de un pedazo de metal.

No sucumbiría a la tentación. Dinort sabía dónde se alojaría Satanás en la que iba a ser su última noche. Tras meditar unos minutos y escribir una carta para su esposa, ordenó que preparasen su avión para la mañana siguiente y que lo armasen con una bomba de media tonelada. Al amanecer el mal descubriría como respondía Dinort a las tentaciones.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Oct 29, 2014 1:08 pm

Sangre

Cinco de la tarde

El centinela se acercó al herido que estaba tumbado junto al coche, y reconoció al comisario Dietrich. Ordenó que lo condujesen al puesto de socorro y después revisó el vehículo, donde encontró los cadáveres de dos hombres cosidos a balazos. Temiendo que hubiese una bomba escondida siguió registrando el vehículo hasta encontrar en el maletero un bulto sospechoso con una mecha que arrancó.

El general Von Wiktorin fue informado del nuevo intento de magnicidio y se apresuró al puesto de control, acompañado del coronel Von Tresckow. Al preguntar sobre lo ocurrido le dijeron que había un testigo vivo en la enfermería. Allí encontró a Dietrich, que había recibido varios disparos. Al ver al general dijo débilmente.

—General, el capitán quiere matar al Statthalter con el…

—¿Que dice?

—Que van a matar a Goering con una….

El general apenas entendió lo que decía. Se acercó a Dietrich y le dijo—: No se preocupe, comisario, gracias a usted los hemos atrapado.

—¿Los han atrapado? Gracias a Dios. Tengan cuidado con la bomba, es muy peligrosa.

—Ya han desactivado la bomba.

—¿Desactivar? No, general, eso otro tipo…

El coronel Von Tresckow dijo—. Mi general, este hombre está muy mal. Si no es operado cuanto antes morirá.

—Decía algo de un tipo de bomba ¿a qué se referirá?

—El coronel… el capitán… la bomba…

Von Wiktorin puso gesto de extrañeza pero Von Tresckow se adelantó—. Sanitario, este hombre está muy mal. Adminístrele una dosis de morfina.

—Coronel… Morfina no…

Von Wiktorin iba a seguir interrogando al comisario cuando Von Tresckow dijo—. Mi general, el comisario desvaría. No se preocupe por la bomba que ya está controlada.

El general miró a su coronel y entendió.

—Sanitario, este hombre necesita morfina. Póngasela.
Última edición por Domper el Mié Oct 29, 2014 6:23 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Oct 29, 2014 1:20 pm

Me temo que a Goering se le estan terminando la suerte, el tiempo y los leales a su persona... :mrgreen:

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Oct 29, 2014 2:49 pm

Pobre Dietrich :(

Después de todo, uno siente lástima.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Oct 29, 2014 5:58 pm

No os fiéis... Bicho malo nunca muere, y siempre puede aparecer un "deus ex machina"...

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Jue Oct 30, 2014 8:55 pm

Recepción

Seis de la tarde

A partir de las seis y media empezarían a llegar al Hotel Rey David las delegaciones de países aliados y neutrales. Largas filas de coches oficiales esperaban en la Hospedería de Notre Dame, mientras la guardia de honor era revisada por última vez por los suboficiales, que buscaban como sabuesos cualquier imperfección. La banda de música afinaba sus instrumentos mientras en el puesto de control se retiraban las barreras.

En el interior también se daban los últimos toques. El salón donde el Statthalter recibiría a sus invitados era inspeccionado por última vez: la gran sala estaba engalanada de rojo y oro. Aunque en los rincones había tríos de banderas alemanas, italianas y francesas, las esvásticas y las águilas impedirían que nadie olvidase quien había sido el vencedor real en Palestina.

En la bodega el sumiller se afanaba preparando las bebidas. Le preocupaba la mala calidad de los vinos del hotel, que apenas podía paliarse con lo que había encontrado en las bodegas cercanas a la ciudad. Para el Statthalter y para Goering había seleccionado un Riesling del cercano Monasterio Salesiano de Cremisán. Ni se acercaba a la suavidad de los vinos del Rin, pero bien frío podría pasar.

Cuando subía el sumiller vio que se le acercaba el capitán Von der Schulenburg.

—Buenas tardes, capitán.

—Buenas sean, Maurer ¿Están preparados los vinos?

