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Memorias de Rudolph Höss

Sab Oct 10, 2009 9:28 pm

Publicado el 10/9/2009 en el diario "El País" http://www.elpais.com/articulo/internac ... uint_9/Tes







La memoria del diablo


Rudolf Höss trazó su autorretrato en 'Yo, comandante de Auschwitz'

El susurro del diablo. Un diablo anodino, desapasionado, funcionarial, gris, pero diablo. El que mantenía encendidas las calderas. Así suenan las memorias del oficial de las SS Rudolf Höss (1900-1947), comandante de Auschwitz desde 1940 hasta finales de 1943, periodo en el que organizó como un macabro proceso industrial la muerte atroz de dos millones y medio de personas en el gran campo de exterminio. Höss, un tipo detestable donde los haya y no sólo por su papel en el mayor crimen de la humanidad sino por su bajeza y mezquindad, que le llevaron, no se lo pierdan, a juzgarse "una inconsciente ruedecilla en la maquinaria del III Reich" y a ¡compadecerse a sí mismo! por la magnitud de la tarea asignada -el asesinato de los judíos y otros considerados enemigos del Reich- , escribió su autobiografía en la prisión de Cracovia mientras esperaba a ser procesado tras su detención en 1946. El ex comandante, puntilloso especialista de la liquidación, fue condenado a muerte y colgado el 7 de abril de 1947 en un patíbulo alzado en el propio campo, en el centro del atormentado paisaje de su maldad.


Excepcional testimonio de uno de los máximos implicados en el genocidio nazi -y el único directo, de su puño y letra, de un comandante de campo de exterminio-, Yo, comandante de Auschwitz (Kommandant in Auschwitz, 1958) se publica en España (Ediciones B) de nuevo tras ser editada hace exactamente treinta años por Mario Muchnik en una edición hace tiempo inencontrable. La traducción es la misma, de Juan Esteban Fassio, pero la nueva publicación, aparte de escribir el nombre como Höss y no Hoess como en la primera (lo que hace más difícil la habitual confusión por homofonía del jefe del campo con el lugarteniente de Hitler, Rudolf Hess), cuenta con una excepcional introducción de Primo Levi, escrita en marzo de 1985 y que ya vale todo el libro (por su interés, su emoción y no digamos su categoría moral).

Levi advierte que el libro está lleno de "infamias contadas con torpeza", que su nivel literario es "mediocre" (y se queda corto) y que el autor se revela "un canalla estúpido y verboso, basto, engreído y por momentos manifiestamente falaz". Y sin embargo, añade, "esta autobiografía es uno de los libros más instructivos que se hayan publicado nunca por cuanto describe con precisión el itinerario de uno de los mayores criminales de la historia".

El relato de Höss, que, pese a su vileza, confirma punto por punto todos los horrores de Auschwitz, ha sido considerado tradicionalmente en medios neonazis y revisionistas una falsificación o al menos una confesión arrancada a la fuerza y por tanto inaceptable, pero en sus memorias, el ex comandante no hace sino ratificar su testimonio en el proceso de Núremberg, donde declaró, con todas las garantías judiciales, como testigo de la defensa llamado por el abogado de Kaltenbrunner, el brutal y caracortada jefe de los servicios de seguridad del Reich (Höss no lo hizo muy bien, o sí, según se vea: a Kaltenbrunner también lo ahorcaron).

Nacido en Baden-Baden en una familia pía que quería hacer de él un sacerdote, Höss, tras algunas dudas, prefirió la vida militar. Con 15 años se alistó y luchó durante la I Guerra Mundial en Oriente Medio junto a los aliados turcos, defendiendo, entre otros lances, el ferrocarril del Hedjaz, por lo que podría haberle pegado un tiro Lawrence de Arabia. Desgraciadamente no fue así. El muchacho se mostró valiente, se convirtió en el suboficial más joven del ejército alemán y ganó la Cruz de Hierro. En 1919 se unió al Freikorps en el Báltico y en 1923 fue a parar a la prisión por un asesinato en el que también estaba implicado Bormann, que le ayudó luego en su carrera. Liberado en 1928, Himmler le invitó en 1934 a unirse a las SS.

