NUEVA YORK- Michal Dabrowski, un fotógrafo polaco, conservaba un paquete especial en el que se podía leer "Judíos". Allí guardaba fotografías de aquellos amigos y vecinos que habían desaparecido. Cuando su hija le preguntaba cuántos de ellos sobrevivieron, siempre contestaba lo mismo: "Ninguno". Los amigos, vecinos y compañeros de trabajo de Michal, que le pidieron que guardara sus fotografías, ya sabían lo que les pasaría después. Como tantos otros, les dieron a las personas que conocían sus retratos con la esperanza de que por lo menos quedase algún vestigio de su existencia antes de morir.
El Yeshiva University Museum en el Centro de Historia Judía de Nueva York presenta hasta el 24 de junio esta exposición con 455 instantáneas de momentos cotidianos y felices de algunos de los tres millones de judíos que vivían en Polonia antes de la invasión nazi en 1939, el mayor asentamiento judío, que en 1946 se cifró en 250.000 personas. La presencia de esta comunidad en tierra polaca se registra desde el siglo XI.
Muchos de los que fueron deportados a los guetos, campos de concentración y exterminio portaban con ellos sus fotos, lo único que les quedaba, escondidas donde podían: unas veces en el cielo de la boca, otras en los zapatos o entre la ropa. Cuando ya era el final, siempre pedían lo mismo: "Guárdala por si alguien me recuerda".
Entregar estas imágenes era lo único que se les ocurrió a los judíos que podían hacer cuando ya sabían que los nazis les iban a matar, mientras todavía les quedaba aliento para mirar con un semblante detrás del que se preguntaban por qué les ocurría aquello. Las instantáneas datan de finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX. Más que recoger el exterminio, Nazi, se centra en la vida feliz que disfrutaron los hebreos durante los años previos a la guerra. Algunas son instantáneas de familia, otras recogen niños o retratos de mujeres. Hay una que enseña a tres amigas sonrientes mientras caminan con atuendos muy a la última moda de aquella época. Las instantáneas han estado guardadas en diferentes lugares. En ellas había gente desconocida, para quienes las conservaban, pero a la vez sabían que no podían deshacerse de ellas. Así, este museo hebreo decidió recuperarlas.
Nueve mil instantáneas.
En 1994, la Fundación Salomón realizó una petición de estas fotografías de los judíos de Polonia con las que poco a poco ha construido un archivo de unas 9.000 imágenes. Sus caras son las del Holocausto, constituyen los álbumes de aquellos que perecieron. Los que han guardado estos documentos gráficos son los hijos de aquel a quien los judíos confiaron sus fotografías. Pero, con todo, la hija de Daborwski reconoce en la carta que envió junto con las imágenes que conservaba su padre que, a pesar de que su progenitor le había hablado en numerosas ocasiones de las personas que aparecían en los retratos, ella no era capaz de identificar a cada uno por su nombre.
Cuándo: Hasta el próximo día 24 de junio. Dónde: Museo Judío de Nueva York. Quinta Avenida y Calle 92
Fuentes: La Razon