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Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Jue Feb 25, 2016 4:47 pm

Max Freitag

El mal tiempo significó una semana de descanso, pero en cuanto escampó volvimos a las andadas. Los ingleses estaban intentando reembarcar de noche, y la noche era mía.

Habíamos adelantado nuestra base hasta Benavente, junto a Lisboa y las bolsas británicas. Tenía ya cinco aviones ametralladores —tres nuevos, y dos de los tres originales, pues el tercero se había dañado en un aterrizaje—. Cuando el tiempo lo permitía hacíamos tres o cuatro salidas cada noche. Como ya no había cazas nocturnos y la antiaérea enemiga estaba casi sin munición, pudimos darnos el lujo de dejar que los Junkers 52 nos acompañasen: ellos lanzaban las bengalas y nosotros disparábamos. Nuestro objetivo no eran los principales puertos (Peniche y Ericeira), porque tenían mucha antiaérea y los bombarderos nocturnos los visitaban una y otra vez. Nuestros cañoneros atacaban las playas. Los soldados enemigos no eran objetivos fáciles, porque se escondían en la maleza y se resguardaban en hoyos. Pero lo que buscábamos eran las embarcaciones enemigas. Cuando veíamos alguna aglomeración, después de dispersarla a tiros, buscábamos en las negras aguas las lanchas que se usaban para el trasbordo a los barcos. Como no aguantaban nada bastaba una corta ráfaga para mandarlas al fondo.

Fue la penúltima noche de la batalla cuando me gané la Cruz de Caballero. La bolsa sur ya estaba liquidada, y los ingleses solo resistían cerca de Peniche, en cuyos alrededores miles de ingleses se amontonaban desesperados por subir a los últimos botes. Sobre el pueblecito y su puerto caían los proyectiles de la artillería como lluvia: no era buen sitio para pasear, porque los proyectiles del quince no distinguen entre propios y extraños. Dos cañoneros y un Junkers vigilábamos las playas al sur del puerto. Cuando una bengala iluminó un par de botes el otro Heinkel se fue a por ellos. Estaba orbitando y disparando contra las embarcaciones cuando desde el mar llegó una andanada de lo menos cien milímetros. El Heinkel hizo un segundo intento, pero entonces un reflector lo atrapó en su foco y las trazadoras convergieron sobre el avión. Pude ver como un motor se incendiaba. Mi pobre y valiente compañero intentó volver a tierra, pero al virar perdió altura y cayó al mar.

No iban a quedar las cosas así. Ahí fuera había algo gordo que no se me iba a escapar. Ordené al Junkers que tomase altura y que volase cambiando de rumbo y altitud, lanzando bengalas a intervalos irregulares. No descubrieron nada, pero de repente un reflector empezó a buscar al Tante Ju. Si el enemigo era el que se descubría, mejor para mí. Me acerqué y disparé una larga ráfaga tomando como objetivo los alrededores del reflector. Vi saltar chispas y que el foco se apagaba. Pero ya no importaba, porque la ráfaga sirvió para que el Junkers supiese por donde buscar, y una de sus bengalas descubrió un barco alargado y erizado de cañones: ¡un destructor!

No era un destructor de los grandes ni mucho menos, sino uno de esos adefesios de cuatro chimeneas que los yanquis habían regalado a sus primos del otro lado del mar. Pero de todas formas era digno objetivo para mis armas. Seguí disparando contra el buque iluminado por las bengalas, mientras desde el destructor intentaban responder con ametralladoras. No muchas, por suerte, y su fuego me servía más para fijar el objetivo de mis armas que para inquietarme. Durante unos minutos seguimos disparándonos, el destructor buscándome con sus reflectores —estando iluminado por bengalas tampoco le debió importar descubrirse— y yo disparando contra la toldilla, donde debían estar los tubos lanzatorpedos. Pero el condenado destructor se reía de mis ráfagas. Entonces recordé que esos destructores se usaban como escoltas de convoyes, y debía ir cargado de cargas de profundidad. En la siguiente pasada apunté hacia la popa del destructor y solté una larga ráfaga que casi se carga mis ametralladoras. Al principio me pareció que había sido inefectiva, y me estaba resignando a dejarlo ir, cuando un fogonazo iluminó las aguas. Había debido alcanzar la caja de urgencia del cañón de popa. El fuego descubrió las filas de bidones explosivos del barco, que fueron el objetivo de mi siguiente ataque. Casi fue letal, pero para mí: nada más empezar a disparar medio barco estalló, y los fragmentos alcanzaron el ala de mi aparato. Puse rumbo hacia Beja mientras el destructor se hundía entre vapor y llamaradas.

