La resistencia alemana contra Hitler, de Barbara Kohen
Jue Nov 26, 2020 8:36 pm
La Resistencia alemana contra Hitler : 1933-1945, de Barbara Koehn, Madrid : Alianza, cop. 2005
Fuente Imagen: https://www.alianzaeditorial.es/libro/a ... 420647869/
Autor : Barbara Kohen
Editor : Alianza
Traductora: Florencia Peyrou
Lengua : Castellano
Lanzamiento : 2005
Número de páginas : 375
Este libro, uno de mis favoritos sobre el tema, abarca prácticamente toda la resistencia alemana anti-hitleriana desde sus orígenes más tempranos hasta su más que conocido final. Paradójicamente, aunque conocemos mucho sobre la conspiración militar contra Hitler y el carismático Claus von Stauffenberg, personas como Julius Leber, figura muy importante para el mismo von Stauffenberg, pasan de puntillas por el relato popularizado internacionalmente. Tal vez alguno conoce la historia de la Rosa Blanca. Por eso este libro es, desde mi punto de vista, tan importante.
Dividiendo su obra en ocho capítulos, cada uno dedicado a un tema. El primer abarca la resistencia obrera, desde la gran manifestación orgnizada por el SPD el 7 de febrero de 1933 y la huelga del 22 de febrero del mismo año provocada por el arresto de Leber. Repasa, así mismo, el ascenso al poder de Hitler, recordando, muy necesariamente, que nunca fue votado por la mayoría de los alemanes y que si bien respetó la legalidad imperante hasta que llegó al poder, se quitó la máscara en las mismas elecciones del 5 de marzo, cuando se sirvió de la intimidación, los arrestos masivos y la presión para lograr un triunfo histórico que le fue denegado en las urnas por la Alemania obrera y católica. Es algo que conviene recordar siempre.
Así, en este primer capítulo, Kohen repasa la oposición efectuada por el partido socialdemócrata (lastrado por su ingenuidad y por tácticas anticuadas) dentro y fuera de Alemania (a cargo de la SOPADE), y las del partido comunista, sin olvidarse de las purgas desatadas por Wilhelm Pieck y Walter Ulbricht dentro de las filas del KPD en su lucha por el poder y su alineamiento con Moscú. Tampoco se olvida de los sindicatos, en especial del ADGB, donde Wilhelm Leuschner era su vicepresidente.
En el segundo repasa el papel de los jóvenes y de sus asociaciones en la lucha antihitleriana, como la Schwarze Jungmannschaft (Asociación Juvenil Negra) creada en enero de 1933 y su lucha contra ser incorporados forzosamente a las Juventudes Hitlerianas (medida impuesta en 1936). La extencia de estas asociaciones, ahora ilegales, preocuparía tanto a Himmler que ordenaría en 1942 a Heydrich que se ocupara de ello. También queda patente la resistencia de las juventudes de las iglesias católica y protestantes contra Hitler. Por supuseto, también hay un espacio para la Rosa Blanca de los hermanos Scholl.
El tercer capítulo no destruye el mito de que no hubo resistencia por parte de la iglesia contra Hitler, sino que la matiza. En parte es cierto: no hubo resistencia política. Al principio, la iglesia protestante apoyaba a Hitler, hasta que se desencantaron en 1933. Los intentos hitlerianos de controlarla llevarían a que esta también. La iglesia católica no tendría mejor suerte, en parte por la simpatías de Roma hacia Hitler que se plasmaron en el concordato de 1933. Por ello, la resistencia quedará reducida a casos individuales, como el del padre Stöger, monseñor Bertram o el del más conocido Dietrich Bonhoffer.
El capítulo cuarto, sobre la resistencia judía, destaca la decepción de Hitler al no alcanzar los resultados esperados para la Kristallnacht y que la aparente indiferencia de los alemanes frente al destino de sus conciudanos judíos se podía deber al temor a ser, a su vez, víctimas del nazismo si eran descubiertos. Lo cierto es que la población alemana vaciló demasiado frente a la llegada de Hitler al poder. Asimismo, las diferencias internas (por ideas, por clase social, etc) tampoco contribuyeron a despertar a los judíos ante lo inevitable. No faltaron miembros entre la burgesía judía liberal que esperaron que Hitler se aplacaría una vez hubiera anulado las consecuencias de Versalles ni tampoco entre los judios nacionalistas alemanes que pensaron que su patriotismo les salvaría. Nunca un error resultó tan costoso, tal y como nos muestra Kohen. La resisencia de los judíos fue la más peligrosa de todos, pues su mera condición, la de ser judíos, ya era por sí sola un agravante en caso de ser detenidos. No murieron con las armas en la mano, como sus hermanos de Varsovia, porque no tenían. Su mera resistencia no podía ser más que moral.
La resistencia alemana en el extranjero (capítulo siete) descibre los esfuerzos de los exiliados que huyeron para salvar sus vidas. Nos habla, por ejemplo, de la Sociedad de los Libros Quemados creada por Ernst Toller en Inglaterra con el ánimo de mostrar la verdadera cara del nacionalsocialismo. Asimismo se ocupa del Comitñe de la Alemania Libre, creada por los prisioneros alemanes capturados en stalingrado y en la peculiar situación de Stalin ante qué hacer con Alemania después de terminada la guerra.
