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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 03, 2014 6:58 pm

Una de las ventajas de escribir una ucronía es que uno puede ajustar cuentas metafóricamente, y le tenía ganas a algunod e los nombrados. Probablemente árabes e israelíes hubiesen llegado a un desencuentro de todas formas, pero el Muftí de Jerusalén se aseguró que que así ocurriese, y de paso participó en el Holocausto. El Kutub no solo fue un terrorista sino que destruyó una de las sinagogas más bellas del mundo. De Kaltenbrunner, Muller y demás ratas supongo que no hará falta que hable.

Me queda mandar a Keitel de recluta pelón a alguna trinchera, y algunos otros elementos de los que antes o después me acordaré.

Saludos
Última edición por Domper el Vie Oct 03, 2014 8:22 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 03, 2014 7:01 pm

Bueno, ya hemos llegado a las

¡8.000 visitas!
¡8.000 visitas!
¡8.000 visitas!
¡8.000 visitas!

Gracias a todos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 03, 2014 8:09 pm

Enhorabuena, Domper... La historia merece esas visitas y muchas más...

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 03, 2014 9:10 pm

Kaltenbruner, Muller, Seyss Inquart, Rossenberg, Ley, Streicher, El Muftí de marras... No puede haber mejor manera de empezar un fin de semana. :mrgreen:

Siento lo de Canaris; habría podido hacer un buen tándem con Schellenberg, pero dos gallos en el mismo gallinero...

Y sí, por favor, encuentra un destino acorde a las cualidades de Keitel. ¿Tal vez una unidad de zapadores en el Frente Oriental?

La pregunta es: ¿Se vendrá arriba el Tio Iosiff y creyendo a Alemania sin líder adelantará sus planes de expansión internacionalista del comunismo soviético?

Gracias por la nueva entrega. Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 03, 2014 9:45 pm

Muchas preguntas cuya respuesta está en el viento.

De Canaris. Pues no es persona que me parezca especialmente simpática, porque traicionó a su Patria ¿Qué estaba dirigida por un ser repugnante? Pues un día le descerrajas un tiro en la tripa y a correr. Pero lo de traicionar a tu patria lo suelen pagar más los reclutas que los generales.

De Keitel, ya veremos. Se me están ocurriendo posibilidades.

Del Tío Pepe (huy, no, ese fue el rey de Copas). De Stalin: qué más quisiera, pero todavía no tiene los planes maduros. Si hubiese una guerra civil desde luego que sería la ocasión, pero por ahora los incidentes se han resuelto sin violencia, ni siquiera han trascendido.

Además su ejército está en plena purga y redistribuyendo sus tanques entre la infantería. Aparte que un ataque así a lo repentino no va mucho con la tradición del Ejército Rojo, que suele dar instrucciones hasta de donde cavar las letrinas. Sobre todo, que ya estamos con el verano avanzado, y entre preparativos y ataque nos metemos en Otoño. No son lo mismo los Balcanes que Ucrania, pero también hay bastante barro por allí, y Meretskov aunque no es un Aníbal tampoco es tan tonto… bueno, a la vista de cómo se las apañó en Leningrado yo diría que Aníbal no, pero César tampoco, ni Napoleón ¿lo dejamos en un Gamelin?

Saludos

Como siempre, gracias por vuestra ayuda, especialmente a Aníbal y a Ramcke.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 03, 2014 9:51 pm

Bueno, bueno... Ver al Muftí reunirse con Alá por la vía rápida, es algo que no se produce todos los días. Muller, Kaltenbrunner y demás jerarcas, han tenido un final merecido e inesperado. A Keitel le enviaría al frente, destinado a una unidad disciplinaria, de ésas que solían emplearse en labores de desminado, a 30 ºC bajo cero y los Ivanes al acecho. Visto lo visto, miedo me da lo que le sucederá a Beria y sus adláteres, si es que Domper tiene a bien incluirlos de forma activa en la trama.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Oct 03, 2014 10:03 pm

Beria... sí, el tipo también me cae simpático. A cada cerdo le llega su San Martín... huy lo que he dicho.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 04, 2014 1:47 am

No os pongáis duros con Keitel. Yo le mandaría con una "misión para el cielo", como devolverle la visita a Churchill con un comando, seguro que alguna otra rata habra quedado (como algún comandante de campo de concentración/exterminio) para que le haga compañía.
Yo creo que más bien el Tío José estará rumiando como jugársela (sutilmente, por lo que pudiera pasar) a los ingleses :P , ya que esos arrogantes imperialistas no sólo le fastidian el plan,¡sino que el suyo casi funciona! ¡Eso es imperdonable! ¡Rodarán cabezas! :mrgreen:
Por lo demás la historia me tiene cada vez más atrapado. Estoy más enganchado a ella que un mulo al carrro, como decían los viejos de mi pueblo.
:lol:

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 04, 2014 1:12 pm

Me alegra que te guste.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 04, 2014 6:11 pm

kaiser-1 escribió:Y cosa extraña teniendo en cuenta su carrera: fue Ministro del interior, Primer Lord del Almirantazgo (creo que dos veces, con logros como la campaña de los Dardanelos y Gallípoli) y mandó una brigada en Francia en plena Guerra de Trincheras. Tal vez se creería que eso le autorizaba para hacer y deshacer en asuntos militares. Es mucho más grave que lo de Hitler, este no pasó de cabo chusquero y aún así acertaba alguna que otra vez Churchill era impaciente, malhablado y más testarudo que una manada de mulas (rasgo compartido con Hitler tras creerse ominisciente tras su acertada orden de aferrarse al terreno y resistir a toda costa en el Frente del este durante el invierno de 1941, tras la contraofensiva soviética a las puertas de Moscú.)


Perdón, pero me sume tarde a la lectura que esta impresionante y no puedo parar.
Simplemente un comentario, la campaña de los Dardanelos y Gallipoli no fue ningún logro de Churchil, al contrario, el fracaso de la operación obligo a la dimisión a su principal promotor, Winston Churchill, Primer Lord del Almirantazgo, regresando al servicio activo en el Ejército británico.

Saludos y de nuevo mis felicitaciones Domper....es sencillamente espectacular.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 04, 2014 6:58 pm

Lo de "logro" lo decía con ironía, aunque historiadores posteriores defienden que el error fue de los ooficiales encargados de llevar el plan a la práctica y que el fue el "pagano". Lo cierto es que fue obligado a dimitir cuando los demás se lavaron las manos y dijeron que su nplan era imposible. Era factible sobre el papel, pero no contemplaba la resistencia turca, la ineptitud casi criminal de ciertos mandos ingleses y la presencia, poco después de los desembarcos, de submarinos alemanes.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 04, 2014 8:57 pm

Hola kaiser-1. Te pido disculpas por no haber entendido lo ironico de la frase :oops:
Estoy totalmente de acuerdo contigo, fue un cumulo fortuito de circunstancias...la defensa a cargo de Liman Von Sanders y Mustafa Kemal fue epica, la ineptitud de Kirtchener y Hamilton fue realmente para la historia ( lamentablemente) y Churchill recibio parte de la culpa, ya que , como dije, fue uno de los principales defensores del plan.

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 04, 2014 9:58 pm

Siii, la verdad es que la historia se sale, cada vez está mejor ¿cuantas paginas te ocupa Domper?