Las páginas de Höss, cuajadas de autojustificaciones y teñidas de una falsa sensibilidad que provoca náuseas, incluyen perlas como cuando el SS confiesa que se mostraba tan duro e implacable para que no lo acusaran de débil, pues en el fondo, mira tú que gran ser humano, "experimentaba una gran turbación" ante los castigos corporales y asesinatos de deportados.

Höss inició su carrera de mastín en Dachau y luego pasó a Sachsenhausen, campo del que deja escritas "impresiones variadas y pintorescas", que incluyen palizas y ejecuciones. Pero es Auschwitz, claro, a donde llegó para poner el campo en marcha en todo su horror, lo que más aparece en sus memorias. "El mal ambiente de Auschwitz", dice, "me acabó transformando en otro hombre: me encerré en mí mismo y me hice duro e inaccesible". El SS nos adentra en el infierno del exterminio sin ningún preámbulo. De repente, ya está "liquidando" a los gitanos. "No resultó nada fácil hacerles entrar en la cámara de gas, ninguna ejecución de judíos resultó tan penosa". Asegura que los gitanos eran sus presos favoritos y que de no haber tenido que matarlos, vaya, se habría interesado más en su vida y costumbres. En cuanto a los judíos, asegura que nunca sintió "personalmente" odio hacia ellos.

En 1941, escribe como de pasada, "el Reichsführer juzgó necesario proceder al exterminio de todos los judíos, sin excepción". Como en Auschwitz eran conscientes de su destino, su estado psicológico, dice, decayó, lo que, asegura el comandante, "explica en parte la elevada mortandad del colectivo". Leyendo eso uno casi lamenta que se limitaran a ahorcarlo.

Cuando Himmler le mandó en el verano de 1941 preparar Auschwitz para el exterminio en masa, escribe Höss que le pareció que en aquella orden "había algo monstruoso", pero los argumentos le hicieron pensar que las instrucciones quedaban perfectamente justificadas. Lo achaca al adoctrinamiento SS. "No podía reflexionar: tenía que ejecutar la consigna, no podía elaborar un juicio personal". Las "órdenes en nombre del Führer eran sagradas" y él era "un soldado".

Los pasajes en que describe los gaseamientos son de agárrate. Sin embargo, confiesa que se sintió "tranquilizado" al ver que el Zyklon B, el preparado de cianuro usado en las cámaras, era higiénico y mataba bien. "Un breve grito, casi ahogado y todo había terminado". Lo más importante "era mantener una calma lo más completa posible durante la operación de llegada y desnudamiento". Entonces, "hasta los niños entraban jugando en las cámaras de gas". Cuando alguna mujer se alteraba, "había que cogerlas rápido, llevarlas aparte y pegarles un tiro en la nuca".

Höss, que vivía en el campo con su mujer y sus hijos, en plan El niño con el pijama de rayas, tiene momentos de un lirismo repulsivo: "Durante la primavera de 1942, miles encontraron la muerte en las cámaras. Su salud era perfecta; los árboles que rodeaban la instalación estaban en flor. Ese cuadro en que la vida se codeaba con la muerte ha quedado en mi memoria". Todo el asunto del exterminio, asegura, le hizo infeliz en Auschwitz y provocó en él "impresiones imborrables y amplia materia de reflexión". Le ayudaba a vencer los escrúpulos, explica, hablar con Eichmann. O tomar copas con Mengele, que ya es pasatiempo. Es fácil percibir en todo ello un gran ejercicio de cinismo, cuando se le escapan expresiones como: "En Auschwitz no había tiempo para aburrirse". De hecho, entre tanta jeremiada -y perdón por la expresión- uno se queda con la idea de que el mando del campo, su planificación, construcción y administración, fue, para él, su mejor hora.

Al cerrar las memorias, dice que se mantiene fiel a la filosofía nacionalsocialista aunque reconoce que el exterminio de judíos "constituía un error", pero más que nada porque "despertó el odio de todo el mundo contra Alemania" y "permitió a la judería acercarse a su objetivo final".