Estoy seguro que cuando el coronel Seidemann se enteró de lo del destructor debió estallar con aun más potencia que el barco.
Última edición por Domper el Jue Feb 25, 2016 7:01 pm, editado 1 vez en total

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Jue Feb 25, 2016 4:48 pm

Por cierto, tardaremos un poco en saber lo que ponía el mensaje.

Saludos

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Jue Feb 25, 2016 8:14 pm

La oveja negra vuelve a la carga :mrgreen:

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Jue Feb 25, 2016 10:14 pm

Vaya manera que se gastan de hundir destructores....cómo se corra la voz los portaaviones van a tener que escoltar a cada uno de los pobres destructores jajajaj

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Jue Feb 25, 2016 10:44 pm

Hola amigos:
Maestro lo del mensaje... quizá ¿Cómo se dice Manhattan en alemán? Aunque lo más lógico sea Barbarroja.
Un saludo.><>

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Jue Feb 25, 2016 11:38 pm

Eriol escribió:Vaya manera que se gastan de hundir destructores....cómo se corra la voz los portaaviones van a tener que escoltar a cada uno de los pobres destructores jajajaj


En Dunkerque, en Grecia o en Creta las pérdidas de destructores fueron tremendas.

Saludos

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Vie Feb 26, 2016 3:08 pm

Si hombre...pero con ametralladoras?Hay algún caso en la historia cómo el de este hundimiento??

Saludos

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Vie Feb 26, 2016 6:11 pm

Así a bote pronto me parece que los Red Tails lograron hundir un destructor de la clase Soldati con fuego de ametralladora de P-51 en 1944 en el Mediterráneo, no sé si hubo otros casos.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Vie Feb 26, 2016 7:54 pm

Hay casos de explosiones de cargas de profundidad o de torpedos. Aparte que el Heinkel también lleva un cañón. Y los destructores cedidos eran barcos pequeños, con poca reserva de estabilidad, y con los equipos muy expuestos.

Saludos

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Sab Feb 27, 2016 7:55 pm

Ricardo de la Cierva. Franco, un siglo de España. Editora Nacional. Madrid, 1972.

La Tecnocracia

Tras los primeros compases de la Guerra de Supremacía resultó evidente para el Caudillo que el Reino Unido, tradicional enemigo de España, era un rival mucho más peligroso que la cruel pero ineficiente República Española. La nueva guerra no solo se estaba librando en los campos de batalla, sino también en las factorías. La industria española, tras medio siglo de desidia, no podía competir con la británica, que estaba apoyada por el otro gran enemigo del Nuevo Régimen, Estados Unidos, nación desleal que había pagado con traiciones la ayuda española en su guerra de independencia.

La situación de España era muy grave, devastada tras la guerra civil y sometida al bloqueo naval inglés. Aunque España había sido una importante potencia económica, se estaban pagando la desorganización y las destrucciones de la guerra. Unidas a la carencia de materias primas, no solo hicieron que la producción de armamentos y municiones disminuyese, sino que faltasen los necesarios recursos para el sustento de la población. Para aumentar la producción militar y al mismo tiempo proveer las necesidades civiles se creó la Vicepresidencia de Economía de Guerra, que englobaba los ministerios de Industria y Comercio, Obras Públicas y Hacienda. Para presidir una entidad de tal importancia el Caudillo nombró al ingeniero naval Juan Antonio Suanzes Fernández, persona de gran capacidad a la que le unía una estrecha amistad. Suanzes era partidario de la creación de una economía española autosuficiente aunque sin los errores que habían caracterizado la política autárquica de la Italia fascista.