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 05, 2014 12:41 pm

En estos momentos va aproximadamente por las 200.000 palabras. No lo puedo decir con exactitud porque todavía no he incorporado a la versión definitiva las últimas entregas: el procedimiento es escribir, colgar aquí para que lo disfrutéis, a cambio me estáis haciendo correcciones muy interesantes, y lo incorporo a la historia definitiva. Mejor dicho, semidefinitiva porque aun vuelve a ser corregida, incluso hay alguna entrada extra: por ejemplo he reescrito casi por completo lo de Gibraltar, y lo estoy pasando por la criba de otro foro, como ya sabes, aunque en ese va con mucho retraso (ahí acabo de colgar el Capítulo 12, solo que ahí sí entra el capítulo reescrito sobre Gibraltar).

En la versión semidefinitiva (incluye hasta el capítulo 29, sin Gibraltar) hay 170.000 palabras. Eso en Word depende del tipo de letra, etcétera, pero con tipo de letra Verdana y 11 puntos, espaciado 1,5, etcétera, son ya 460 páginas. Aparte los gráficos, claro.

Como podrás imaginar la idea es terminar de editarlo y publicarlo, por eso se incluye prólogo, agradecimientos, etcétera. Solo que voy a tener que ampliarlos. Supongo que lo haré en formato electrónico, aunque también tengo contactos con una editorial...

¡Que acaba de publicar un libro en el que he escrito parte!

El libro se llama "Tanquistas", acaba de salir a la venta, os lo recomiendo encarecidamente (como no). Más o menos la mitad está dedicada a la SGM, aunque yo he escrito el artículo sobre la Guerra del Yom Kippur.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 05, 2014 2:03 pm

Domper escribió:El libro se llama "Tanquistas", acaba de salir a la venta, os lo recomiendo encarecidamente (como no). Más o menos la mitad está dedicada a la SGM, aunque yo he escrito el artículo sobre la Guerra del Yom Kippur.


Excelente artículo, por cierto. :wink:

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 05, 2014 2:20 pm

Coincido con Miller, el artículo sobre la Guerra del Yom Kippur y Zvika Greengold es soberbio y no defraudará a los amantes de la historia militar. Si todos los capítulos de "Tanquistas", son así de interesantes, sin duda merecerá la pena su lectura.

Aquí se hace eco del libro "Tanquistas": viewtopic.php?f=80&p=127356#p127356

Saludos y mi enhorabuena a Domper.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 05, 2014 3:52 pm

Gracias inmerecidas(es que la humildad es una virtud) y saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Oct 06, 2014 1:32 pm

Acabo de ver que la última escena del capítulo 33 está incompleta. Debe ser así:

La mejor defensa

Ese mismo día

—Un último detalle, mariscal. Usted recomienda que hasta el último momento las tropas destinadas a Rotbart permanezcan a la defensiva ¿NO se trata de una precaución excesiva? ¿Usted cree que Stalin atacará al Reich?

—Statthalter, he estado consultando con el general Schellenberg y me ha indicado que no hay ningún indicio que apunte hacia un ataque soviético, salvo el enorme tamaño del Ejército Rojo. Ya le he señalado a su Excelencia que la Unión Soviética posee un ejército enorme, que es mayor que todos los demás ejércitos del mundo juntos. Nuestras estimaciones hablan de cinco o seis millones de soldados, diez mil tanques y cinco mil aviones de combate. Por otra parte la política soviética en lo que llevamos de guerra está siendo muy agresiva: no solo ocupó parte de Polonia, sino que ha atacado Finlandia y ha ocupado los Países Bálticos y la Besarabia rumana. Ahora mismo el embajador soviético está planteando a los fineses nuevas exigencias. Con nosotros Stalin está actuando como un aliado desleal, y nos cortó el flujo de petróleo justo cuando lo necesitábamos para atacar a los ingleses en Suez. Por suerte nuestras reservas bastaron para culminar la ofensiva y ahora Stalin está enviando de nuevo petróleo y materias primas…

—Que está cobrando religiosamente —dijo Goering.

—Desde luego, Statthalter. Pero lo que quiero decir es que los bolcheviques han mostrado su voluntad de usar tanto sus recursos naturales como el Ejército Rojo para conseguir sus objetivos. No sé si entra en sus planes atacarlos, pero considero posible que decidan anexionarse Rumania e incluso el resto de los Balcanes, que siempre han sido objetivo de los zares, sean blancos o rojos.

—Ploiesti es vital, por lo menos hasta que empecemos a recibir petróleo de Mosul y de Libia —dijo Seyss-Inquart.

—Tiene razón, ministro —dijo Goering—. General Schellenberg ¿Están haciendo preparativos contra nosotros los bolcheviques?

Schellenberg se adelantó para responder—. No lo sabemos, Statthalter. Siento no poder ser más explícito, pero las fuentes de inteligencia que tenemos en Rusia son muy limitadas y se encuentran con tremendas dificultades para operar. El estado ruso es inimaginablemente opresivo. Nuestros diplomáticos en Moscú son seguidos desde que salen de sus residencias hasta que vuelven, y por lo que sabemos cualquier persona es detenida e interrogada. Aunque he conseguido infiltrar algunos agentes, temo que sean identificados si tratan de enviarnos mensajes —todo el mundo entendió cuál sería el sino de esos infortunados—. Por ello tienen orden de permanecer en silencio, y solo deben ponerse en contacto con nosotros cuando descubran algo suficientemente importante.

—O sea que no sabemos nada de Rusia —dijo Goering con disgusto.

—No es así, Statthalter, porque los agentes sobre el terreno no son la única fuente de la que disponemos. Nuestros diplomáticos y comerciantes tienen los ojos bien abiertos, y han sido equipados con microcámaras fotográficas con las que captan todo lo que les llama la atención. La Luftwaffe está enviando aviones de reconocimiento de muy alta cota…

—Los Ju 86P, supongo —dijo Goering.

—Sí, excelencia, los Ju 86P que en tan buen momento usted mandó desarrollar. Vuelan tan alto que no solo no pueden ser interceptados, sino que ni siquiera son vistos desde tierra. Nos han proporcionado imágenes muy valiosas que no muestran movimientos de tropas.

—Menos mal —repuso Goering—. Eso quiere decir que no hay riesgo de que seamos atacados.

—Me temo que no es así, Statthalter —repuso Schellenberg—. Aunque no hayamos detectados movimientos, el Ejército Rojo está desplegado en la misma frontera, en posiciones perfectas para pasar al ataque tras solo unos días de preparativos. Además hay otro signo muy inquietante.

—Siga, general —dijo Goering con preocupación.

—Statthalter, temo revelar aspectos que…

Goering autorizó a seguir a Schellenberg con un gesto.

Schellenberg espero unos instantes para captar la atención de los presentes—. Como su Excelencia sabe, estamos vigilando las actividades soviéticas en Europa y especialmente en el Reich, y hemos detectado una de sus redes —Schellenberg calló que controlaba por completo varias redes rusas—. En lugar de desmantelarla hemos infiltrado uno de nuestros agentes, y usamos esa red tanto para enviar informes erróneos como para saber qué es lo que más interesa a nuestros vecinos.

Seyss-Inquart dijo—: Esos traidores merecen la horca.