El capítulo octavo nos acerca a los resistentes conservadores, algo más conocidos que el resto. Eran una mezcla de civiles y de militares, pues los primeros no podían pensar en actuar contra Hitler sin el apoyo del ejército. Así vemos como el general Kurt von Hammerstein-Equord, que estaba al mando del ejército de tierra, se opuso al ascenso de Hitler junto al general Kurt von Schleicher, ministro de la guerra con el gobierno de von Papen, en fecha tan temprana como 1932. Serán, sin embargo, los civiles los primeros que intenten deponer a Hitler tras su ascenso al poder en 1933. Es el complot de Edgar Julius Jung. Veremos como Hitler "doma" al ejército con los escándalos von Blomberg y von Fritsch y como von Beck empezará a aglutinar a los opositores antihitlerianos a partir de su dimisión; a partir de ahí Kohen nos lleva hasta las puertas del 20 julio, que es analizado en el siguiente capitulo.
La personalidad de von Stauffenberg y las luces y las sombras del golpe del 20 de julio son analizados con un cierto tono de tragedia inevitable a medida que los acontecimientos de suceden hasta su final conocido. El último capítulo analiza las diferentes opciones que manejaban los opositores (socialdemócratas, comunistas, conservadores, etc) para reconstruir Alemania tras la caída de Hitler, dedicando espcial atención a una de las partes más importanes de la resistencia antihitleriana, el círculo de Kreisau y Hemulth James von Moltke, así como los proyectos de Popitz y Goerdeler. Es aquí cuando queda claro que la verdadera esencia de la resistencia alemana anithitleriana fue una "sublevación de las consciencias".
MI OPINIÓN: Si os interesa este tema y sólo podeis leer un libro, que sea este. Es ameno, didáctico y, a mi modo de ver, equilibra los datos históricos con el desarrollo discursivo de los hechos sin hacerse en absoluto pesado. Además, lo abarca todo, como creo haber expuesto. Por supuesto, no es perfecto: posiblemente el capítulo dedicado a las iglesias se trate del más árido de todos.
Fuente Imagen: https://www.alianzaeditorial.es/libro/a ... 420647869/
Autor : Barbara Kohen
Editor : Alianza
Traductora: Florencia Peyrou
Lengua : Castellano
Lanzamiento : 2005
Número de páginas : 375
Este libro, uno de mis favoritos sobre el tema, abarca prácticamente toda la resistencia alemana anti-hitleriana desde sus orígenes más tempranos hasta su más que conocido final. Paradójicamente, aunque conocemos mucho sobre la conspiración militar contra Hitler y el carismático Claus von Stauffenberg, personas como Julius Leber, figura muy importante para el mismo von Stauffenberg, pasan de puntillas por el relato popularizado internacionalmente. Tal vez alguno conoce la historia de la Rosa Blanca. Por eso este libro es, desde mi punto de vista, tan importante.
Dividiendo su obra en ocho capítulos, cada uno dedicado a un tema. El primer abarca la resistencia obrera, desde la gran manifestación orgnizada por el SPD el 7 de febrero de 1933 y la huelga del 22 de febrero del mismo año provocada por el arresto de Leber. Repasa, así mismo, el ascenso al poder de Hitler, recordando, muy necesariamente, que nunca fue votado por la mayoría de los alemanes y que si bien respetó la legalidad imperante hasta que llegó al poder, se quitó la máscara en las mismas elecciones del 5 de marzo, cuando se sirvió de la intimidación, los arrestos masivos y la presión para lograr un triunfo histórico que le fue denegado en las urnas por la Alemania obrera y católica. Es algo que conviene recordar siempre.
Así, en este primer capítulo, Kohen repasa la oposición efectuada por el partido socialdemócrata (lastrado por su ingenuidad y por tácticas anticuadas) dentro y fuera de Alemania (a cargo de la SOPADE), y las del partido comunista, sin olvidarse de las purgas desatadas por Wilhelm Pieck y Walter Ulbricht dentro de las filas del KPD en su lucha por el poder y su alineamiento con Moscú. Tampoco se olvida de los sindicatos, en especial del ADGB, donde Wilhelm Leuschner era su vicepresidente.
En el segundo repasa el papel de los jóvenes y de sus asociaciones en la lucha antihitleriana, como la Schwarze Jungmannschaft (Asociación Juvenil Negra) creada en enero de 1933 y su lucha contra ser incorporados forzosamente a las Juventudes Hitlerianas (medida impuesta en 1936). La extencia de estas asociaciones, ahora ilegales, preocuparía tanto a Himmler que ordenaría en 1942 a Heydrich que se ocupara de ello. También queda patente la resistencia de las juventudes de las iglesias católica y protestantes contra Hitler. Por supuseto, también hay un espacio para la Rosa Blanca de los hermanos Scholl.
