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Obreros de la construcción hallan una bomba química japonesa

Mar Jun 19, 2007 4:06 pm

Obreros de la construcción hallan una bomba química japonesa en el norte de China

Expertos militares chinos han confirmado el hallazgo de una bomba química japonesa en la ciudad de Bayannaoer, perteneciente a la región autónoma china de Mongolia Interior (norte).

El artefacto, con un tamaño de unos 81 centímetros, se encontraba enterrada a siete metros de profundidad cuando un grupo de obreros de la construcción la descubrieron a inicios de este mes.

Al ser golpeada por un excavadora, el contenido líquido de la bomba escapó al exterior, provocando náuseas y mareos a los trabajadores que se encontraban en la zona, por lo que el área fue inmediatamente acordonada, según informaron fuentes locales.

Los trabajadores afectados fueron desplazados inmediatamente a centros hospitalarios, si bien todos ellos se encuentran en la actualidad fuera de peligro.

Los expertos militares que analizaron la bomba, así como la zona en la que ésa fue hallada, consideran que el artefacto, en cuyo interior portaba gas mostaza, es fruto de los bombardeos japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

La bomba no llegó a explosionar tras ser lanzada y permaneció enterrada durante décadas, señalaron los expertos.

El gas mostaza es un agente químico utilizado como arma durante la Segunda Guerra Mundial que corroe las piel y las mucosas provocando daños en el aparato respiratorio que pueden ser mortales.

Según fuentes locales, las autoridades chinas demandarán a Japón la recogida y destrucción de la bomba.

En una de las operaciones secretas más oscuras de la II Guerra Mundial, los Ejércitos Imperiales japoneses establecieron en la provincia nororiental china de Heilongjiang la tristemente conocida como Unidad 731, especializada en la investigación con armas químicas.

La Unidad 731, encabezada por Shiro Yishii, realizó experimentos bioquímicos con la población civil con objetivo de desarrollar armas bacteriológicas capaces de generar epidemias de peste bubónica, tifus o cólera.

Las estadísticas oficiales de China muestran que Japón abandonó al menos dos millones de toneladas de armas químicas en cuatro decenas de ciudades chinas, situadas en su mayoría en el noreste del país, al concluir la gran contienda bélica internacional.

China y Japón se unieron a la Convención sobre Armas Químicas de la ONU en 1997. Dos años más tarde firmaron un memorándum que obliga a Japón a retirar todo el armamento antes de 2007 y sufragar los gastos derivados de su retirada y destrucción.

(18/06/2007, Agencia de Xinhua)
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