—Claro que sí, ministro —dijo Schellenberg—, y la tendrán. Pero mejor si antes usamos la cuerda para hacer tropezar a los que nos han enviado los espías ¿No le parece? La cuestión es que esa red ha recibido una orden de Moscú: deben investigar las defensas y fortificaciones en Alemania y en Rumania, y deben averiguar el estado de ciertas carreteras y vías férreas que resultan ideales para atacar desde Rusia.

—Vaya —se le escapó a Goering.

—No es buena señal —dijo Schellenberg.

—Mariscal, parece que el peligro no es tan hipotético como pensábamos. Por favor, prosiga.

—Gracias, Statthalter. El riesgo que corremos es que si Stalin nos ataca a mitad de los preparativos nos encontraremos con un despliegue defectuoso y con nuestros almacenes cerca de la frontera. Por eso creo conveniente adoptar un dispositivo defensivo durante las primeras fases de la preparación. Por una parte eso nos asegura ante sorpresas, por otra facilita mantener la discreción respecto a nuestros movimientos. Solo en las dos últimas semanas nuestro despliegue pasará a ser ofensivo. Aunque los rusos lo detecten no tendrán tiempo para reaccionar.

—¿Y si Stalin se adelanta? —preguntó Goering.

—Entonces Stalin lamentará haber levantado la mano contra el Reich —dijo Von Manstein con una sonrisa.

Goering satisfecho, dio su aprobación al plan preliminar, aunque advirtiendo que sería preciso revisar y corregir muchos detalles. Estaba saludando al Mariscal Von Manstein cuando se abrió la puerta de la sala y entró un oficial con uniforme paracaidista, que entregó al dictador una nota.

—Mayor Schulz, espero que tenga motivos para interrumpirme.

—Statthalter, he sido enviado por el Mariscal Von Greim. Se trata de un asunto urgente.

El dictador empezó a leer la nota y su expresión cambió. Enseguida empezó a gritar—: ¡Ese hijo de perra desagradecido malnacido!

Los presentes guardaron silencio mientras Goering seguía gritando— ¡No esperaba eso de ese perro! ¡No conoce a su padre porque su madre fue una ramera!

Seyss-Inquart se atrevió a preguntar—: ¿Qué ocurre, Statthalter?

—¿Qué ocurre? Pues que Ritter me dice que ha interceptado un mensaje italiano. Ese cabrón de Mussolini está volando hacia Egipto. Va a desfilar en el Cairo pasado mañana. Me debe la victoria pero quiere todos los laureles ¡Pues no será así! Eric —dijo dirigiendo a Von Manstein—, tu plan tendrá que esperar porque me voy a Jerusalén. Mayor Schulz, encárguese de que se prepare mi equipaje. Asegúrese de que se incluyan suficientes uniformes de gala. Antes de nada, dígale al mariscal Von Greim que necesito que mi avión esté preparado antes del amanecer.
El mayor salió de la sala y Goering se dirigió a los presentes: Beck, te vienes conmigo. Arthur —dijo a Seyss-Inquarth—, tú también. Avisa a Muller, también se viene. Id a casa a coger vuestros uniformes, y a las cinco de la mañana en Tempelhoff ¡Marchando!

Los nombrados salieron de la sala corriendo. Era la primera vez que Goering los trataba a sí, como un sargento con un grupo de reclutas. El dictador siguió:

—Walter, tú te quedas con Von Papen y Manstein en casa. Quiero que cuidéis de Berlín hasta que vuelva.


He tenido un problemilla con el formato y con MS Word (que Dios confunda).

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Oct 06, 2014 1:46 pm

Excelente aportación. Se aclaran algunas dudas ante el desarrollo posterior de la trama.
Por cierto, mi enhorabuena por el libro, intentará hacerme con él. :mrgreen:

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 11, 2014 11:51 pm

Capítulo 36. La vida tiene sorpresas

Noche y niebla


24 de Julio de 1941

La muerte de Muller y de Seyss-Inquart en una emboscada había provocado un acceso de furor en Goering. Se daba cuenta que de haber seguido los planes originales él hubiese estado en ese coche. El ataque solo había sido posible debido a un gravísimo fallo de seguridad, y el responsable iba a ser castigado. Era lamentable que tuviese que ser uno de sus hombres sobre quien recayesen las culpas, pero en las veinticuatro horas que el dictador llevaba en Palestina había visto que la situación estaba fuera de control: aun disponiendo de tres divisiones como fuerza de ocupación los grupos armados habían actuado a su antojo. No solo los judíos disponían de un ejército secreto sino que habían tenido el atrevimiento de intentar asesinarlo: los huesos del Führer debían estar removiéndose en su tumba.

Goering había decidido no entrar en Jerusalén hasta que no se garantizase la seguridad en la ciudad, pero estaba cansado del aeródromo ya que el incesante movimiento de aviones afectaba a su descanso. Se había trasladado al cercano Monasterio de Latrún, del que la comunidad de monjes trapenses había sido apartada. Mientras el dictador presidía la reunión en el austero refectorio del monasterio, en el exterior dos compañías de soldados vigilaban la seguridad de sus ocupantes.

—Comisario Dietrich, es su turno —dijo Goering.

A Dietrich, que se había codeado con Goering en los años del ascenso del nazismo y que luego había sido general de las SS, le disgustaba su subordinación. Pero siendo hombre entregado a su deber procedió a explicar lo sucedido sin mostrar signos de sus sentimientos.

—Statthalter, anteayer recibí un aviso de la Haganá —al ver las caras de extrañeza Dietrich explicó de qué se trataba—. La Haganá es una milicia que los judíos han establecido para defenderse de sus vecinos árabes, que continuamente están atacándoles. La Haganá ha aceptado su oferta, Statthalter, y está colaborando con nosotros, pero entre los judíos hay grupos de exaltados que nos odian. Uno de esos grupos era el Irgún, pero capturamos y ejecutamos a la mayoría de sus miembros cuando atacaban una aldea árabe. Hay otra facción liderada por un tal Abraham Stern que ha sido la que ha puesto la bomba. Sin embargo el Haganá supo del atentado que preparaban y nos alertó. Tras registrar el hotel encontré una bomba escondida con tal disimulo que mostraba claramente la implicación de parte del personal. He arrestado a los empleados judíos para interrogarlos a fondo, y encontraré a los responsables. Pero el atentado de ayer me ha retrasado.

—¿Qué ocurrió ayer?

—Excelencia, no solo sospechaba de los judíos sino también de las facciones árabes, especialmente de una encabezada por el Muftí de Jerusalén, una especie de obispo musulmán. Había conseguido infiltrar a uno de mis hombres pero desapareció, y hasta ayer no pudo enviarme un aviso —lo que decía Dietrich no era del todo correcto, pero Meister ya no podría hablar—. Alerté al general Von Wiktorin, que reforzó las medidas de seguridad. Un control detuvo un vehículo sospechoso: un camión bomba que estalló mientras lo registraba la policía. Hemos perdido a doce hombres, pero dada la potencia del artefacto hubiese podido ser mucho peor. La explosión me confirmó mi primitiva sospecha e intenté detener al Muftí, pero sus guardias dispararon contra nosotros y no pude capturarle con vida. Estoy procediendo a detener a los miembros del clan Husseini, el que lideraba el muftí.