El tercer capítulo no destruye el mito de que no hubo resistencia por parte de la iglesia contra Hitler, sino que la matiza. En parte es cierto: no hubo resistencia política. Al principio, la iglesia protestante apoyaba a Hitler, hasta que se desencantaron en 1933. Los intentos hitlerianos de controlarla llevarían a que esta también. La iglesia católica no tendría mejor suerte, en parte por la simpatías de Roma hacia Hitler que se plasmaron en el concordato de 1933. Por ello, la resistencia quedará reducida a casos individuales, como el del padre Stöger, monseñor Bertram o el del más conocido Dietrich Bonhoffer.
El capítulo cuarto, sobre la resistencia judía, destaca la decepción de Hitler al no alcanzar los resultados esperados para la Kristallnacht y que la aparente indiferencia de los alemanes frente al destino de sus conciudanos judíos se podía deber al temor a ser, a su vez, víctimas del nazismo si eran descubiertos. Lo cierto es que la población alemana vaciló demasiado frente a la llegada de Hitler al poder. Asimismo, las diferencias internas (por ideas, por clase social, etc) tampoco contribuyeron a despertar a los judíos ante lo inevitable. No faltaron miembros entre la burgesía judía liberal que esperaron que Hitler se aplacaría una vez hubiera anulado las consecuencias de Versalles ni tampoco entre los judios nacionalistas alemanes que pensaron que su patriotismo les salvaría. Nunca un error resultó tan costoso, tal y como nos muestra Kohen. La resisencia de los judíos fue la más peligrosa de todos, pues su mera condición, la de ser judíos, ya era por sí sola un agravante en caso de ser detenidos. No murieron con las armas en la mano, como sus hermanos de Varsovia, porque no tenían. Su mera resistencia no podía ser más que moral.
La resistencia alemana en el extranjero (capítulo siete) descibre los esfuerzos de los exiliados que huyeron para salvar sus vidas. Nos habla, por ejemplo, de la Sociedad de los Libros Quemados creada por Ernst Toller en Inglaterra con el ánimo de mostrar la verdadera cara del nacionalsocialismo. Asimismo se ocupa del Comitñe de la Alemania Libre, creada por los prisioneros alemanes capturados en stalingrado y en la peculiar situación de Stalin ante qué hacer con Alemania después de terminada la guerra.
El capítulo octavo nos acerca a los resistentes conservadores, algo más conocidos que el resto. Eran una mezcla de civiles y de militares, pues los primeros no podían pensar en actuar contra Hitler sin el apoyo del ejército. Así vemos como el general Kurt von Hammerstein-Equord, que estaba al mando del ejército de tierra, se opuso al ascenso de Hitler junto al general Kurt von Schleicher, ministro de la guerra con el gobierno de von Papen, en fecha tan temprana como 1932. Serán, sin embargo, los civiles los primeros que intenten deponer a Hitler tras su ascenso al poder en 1933. Es el complot de Edgar Julius Jung. Veremos como Hitler "doma" al ejército con los escándalos von Blomberg y von Fritsch y como von Beck empezará a aglutinar a los opositores antihitlerianos a partir de su dimisión; a partir de ahí Kohen nos lleva hasta las puertas del 20 julio, que es analizado en el siguiente capitulo.
La personalidad de von Stauffenberg y las luces y las sombras del golpe del 20 de julio son analizados con un cierto tono de tragedia inevitable a medida que los acontecimientos de suceden hasta su final conocido. El último capítulo analiza las diferentes opciones que manejaban los opositores (socialdemócratas, comunistas, conservadores, etc) para reconstruir Alemania tras la caída de Hitler, dedicando espcial atención a una de las partes más importanes de la resistencia antihitleriana, el círculo de Kreisau y Hemulth James von Moltke, así como los proyectos de Popitz y Goerdeler. Es aquí cuando queda claro que la verdadera esencia de la resistencia alemana anithitleriana fue una "sublevación de las consciencias".
MI OPINIÓN: Si os interesa este tema y sólo podeis leer un libro, que sea este. Es ameno, didáctico y, a mi modo de ver, equilibra los datos históricos con el desarrollo discursivo de los hechos sin hacerse en absoluto pesado. Además, lo abarca todo, como creo haber expuesto. Por supuesto, no es perfecto: posiblemente el capítulo dedicado a las iglesias se trate del más árido de todos.
Re: La resistencia alemana contra Hitler, de Barbara Kohen
Jue Nov 26, 2020 9:10 pm
Estupenda reseña, Kurt. No es un tema que se haya tratado demasiado en el subforo de libros, así que tiene su valor añadido. Por lo que comentas, es un ensayo bien estructurado que cubre de una manera adecuada toda la trayectoria de la oposición al nazismo dentro de Alemania. Da la sensación de ser uno de esos libros, que son obras de referencia y que añaden valor a nuestra pequeña biblioteca. Yo, por si acaso, he tomado buena nota y procuraré leerlo en cuanto pueda. Muchas gracias por traernoslo al Foro.
Saludos
Saludos