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El Método Coué, de Javier Menéndez Llamazares

Dom Jun 14, 2009 9:01 pm

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Fuente: http://www.funambulista.net/2009/el-metodo-coue/

Título: El método Coué
Autor: Javier Menéndez Llamazares
Editorial: Editorial Funambulista
ISBN: 978-84-96601-67-3
Páginas: 460 páginas
Tamaño: 16 x 22 cm
Precio: 19,00 €

Sinopsis:

A principios del siglo XX, el psicólogo francés Émile Coué ideó una peculiar terapia, capaz de materializar el poder la mente. El paciente ha de repetirse cada mañana: «Hoy me siento mejor, me encuentro mucho mejor…». A través de ese curioso método –que da título a la novela– aseguraba que era posible la curación de enfermedades, incluso graves. El empecinamiento a la hora de modelar la realidad será una constante en la singular peripecia del protagonista de esta historia, inspirada en hechos reales.

El joven Manuel Llamazares, piloto de la Escuadrilla Azul –unidad aérea española que combatió junto a los alemanes en la II Guerra Mundial– deja atrás en 1941 una España rota y sumida en la posguerra, para vivir el apogeo de la Alemania nazi, primero como aviador en el Frente de Moscú y posteriormente como personal diplomático en la embajada española en Berlín. Allí descubrirá el mundo de los corresponsales extranjeros (a medio camino entre la literatura y el espionaje) y conocerá a una bella alemana, Claudia Stolz, secretaria en el Ministerio de Propaganda, de la que acabará enamorándose. Pero este paseo por el amor y la muerte lo conducirá hasta la Prinz-Albrechtstraße, sede de la temible Gestapo…

Fuente: http://www.funambulista.net/2009/el-metodo-coue/


Más información en: http://www.elmetodocoue.com/
• La novela: Los historia, los personajes, leer un fragmento, Emile Coué
• El autor
• BookTrailer
• Los lectores
• La editorial


Book-Trailer (cuanto menos, algo novedoso sobre cómo presentar libros)



El principio de la novela

Advertencia al LECTOR
El protagonista de esta novela, Manuel Llamazares, existió realmente, y vivió muchas de las aventuras que en ella se le atribuyen. No obstante, es posible que algunos de los hechos referidos no ocurrieran exactamente como aquí se narran, al tratarse de la recreación artística de una antigua historia familiar, cuya transmisión oral a lo largo de seis décadas sin duda añadió muchos elementos legendarios al relato. A pesar de inspirarse en hechos verídicos es una obra de ficción y, si bien he intentado respetar la ambientación de la época, muchos datos históricos han sido voluntariamente alterados. Asimismo, los demás personajes y circunstancias de la novela, aunque puedan presentar muchas semejanzas con personas y sucesos reales, son también recreaciones literarias.