—¿Clanes dice? —preguntó Goering.

—Excelencia, los árabes de Palestina siguen teniendo una organización tribal, en la que las familias más influyentes se enfrentan buscando el poder. Gran parte de la violencia de las últimas semanas en Jerusalén ha sido causada por el clan Husseini, pero no contra los judíos ni contra nosotros, sino contra otros clanes rivales. El resentimiento del Muftí se debía a que el ejército alemán le impidió seguir con su guerra particular —el comisario aguantó la mirada de Von Tresckow sin pestañear: el coronel había ordenado arrestar al clérigo y Dietrich había dado órdenes de liberarlo.

—Comisario ¿Por qué no detuvo antes a ese árabe si sospechaba de él?

—Excelencia, carecía de hombres suficientes para arrestar a todo el clan, a pesar de la colaboración sin reservas del general Von Wiktorin.

—Gracias, comisario. General Von Wiktorin, necesito saber cuál es la situación actual en Jerusalén ¿Es una ciudad segura?

El viejo general se adelantó, se cuadró y respondió—. Statthalter, no puedo darle una certeza absoluta pero Jerusalén está bajo control. He aplicado con todo rigor el decreto del Mariscal Kesselring contra los terroristas con buenos resultados. Especialmente el aniquilamiento del grupo terrorista Irgún y la destrucción de los poblados de Mozta y Castel, que escondían a terroristas judíos y árabes, ha servido de escarmiento. Tras los atentados de ayer he declarado el toque de queda, que deseo mantener durante la duración de la conferencia, y he tomado la ciudad desplazando un regimiento adicional. He prohibido la circulación por la ciudad sin pases, y hoy en Jerusalén se le pide el Ausweiss hasta a las palomas.

Goering apenas sonrió y preguntó—. Se me informó ayer que la bomba había dañado el hotel donde iba a alojarme.

—Statthalter —siguió el general—, la bomba árabe estalló a varios cientos de metros pero era tan potente que rompió muchos cristales. Además el hotel carece de personal de limpieza ya que no se permite la entrada ni de árabes ni de judíos. Consideré preparar su alojamiento en otro lugar, pero el Rey David sigue siendo el hotel ideal: no solo es el más lujoso de la ciudad sino que está situado en una zona fortificada, es fácil de proteger, y tras los últimos sucesos lo hemos revisado por completo. He puesto a trabajar en el hotel a todos los cristaleros de Palestina, desmontando si es necesario cristales de otros edificios. Además está llegando el servicio del Hotel Excelsior de Berlín, que el finado Doctor Muller ordenó trasladar a Palestina. Su alojamiento estará preparado esta misma noche si no le importa oír los martillazos de los últimos retoques.

—Gracias, general, pero por ahora seguiré aquí ¿Ha sufrido daños la sede de la conferencia?

—No, Statthalter —siguió Von Wiktorin—. Las sesiones se van a celebrar en a la Hospedería Notre Dame de Jerusalén, que también he ordenado revisar a fondo. Es un edificio magnífico que se encuentra algo alejado del lugar de la explosión de la bomba, por lo que no ha sufrido daños. Sin embargo, tras inspeccionarlo pensé que el esplendor arquitectónico no se une a la comodidad. Por ello he preferido mantener su residencia en el Hotel Rey David, el único hotel de la ciudad adecuado para recibirle.

Goering sonrió por primera vez en el día—. Gracias por su gentileza, general —se dirigió luego al coronel Von Tresckow—. Coronel, dígame lo que sabemos de los asesinos de Muller y Seyss-Inquart ¿Han sido los ingleses?

El general Von Wiktorin se retiró y ocupó su lugar el coronel de Estado Mayor—. Statthalter, lo hemos confirmado casi con total seguridad.

—Explíquese.

—Statthalter, hace una semana un hidroavión italiano descubrió un submarino inglés saliendo de Malta. La marina italiana fue alertada, pero el submarino pudo llegar hace tres días a la costa de Palestina. Allí capturó un pesquero árabe y ordenó a los pescadores que llevasen un comando de doce hombres a tierra. Creemos que luego se dirigió a Malta, donde hundió un petrolero ruso, para ser hundido a su vez por un destructor italiano, sin que hubiese supervivientes.

—Excelente. Siga, por favor.

—Statthalter, los ingleses sobornaron a los pescadores para que callasen y para garantizar su silencio les prometieron un segundo pago. Como los ingleses no se presentaron un árabe denunció lo ocurrido ayer, demasiado tarde para capturar al comando inglés. Los italianos pensaron con razón que si los pescadores no había hablado al principio era tan culpables como los demás, y los han detenido. El ejército alemán ha solicitado su entrega.

—¿Qué ocurrió con el comando inglés? —preguntó Goering.

—Solo podemos hacer suposiciones, porque no han dejado muchos rastros. Cruzaron la franja costera, seguramente por la noche y a pie, y se apostaron en la carretera de Jerusalén. Debieron observar la llegada de su avión personal y cuando luego pasó un coche de Alto Mando lo atacaron creyendo que era el suyo. La escolta del coche no tuvo ninguna oportunidad y pensamos que el comando asesino no sufrió bajas en la emboscada, porque no hemos hallado ni cuerpos ni manchas de sangre. Dejaron gran cantidad de casquillos de munición de factura inglesa y norteamericana.

—¿Han capturado al comando?

—Todavía no, Statthalter, pero no tardaremos. Para facilitar la caza ordené el toque de queda, prohibiendo la salida de la población a los campos, y he pedido a la Luftwaffe que patrulle la zona con todo lo que vuele. Esa medida no podrá impedir que los comandos escapen durante la noche, pero dificultará sus movimientos de día. He ofrecido una recompensa de diez mil marcos por cualquier información que ayude a capturarlos. La codicia impedirá que puedan refugiarse en ninguna aldea. Mientras he desplegado dos regimientos en estas posiciones —señaló en el mapa un amplio arco al norte y al sur de Latrún— y he instalado controles en las entradas de las ciudades y en los cruces de carreteras. Además he solicitado al general Messe la cesión de una división italiana para que se una a nuestros hombres en la persecución. Asimismo tenemos patrullas intentando seguir su rastro. No escaparán.

—Eso espero. Para terminar ¿cómo sabe que han sido ingleses? Podrían haberse disfrazado.

—Desde luego, Statthalter, pero tenemos otros indicios. No solo los ingleses se han atribuido lo ocurrido con sospechosa velocidad, sino que han atacado simultáneamente en Kenia y en Irak, donde el general Rommel está conteniendo el ataque con facilidad. El análisis de las comunicaciones radiofónicas ha demostrado que desde Chipre se enviaron mensajes de radio, seguidos casi inmediatamente de mensajes radiofónicos desde Londres. El ataque inglés se ha iniciado seis horas después, mostrando signos de una preparación minuciosa. Creemos o que el comando disponía de un equipo de radio portátil, o que desde Chipre estaban espiando nuestras comunicaciones. Cuando en Londres han sabido que el ataque se había producido han ordenado lanzar la ofensiva.

Goering calló un tiempo. Los presentes vieron como el dictador enrojecía de furia.