De todo el libro acaso no hay nada peor que la frase final. Tras reflexionar sobre el hecho de que "el gran público" le considere un sádico y el asesino de millones de seres humanos, anota: "Nunca comprenderán que yo también tenía corazón". Puaf.




Nada nuevo bajo el sol, el tipo era un nazi convencido, así que no parece que hiciera un acto de contricción ni de arrepentimiento, cuando elaboró sus memorias.

Un saludo

Re: Memorias de Rudolph Höss

Sab Oct 10, 2009 11:53 pm

Seguro que cuando se encaminaba hacia aquí no iba tan duro e implacable..

Imagen
En la imagen, la horca en la que fue ejecutado Hoss el 7 de abril de 1947, en Auschwitz
(Foto: wikipedia)

Re: Memorias de Rudolph Höss

Lun Oct 12, 2009 10:39 am

Creo que fue en un documental donde ví que Höss decia que solo se arrepentia de una cosa: "no haber pasado más tiempo con mi familia".
A mi eso me da una muestra más de su cinismo.
¿Que opinais vosotros?
Saludos.

Re: Memorias de Rudolph Höss

Jue Ene 07, 2021 1:03 pm

Hola a todos,

Revivo este tema para dejaros un link a una noticia reciente con respuestas de Rudolph Höss, interrogado por León Goldensohn, previo a los procesos de Núremberg.

https://www.abc.es/historia/abci-confes ... ticia.html

El resumen general es que él solo cumplía ordenes (como todos... Al final parece que toda la culpa era solo de Hitler, y no también de los que hacian posoble los delirios de los locos y asesinos) pero la forma tan clara y directa de las respuestas da hasta pavor... Un ejempo:

«Pusimos carteles grandes en los que se leía: “A la desinfección” o “Baños”. Eso era para que la gente creyera que solo iban a darse un baño o a ser desinfectados, y así no tener dificultades técnicas en el proceso de exterminio. Los internos que usábamos como interpretes les decían que tenían que tener cuidado con su ropa, que la dejasen en el suelo bien doblada para poder encontrarla cuando salieran del baño. Esos internos ayudaban a que la gente se calmase contestando a sus preguntas de una manera tranquilizadora».


Solo decir que referirse con "dificultades técnicas" al tratar de evitar ser asesinado es algo horrible... :?

Saludos

Re: Memorias de Rudolph Höss

Vie Mar 12, 2021 7:11 am

No creo que Höss hubiese sido cínico.

κυνικός kynikós; propiamente 'perruno'. 1. adj. Dicho de una persona : Que actúa con falsedad o desvergüenza descaradas .


En él hay una actitud consciente y sincera, de lo que hacía estaba bien. Su relato, aunque para algunos pueda ser forzado, demuestra la verdad descarnada de la apatía.

Sin esta "cualidad", no se puede sostener conscientemente como algo "natural" lo que hizo.

Los Nazis, por convicción, habían aceptado que el exterminio de "ciertos colectivos y personas" era en pos del bien común de la sociedad que "ellos estaban haciendo"

En cierta medida, es como la situación, tomado con pinzas, de un soldado que va a la batalla. La situación es su supervivencia ante todo, sin cuestionarse el porqué está donde está, ni para qué, o peor aún, está convencido lejos de toda duda, que su acciónar es moral y correcto, o sea, matar a otros seres humanos.

El adoctrinamiento, que bien se señala en uno de los párrafos, hace a Höss no un cínico, sino una personalidad que con una consciencia totalmente desnaturalizada y criminal. No hay remordimientos, porque él cree estar haciendo lo correcto, aunque lo que hace lo afecte sicológicamente.

El pensamiento básico de los nazis, era deshumanizar a sus víctimas, que en definitiva todos los sicópatas hacen eso, ven a su víctima, no como un igual, sino como un objeto, o como en este caso una "plaga a ser exterminada"

Es horrible lo que hizo? Si, es un mal....do? Obviamente, pero no hay remordimiento, no hay aceptación de nada, salvo que se cometió un error, porque se falló en el objetivo, no porque estuviera mal exterminar a otra persona por su condición.