Bajo la dirección de Suanzes se inició la reorganización de la economía española, que incluían planes tremendamente ambiciosos, excesivos para la pobre y acosada España. Pero la fuerte personalidad de Suanzes le llevó a enfrentarse con otros miembros del gabinete y con el nuevo ministro del Ejército, el general Carlos Asensio Cabanillas, así como con financieros e industriales. El ministro de Hacienda, José Larraz López, que discrepaba con la línea del vicepresidente, dimitió alegando motivos de salud. Además el bloqueo marítimo hizo que los planes fracasasen, quedando como casi único resultado de la gestión de Suanzes la creación del Instituto Nacional de Industria.

Tras la muerte del canciller alemán Von Brauschitsch su sucesor decidió dar un gran impulso a la Unión Paneuropea. La UP era una organización multinacional que pretendía conservar las tradiciones del occidente cristiano, amenazadas por el capitalismo rapaz anglosajón y por el bolchevismo. Entre sus objetivos estaba la integración económica de los estados miembros, para convertirla en un gigante industrial capaz de plantar cara a las plutocracias. Esta nueva política era incompatible con la autosuficiencia buscada por Suanzes. Alemania envió una comisión de coordinación, presidida por Rudolf Wolters, que como era de esperar se enzarzó en una dura disputa con el viceministro. Alemania presentó una protesta formal ante el Caudillo, sugiriendo que se nombrase a una personalidad más dialogante.

Más que las presiones alemanas fue el fracaso de las medidas económicas de Suanzes las que obligaron al Caudillo a cesar al vicepresidente. Suanzes continuó como colaborador cercano de Franco al pasar a dirigir la Empresa Nacional Bazán de Construcciones Navales Militares, integrada en el Instituto Nacional de Industria. Desde ese puesto tuvo un papel crucial en la reconstrucción de la Armada Española.

Como sustituto en la vicepresidencia de Economía de Guerra fue nombrado su antiguo rival, José Larraz López. Suanzes, que él, lo había apartado enviándolo como asesor comercial a la embajada de Berlín, de donde lo llamó en Caudillo. Larraz era un jurista, economista e intelectual católico que había sido colaborador de José Calvo Sotelo. Cuando se produjo el Alzamiento Nacional estaba en Madrid, y logró salvar su vida refugiándose en la embajada de Chile. Tras conseguir pasar a la zona nacional, fue nombrado primero director de Banca, Moneda y Cambio, consiguiendo mediante sus gestiones que Francia devolviese el oro español que quedaba en París, que los exiliados republicanos pretendían enviar a Rusia. Larraz fue ministro de Hacienda en el segundo gobierno de Franco, procediendo a la reorganización de la economía española y a normalizar los presupuestos. Sus discrepancias con Suanzes hicieron que presentase la dimisión, pero el recuerdo de su capacidad hizo que el Caudillo le llamase para sucederle en la vicepresidencia de Economía de Guerra.

La formación económica de Larraz era limitada salvo en aspectos relacionados con la banca, pero supo rodearse de un equipo de colaboradores en el que destacaban los jóvenes financieros Alberto Ullastres y Mariano Navarro Rubio, que a su vez buscaron la colaboración de técnicos prometedores. Ullastres y Navarro Rubio fueron los autores del Plan de Estabilización, que con notable éxito consiguió desarrollar la economía española. A los miembros más falangistas del Ejército, como el general Varela, les disgustaba la nueva línea económica, tan alejada de los ideales del Movimiento, y para denigrarles acuñaron el término “Tecnocracia”. La palabra hizo fortuna y pasó a definir el nuevo estilo de gobierno, en el que se daba mayor importancia a la formación técnica e intelectual que a la trayectoria política o a la adhesión al Movimiento Nacional.