—Ese maldito Churchill ha pensado que con mi asesinato podría derrotar a Alemania —dijo Goering—. Estoy seguro que es el instigador de los otros atentados. Pero Churchill no me ha atacado a mí sino al Reich, y la venganza del Reich será recordada durante generaciones. Esta noche una ciudad inglesa pagará las consecuencias de la osadía de Churchill. Pero antes los esbirros de los ingleses deben saber que quien alce la mano contra el Reich la perderá. Empezaré aquí, en Palestina. Mariscal Kesselring.

El aludido pasó al frente y se cuadró—. A sus órdenes, Statthalter.

—Lamentablemente ha demostrado no estar capacitado para un puesto de responsabilidad. Le relevo del cargo de Gobernador de Palestina, en el que será sustituido provisionalmente por el general Von Wiktorin. El general Rommel se hará cargo de la dirección de las operaciones militares. Usted, Kesselring, embarcará hacia Berlín en el primer avión y pasará a quedar arrestado en su domicilio hasta que un tribunal militar le juzgue. Ahora váyase. No quiero verle ni un minuto más aquí.

Kesselring, cariacontecido, se retiró. Goering siguió:

—Caballeros, los enemigos del Reich asesinaron a nuestro amado Führer y luego han intentado matarme a mí. No volverá a suceder. Proclamo el decreto Noche y Niebla. No habrá ni detención ni juicio para los asesinos. Todos los implicados, aunque sea remotamente, en los atentados, desaparecerán. Los pescadores árabes. Todo el clan Husseini. Todos los empleados judíos del hotel de Jerusalén. Todos los judíos relacionados con los grupos terroristas… ¿Cómo se llamaban?

—Irgún y grupo Stern, Statthalter —dijo Von Wiktorin.

—Todos los enemigos de Alemania deben desaparecer como si no hubiesen existido. Extinguiré su estirpe, y por ello también desaparecerán sus familias completas hasta la segunda generación.

—¿También los niños, Statthalter? —preguntó el coronel, impresionado.

—Especialmente los niños. No dejaré que transmitan la herencia degenerada de sus padres. También se esfumará la población de las aldeas en las que vivan. Todos ellos serán detenidos. Los que se resistan serán ejecutados sumariamente y se hará desaparecer sus cadáveres.

—Statthalter, será imposible preparar instalaciones para tantos detenidos en tan poco tiempo —dijo Von Wiktorin.

—General ¿Quién dice nada de instalaciones? Una alambrada y unas ametralladoras. Solo importa que estén en lugares apartados. No se preocupe ni de alimentos ni nada de eso. Hagan las detenciones por la noche. Cuando acabe la conferencia será el momento de arrasar casas y pueblos y del exterminio. Para todos.

—¿Todos? —preguntó de nuevo el general.

—Todos. Hombres, mujeres y niños. Quemen los cadáveres y avienten las cenizas. O entiérrenlos. Lo que sea, pero que nadie vuelva a saber nada de ellos. Como si no hubiesen existido.

—Sí, Statthalter.

—Coronel Dinort—ordenó Goering—. Será usted el que se encargue del castigo del pueblo judío. Creo que hay una gran ciudad judía, Tel no sé qué.

—Tel Aviv, Statthalter.

—¿Hay cristianos o árabes en Tel Aviv?

—Muy pocos, Statthalter. Es una ciudad habitada casi exclusivamente por judíos.
—Magnífico. He pedido a Berlín un cargamento de bombas de gas, Fosgeno creo que es. Será la ocasión para probar el efecto del gas en una ciudad. En cuanto acabe la conferencia y se vayan las delegaciones extranjeras el general Von Wiktorin enviará tropas para cercar la ciudad, que deberán mantenerse a distancia. Entonces los bombarderos de mi Luftwaffe llevarán mi venganza a la raza judía. Noche y niebla caerán sobre los judíos de Palestina.
Última edición por Domper el Lun Oct 13, 2014 8:33 pm, editado 3 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 11, 2014 11:54 pm

Limpieza

Media mañana

Al coronel Raegener no le había agradado la tarea que el general Von Wiktorin le había encomendado antes de salir hacia Latrún: debía encargarse no solo de la seguridad del hotel, sino de adecentarlo para acoger a las delegaciones italiana y alemana, y especialmente a Goering y Mussolini.

La detención de los empleados judíos y la defección de los árabes habían dejado al edificio vacío. Un hotel sin servicio era intolerable, y Raegener envió patrullas a los otros hoteles jerosolimitanos para conseguir el personal que iba a necesitar. Sin embargo al coronel no se le escapaba que para los grupos terroristas era una ocasión inmejorable. Por ello ordenó que los nuevos empleados fuesen registrados exhaustivamente. Lo increíble fue que dos judíos llevaban pistolas escondidas, y a un árabe se le encontró una bomba de mano. Siguiendo la directiva de Goering los infractores fueron detenidos, aislados, interrogados y finalmente ejecutados. Aunque el coronel esperaba que el resto de los trabajadores aprendiese la lección, mantuvo los registros.

En primer lugar se procedió a la limpieza. La mayoría de las ventanas del ala norte habían reventado, y las habitaciones estaban llenas de cristales rotos y de escombros. Las cuadrillas de trabajadores limpiaron las dependencias bajo la atenta mirada de los centinelas. Simultáneamente cristaleros y escayolistas reparaban los daños, sustituyendo las ventanas dañadas por las de otras partes del hotel que no iban a estar a la vista. El trabajo siguió bajo medidas de seguridad extremas: los centinelas tenían órdenes de disparar contra cualquier trabajador que intentase abandonar los grupos, cualquier trabajador que fuese encontrado fuera de su puesto desaparecía, y las dependencias eran registradas a fondo una vez acababan las tareas, buscando bombas trampa. Las habitaciones de la planta noble fueron revisadas varias veces, y luego cerradas.

Mientras empezaron a llegar al hotel los hosteleros berlineses del hotel Excelsior, que iban a ser los únicos autorizados para entrar en la planta principal o a servir a los dictadores. Cada uno de los empleados se dirigió a su puesto de trabajo: cocineros a las cocinas, meseros a los comedores, y el sumiller, a la bodega.

Cuando Elmer Maurer revisó las existencias del hotel se asombró del pésimo gusto de los anteriores ocupantes ingleses: los vinos que encontró eran cosechas muy antiguas de bodegas desconocidas. Maurer pensó que los británicos eran unos snobs que no sabían que demasiados años arruinaban hasta al mejor vino. De todas formas lo comprobó: abrió algunas botellas, probó sorbos de los vinos, y los escupió con una mueca. Esos vinos ya eran malos cuando los embotellaron, y veinte años después no servían ni como vinagre.

Maurer pasó a revisar los vinos que había traído de Berlín, y una primera inspección le preocupó: el contenido de varias botellas había cambiado de su precioso color púrpura a uno amarillento cuajado de posos. Desechó esas botellas pero probó algunas otras. Siguió revisando sus existencias, y luego subió a la planta principal:

—Señor Fehling, tenemos un problema.

Jürgen Fehling era un ferviente nazi al que el fallecido Muller había encomendado la dirección el personal berlinés, y que se estaba encargando de la dirección del Rey David.

—Perdone ¿Usted es?
—Elmer Maurer, el sumiller.

—¿Qué ocurre, señor Maurer?

—Una catástrofe —dijo Maurer—. No tenemos vino.

