Influencia, comportamientos, sociedad...
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El Jazz en la Alemania nazi

Mié Feb 20, 2008 6:35 pm

EL JAZZ EN LA ALEMANIA NAZI
por Miguel Bronfman


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De un poster de una exhibición Nazi sobre música "decadente" (Entarterte).



"Sweet Georgia Brown" Sidney Bechet y su banda, 1958




INTRODUCCIÓN. EL JAZZ EN EUROPA ANTES DEL NAZISMO.

El jazz nació en los Estados Unidos de Norteamérica, a finales del siglo XIX, a través de un proceso que empezó en el sur, más puntualmente en New Orleans y sus alrededores, pero que después tuvo su cristalización en ciudades como Chicago y Nueva York.

A comienzos de los años 20, ya pueden distinguirse las primeras expresiones de lo que hoy conocemos como jazz, más definidas y diferenciadas de sus antecesores inmediatos como el ragtime, las canciones religiosas -gospel-, las work songs cantadas por los esclavos, el blues en su forma más primitiva, o las restantes influencias, latinas y españolas, como la habanera cubana, por ejemplo. Sin embargo, como esta música se había originado, a pesar de esas múltiples influencias, entre los negros del sur, ex esclavos o hijos directos de esclavos, en la sociedad blanca de Estados Unidos tardó muchos años en ser aceptada como una forma musical válida, y ser considerada una forma artística más allá de un mero entretenimiento de los negros recién emancipados.

Por el contrario, en Europa el jazz fue aceptado mucho más rápidamente, en especial por las elites intelectuales y artísticas de Inglaterra y Francia, y luego también de otros países como Alemania. Para los europeos el jazz era realmente una expresión artística de valor, que representaba además el "modernismo" de la época, particularmente en los años de entreguerra. Así se explica, por ejemplo, que figuras como Louis Armostrong o Duke Ellington experimentaran grandes éxitos antes en Inglaterra y Francia que en su país de origen, o que los primeros críticos y estudiosos de la música que se ocuparan del jazz fueran europeos, o que compositores como Maurice Ravel e Igor Stravinsky estuvieran fascinados con el jazz, cuando en Estados Unidos la clase intelectual dominante lo despreciaba abiertamente.

Al mismo tiempo que el jazz recibía esta aceptación de la clase intelectual y cultural europea, también empezaba a ser recibido a un nivel más popular: a mediados de los años 20 se había logrado ya cierta estabilidad económica, flotaba en el ambiente un espíritu de liberalidad, y la gente tenía más tiempo y recursos para destinar a la diversión y a pasarla bien. En estos años además, el jazz comenzó a convertirse en una música bailable, especialmente para la juventud; aparecieron las grandes orquestas y de ahí su rápido y enorme éxito a nivel popular. En aquélla época el baile como punto de congregación social, como mero divertimento, era ya una actividad institucionalizada, y el jazz y sus músicas afines ocupaban el lugar central en esta nueva actividad.

Así fue como, y ya ocupándonos puntualmente de Berlín, a medidados de los años 20 la actividad musical era sumamente intensa. La célebre bailarina norteamericana Josphine Baker, que venía de tener un éxito rotundo e impresionante en Francia, relata con asombro en su autobiografía la intensa vida nocturna que había en Berlín.

El gran Sidney Bechet ( a quien escucha Ud. ahora), pionero de la nueva música de New Orleans junto a Louis Armstrong entre la primera y la segunda década del siglo, y primer saxofonista de importancia en la historia del jazz, estuvo entre 1929 y 1931 precisamente en la capital alemana, tocando por las noches en el Wild-West-Bar de Berlín. Bechet recordaría, años después, que por lo menos seis bandas de jazz se turnaban compartiendo el cartel del lugar, lo cual brinda una idea aproximada de la intensa actividad jazzística de la ciudad.

Cuando hablamos de jazz en los años treinta, tanto en Estados Unidos como en Europa, nos referimos a los dos estilos predominantes hasta ese entonces: la música "hot" (Louis Armstrong, por ejemplo, y los continuadores de las escuelas de New Orleans y del "Dixieland") y el Swing, representado mayoritariamente por las "Big bands" más famosas de la época (Duke Ellington, Count Basie, Benny Goodman) claramente más comercial, con melodías pegadizas y fáciles de cantar y, lógicamente, más bailable.