—Sí, capitán. Menos mal que usted me ayudó, o no hubiese sabido que servirle al Statthalter.

—Ahora que lo dice, he encontrado una cosecha realmente interesante ¿Puede venir un momento?

Maurer estaba muy ocupado, pero si podía encontrar algún tinto razonable valdría la pena, por lo que siguió al capitán hasta una salita. Cuando entraron Von der Schulenburg cerró la puerta y apuntó al sumiller con su pistola.

—Pero ¿qué ocurre? —dijo Maurer.

—Calle o le mato.

El capitán introdujo un pañuelo en la boca del sumiller y luego lo amordazó. Lo cegó con una venda en los ojos y finalmente lo ató a una tubería.

—Escuche, Maurer. Va a haber un hombre vigilándole. Si le oye aunque sea un suspiro le cortará el cuello. Pero si se porta bien le soltará dentro de dos horas.

El capitán se vistió con un traje de color negro.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 12:19 pm

Ramat Rachel

7 de la tarde

Entre los aplausos de los asistentes Mussolini y Goering hacen su entrada en el salón. Los invitados acuden a cumplimentarles. Primeramente pasan los reyezuelos balcánicos, y los dos dictadores dan un paso adelante para estrecharles la mano, como si fuese de igual a igual, aunque todos saben que esas testas coronadas no durarían ni un mes sin la ayuda germanoitaliana. El resto de los invitados, según su origen, saludan brazo en alto o hacen reverencias. Un momento de tensión se produce cuando Pierre Laval, el presidente del consejo de ministros francés, no se acerca a presentar sus respetos, pero Goering rompe el hielo yendo a su encuentro, estrechándole la mano y agradeciendo públicamente la ayuda francesa.

La orquesta comienza a tocar la obertura de Caballería Ligera y los camareros entran en la sala. En una mesa lateral se ha dispuesto un buffet frío, mientras que en otra estaban preparadas las bebidas. Varios camareros sirven vinos y zumos a los asistentes. Mientras, desde otra sala del hotel se emite una llamada por radio: RAMAT RAMAT RAMAT.

En un rincón, junto a la mesa de bebidas, espera un hombre fornido, en buena forma física. El traje negro le sienta mal, como si no hubiese sido confeccionado para él. Luce una incipiente calvicie, pero los que lo miran no pueden apartar sus ojos de la cicatriz que le cruza la cara. Su rostro muestra a la vez signos de preocupación y de determinación.

El general Von Wiktorin se acerca y al reconocerlo pone cara de sorpresa. Pero el camarero inclina la cabeza y el general entiende. Acepta un vino blanco y se retira.

Poco después llegan los anfitriones. Goering, exultante, pretende dar una lección sobre vinos a sus invitados.

—Camarero ¿Qué tiene que sea aceptable para mí?

—Statthalter, tengo una cosecha especialmente seleccionada para usted.

—¿Para mí? Enséñemela.

El camarero se vuelve y rebusca en una caja. No está completa ya que los gendarmes habían insistido en comprobar la calidad del caldo, abriendo alguna botella de cada caja. Pero la botella que busca está en una esquina.

—¿De dónde es el vino?

—De un lugar cercano, Statthalter. Se llama Ramat Rachel.

—Acérqueme la botella —exige Goering.

El camarero la toma y se la aproxima, pero sin soltarla. Goering la toca y nota que estaba caliente.

—Camarero ¡no puede servir vino caliente!

—¡El vino de Ramat Rachel se saborea mejor cuando QUEMA!

Goering suelta la botella y mira al camarero. No lo conoce, pero las cicatrices de la cara… ¡son las cicatrices de duelo de los aristócratas alemanes! Intenta apartarse pero el camarero empuña la botella y le golpea con ella en la cabeza.

Un botellazo en la cabeza puede matar. Pero solo si se golpea con la fuerza suficiente y en el lugar adecuado. Además es frecuente que la botella se rompa, y eso disipa buena parte de la energía.

Pero el golpe no llegó a romper la botella. La Nitroglicerina es un producto químico enormemente inestable, especialmente cuando se ha congelado, luego se ha calentado, y hay burbujas en su interior. La energía debida a la agitación y al golpe superó los 0,3 Julios que bastan para descomponer el explosivo. Las moléculas reordenaron sus átomos, y el exceso de oxígeno se desprendió, uniéndose al carbono y al hidrógeno. Donde antes había cuatro moléculas de Nitroglicerina ahora había veintinueve de Nitrógeno, Dióxido de Carbono y Agua, y muchísima energía. La temperatura ascendió a 5.000ºC y la presión se hizo 700 veces mayor. Eso produjo una onda de choque que recorrió el interior de la botella a velocidad hipersónica.