—No le entiendo ¿No había bodega aquí?

—La bodega es una porquería, no serviría ni para una fonda de camioneros.

—¿Y los vinos que han traído de Berlín? —preguntó Fehling.

—Echados a perder. El viaje en avión, con ese traqueteo y tanto calor, los ha matado. El champagne y los blancos del Mosela pueden pasar, pero los tintos están arruinados ¿Qué podemos hacer?

El director del hotel pensó un poco y recordó un pasaje de la Biblia— ¿No fue aquí lo de las bodas de Caná? Algún vino habrá que sea presentable.

—Sí, pero ¿Cómo lo encuentro?

—Maurer, no sé si se ha fijado pero el hotel está lleno de prusianos aristócratas. Suelen ser unos bon vivants y seguro que ya conocen cada vino de esta tierra. Hablaré con el coronel que seguro que podrá ayudarnos.

Esa tarde el coronel Raegener hablaba con el capitán Von der Schulenburg.

—Capitán, tengo una tarea para usted. Le parecerá ridículo, pero por lo visto no hay ningún vino decente en el hotel. Sé que usted es un connoisseur y sabe distinguir entre vinos y orines. El encargado de los vinos del hotel dice que para lo que tiene mejor sirve agua de fregar. Necesito que le acompañe para encontrar algo que se pueda servir en la bodega del Statthalter.

El capitán pensó un momento, se le iluminó la cara y dijo—. Coronel, hay viñedos en las afueras de la ciudad. Seguro que encontraré alguna bebida digna del Statthalter.
Última edición por Domper el Dom Oct 12, 2014 5:38 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 11, 2014 11:57 pm

Negro

Mediodía

—Coronel, si no le importa le llevaré en mi coche.

El coronel Von Tresckow subió al coche de Von Wiktorin. El general hizo un gesto a su conductor y partieron hacia Jerusalén. Poco después de salir pasaron junto a la carcasa abrasada de un coche. Poco después se adentraban en el estrecho de Bab el Oued.

El general se encontraba ante un terrible dilema moral. Su vida había sido el servicio a su patria, pero lo que le acababa de escuchar en la reunión iba en contra de sus principios. Había aplaudido las medidas drásticas contra los terroristas, pero ¿Cómo podía ser terrorista un bebé recién nacido? Además le intrigaba algo que había oído decir a Goering.

—Coronel ¿escuchó lo que dijo el Statthalter del Führer?

El coronel Von Tresckow miró al conductor y dijo—. General, tanto calor en esta carretera llena de baches me está mareando ¿Le importará pedirle a su conductor que se detenga unos momentos? Un poco de aire me hará bien.

Los dos oficiales descendieron. Von Wiktorin preguntó al coronel— ¿Por qué me ha pedido que bajemos? Mi conductor es de toda confianza.

—Mi general, en estas últimas semanas he visto que en el Reich nadie es de confianza. La Gestapo la reclutado cientos de informadores. Preferiría hablar con usted sin testigos.

—Usted ha visto demasiadas películas de espías, pero si lo desea... Dígame: el Statthalter dijo algo del asesinato del Führer ¿no fue un complot de Heydrich?

—Según los rumores que corren, Goering usó el intento de golpe de estado de Himmler y Heydrich como pantalla, pero a Hitler le asesinó un francés. No se sabe mucho más.

—Eso quiere decir que pudo ser un conspiración y que no se ha descubierto a los participantes.

—Es posible, mi general.

Von Wiktorin miró al suelo y dijo—. Lamenté la muerte de Hitler, que nos llevó a la victoria sobre Francia, pero también esperaba que Goering fuese un líder más amable. Nunca pensé que le oiría ordenar el asesinato de niños.

—Mi general —dijo Von Tresckow—, le aseguro que escuchará esa orden más veces. No es todavía público, pero en Berlín estaban planeando deportar y eliminar a las poblaciones molestas: judíos, gitanos, eslavos.

El general miró al coronel y dijo—. No puede ser cierto.

—Usted ha estado esta tarde conmigo y ha oído a Goering. En Tel Aviv viven ciento cincuenta mil personas ¿Cree que todos son terroristas? ¿Cree que al que ha ordenado la destrucción de una ciudad le temblará la mano firmando sentencias de muerte?

El general calló unos momentos y luego dijo—. No podemos permitirlo.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 11, 2014 11:58 pm

Caza al hombre

Algo después

La “abuela” volvió a despegar. Aunque el Aufklärungsgruppe 121 había recibido los nuevos Focke Wulf 189, aun retenía unos pocos Hs 126 que habían dado un excelente servicio en Suez. El suboficial Meyer volvió a elevar su viejo avión, pero ahora su objetivo sería la caza del hombre. Cargado con cuatro bombas de cincuenta kilos, debía explorar cuidadosamente las colinas de Judea.

El avión sobrevoló la accidentada región, aprovechando sus buenas cualidades a baja velocidad para introducirse en los valles y observar detenidamente las veredas. Poco después observó movimiento y se lanzó contra el grupo, que resultó ser una patrulla alemana que ostentaba un panel naranja de identificación. Meyer hizo que su avión se elevase y siguió sobrevolando los montes.

Bajo unas sabinas el comando inglés esperaba a que el avión se alejase. Tras el atentado había escapado a la carrera: confiaban en que su excelente forma física les permitiese alejarse lo suficiente como para alejarse de las patrullas de búsqueda, adentrándose en las montañas. Luego seguirían hacia el Sur y finalmente se dirigirían hacia Gaza, donde esperaban robar alguna embarcación con la que dirigirse a Chipre. Se trataba de una marcha de sesenta millas que unos comandos entrenados podían hacer en dos noches.

Sin embargo la respuesta alemana fue fulgurante. Apenas habían superado la colina en la que habían preparado la emboscada cuando llegó la primera patrulla motorizada. Los ingleses ya no estaban a la vista de la carretera, pero apresuraron el paso: una reacción tan rápida no era buen presagio. Efectivamente: antes del atardecer un avión de reconocimiento empezó a describir círculos en la zona. En la media luz del atardecer era improbable que les viesen, pero forzó al comando a permanecer a cubierto hasta que se hizo de noche.

La noche fue tan oscura como la anterior, y la mísera luna creciente apenas proporcionaba iluminación. Sin poder orientarse salvo mediante la brújula y sin poder iluminar los mapas se perdieron, y lo único que pudieron hacer es seguir hacia el sur. En cierto momento estuvieron a punto de toparse con una aldea árabe, teniendo que salir corriendo cuando los perros ladraron. Durante la carrera a oscuras el soldado Muir cayó en una zanja y se lesionó el tobillo, retrasándoles más. Al amanecer comprobaron que sólo habían recorrido seis millas, la mitad de lo planeado. Cuando tras descansar unos minutos iban a reanudar la marcha, llegaron los aviones.