Por estas características fue que el "Swing", en los años treinta, llegó a convertirse en sinónimo de jazz, y era casi con exclusividad la música que se tocaba en los salones de baile. Era la música que bailaba la juventud, tanto en Estados Unidos como en Europa, con un "desenfreno" tal que el totalitarismo nazi no estaría dispuesto a permitir.

En lo que tiene que ver con el jazz o músicas bailables, los lugares eran básicamente tres: los famosos cabarets; los tés de las cinco de la tarde -costumbre importada de Inglaterra- que se llevaban a cabo en grandes salones, la mayoría en hoteles; y los cafés nocturnos. En estos espacios, poco a poco, comenzaban a ganar protagonismo las bandas u orquestas de jazz. En muchos casos eran grupos extranjeros -principalmente de Inglaterra; también de Estados Unidos y Francia- pero también alemanes. Estos músicos alemanes profesaban gran admiración por los músicos de Estados Unidos, en particular por los negros, y aunque hoy cueste creerlo, muchas bandas alemanas se peleaban por los servicios de músicos negros que decidían quedarse un tiempo. No toda la música que se tocaba en estos contextos era exactamente jazz, pero sin duda estaba cercanamente ligada a él, y por cierto que para ser bailable necesitaba del ritmo y la síncopa característica del jazz.

En este crecimiento vertiginoso, el jazz rápidamente quedó asociado a lo moderno, estrechamente vinculado con otras revoluciones en el mundo artístico, que encarnaban ideas de democracia y liberalidad. El caso más claro fue la escuela de arquitectura del Bauhaus, que tenía entre sus alumnos su propia banda de jazz.


(continúa)


Salu-2
Última edición por Roul Wallenberg el Mié Feb 27, 2008 12:36 am, editado 5 veces en total

Mié Feb 20, 2008 8:51 pm

La verdad, amigo Raoul, es que no dejas de sorprendernos con tus siempre interesantísimos temas. :wink:
Ya de entrada el cartel es espectacular: Negro y Judío. ¡ eso es talante nazi, sí, señor !, y, seguramente que también
estaría cojo. Ya te digo. Y una anécdota, con respecto a " Sweet Georgia Brown ". Esta canción fué la escogida, entre otras, por un conocido cantante local Británico, a principio de los 60´s, para grabar en unos estudios en Hamburgo (Alemania). El cantante era Tony Sheridan, y el conjunto que lo acompañaba y le hacía los coros, unos zarapastrosos muchachos de Liverpool, a quienes nadie conocía: Los Beatles.
¡ Esperando la continuación, Raoul !

:D Un saludo cordial.
García-Morato.

Mié Feb 20, 2008 10:03 pm

Buena info Raoul. :)

Inmediatamente me ha hecho recordar una película que trataba el tema, el título original era Swing Kids, y en España se llamó Rebeldes del Swing. No es que se trate de un peliculón, pero merece la pena verla para conocer el fenómeno de los -Swing Kids- en Alemania y su represión por parte del gobierno nazi. Creo que voy a colgar un post sobre ella en el subforo de Películas.

Saludos.

El Jazz en la Alemania nazi (Parte II)

Jue Feb 21, 2008 2:10 am

Gracias por el entusiasta estímulo, y espero les agrade la música anexa.

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Sección central del tríptico "Grosstadt" (Gran ciudad) realizado entre 1927 y 28 por Otto Dix (1891-1969). Es una evocación del período de Gershwin (1898-1937).

"Bean's Self Portrait" por Coleman Hawkins y Duke Ellington, 1962




SITUACIÓN POSTERIOR A LA TOMA DEL PODER POR EL NACIONALSOCIALISMO.

El nacionalsocialismo hitleriano erigió la idea de una "comunidad nacional" o "comunidad del pueblo" como estandarte fundamental, tras la cual debía alinearse toda la nación alemana. Coherente con ello, una vez en el poder se verificó un veloz proceso de supresión y coordinación de todas las fuerzas e instituciones políticas, sociales y culturales. Consecuentemente, para imponer la ideología oficial por medio del terror, el nazismo se valió de un monopolio absoluto de la dirección de todos los medios de comunicación masiva como la prensa, el cine y fundamentalmente la radio, alcanzando a través de ellos a todas las expresiones culturales y artísticas, incluida la música.