La velocidad de la onda de choque de la Nitroglicerina es varias magnitudes superior a la orgánica, por lo que Goering no llega a sentir dolor: los estímulos producidos por el botellazo no han recorrido ni dos centímetros por las terminaciones nerviosas cuando la botella y su contenido se han convertido en un una bola de gas, vidrio pulverizado y luz que atraviesa cabello, piel, hueso y cerebro. El alma condenada de Goering ya afronta su juicio final cuando el cerebro del capitán Von der Schulenburg aun no ha recibido los impulsos nerviosos que la luz de la explosión había generado en sus ojos.

Los gases producidos al descomponerse la Nitroglicerina se extendieron a miles de metros por segundo, proyectando contra los infortunados presentes esquirlas de huesos, dientes y astillas de madera tan letalmente como si hubiese sido acero. Las arterias y los pulmones estallan, las ropas son arrancadas, y luego el gas a temperatura capaz de vaporizar el acero abrasa todo lo que toca. A medida que aumenta la distancia la onda explosiva se atenuaba, pero aun así proyecta a los hombres como si fuesen muñecos de trapo, revienta las ventanas y arranca las puertas de sus goznes.

Cuando la guardia intenta entrar se encuentra con el general Von Wiktorin, que resulta casi irreconocible: está cubierto de sangre y su uniforme está hecho jirones. Tras ordenar a los guardias que auxiliasen a los heridos toma el arma de uno de ellos y vuelve a entrar en el salón.

Primero necesita abrirse paso entre los invitados que intentaban abandonar la sala. A medida que se acerca al foco de la explosión tiene que pasar sobre cuerpos, unos quietos y otros gimientes. Al llegar al lugar donde había estado el mostrador de las bebidas la escena parecía extraída de una pesadilla del Bosco: extremidades arrancadas, espinas dorsales descarnadas, vísceras abrasadas, cubiertas de escombros ardientes que habían caído del cielorraso. Las paredes estaban cubiertas de sangre y de restos humanos.

El general baja el arma, que ya no iba a ser necesaria, y sale del salón. Ordena que se bloqueen las comunicaciones y se dedica a organizar la asistencia a los heridos.

Minutos después un coronel hace que se envíe un mensaje por radio: RAMAT RACHEL RAMAT RACHEL RAMAT RACHEL.
Última edición por Domper el Vie Oct 31, 2014 2:22 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 12:56 pm

Que barbaridad.

Ni árabes, ni judíos, ni británicos. Un alemán...

Esto hace bueno el refrán español: "no hay peor cuña que la de la propia madera"

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 1:10 pm

Me parece que se veía venir ¿no? Por eso he publicado el último capítulo escena a escena, para intentar mantener un poco la tensión. Malo que es uno.

Un detalle: en la versión definitiva cambiará uno de los protagonistas, ya que hay rondando dos Von der Schulenburg y puede llevar a error. El comandante del Kampfgruppe pasará a ser el mayor Wilhelm Ritter und Edler von Peter. No lo cambio aquí para no liar, pero sí en la versión (semi) definitiva.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 1:20 pm

Haces bien.

De hecho, yo me había liado y tuve que volver a releer.
Aunque estaba claro, la coincidencia de los dos nombres podría dar lugar a equívocos.

Pero anda, que el sustituto que has elegido tiene también un nombre facilito, de esos con los que te quedas nada más oirlos :mrgreen:

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 1:47 pm

¿Von Peter es difícil?

Quería poner a algún militar de estos de rancio abolengo para no tener que reescribir nada.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 1:51 pm

Genial! Y ahora ¿qué? El panorama que se abre con la muerte de Goering es amplio, me parece a mi. Veremos hacía donde lo lleva el escritor :D :D

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 2:05 pm

Es que los nombres de los nobles alemanes son secillísimos de pronunciar, escribir y recordar. ¡Sí lo sabré yo, que los nombré a todos! :mrgreen:
Con el permiso del maestro, procedo al cambio de nombre en mi versión casera (copia y pega) de su magna obra.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 2:16 pm

Una gran puesta escena en esta última entrada, Domper. Enhorabuena. "Chapó".

