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Españoles que participaron en el conflicto
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Españoles contra Rommel

Lun Abr 09, 2007 11:11 am

Españoles contra Rommel.

Porque no todos los españoles lucharon con Leclerc o con Muñoz Grandes.

En el año 1942, 3.500 hombres, bajo el mando del general francés Koenig, se atrincheraron en Bir-Hakeim dispuestos a frenar, con su sacrificio, el avance del Afrika Korps, de Rommel, y del Cuerpo Expedicionario italiano por el desierto libio, con el Canal de Suez como primer objetivo.

Cerca de 1.000 de ellos eran españoles -ex soldados del Ejército Popular republicano- y constituyeron la fuerza de choque del campo atrincherado durante las dos semanas que duró el asedio. El testimonio del primer general francés, Béthouart, que mandó españoles, fue éste:

"La 13 Semi-Brigada de la Legión Extranjera estaba integrada, en particular, por unos 900 españoles, morenos, alborotadores, difíciles de mandar, pero de una valentía extraordinaria". Otro, no menos valioso, el del joven capitán -hoy general-, Jacques París de la Bollardiére, que luchó al lado de los españoles de la citada unidad Noruega, en África y en Italia, nos dice en una de sus cartas: "... (los españoles) eran altivos y humildes a la vez, valientes..., uno de ellos, el joven Zapico, un vasco, murió a mi lado -al volante de nuestro jeep- en plena batalla de Bir-Hakeim, en la que yo también fui gravemente herido".

Aunque en determinadas "memorias" se insiste en lo difíciles que eran de mandar -no de manejar- los españoles, y pese a que todos ellos habían pasado por la piedra de molino de Siddi-Bel-Abbés, no se hace la menor alusión a repercusiones negativas, en el plano militar, de esa peculiaridad al parecer tan ibérica. En cambio, por su eficacia sobre el terreno, a menudo en trances delicadísimos, se les puede considerar soldados fuera de serie. ¿Porque venían fogueados de nuestra guerra civil? Algo de eso hubo, pero el "quid" de la cuestión estaba en la conciencia adquirida, a través de esos años de lucha, de que estaban defendiendo algo importante y que esta defensa requería una acción sostenida contra enemigos bien definidos, con los que ya se habían enfrentado por tierras de España: la Alemania nazi y la Italia fascista. Es lo que forzará la admiración ajena, ya sea en los fiordos noruegos, en la Unión Soviética, en Europa o por el continente africano: con estos españoles no hay quien pueda, "¡Son indestructibles", dirá el general Koenig al capitán de la Bollardiére, durante los combates para abrir una brecha y evacuar el campo atrincherado de Bir-Hakeim. Recordemos el incidente que se produjo en Noruega, cuando un oficial francés mandó a un español que rematase a un alemán malherido, tras haber ocupado el arma blanca la famosa cota 220: "¡Hala, dale fuerte y véngate de lo que os hicieron en España!" Entonces, el español se enfrentó, como loco, con el oficial, gritándole: "Pero ¿usted qué se ha creído que somos los españoles? ¿Unos asesinos?" Si no interviene el sargento Gayoso, el joven legionario ensarta al francés de un bayonetazo". El Cuerpo Expedicionario francés destinado a Noruega -que acababa de ser ocupada por los alemanes- comprendía la 13 SemiBrigada de la Legión Extranjera (Batallones 1° y 2°), unos 2.000 hombres, de los cuales casi la mitad eran republicanos españoles. Se formó en el campo militar de la Vallbonne, al pie de los Alpes. Allí se crearían también otras unidades legionarias que serían destinadas a la Línea Maginot. Antes de entrar en combate en el campo atrincherado de Bir-Hakeim -mayo de 1942- los españoles de la 13 Semi-Brigada realizarán una larga marcha que los llevará desde Noruega, pasando por Francia e Inglaterra, hasta el africano Camerún.


http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?t=297

Re: Españoles contra Rommel

Dom Sep 13, 2020 8:51 pm

Bir Hakeim era un antiguo fortín otomano situado a unos 65 kilómetros al suroeste de Tobruk, en Libia. Según el general Bernard Saint Hillier, era “un simple cruce de pistas en un desierto árido, pedregoso y desnudo que barren los vientos de arena”. Era poca más que una pequeña estación de aguada enclavada en un cruce de pistas al borde de los inmensos arenales de Cirenaica. Al noroeste, en la cota 186, se encuentran lo que llaman “Les Mamelles” (Las Tetas), unos pequeños montículos que son dos antiguas cisternas recubiertas por la arena. A tres kilómetros al sur, en línea recta, se encuentran los vestigios de un antiguo fortín árabe. Entre ambos y a la derecha se extendía la posición militar de Bir Hakeim.