Así fue como el totalitarismo nazi además de la carrera armamentista, se ocupó de establecer un absoluto control dictatorial sobre todas las formas o expresiones culturales. Todas ellas, además, eran consideradas únicamente como un medio y no como un fin: el medio era la manipulación y la propaganda. La música no escapó a este plan, y el jazz tampoco, ya que justamente en esos años era la música que bailaba "frenética y salvajemente" la juventud aria, corriendo serios riesgos de ver corrompida su "pureza".

Desde antiguo, la música había tenido para los alemanes especial importancia, tradición a la que también adscribieron los nazis, que pretendieron apropiarse del legado musical de los clásicos y los románticos, y utilizarlo en beneficio propio. Es evidente que la escueta y enfermiza visión nazi de lo que podía ser considerado música válida para la formación de la "comunidad del pueblo", se diferenciaba irreconciliablemente con el verdadero espíritu de aquéllos movimientos.

En la misma Alemania, tan sólo años atrás, había nacido la música atonal, y a los compositores clásicos se sumaban los estandartes del modernismo: Arnold Schoenberg, Alban Berg, Paul Hindemith, y entre otros, Kurt Weill -que incluso comenzaba a incorporar a sus obras elementos jazzísticos. Sin embargo, luego de la subida al poder de Hitler, la creciente y siempre productiva cultura musical alemana quedó totalmente paralizada: todo lo que tuviera siquiera un toque "moderno" o innovador era declarado manifiestamente contrario a la nueva ideología imperante, y debía ser erradicado. Así fue prohibida la música atonal, estigmatizada como símbolo manifiesto del desorden, y todo aquello que no se ajustara a los rígidos cánones de lo clásico y lo romántico.

Así como compositores de la talla y el nombre de Stravinsky, Hindemith, Schoenberg y Berg fueron prohibidos, y muchos de ellos tuvieron que emigrar de la Alemania nazi, no es difícil imaginar el destino del jazz en tales condiciones: su origen negro, su aire moderno y la simpatía que desde el inicio había despertado entre los judíos, lo convirtieron en un blanco fácil de atacar para los encargados de la limpieza y purificación cultural del Tercer Reich.

Para los nazis, tanto negros como judíos eran "subespecies irremediablemente inferiores de la raza humana", por lo que rápidamente esa música judeo-negroide despertó el alerta de los encargados de la purificación cultural y, más específicamente, musical.


(continúa)



Salu-2
Última edición por Roul Wallenberg el Jue Feb 28, 2008 4:59 am, editado 2 veces en total

El Jazz en Alemania Nazi (Parte III)

Jue Feb 21, 2008 7:16 pm

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Afiche de 1925 publicitando una premiere musical


Count Basie y su Orquesta - Corner Pocket



CAMINO A LA "PURIFICACIÓN"


Aparentemente no hay constancias o registros respecto de la opinión que del jazz tenía Hitler, al menos en forma explícita. De todos modos, siguiendo sus valores raciales y su fanatismo por Wagner -contrario a cualquier modernismo en las artes, por un lado, y por otro que el jazz era considerado un producto judeo-negroide, es fácil adivinar o conjeturar que esta música debía merecer todo su desprecio.

Hitler tuvo dos consejeros vinculados con la instrumentación de una política cultural: Joseph Goebbels, quien fue Ministro de Propaganda, y Alfred Rosenberg.

Este último tempranamente fundó, en 1929, la "Liga para el Combate por la Cultura Alemana", dedicada a la defensa de los valores alemanes a través de la preservación de la raza, el arte y la erudición (repárese en los términos castrenses utilizados para denominar esta "institución", en especial, la palabra combate; bien podría decirse que combate y cultura constituyen, en realidad, un oxímoron).

Esta Liga fundada por Rosenberg, fue el antecedente inmediato de lo que luego, ya en el poder, fue la "Cámara para la Cultura del Reich" (fundada en 1933), que tenía a su vez distintas áreas, la que nos interesa aquí es la "Cámara para la Música del Reich". Estas dependencias estaban bajo el directo mando de Goebbels, que odiaba el jazz abiertamente, de lo que sí hay numerosos registros documentales.

Esta "Cámara para la Música del Reich" fue la encargada de clasificar toda forma musical existente, realizar listas de músicos, de compositores, de empresarios, de obras, de salas de conciertos, cafés, lugares de baile, y toda otra medida que pueda imaginarse que posibilitara controlar exhaustivamente la producción musical.