Larraz era partidario no solo de la liberalización económica sino también de la política, lo que lo enfrentó al bando de los “azules”, los más próximos a la Falange. Aunque Falange había sido integrada en el Movimiento Nacional, seguía habiendo una facción más próxima a las tesis de José Antonio. Disconforme con la política liberalizadora de Larraz, buscó el apoyo de militares como los generales Varela y Yagüe, e intentaron repetidamente que el Caudillo reprobase a Larraz. Según los rumores que corrieron por Madrid, llegaron a conseguir que Franco aceptase el cese del vicepresidente, pero Larraz se apoyó en los sectores monárquico y tradicionalista (los antiguos carlistas), a los que disgustaba el extremismo de los falangistas. Probablemente el apoyo de los monárquicos no hubiese bastado para mantener a Larraz en su puesto, pero recibió una ayuda inesperada procedente de Berlín. El nuevo ministro de Economía y Armamentos, Rudolf Wolters, había conocido a Larraz durante su estancia en Berlín y no solo lo consideraba muy capaz, sino como un aliado de la nueva política alemana. Wolters consiguió que el Canciller enviase un mensaje personal al Generalísimo instándolo a mantener a Larraz en su puesto…
Última edición por Domper el Dom Feb 28, 2016 2:10 pm, editado 1 vez en total

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Dom Feb 28, 2016 1:16 pm

Hola amigos:
Desde el movil. El plan de estabilizacion del 57 quince años antes, pero... ¿En medio de una guerra a vida o muerte? Un poco traido de los pelos ¿No maestro?
Hasta otra. ><>

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Dom Feb 28, 2016 1:20 pm

No sé, siempre se dice que crisis y oportunidad se escriben igual en chino

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Dom Feb 28, 2016 2:12 pm

Es un plan que no es como el real de Estabilización, sino simplemente de cooperación con Alemania. Por otra parte, para quien tenga interés, que revise cómo se acabó la carestía en Alemania en la posguerra: en un finde que los ocupantes estaban de permiso, el ministro alemán (no recuerdo cual) abolió el racionamiento. De repente todo lo que estaba en el mercado negro salió a la luz, bajaron los precios, y aumentó la producción.

Saludos

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Dom Feb 28, 2016 2:23 pm

Domper escribió:A los miembros más falangistas del Ejército, como el general Varela


Buenas.

Pensaba que Varela era más monárquico/tradicionalista que falangista. De hecho fue uno de los firmantes de la carta a Franco en la que se pedía la restauración del régimen monárquico. Por no hablar del atentado de la Basílica de Begoña en 1942, que vino de perlas al Invicto para quitar de en medio a algunos de los más incómodos, como Serrano Suñer y el propio Varela.

Saludos.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Lun Feb 29, 2016 2:00 am

Varela fue el inventor del término "tecnocracia". Era monárquico pero de los de monarquía absoluta.

Saludos

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Lun Feb 29, 2016 10:43 pm

Capítulo 50

Una mirada del agente bastó para que el radioperador comprendiese que no era ningún juego. Revisó el mensaje y lo cifró.

El grupo de ejércitos Sud está siendo reforzado con veteranos de Portugal que se están integrando en la 27ª división panzer. Tras las grandes maniobras el grupo de ejército se ha retirado a sus acuartelamientos mientras se recupera y pone a punto sus vehículos.

Clavius informa que ha oído el rumor según el cual llegará próximamente a Salónica una división acorazada procedente de Portugal. Se están construyendo varias pistas y se preparan refugios para aviones.

Horacio ha sabido que la producción en serie del Heuschrecke 41 y del Sturmhaubitze StuH 41 ha sido aprobada y que se espera que las unidades de preserie sean entregadas antes de marzo. Se está apremiando a las empresas para que aceleren la producción de los vehículos ofreciendo suculentas primas si consiguen acortar los plazos.


Willi inspeccionó el mensaje original, el cifrado, y el método empleado, antes de permitir que el radioperador lo enviase al éter.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Lun Feb 29, 2016 10:46 pm

El teniente era conocido por su dedicación. Trabajaba hasta altas horas de la noche, mostrando su devoción inquebrantable al Reich… pero por la noche visitaba clandestinamente el despacho de su capitán, en cuya mesa encontraba análisis operativos que eran la delicia de sus jefes reales.


El análisis de las operaciones aéreas sobre Portugal muestra que se ha sobreestimado el valor de los enfrentamientos a alta cota, confirmando la experiencia de la Guerra Civil Española y de las campañas de Francia, de los Balcanes y de Oriente Medio.