El imperio en llamas

La tarde en Werneuchen era tan apacible que ni siquiera parecía que Europa estuviera en guerra. Tan sólo unas horas antes los aviones norteamericanos habían hecho saltar por los aires cuatro manzanas enteras del centro de Berlín, y en cuanto anocheciera los bombarderos de la raf arrasarían otro barrio residencial, como cada noche. Pero desde el aeródromo de la Escuela de Pilotos de Caza no se veían las llamas que asolaban la gran ciudad, y las distantes columnas de humo parecían tranquilas chimeneas de los lejanos tiempos de paz.
Inexplicablemente, el aeródromo de Werneuchen había sido respetado por los bombardeos. Importaba poco que se debiera a sus férreas defensas antiaéreas —disponía de una docena de unidades de flak, unos lanzamisiles móviles de gran eficacia— o a la estrategia aliada de dirigir sus ataques a la población, en lugar de hacia objetivos militares, con la intención de forzar la oposición popular contra el gobierno nazi; el hecho era que aquellas pistas se encontraban en condiciones idóneas, y seguían siendo utilizadas por los Junkers-52 que la Legación Española de Berlín utilizaba como única conexión directa con la Península, los mismos aviones de enlace que durante año y medio había pilotado Manuel Llamazares, y que ahora servían como simple valija diplomática. En esta ocasión, la valija transportaría algo más.
Jacinto Alemany aparcó su Opel Kapitän junto a la enfermería de la base. Aún llevaba en la mano el carné diplomático que le había franqueado el paso, y al que se aferraba desde hacía meses como un náufrago a su tabla. Con la ayuda del doctor Legner sacó del coche a un joven que apenas podía mantenerse en pie. Enseguida fue instalado en una camilla, y una manta ocultó su uniforme de teniente de la Luftwaffe. A diferencia de los edificios de la capital, en los pabellones de Werneuchen las ventanas aún tenían cristales, aunque apenas contaban con medicamentos o material sanitario. El débil sol de noviembre ya decaía, y el viento del Este anunciaba nieve. Pero nada de esto importaba al joven piloto, que a duras penas se mantenía consciente.
—Usted, ¿qué opina, Legner? ¿Resistirá el viaje? —quiso saber Alemany, que había sacado una botella de coñac de su abrigo y hacía gala de generosidad hispánica invitando a los soldados del puesto de socorro.
—¡Maldita sea! ¿Cómo quiere que lo sepa? Lo único seguro —se revolvía el doctor Legner, que en realidad era veterinario— es que, si permanece aquí, morirá sin remedio: la infección le va a deshacer por dentro; naturalmente, siempre que antes no le alcance una bomba.
—¿Han probado ya en La Charité ? —intervino el alférez Ganuza, encargado de tripular el Junkers hasta España, que acababa de unirse al grupo—. Es el hospital que corresponde a los divisionarios.
—Te puedo dar dos malas noticias, Ganuza. La primera es que el Hospital de Sangre ya no es más que un montón de escombros. La segunda, que ya no existen divisionarios. Los voluntarios españoles se retiraron oficialmente en junio —puntualizó innecesariamente
Alemany, pues el mismo Ganuza había visto cómo su propio destino cambiaba tras los acuerdos del 22 de mayo, abandonando la disciplina del ejército alemán para figurar como personal diplomático—. Además, lo que Llamazares necesita es penicilina, y eso no hay modo de encontrarlo ya en Berlín.
Acomodar al joven convaleciente en el Junkers sería complicado; el Ju-52 era en realidad un avión de carga que, con las restricciones de combustible, resultó ser el más adecuado para transportar la valija diplomática, por su bajo consumo. Sus casi dos metros de altura eran difíciles de encajar en los asientos plegables que se utilizaban para el pasaje. El alférez señaló hacia la bodega, donde se había habilitado una especie de litera, en la que un arnés permitía sujetar a los enfermos que no podían viajar en los asientos; los pilotos lo llamaban «el nicho».
Manuel Llamazares conocía bien aquel avión; en él había cruzado el Este de Europa cientos de veces, enlazando el Estado Mayor de Berlín con la División Azul y la Escuadrilla Azul. A los dos frentes llevaba órdenes, correspondencia y avituallamiento; también repuestos y cuanto pudiera ser necesario en primera línea de combate. De regreso a Berlín traía correo, algún herido y parte del estado de ánimo de la tropa, que poco a poco iba decayendo ante el avance soviético. Pero en esta ocasión no estaría él a los mandos; incluso mantener los ojos abiertos le suponía un esfuerzo inaudito.


El primer capítulo está disponible en
http://www.funambulista.net/wp-content/ ... la-web.pdf


Extracto de la noticia aparecida el 10 de Junio sobre la presentación del libro

Javier Menéndez Llamazares presentará mañana su novela 'El método Coué'
Surgió a través del blog del autor en Internet, cuenta con un 'book trailer' y su Web incluye un sistema de videorreseñas
SANTANDER, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -


El escritor Javier Menéndez Llamazares presentará mañana jueves su última novela, 'El método Coué', cuya escritura surgió a través del blog del autor y que incluye en su página Web específica un novedoso sistema de videorreseñas abierto a la participación del público.

La novela fue descubierta por el editor Max Lacruz a través del blog del autor y recrea una historia real, la aventura de Manuel Llamazares, un antepasado del escritor, durante la Segunda Guerra Mundial. Además, Editorial Funambulista ha decidido producir un book-trailer promocional, dirigido por el cineasta José Luis Santos, que también se difunde a través de la red.

Está disponible en la web http://www.elmetodocoue.com, donde puede encontrarse más información sobre la novela y espacios especialmente ideados para la participación del público, como un novedoso sistema de videorreseñas, en el que cualquier lector puede grabar y añadir un video con sus propias opiniones.

La presentación será mañana a las siete y media en la sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés, y contará con las intervenciones de los escritores Manuel Arce y Ana Belén Rodríguez de la Robla. En el acto se proyectará el book-trailer promocional.

Javier Menéndez Llamazares nació en León en 1973 y estudió en las Universidades de León, Colonia y Cantabria. Es titulado en Biblioteconomía, Lingüística y Tecnologías de la Información.

En los años noventa inició su carrera, con algunos premios literarios y pequeñas publicaciones de difusión local y regional, pero abandonó la escritura para trabajar como documentalista en Colonia (Alemania), como periodista en La Bañeza (León) y posteriormente como editor en Santander, donde reside desde 2004.

Actualmente es columnista del diario Alerta , y en Internet mantiene el blog Cómo ser nadie. Tras más de diez años de silencio narrativo, con El método Coué, su primera novela, reinventa una antigua historia familiar, la aventura de un legendario tío abuelo al que no llegó a conocer.

Fuente: http://www.europapress.es/cantabria/not ... 84749.html
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