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 2:19 pm

Efectivamente, In vino veritas... El Muftí, Grofaz, Heydrich y los demás monstruos, ya tienen nuevo compañero con el que arder en el infierno. Veremos que sucede de aquí en adelante.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 2:23 pm

Gracias a Ramcke por la ayuda.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 2:27 pm

kaiser-1 escribió:Es que los nombres de los nobles alemanes son secillísimos de pronunciar, escribir y recordar. ¡Sí lo sabré yo, que los nombré a todos! :mrgreen:
Con el permiso del maestro, procedo al cambio de nombre en mi versión casera (copia y pega) de su magna obra.

Aviso que la versión (semi) definitiva tiene bastantes cambios, incluyendo, pro ejemplo, una descripción más detenida del asalto a Gibraltar.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 4:53 pm

Excelente, como siempre. :)

Mucho comando británico, soviético, terroristas árabes, judíos, y al final el Gordo Hermann acaba saliendo de escena por un botellazo en la cabeza propinado por un aristócrata prusiano. :mrgreen:

Si es que cuando el vino te pone cabezón las resacas son muy malas.

Gracias por las últimas entregas, Domper.

Saludos.

P.D.
Lo mismo ahora el padrecito Stalin aprovecha el vacío de poder en Alemania para liarla parda.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 31, 2014 5:16 pm

No olvidéis que aún nos queda un buen perro guardian en el Reich, Herr Schellemberg...

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Nov 01, 2014 5:01 pm

Epílogo


En Berlín todo estaba dispuesto. La fallida intentona inglesa de tres días antes no solo había dejado fuera de juego a los principales rivales, sino que había permitido afinar los planes. Ahora todo estaba a punto.

Al recibir el primer mensaje Walter Schellenberg llamó por teléfono al Mariscal Von Manstein, al ministro Von Papen y al coronel Nebe para alertarles. Cuando un ayudante le entregó el segundo mensaje el general ordenó que se pusiesen en marcha los planes para prevenir un golpe de estado.

El general Schellenberg y el mariscal Von Manstein se dirigieron al cuartel general del ejército en el Bendlerblock. Allí el mariscal le pidió a Schellenberg detalles sobre lo ocurrido, pero el general tuvo que decirle que la información que tenía era limitada: tan solo había recibido la confirmación radiofónica de la muerte de Goering. Esperaba que el gobernador de Palestina frenase la difusión de la noticia, por lo que tenían unas horas para hacerse con el control de la ciudad.

Desde el Bendlerblock el mariscal ordenó la movilización del ejército de reserva de Berlín para evitar frustrar un supuesto intento de liberación del detenido Kaltenbrunner por parte de sus seguidores. Se formaron columnas que se dirigieron a los ministerios y a los centros de comunicaciones. Durante la noche se les agregaron formaciones de la marina y de la Luftwaffe.

El coronel Arthur Nebe, que ejercía provisionalmente las funciones de director de la Oficina Central de Seguridad del Reich, envió a los hombres de la Kripo con listas de personas. Los coches negros recorren la ciudad deteniendo a nazis prominentes, especialmente los relacionados con el ala dura del partido, y los conducen a la prisión de Plötzensee, que está custodiada por una compañía del ejército. Un policía muestra una orden especial y exige que se le conduzca a la celda donde está cierto detenido: Kaltenbrunner no llegará a ver el nuevo amanecer.

La aurora reveló una ciudad ocupada. Patrullas militares ocupan los principales cruces de Berlín y custodian los edificios públicos. Nerviosos rumores empiezan a correr. Como las emisoras de radio solo retransmiten marchas militares, algunos berlineses se atreven a sintonizar la BBC, que difunde una noticia aterradora: los ingleses habían matado a Goering. A las diez de la mañana todas las emisoras de radio retransmiten el mismo mensaje:

“Alemanes. Tengo el triste deber de comunicaros la muerte del Statthalter Hermann Goering tras haber sufrido un atentado durante su visita a Jerusalén. Pero no temáis, la Patria seguirá siendo dirigida con mano firme y los traidores asesinos pagarán con sus vidas. A las doce de la mañana el ministro Franz von Papen se dirigirá a la nación. Dios salve a Alemania”

Mientras la noticia se había ido difundiendo. Los frustrados periodistas que iban a cubrir la conferencia en Jerusalén se encuentran con que las oficinas de telégrafo están cerradas y custodiadas. Aunque las salidas de la ciudad están bloqueadas por controles militares algunos de ellos, más emprendedores, alquilan caballos para desplazarse a las ciudades más próximas. Sin embargo no será hasta el día siguiente cuando la primera crónica de lo ocurrido llegue a Nueva York.