Más cínico era Schlinder, antes de su "transformación" a él le importaba un cuerno, él vió la veta del negocio del holocausto nazi y le importaba tres guindas. Que luego el horror de lo que vivió, le hayan hecho cambiar, acentúa su cinismo inicial.

Höss no estaba ahí para su provecho, ni hacía de su accionar un provecho particular para él, aunque hubiese vivido bien o lo que fuera. El era parte de una maquinaria genocida, y estaba convencido de su papel, aunque pusiese reparos si esta era la mejor manera de alcanzarlo; para él, el error es haberlo hecho mal, que lo que se hizo en definitiva terminó por lograr justamente todo lo contrario del objetivo que se buscaba alcanzar.

A lo sumo, su cinismo estaría en cierto modus operandi, sabiendo cual era el destino de los condenados, utilizaba medios para hacer más sencilla su tarea, al intentar calmarlos y mentirles de lo que pasaría, porque no lo hacía por "humanidad", sino para que la maquinaria funcione correctamente.

Pero en cuanto a lo que hacía, él estaba convencido que sus víctimas merecían el castigo, aunque él con posteriodad se diera cuenta que el tiro le salió por la culata.

El no se avergüenza de lo que hizo, sicópata, si; cínico.... No lo creo

En fin...

Re: Memorias de Rudolph Höss

Vie Mar 12, 2021 5:28 pm

En efecto, Höss no era cínico.
Lo que dice Simón es tal cual.

De hecho, Höss corrigió en Nuremberg algunas cifras de las personas exterminandas bajo su autoridad diciendo que estaban mal, que eran más.
Él había recibido el encargo de hacer un trabajo y lo hizo lo mejor que pudo. Eso según él, claro. Yo tengo la entrevista de Leon Goldensohn y en ella Höss no tiene remordimientos de ninguna clase, él cree que, en efecto, obraba bien y que hizo lo que debía.

Se trata pues de una persona desnaturalizada, un psicópata supongo, aunque yo no entiendo de psiquiatría.

Saludos.

Re: Memorias de Rudolph Höss

Vie Mar 12, 2021 7:25 pm

Me recuerda a un personaje de la serie Holocausto, Erik Dorf.

Re: Memorias de Rudolph Höss

Vie Mar 12, 2021 9:50 pm

Coincido con Kurt.

Erik Dorf era (en Holocausto) un abogado en paro que va a pedir trabajo a las SS y le entrevista el propio Heydrich. Ante la pregunta de por qué quería ingresar en el cuerpo, responde que es porque necesita trabajo y a Heydrich le cae en gracia por su sinceridad, hasta el punto de que le nombra ayudante suyo. En el momento en que se decide poner en marcha la Kristallnacht, es el propio Dorf quien facilita un "argumento legal" que justifica las acciones, planteándolas no como un acto de (terrorismo de) Estado, sino una muestra de la "lógica indignación del pueblo alemán contra los judíos". Una argucia "legal" que legitima los actos de violencia de aquella noche. En otro momento y otro lugar, se le hubiera calificado de "tecnócrata". En ese momento, se asemeja mucho a la sensación de "legítimo deber cumplido" que muestra Höss en sus declaraciones.

Re: Memorias de Rudolph Höss

Vie Mar 12, 2021 10:26 pm

Y si no me falla la memoria, cuando le interrogan al caer prisionero, se limita a decir que él sólo obedecía las órdenes que le daban.

Re: Memorias de Rudolph Höss

Dom Mar 14, 2021 10:36 pm

Aqui se puede ver ese momento del interrogatorio, en el minuto 38:07


Lo que dice es:
"Era un simple correo. Heydrich me daba órdenes. Y Kaltenbrunner... Un transmisor de ordenes, un empleado..."

Re: Memorias de Rudolph Höss

Dom Mar 14, 2021 10:38 pm

Para quien esté interesado, aquí hay información sobre la serie y los enlaces de Youtube

viewtopic.php?f=85&t=6353
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