Durante todo el día los aviones de reconocimiento les sobrevolaron. Los comandos estaban seguros si se mantenían a cubierto, pero desde el cerro en el que se hallaban podían ver a las patrullas enemigas tomar posiciones en los caminos y en lo alto de las montañas. Si se movían durante las horas de luz serían descubiertos. El teniente O’Flaherty se resignó: esperarían hasta la noche y entonces tratarían de eludir el cerco.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Oct 11, 2014 11:59 pm

Pesquisas

Media tarde

El comisario Dietrich estaba volviendo a la ciudad. La reunión con el Statthalter había salido bastante mejor de lo que esperaba, y había conseguido ocultar que sospechaba del Muftí bastante antes que estallase su bomba. Afortunadamente la carretera de Jerusalén no entraba dentro de sus responsabilidades, por lo que no había sido reprendido por el atentado. Sin embargo sabía que Goering iba a tenerlo bajo sospecha, y más le valía mostrarse diligente.

Tenía un primer encargo del Statthalter: detener a todos aquellos que pudieran tener la más mínima relación con las bombas de Jerusalén. En parte sería un placer, pues le había prometido al Muftí que no solo le mataría sino que destruiría a su clan, y a Dietrich le gustaba cumplir sus promesas. Sin embargo le preocupaba la venganza contra los judíos. Temía lo que ocurriese en Palestina cuando la Luftwaffe destruyese Tel Aviv. Los judíos se sublevarían y un mar de sangre cubriría Oriente Medio. No es que los judíos le resultasen simpáticos, pero tras haber tenido que integrar a algunos de ellos en su equipo como traductores había llegado a respetarles, mientras que cada día le repugnaba más la doblez de los “efendis” árabes. Alemania se equivocaría si elegía a los árabes.

Pero sus preocupaciones inmediatas eran otras. Había descabezado dos complots contra Goering, pero ¿no habría más asesinos esperando en la sombra? El clan Husseini o el grupo Stern ya no suponían ninguna amenaza, y la orden del Statthalter del perseguirlos le iba a impedir concentrarse en su misión principal: garantizar la seguridad de la conferencia y, especialmente, la de Goering. Finalmente decidió encomendar a sus subordinados la persecución de los Husseini y el interrogatorio de los judíos. Sepp Dietrich seguiría dedicando su cuerpo y su alma a la protección el líder de Alemania.

El coche se detuvo ante el cafetín de Katamon. El comisario se había aficionado al espeso café turco, y tomar una taza le ayudaría a sobrellevar la fatiga. Cuando iba a entrar reconoció las facciones de un árabe que sentado junto a la puerta fumaba de una pipa de agua. Dietrich le saludó y pasó al reservado. Poco después entraba el árabe.

—Señor Rabin, no esperaba verle tan pronto.

—Comisario Dietrich, para mí tampoco es ningún placer. Pero después de que usted matase ayer al muftí se ha hecho acreedor del agradecimiento de la Haganá.

—Señor Rabin, Amin el-Husseini murió en el tiroteo…

—La gente se muere cuando un comisario le pone una pistola en la sien y dispara. Me gusta lo que la justicia alemana ha hecho con ese asesino, y yo a cambio le haré un favor.

Dietrich pensó cual sería el favor que Rabin le haría si supiese lo que se preparaba contra Tel Aviv. Sin embargo no era cuestión de rechazar la ayuda de nadie— ¿Tiene algo para mí, señor Rabin? —preguntó.

—No sé si será importante, pero me llamó la atención. El otro día una patrulla alemana incautó en la Universidad Hebrea gran cantidad de productos químicos. Ácidos fuertes, material para manipularlos, etcétera.

—Tendrán órdenes de registrarlo todo.

—Supongo —dijo Rabin—. Pero le interesará saber que un profesor de Química me ha dicho que esos productos químicos resultan ideales para fabricar explosivos ¿Es que su ejército no tiene explosivos? ¿Para qué querrá esos ácidos su ejército? —Rabin se levantó y salió.

Poco después salió Dietrich y subió a su coche, mientras pensaba en el soplo de Rabin. Por eso no vio como alguien lo espiaba tras de una celosía.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 12, 2014 12:00 am

Comitivas

Cae la tarde

A lo largo de la mañana las primeras legaciones de los países miembros de la Unión Paneuropea fueron llegando al aeropuerto de Lidda.

A media mañana llegó uno de los aviones más modernos de Europa: un SNCASE SE.161 Languedoc, que llevaba al Presidente del Consejo de Ministros de Francia Pierre Laval, y a Pierre Pucheu, ministro del Interior y ferviente admirador de Alemania. Los curiosos que admiraban las finas líneas del cuatrimotor francés no podían saber que la elegante aeronave no era sino un prototipo, finalizado a toda prisa como avión de representación, para que la delegación francesa no tuviese que sufrir el bochorno de viajar en renqueantes biplanos.

Aviones Focke-Wulf Fw 200 y Junkers Ju 90 de Lufthansa transportaron las delegaciones de otros estados europeos: los reyes de Rumania, Bulgaria e incluso el rey Pablo de Yugoslavia, que se había atrevido a dejar su tambaleante trono para rendir pleitesía al dictador Goering. Los ministros de Asuntos Exteriores de Hungría, España y Finlandia llegaron poco después. Cuando los aviones llegaban una guardia de honor presentaba armas mientras descendían los dignatarios, mientras una banda de música tocaba los himnos nacionales de las embajadas.

A pesar de la magnificencia de las delegaciones el espectáculo estaba siendo deslucido: para evitar el riesgo de ataques británicos los aviones habían seguido largos trayectos sobrevolando Italia, Libia y Egipto. El largo viaje bajo el abrasador sol mediterráneo agotó a los dignatarios, cuyo descenso por las escalerillas fue todo menos digno. La banda de música, procedente de la 23ª División de Infantería, apenas había podido ensayar, y su interpretación de los himnos nacionales resultó como poco original. El ministro español Serrano Suñer se sorprendió al ser recibido bajo los acordes del Himno de Riego, el de la República Española.

Los vehículos que recogieron a las delegaciones eran casi todos coches militares adecentados a toda prisa, pero con interior espartano. En ellos los asistentes a la conferencia recorrieron los sofocantes kilómetros que los separaban de Jerusalén. Finalmente llegaron a la Hospedería Notre Dame de Jerusalén: un edificio impresionante, construido gracias a las donaciones de los católicos franceses, que deseaban que su albergue fuese el mejor de Jerusalén. Y lo era… por fuera, porque las habitaciones eran poco más que celdas para peregrinos y no las habitaciones de lujo que deseaban sus augustos huéspedes.

Al atardecer llegó la delegación más esperada: los cinco trimotores Savoia Marchetti SM.75 que llevaban al Duce y a su séquito. El mismo Goering salió a la pista a recibir a Mussolini. Tras fundirse en un abrazo, montaron en un lujoso Mercedes y se dirigieron a Latrún, donde pasarían la noche, para hacer a la mañana siguiente su entrada triunfal en la Ciudad Santa.

Mussolini prefirió no preguntar por qué su vehículo era escoltado por nada menos que veinte coches blindados.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 12, 2014 12:01 am

Fuego

Noche cerrada

Los aviones del coronel Fink se acercaban a su objetivo.

Tras los ataques a Londres, a Manchester y a Bristol el coronel había estado reflexionando en los efectos de las bombas. La concentración en el tiempo y en el espacio estaba funcionando muy bien: desbordaba las defensas inglesas y saturaba a los medios de rescate. Pero lo que no estaba funcionando bien era la mezcla de bombas. Las bombas explosivas estaban causando tremendos daños, y por lo general el punto atacado quedaba como un paisaje lunar. Pero las bombas incendiarias caían sobre los escombros y apenas causaban unos pocos incendios, que eran apagados a su vez por nuevas bombas explosivas.