Los reyes, jefes de estado, ministros y diplomáticos presentes en la Ciudad Santa, muchos de ellos heridos por el atentado, exigen comunicarse con sus gobiernos. Los gabinetes de comunicaciones, siguiendo órdenes del gobernador militar, les dicen que las comunicaciones con el exterior están cortadas. Hasta media tarde no se les permite comunicarse con sus capitales, aunque previa censura de los mensajes y exigiendo absoluta discreción sobre lo ocurrido.

El almirante Brivonesi, que se había librado de la explosión por haber tenido que acudir al servicio, había podido entrar en el salón antes que el hotel fuese cerrado. Pudo reconocer un caído con uniforme del partido fascista: el conde Ciano, que estaba inconsciente pero todavía respiraba. Más allá vio un tórax descarnado parcialmente envuelto con los jirones de una guerrera negra. Inmediatamente salió del hotel, exigió su coche, y salió de la ciudad antes que se cerrasen las carreteras. Ocho horas después llegó a Haifa tras un difícil viaje nocturno y utilizó la radio de uno de los destructores del puerto para comunicar el infausto suceso.

En Chipre los equipos de radioescucha detectaron el repentino cambio de patrón de los mensajes de radio en Palestina. Jerusalén desapareció del éter. Horas después interceptaron un mensaje naval italiano desde Haifa, rápidamente respondido desde Haifa. Transmitieron la localización de los emisores a Inglaterra. En Bletchley Park también habían captado los mensajes de radio, cifrados con la versión italiana de Enigma, una de las pocas que aun podían leer: el Primer Ministro Churchill recibió la confirmación de lo ocurrido.

Casi al mismo tiempo la embajada norteamericana en Londres informó al gobierno que según la legación en Berlín se estaban produciendo movimientos de tropas en la capital alemana.

Sin embargo la confirmación llegó a Londres por una vía insospechada. Abdalah, el reyezuelo de Transjordania, deseaba conseguir el favor inglés, ahora que se había malquistado con los británicos. El rey siempre había ambicionado integrar Palestina en su reino, por lo que mantenía una red de informadores en Jerusalén. Uno de ellos formaba parte de una brigada de limpieza que fue expulsada del hotel, a la que se había unido por ser de los pocos árabes que tenían mínimos conocimientos de alemán. Cuando oyó repetir “Göring tot” supuso lo ocurrido. Desde una centralita telefónica que mantenía su primo pudo hablar con la Jericó. Luego un corredor llegó hasta el Jordán, casi seco durante el estiaje, lo vadeó, y entregó el mensaje a un oficial de inteligencia. Tres horas después Amman comunicaba lo ocurrido a Londres, y a las ocho de la mañana la BBC anunció al mundo que un comando inglés había ejecutado a Goering.

París supo por la BBC que se había producido un atentado, pero hasta el mediodía no llegó un radiomensaje enviado desde el Líbano que confirmaba la muerte de Goering y de Mussolini, pero que indicaba que los demás líderes europeos, incluyendo el ministro Pierre Laval, solo habían recibido heridas leves. De forma similar la noticia llegó a Madrid y otras capitales europeas.


Alemania quedó paralizada por la noticia incluso más que por la ocupación militar. Los alemanes temieron que el atentado alargase una guerra de la que ya se atisbaba el final victorioso.


En Roma el rey Victor Manuel III aprovechó la ocasión para retomar sus poderes constitucionales, y nombró al Mariscal Pietro Badoglio como Primer Ministro. El férreo control policial previno cualquier incidente, pero los italianos seguían preocupados por su futuro.


Hubo manifestaciones de alegría en París, pero fueron rápidamente disueltas por los gendarmes. El mariscal Pétain prefirió esperar los acontecimientos.