Para frenar a Rommel se defiende cada duna, y Bir Hakeim cae primer bajo la responsabilidad de tropas neozelandesas procedentes de Siria y luego de de la Francia Libre, según el plan del general Ritchie, al frente del 8º Ejército Británico, quien ideó una línea defensiva de norte a sur con posiciones fortificadas –conocidas como boxes (cajas)–, de las cuales la más meridional era Bir Hakeim.

Los boxes más reforzados se hallaban al norte, en Ain-el-Gazala y en Gott-el-Oualeb y la protección de Bir Hakeim fue encargada a la 1a Brigada de la Francia Libre. Estaba compuesta por 13ª Demi-Brigade de la Legión Extranjera bajo el mando del coronel Dimitri Amilakvari, un príncipe georgiano que había luchado junto a los rusos blanco y por otra Demi-Brigade y dos batallones de infantería de marina formados por franceses, subsaharianos, magrebíes, libaneses, polinesios e indochinos.

Como ya he dicho en el post anterior, alrededor de millar de legionarios, sobre cuya cifra exacta no hay consenso entre los historiadores, eran republicanos españoles –algunos de ellos ya habían combatido en Noruega y Siria y lo harían más tarde en Italia y en Normandía–, muchos militantes socialistas, anarquistas o miembros del POUM.

La 1a Brigada mandada por el general de brigada Marie-Pierre Koenig. En unos días, sus hombres convirtieron Bir Hakeim en un campo atrincherado en forma triangular con un perímetro de 17 kilómetros rodeado de alambradas, trincheras y un campo fuertemente minado. Unas obras que Koenig supervisaba subido a la moto sidecar conducida por su enlace, un español apellidado Carrillo.

Cuando Rommel lalnza los tanques conta Bir Hakeim y éstos atacan el sector que defienden los legionarios españoles, éstos abren fuego con todo, incluso con los antiaéreos. En medio del caos, tiene lugar un acto casi temerario de defensa, que conocemos gracias a declaraciones que el entonces capitán de Bollardière hizo al historiador Erwan Bergot, que narra así lo sucedido: “Por encima de aquella barahúnda artillera, se empezaron a oír gritos en español, mientras los tanques italianos iban y venían, aplastando todo lo que salía al paso y ametrallando a mansalva. Parece que los estoy oyendo: ‘¡Cómo en Madrid, camaradas! ¡A por ellos!’”.

"Las botellas de gasolina saltaban por todos lados: aquello fue una especie de fuegos artificiales totalmente desconocida para nosotros, si bien es cierto que los legionarios los habían practicado ya en Noruega, aunque en escala mucho más reducida…”. Aquel episodio acabaría siendo conocido como “el recital español de Bir Hakeim” por la bravura de los soldados de nuestros país, que sin embargo no pudieron evitar la tragedia.

Cuando los atacantes se replegaron, dejaron en el campo de batalla 36 blindados y 90 soldados capturados. En los 45 minutos que duraron los combates, la División “Ariete” quedó reducida a 46 tanques, según cuenta Joaquín Mañes Postigo en su libro La Legión Extranjera y sus españoles (1831-2017).

El cabo 1º de la artillería antitanques era el barcelonés José Millán Vicente, que narra aquel éxito principalmente coronado por españoles: “Las tres cuartas partes de los tanques italianos puestos fuera de combate lo fueron por los antitanques del 75. Y esto, a los españoles, además de restablecer la verdad, no nos quita el menor mérito; puesto que, de los tres pelotones de antitanques que operaron frente a las oleadas de blindados italianos infiltrados, dos estaban mandados por gente nuestra: uno por Enrique Marco Nadal, de Valencia, y el otro por José, Artero, de Tarrassa. Yo combatía con Enrique”.

Las cosas se complicarían cuando el 1 de junio Koenig recibe la noticia de que la principal posición de la línea defensiva, Gott-el-Oualeb, había caído y que el batallón enviado en su ayuda regresa mermado. De esa forma, el Zorro del Desierto tenía vía libre para tomar Tobruk. Sin embargo, Rommel no estaba dispuesto a dejar en su retaguardia un enclave tan peligroso como Bir Hakeim. Los hombres de Koenig estan solos.