Estaba pensando en utilizar una nueva mezcla de bombas cuando recibió una llamada urgente de Berlín: el Statthalter había ordenado que se lanzase esa noche un ataque que fuese lo más destructivo y letal posible. Fink pensó que era el momento de probar su nueva mezcla.

A las diez de la noche comenzaron a despegar de los aeródromos de Francia decenas de cazas bimotores Bf.110. Tras las pruebas hechas con los equipos de radar ingleses capturados habían visto que añadiendo unos pocos paneles metálicos de formas irregulares se podía aumentar muchísimo el retorno de la onda de radar: para los radares ingleses cada caza parecería un bombardero. Los bimotores se dirigieron hacia diferentes ciudades de Inglaterra siguiendo el mismo patrón de vuelo que los pesados bombarderos, pero prestos a usar su agilidad y potencia si eran atacados por los cazas nocturnos ingleses.

Poco después de despegar los aviones fueron detectados por los radares de largo alcance, y por toda Inglaterra empezaron a sonar las sirenas.

Entre la nube de aviones también estaban los bombarderos Do.217 del KG.100. Los radiofaros situados en la costa francesa guiaron a los aviones hacia su objetivo: Sheffield. La ciudad había sufrido dos terribles ataques en invierno, pero aun permanecía intacta en su mayor parte Finck pensaba que las estrechas calles medievales favorecerían los incendios, por lo que la ciudad fue elegida para experimentar la sed de venganza de Goering.

En el Dornier Do.217E-3 el operador de radio prestaba atención a su sistema de navegación Wotan. Sin embargo el equipo parecía defectuoso: en las últimas semanas había funcionado cada vez peor. Los alemanes no sabían que los físicos ingleses estaban interfiriendo con el sistema, sino que creían que se debía a una avería. Pero en esa noche veraniega se podría usar otro sistema para aumentar la precisión. El haz de radio se usaría solo para indicar al dirección general del objetivo, y mediante un cronómetro se tendría un sistema de cálculo de la distancia independiente de la señal codificada. Cuando el piloto creyó que estaba sobre la ciudad, lanzó varias bengalas y empezó a girar en círculos. A la luz de las bengalas identificó el río Don y los puentes que lo cruzaban, y entonces voló hacia el sur: su objetivo, la ciudad vieja, estaba a medio kilómetro al sur del río.

Los habitantes de Sheffield estaban disfrutando de una noche veraniega, casi demasiado cálida, cuando sonaron las sirenas. Se apresuraron a los refugios mientras esperaban que fuese otra ciudad la atacada. Pero los estallidos de la artillería antiaérea y el ruido de los motores les hizo saber que iba a ser su querida ciudad la que soportase las bombas alemanas. Desde los tejados los vigilantes de incendios vieron las guirnaldas de bengalas blancas que caían sobre el puente, y luego una lluvia de bengalas rojas directamente sobre su cabeza.

Los primeros aviones, liderados por el coronel Fink, abrieron sus puertas y lanzaron sus bombas: grandes barriles cargados de una tonelada de explosivos, desprovistos de paracaídas, y con espoletas instantáneas. Al alcanzar el suelo estallaron, rompiendo las ventanas de la ciudad, tirando tabiques, reventando las conducciones de agua y gas, y arrancando los tejados. Luego se lanzaron las bombas incendiarias de gasolina y de fósforo, que cayeron sobre las casas cuyos tejados habían desaparecido. Los viejos edificios estaban llenas de materia combustible: muebles, ajuar, cortinas, vigas y techos de madera… Más de 50 kg de materias combustibles por metro cuadrado, que empezaron a arder violentamente.

Las explosiones y el fuego actuaron como reclamo para la fuerza principal de bombardeo, trescientos cincuenta aviones Ju-88 y He-111, que lanzaron miles de bombas incendiarias. Desde las cabinas de los cazas nocturnos ingleses Bristol Beaufighter veían el resplandor de los incendios, y clamaban a los controladores para que les dejasen dirigirse hacia la conflagración. Pero el radar de tierra seguía detectando la llegada de nubes de bombarderos, en la realidad rápidos cazas Bf.11o, y los controladores seguían enviando a los cazas nocturnos a fútiles intentos de persecución.

En cincuenta minutos los bombarderos habían lanzado sus bombas y regresaron a sus bases. En Sheffield algunos aventureros intentaron salir de los refugios, pero todavía no se había declarado el cese de alerta y los vigilantes de seguridad lo impidieron. Mientras seguían llegando bombarderos: una fuerza de cazabombarderos Bf.110 que lanzaban bombas ligeras, cuyo objetivo no era destruir nada sino mantener a la gente en los refugios. Desde sus puertas los vigilantes oían rugir a los incendios y notaban la creciente fuerza del viento.

En las viejas casas los fuegos se extendieron y se unieron, y empezaron a saltar las estrechas calles. El humo sobrecalentado se elevó y el vacío aspiró el aire circundante con fuerza de temporal. El viento avivó los incendios alcanzándose temperaturas superiores al millar de grados. El asfalto de las calles se fundió y ardió, se consumió el oxígeno, y se formaron enormes cantidades del venenoso monóxido de carbono.

Cuando el humo empezó a entrar en los refugios la gente se alarmó e intentó escapar. Al salir a las calles se encontraron un espectáculo propio del infierno: los pisos altos ardían y el fuerte viendo que llevaba nubes de ceniza arrastraba a la gente hacia las llamas. Algunos volvieron a los refugios sin saber que el monóxido de carbono los convertiría en cámaras de gas. Otros intentaron encontrar la salida del laberinto de fuego, pero muchos no la hallaron.

Algunos equipos de bomberos intentaron adentrarse en la ciudad, pero el viento y los tornados de fuego los arrastraron. Tras desaparecer tres equipos completos, el resto esperaron a que el fuego se extinguiese por sí solo. El incendio era tan caliente y tan violento que cuatro horas después apenas quedaba nada combustible en lo que había sido el centro de la ciudad.

La venganza de Goering había caído sobre Sheffield.
Última edición por Domper el Dom Oct 12, 2014 5:42 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 12, 2014 12:59 am

Pues ya está leído, Domper :D

Muy bien y entretenido, como siempre.
La matanza que se prepara en Palestina me parece terrible, espero que algún alemán juicioso lo impida, aunque no me imagino cómo :?

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 12, 2014 3:10 am

Me da a mi que al final Goering va a caer a manos alemanas...

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 12, 2014 1:45 pm

Pues sí, a ver si alguien con un mínimo de decencia es capaz de parar los planes del Gordo Hermann. Y es que rascas un poco y en seguida aparece la pasta de la que están hechos los hijos de padre de más que dudosa identidad.

El ministro español Serrano Suñer se sorprendió al ser recibido bajo los acordes del Himno de Riego, el de la República Española.


Parece que hay cosas que no sólo pasan en las finales de Copa Davis. :mrgreen:

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Oct 12, 2014 2:22 pm

Capitan Miller escribió:
Parece que hay cosas que no sólo pasan en las finales de Copa Davis. :mrgreen:
Saludos.


Jajajaj. Cierto, pensé lo mismo. :D :D
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