Un análisis de los combates aéreos muestra que el 65% de los combates entre cazas se produjeron a menos de 5.000 metros de altura, y el 75% de los derribos fueron por debajo de los 3.000 metros. Esta cifra asciende al 85% cuando se trata de bombarderos enemigos derribados. Un 60% de los derribos fueron conseguidos por cazas Me 109 y Me 110 con motores ajustados para el combate a esas alturas. Por el contrario las escuadrillas equipadas con aviones de alta cota han sufrido un 50% más de pérdidas.

Creemos que los resultados de los combates sobre Inglaterra, donde un 40% de los derribos se consiguieron entre 5.000 y 7.000 m de altura, se deben a que Gran Bretaña está cubierta frecuentemente de nubes bajas que obligan a volar sobre ellas. Pero este hecho no se ha repetido cuando la visibilidad es adecuada.

En las operaciones sorbe Inglaterra y sobre Portugal también se ha comprobado que cuando los bombarderos lanzan a cotas superiores a los cinco mil metros, la dispersión de las bombas supera los 1.000 metros y en algunos modelos de avión, como ocurre con el Dornier 217, supera los 3.000. Sin embargo la dispersión se reduce a solo 100 metros si el lanzamiento se produce a 2.000 metros de altura. A esa cota los bombarderos son inmunes a las ametralladoras antiaéreas, y poco vulnerables a los cañones pesados antiaéreos. Las dotaciones no requieren oxígeno ni calefacción. Por ello se ha decidido que en lo sucesivo los motores de los bombarderos se ajusten para volar a menos de 3.000 metros de altura, y se prescinda de los equipos de oxígeno y de los sistemas de calefacción eléctricos.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Mar Mar 08, 2016 12:41 am

Las grandes unidades se habían trasladado a sus cuarteles, mientras los analistas revisaban el resultado de las maniobras y los mecánicos ajustaban las máquinas.

Los batallones de tanques estaban sustituyendo sus últimos tanques T-26 y T-37 por las tanquetas T-60. Sin embargo las tanquetas habían mostrado algunas deficiencias cuando operaban en terreno abrupto, por lo que se había decidido que fuesen sustituidas por el nuevo tanque ligero T-70, que tenía el mismo armamento que el T-50 pero que era mucho más barato de producir. Sin embargo los primeros prototipos del T-70 habían mostrado serias deficiencias debido a un defectuoso diseño del motor y la transmisión. El fallo era tan grave que solo podía ser consecuencia de un sabotaje, crimen contra el Estado que el ingeniero ya había pagado con su vida.

En un cuartel cercano los mecánicos descubrieron que sus tanques BT iban a ser retirados y sustituidos por un tanque completamente nuevo, una mejora del tipo 34. No conocían al nuevo blindado, no sabían repararlo, ni se habían suministrado piezas de repuesto. Les iba a ser imposible mantenerlo en servicio. Pero las personas inteligentes saben callar, y en esa época las personas inteligentes habían aprendido que el silencio alarga la vida.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Mar Mar 08, 2016 12:43 am

A 160 kilómetros del Círculo Polar Ártico las temperaturas eran gélidas, pero los prisioneros tuvieron que esperar a pie firme. Algunos cayeron para no levantarse, pero otros oyeron unas palabras que podían cambiar su vida.

—¡Criminales! —gritó un teniente de la NKVD—. Aunque solo sois unos malhechores, víboras desagradecidas que muerden la mano que os alimenta, el Estado va a ofrecer una oportunidad a los que quieran aunarse a la lucha del proletariado mundial. Esta tarde encontraréis unas listas en el despacho del administrador. Aquellos que constéis en ellas podréis ofreceros voluntarios para una misión en la que redimiréis vuestras culpas.

El teniente se retiró, y los helados presos se agolparon junto al edificio de la administración. Un preso leía la lista. Unos hombres, al escuchar su nombre se alegraban, aun a sabiendas que podría ser una sentencia de muerte. Otros, al no escucharlo, comprendieron que habían sido condenados.

Al día siguiente los prisioneros voluntarios fueron trasladados a la estación y subidos a vagones para ganado. El resto tuvo que esperar de nuevo a pie firme, mientras unos guardias los vigilaban y otros los seleccionaban. Aquellos que eran llamados entraban en una cabaña de troncos. No salían.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Mié Mar 09, 2016 11:39 pm

El nuevo caza se elevó del campo, pero mientras tomaba altura el motor empezó a ratear. El aparato siguió elevándose con dificultad. Había descrito un par de círculos sobre el aeródromo cuando, inexplicablemente, entró en vuelo invertido y se estrelló.