Además de los factores que ya mencionamos -su origen negro, la simpatía entre los judíos, su aire "moderno" - hubo varios motivos adicionales que hicieron que el jazz no permaneciera a salvo de los dictadores. En primer lugar, el espíritu propio del estilo, que propiciaba el desarrollo de las posibilidades individuales de los músicos involucrados en su ejecución (es decir, la improvisación, la posibilidad que tiene el ejecutante en un contexto jazzístico de componer ahí, mientras toca, en el momento) y, sobre todo, el aire de rebeldía y libertad que había marcado al jazz desde su misma génesis, en virtud de sus antecedentes musicales: en un principio, en sus formas más rudimentarias y básicas, era la música de los esclavos o hijos directos de esclavos del sur de los Estados Unidos, recién liberados a fines del siglo diecinueve, y que recién a partir de esta nueva música podían expresarse públicamente con ciertas libertades.

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Contraportada del "Catálogo de Música Swing de Brunswick" de 1936 (Swing Music en calle Adolfo Hitler Nº 36)



Por otro lado, los dictadores nazis veían el baile en tanto pasatiempo como una cuestión realmente grave de la que había que ocuparse, tanto musical como socialmente. Desde el punto de vista musical, el estilo Swing era una feroz agresión al ideal de la supremacía aria, desde el momento en que lo consideraban "una atroz mezcla de elaboraciones judías con el depravado y selvático colorido de la música negra".

De hecho, el jazz era denominado por los nazis como "música negra", y no podía tolerarse que la juventud bailara al ritmo de una música que era considerada tan degradante y carente de todo valor estético.

Desde el punto de vista social, la cuestión tenía a su vez dos aristas. Por un lado, si bien el Swing había alcanzado en Europa un nivel de popularidad asombroso, la gran masa de jóvenes que acudían a los salones de baile y que conocían las coreografías de las danzas respectivas (fox-trot, jitterbugg, shimmys, charleston), como así también las letras en inglés de las canciones que escuchaban, pertenecían a las clases media y media-alta. Esto último chocaba de plano con la idea de una "comunidad del pueblo", totalmente uniforme y controlada, que preferiblemente debía reunirse alrededor de expresiones musicales folclóricas, que representaran el "verdadero espíritu alemán".

Finalmente, el baile era censurable en cuanto constituía un peligroso medio para la "depravación sexual". El reporte oficial sobre un festival en Hamburgo en febrero de 1940 es por demás ilustrativo con claridad: "...los bailarines daban un espectáculo desagradable. Ninguna de las parejas bailaban normalmente; había sólo swing, y del peor. En ocasiones dos muchachos bailaban con una chica sola; en otras varias parejas formaban un círculo abrazándose, saltando, batiendo las palmas, incluso refregándose las partes posteriores de la cabeza unos con otros... Cuando la banda tocaba una rumba, los bailarines entraban en éxtasis salvaje. Todos se juntaban alrededor y cantaban los coros en inglés. La banda tocaba números cada vez más violentos; ninguno de los músicos se encontraba ya sentado, todos se movían en el escenario compulsivamente, como animales salvajes...".

En este contexto, el jazz fue prohibido y erradicado de la vida pública, al igual que los artistas plásticos post-expresionistas, los exponentes de la escuela BAUHAUS, la música atonal, cualquier manifestación poética que no se ajustara a los rígidos límites de la métrica tradicional, y toda otra forma artística que pudiera ser calificada de "moderna".



(continúa)



Salu-2
Última edición por Roul Wallenberg el Jue Mar 13, 2008 1:17 am, editado 3 veces en total

Vie Feb 22, 2008 2:16 am

¡ Me está encantando el hilo, amigo Raoul ! ¡ Más !
Pero, ¡ qué miedo ha tenido siempre el poder, sea del signo que fuere, a las manifestaciones artísticas ! y, más
concretamente, a la música. De los Beatles dijeron de todo, por no mencionar a sus Satánicas majestades (Los Stones).
Con lo maravilloso que es disfrutar de todo tipo de música. No sé, será que a mí me encanta. Y, como dijo Woody Allen,
al igual que cuando escucho " La cabalgata de las Walkirias " me emociono y me entran ganas de invadir Polonia,
disfruto muchísimo también con " Every Breath You Take ", de los Police. Y así un sin fín.

:D Un saludo cordial.
García-Morato.

Vie Feb 22, 2008 2:36 am

Me queda la inquietud si te agradó o no la música que anexé a los post. Gracias por tu estímulo y por acompañarme en ésto, que también me tiene muy entusiasmado.