Re: Españoles contra Rommel

Dom Sep 13, 2020 8:59 pm

El siguiente ataque tuvo lugar a las 7 de la mañana del 2 de junio de 1942, encabezado por la 90 División Ligera alemana y de la división motorizada italiana Trieste. Durante todo el día cae un constante diluvio de artillería sobre la posición aliada, que se niega rendirse, resistiendo como puede, con el apoyo de la RAF, y de la artillería de la 7ª Brigada Motorizada británica. A pesar de lo encarnizado de la batalla, algunos españoles señalaron que en el Ebro lo habían pasado peor, para asombro de sus compañeros.

El más implacable de los bombardeos aéreos tuvo lugar en la madrugada del 8 de junio, tras ordenar Rommel el ataque final. Pero aún así seguían resistiendo; a pesar de que el calor era insoportable, de que los víveres, el agua y la munición se estaban agotando.

El 9, desesperado, Rommel lanzó un nuevo ataque. Esa tarde, ya prácticamente sin reservas de ningún tipo, el mando del 8o Ejército, que había podido replegarse gracias a la resistencia de Bir Hakeim, comunica a Koenig que deben evacuar la posición, lo que harán en la noche del 10, pero hasta ese delicado momento, a lo largo del día, sufrirían el mayor ataque aéreo de todo el sitio. Los alemanes aprovecharon la confusión para abrir una brecha en la línea defensiva, pero los legionarios y las tanquetas, comandados por el capitán Pierre Messmer –futuro primer ministro galo–, lograrían, una vez más, repelerlos. Un asedio terrible y una resistencia heroica. Pero aún quedaba lo peor: preparar la evacuación.

En una orden confidencial se indicó que los zapadores de la Legión Extranjera, apenas caída la noche, debían abrir en la zona minada un corredor para la evasión y reunirse en un determinado mojón de la pista militar número 837, a unos 10 km al noreste del fortín. Los legionarios, la mayoría de ellos eran españolas, fueron los primeros en salir para hacer frente en los flancos del corredor al enemigo, hasta que el resto de la brigada salió de Bir Hakeim. Las tropas en retirada se avalanzaron hacia el sudoeste en pequeños grupos motorizados, destacando los Bren Carrier del capitán Lamaze, que fue uno de los que cayó en la retirada.

El general Koenig, junto con Amilakvari, atravesó un campamento enemigo con su vehículo, que curiosamente estaba conducido por la única mujer en las filas de la Legión Extranjera, la inglesa Susan Travers, y logró, con una dosis tremenda de habilidad y de suerte a la vez, ponerse a salvo en Gasr el Abid. Sobre las ocho de la mañana del día 11 la mayoría de los hombres de la Brigada francesa habían llegado a las líneas británicas, aunque, como señala Mañes Postigo, hasta varios días después se estuvieron rescatando a grupos aislados.

El legionario barcelonés Millán Vicente lo contaba así en el libro de E. Pons Prades: "Nosotros salimos poco antes de media noche. Teníamos cita con los elementos motorizados británicos en un punto donde los ingleses tenían instalada una gasolinera volante. Yo salí junto con uno de Terrasa, José Artero, que caería prisionero aquel mismo día. Perdimos a bastante gente a causa de los ametrallamientos aéreos y otros se despistaron y no encontraron los camiones. Tres jornadas duró nuestra marcha y a medida que nos recuperaban, los ingleses nos enviaban a Ismailia, a orillas del Nilo, donde se reorganizaría la 13 Semi-Brigada”.

Unos pocos que lograron cruzar el cerco, aparecieron hasta una semana después ante las posiciones británicas, entre los que se encontraban legionarios españoles, como Rufí el Yayo, barcelonés, que era un cadáver andante, tal y como lo describió Millán Vicente en el libro de Pons Prades.

De los 3.703 hombres de la brigada, 2.700 efectivos lograron romper el cerco y reagruparse en las líneas británicas. Cuando los alemanes entraron en el campo, el día 11 de junio, 93 de sus últimos defensores perdieron la vida y los alemanes se hicieron cargo de casi un centenar y medio de heridos y otros tantos prisioneros que fueron enviados a Bizerta, en Túnez, y allí embarcados con destino a Italia.

El mayor logro aliado de la batalla de Bir Hakeim, a pesar de la derrota, fue la ralentización de la ofensiva alemana sobre el Canal de Suez. El propio Winston Churchill señaló: “Al retrasar quince días la ofensiva de Rommel, los franceses libres de Bir Hakeim han contribuido a salvaguardar la suerte de Egipto y del Canal de Suez”, incluido aquel “recital español” que merece su lugar en la historia.

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