El diseñador intentó escapar pero dos hombres con abrigos lo apresaron y lo llevaron hasta la valla del campo.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Mié Mar 09, 2016 11:40 pm

Más al este, en medio de los bosques, trabajadores forzados se esforzaban en quitar la nieve de las pomposas pero débiles construcciones. La nevada había hundido varios tejados, pero los hombres con uniformes verdes se encogieron de hombros, y exigieron a los obreros que las reconstruyesen y las dejasen como estaban antes de la tormenta.

Uno de los prisioneros, un burgués venido a menos pero que en su día gozó de educación, recordó los pueblos que según la leyenda un favorito construía para impresionar a su emperatriz. Ahora, con esas casas que realmente no eran sino armadijos de troncos y bastidores, estaban haciendo lo mismo.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Mié Mar 09, 2016 11:42 pm

Mucho más al oeste, otros obreros se afanaban en las grandes granjas que se estaban construyendo en el Gobierno General. Aunque los trabajadores polacos eran empleados en la mejora de las carreteras y de los ferrocarriles, no se les permitía el acceso a las granjas. Desde lejos solo veían bajos cobertizos de grandes dimensiones.

Henryk Kuczynski había recibido órdenes del jefe de su célula: tenía que infiltrarse en uno de los complejos y comprobar lo que se hacía ahí. Durante varias noches había cavado una trinchera en la nieve que había cubierto con ramas y más nieve, formando un túnel superficial. Esperó hasta que se produjo un gran temporal, con la cellisca azotando los árboles y la alambrada: cuando volviese derrumbaría el pasadizo, y la nevada cubriría cualquier rastro de su paso. Henryk se arrastró por el túnel, y al llegar a la base de la alambrada cortó un agujero con los alicates que llevaba. Luego cavó al otro lado de la valla, hasta salir a la superficie. Se puso en pie, se colgó un palo del hombro, y anduvo con calma hasta el cobertizo más cercano: la ventisca le ocultaba, y cualquiera que pudiese atisbar algo creería ver un centinela.

Al llegar al cobertizo empezó a rodearlo hasta que encontró una puerta. Se apoyó con cuidado y se sorprendió al notar que estaba abierta. El gélido interior estaba oscuro como la boca de un lobo, pero Henryk no se atrevió a encender ni una cerilla. Usó el palo como bastón de ciego hasta tropezarse con una gran masa metálica. La rodeó con cuidado, mientras la palpaba intentando reconocerla. Por fin se decidió: había que arriesgarse: encendió un fósforo y vio que estaba de pie junto a un tanque. El cobertizo estaba repleto de tanques, hasta donde la temblorosa luz conseguía despejar las tinieblas.

Apagó la cerilla y volvió hacia la puerta. La franqueó con cuidado y empezó a buscar las huellas que había dejado antes. Al llegar a la alambrada se agachó para meterse en el túnel… y notó que algo se apoyaba en la cabeza.

—¿Ves cómo sí que había un curioso, Karl? Ven, chiquito —dijo mientras empujaba a Henryk con el fusil—. Mi jefe quiere hablar contigo.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Vie Mar 11, 2016 1:18 pm

Por cortesía de Reytuerto (del Foro Militar General), dos imágenes:

El tanque Jaguar; diferentes versiones.
Imagen

Aviones de las batallas aéreas sobre España y Portugal.
Imagen

Saludos

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Vie Mar 11, 2016 1:44 pm

Hola amigos:
Tiene merito lo de los carros. Aunque algunos tienen parecido con reales. El Adolf recuerda al cazacarros Nashrom y el Herman al ATP Hummel.
En ascuas nos tienes maestro con el mensajito berlines. ¿Barbarroja en marcha?¿O algo irani?
Un saludo, ><><

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Vie Mar 11, 2016 7:28 pm

Frío frío

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Vie Mar 11, 2016 7:34 pm

Szegedy, obedientemente, relataba todas sus andanzas. Describió como se comunicaba con su controlador, cómo recibía la pregunta y cómo le respondía. Bastó con enseñarle una foto de su hijo, rapado, esposado y vestido con un pijama carcelario, para que aceptase seguir enviando informes. Pero ahora no los redactaría Szegedy, sino que se limitaría a transmitir los que le entregasen.