En el triste Madrid los españoles no lamentaron la muerte de Goering, ya que solo les preocupaba encontrar comida para aguantar otro día más.


La Casa Blanca declinó hacer comentarios, pero el presidente brindó con sus allegados, y les dijo que así morían los tiranos.


En Moscú Beria presentó el atentado como logro del equipo de operaciones especiales. Stalin respiró aliviado considerando que el atentado impediría cualquier ataque alemán en lo que quedaba del verano, y dio orden de acelerar los preparativos de la operación Rassvet.


El teniente Ludwig Bauer escuchó la noticia por la radio de su tanque, mientras empezaban a caer los proyectiles ingleses a su alrededor. Cerró la escotilla y se dispuso a seguir el combate.


Al conocer la noticia del atentado el capitán Jabs aferró con fuerza los mandos de su avión y buscó algún objetivo en el que descargar su rabia.


Desde el puente del acorazado Bismarck el Kapitan zur See Ernst Lindemann veía como evolucionaba su flamante gemelo Tirpitz en las calmadas aguas bálticas. En pocas semanas los dos acorazados estarían dispuestos a salir al mar y derrotar todo lo que los traidores ingleses pudiesen lanzar contra ellos.


El comisario Sepp Dietrich se recuperaba tras ser intervenido. El cirujano prohibió que se le dijese nada hasta que no superase la fase crítica.


A bordo del Canarias, amarrado en San Fernando, el capitán Rodríguez González ordenó que se reuniese la tripulación para celebrar un acto religioso en memoria de los fallecidos.


En el Atlántico Central, el Botwey se hundía poco a poco, mientras los tripulantes respiraban aliviados tras ser rescatados por el Copeland. Cientos de metros más allá la dotación del Atlantic City dudaba si volver a su buque, que aunque estaba muy escorado no se hundía.


A treinta metros de profundidad el U-141 trataba de eludir a los escoltas que querían vengar los ataques de la noche anterior.


El coronel Oskar Dinort respiró aliviado y ordenó que se preparase su grupo de bombarderos en picado: al día siguiente atacarían Ammán.


En todo el mundo la guerra seguía con furia.




FIN
Última edición por Domper el Jue Nov 06, 2014 1:16 am, editado 3 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Nov 01, 2014 5:14 pm

Cómo fin.

No puedes dejar así a tus acólitos :cry: :cry: :cry: :cry:

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Nov 01, 2014 5:24 pm

FIN


Ya llevamos unas 240.000 palabras, más que suficiente para un libro.

No se trata del fin de la historia. De hecho estoy pergeñando la segunda parte. Lo que ocurre es que pretendo darle un planteamiento completamente diferente. Pero ya tengo pensado el hilo histórico ucrónico, y como presentarlo.

Probablemente el artículo que puse sobre un hipotético tanque europeo entre en la historia, aunque con importantes modificaciones.

Con todo ahora tengo un proyecto y me va a llevar bastante tiempo. Se trata de un encargo para ¡otro libro! del que dos artículos estarán dedicados uno por completo y otro en parte a la SGM.

Tengo también que acabar los mapas, hacer la portada, corregir errores... porque mi intención es poner el libro a la venta en un futuro cercano. Yo creo que puede tener algún interés.

Saludos
Última edición por Domper el Dom Nov 02, 2014 12:00 am, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Nov 01, 2014 6:17 pm

Es una pena :( :( :(

En fin, suerte con tus nuevos proyectos. Espero con ansía la versión definitiva del relato, así como la segunda parte, que se guro me hará disfrutar tanto como la primera. :mrgreen:

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Nov 01, 2014 8:06 pm

Domper nos había acostumbrado a lo bueno, y ahora que se termina, echaremos de menos su HA, con la que tanto hemos disfrutado. Ojalá que pronto pueda ir publicando aquí, por entregas la segunda parte y que esos nuevos proyectos literarios le vayan la mar de bien. Hay escritor para rato.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Nov 02, 2014 12:55 am

Bueno está....todo lo que tiene un principio tiene un final. Pero eso no quita que sea una lástima que termine la historia .

Quiero darle la enhorabuena a Domper por llevarla tan bien y por mantener el ritmo a pesar de sus otras obligaciones. Si la públicas tienes una compra garantizada.

También te deseo suerte en esos nuevos artículos .Ya nos irás contando.

Saludos
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