El tabernero también temblaba. Describió el buzón en el que dejaba los paquetes y en el que encontraba los fajos de dinero, y explicó cómo, cuándo y quién le había reclutado.

Poco a poco los agentes siguieron desmantelando la red, con el cuidado de quien deshace un ovillo, sin tirar, para evitar romper la delgada hebra que tiene entre sus dedos.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Vie Mar 11, 2016 7:45 pm

Nicole, hasta ahora solo me entristecía no tenerte entre mis brazos. Pero ahora temo por ti. Por ti, por Marcel, por nosotros y por tantas familias que no saben que la espada pende sobre sus cabezas.

Johan está mostrando una actividad que nunca había visto en él. Recorre la ciudad y visita todos sus rincones. Apenas podemos seguirle y ha tratado de darnos esquinazo varias veces. Pero no sabe que controlamos a Joseph, Julius y a Jutta, y podemos imaginar hacia donde se dirige. He establecido una discreta vigilancia, que ha descubierto que Joachim también recorre los mismos rincones. Joachim es otro amigo de la embajada en el que todavía no nos habíamos fijado, y siempre tropieza, o tiene que atarse un zapato, o visita un retrete.

Joachim es aparentemente un subsecretario de comercio pero está actuando como un mensajero. Como es un joven que aun no conoce todas las mañas del oficio, controlando a Joachim ha sido fácil descubrir a Jördis y a Justus. Ya tengo experiencia en como quebrar traidores y no me ha sido difícil convencerles. Lo que me ha sorprendido es que esas dos ratas repugnantes, hasta ahora, habían sido agentes durmientes como Juchen. Johan está activando todas sus redes, algo que no es un buen signo.

Tanto o más que eso me preocupan las preguntas de Johan. Ya no está interesado en la producción de aviones o en las características de los tanques, ni siquiera en los suministros de petróleo. Solo quiere saber cuál es el despliegue de nuestro ejército en el Este, si se mueven tanques o aviones, dónde están los almacenes y los depósitos de municiones. Pregunta por unas instalaciones que se están construyendo en la antigua Polonia y que una y otra vez son sobrevoladas por aviones. Fue allí donde atrapamos a Jurek y a Janusz que rondaban cerca de esos lugares y que no sabían que estaban jugando con profesionales.

Poco a poco estaba consiguiendo controlar toda la red de Johan y sus amigos en nuestro país, pero también me permiten vislumbrar la tormenta que se avecina. Jens, el viajante, sigue recorriendo el país, citándose con traidores aquí y allá, entregándoles emisoras como las que ha proporcionado a Joseph y a Jutta. También lleva cuadernillos de cifrado, con un sistema de código único imposible de romper. Junto con Jens han llegado más turistas, todos ellos traidores alemanes exiliados, o miembros de esas colonias alemanas perdidas en el Volga, que luciendo documentos de factura inmejorable, pero tan falsos como un billete de tres marcos, tratan de infiltrarse en nuestra patria. Para poder atrapar a tanto renegado he tenido que pedir ayuda a mi jefe, y ha sido necesario establecer centros de vigilancia para detectar las emisiones de las redes que aun no he conseguido descubrir. Con todas esas emisoras radiando, nuestra patria parece un concierto de grillos ¿Por qué nuestros temibles amigos han dejado de usar los seguros correos para volcarse en las escandalosas emisoras?

Nicole, los afanes de Johan y de Jens solo pueden tener una explicación, y es una explicación que temo.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Sab Mar 12, 2016 9:08 pm

FIN DE LA PRIMERA PARTE

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Dom Mar 13, 2016 5:51 pm

A la espera de la segunda parte quedamos, pues. Excelente trabajo, Domper.

Re: La pugna. Continuación de "El visitante"

Dom Mar 13, 2016 6:25 pm

Amén. A la espera de lo que disponga, maestro. (Mis uñas, mis pobres uñas...) :mrgreen:
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