Salu-2

Re: El Jazz en la Alemania nazi (Parte II)

Vie Feb 22, 2008 2:47 am

Roul Wallenberg escribió:


Ab-so-lu-ta-mente maravillosa la selección musical, Raoul. Y esta que destaco es preciosa y muy evocadora.
¡Me encanta!

:D Un saludo cordial.
García-Morato.

Vie Feb 22, 2008 4:34 am

El miedo a lo diferente, y del miedo al odio con ese paso tan rápido y corto, es algo que va incluido en el código genético de la política de las dictaduras. Si además sirve para sumar una cabeza de turco más a los "enemigos" del estado, en este caso de la cultura afín con el régimen, mejor que mejor. Por fortuna, como en otras muchas cosas, volvieron a fracasar.

Saludos.

Vie Feb 22, 2008 10:20 am

Hola a todos.
Aquí os dejo un documento, que en su momento publiqué en el foro, donde puede leerse la lista de canciones prohibidas por el régimen nacionalsocialista.
Si os leéis la lista detenidamente os llevaréis más de una sorpresa.

http://www.zweiterweltkrieg.org/phpBB2/ ... .php?t=509

Saludos

Vie Feb 22, 2008 12:07 pm

Un post muy guapo, muy interesante y muy -melódico-, Roul :)

Es increible y lamentable el modo en como los nazis acabaron con una sociedad riquísima en avances científicos, sociales y culturales :( , con lo adelantados que estaban y lo pioneros que fueron en muchos asuntos sociales que hoy están triunfando...

En fin.

Muchas gracias :wink:

Vie Feb 22, 2008 6:10 pm

Y el letrero del post de Bitxo dice "Erste Liste" (Primera Lista), o sea que la cosa iba a seguir......¡qué barbaridad! (de barbarie, de bárbaros)


Salu-2
Última edición por Roul Wallenberg el Jue Feb 28, 2008 5:41 am, editado 2 veces en total

El Jazz en la Alemania nazi (Parte IV)

Vie Feb 22, 2008 7:27 pm

Bueno, esto está agarrando ritmo, gracias por la compañía, seguimos




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Benny Goodman, Artie Shaw y Count Basie



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Benny Goodman y Artie Shaw



EL REY DEL SWING


Esta asociación entre el jazz y los negros y los judíos que tanto espantaba a los nazis, tuvo su paradigma en la figura de Benny Goodman, que a mediados de los años 30 tuvo un vertiginoso ascenso en éxito y popularidad, primero en Estados Unidos y luego a nivel internacional: fue denominado el "Rey del Swing", y nadie lo alcanzó en éxitos de ventas durante más de diez años. El "gran problema" para los nazis, con el nuevo representante de esta música que bailaba toda la juventud del mundo occidental, cuyas raíces musicales provenían de los negros esclavizados, no era otro que el origen judío de Goodman.

Nacido en 1909 en Chicago, hijo de inmigrantes judíos rusos, Benjamin David Goodman tomó sus primeras lecciones musicales en la sinagoga de su barrio, y nunca ocultó su ascendencia a lo largo de su carrera. Como si esto fuera poco, su principal arreglador era un ex director de orquesta negro (Fletcher Henderson, que aportaba al swing de Goodman la música "hot"), y en su banda integraba en términos iguales músicos blancos -algunos de ellos judíos como él- y músicos negros.

No sólo el swing pervertía la pureza de la juventud germana, sino que además su mayor exponente, que hacía bailar con desenfreno "salvaje" a los inocentes muchachos, era un norteamericano judío, que se llevaba bien con los negros.



Goodman fue prohibido de inmediato en todo el territorio del Reich. En cambio, por ejemplo, Artie Shaw, que tocaba exactamente el mismo estilo que Goodman -con sutiles diferencias que no viene al caso discutir aquí- y que también tenía una gran banda de jazz dedicada a tocar música "bailable", siguió siendo permitido.

Seguramente los nazis nunca se enteraron que el verdadero nombre de Shaw era Arthur Arshawsky, y el que, también al igual que Goodman, era judío.



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Página atacando a Benny Goodman (Gutmann), se refieren a él como "el judío" y el "caza ratones de New York" (1944)
(R.W. fuente:Return2style, Jazz in Germany)



(continúa)


Salu-2
Última edición por Roul Wallenberg el Jue Feb 28, 2008 7:22 pm, editado 1 vez en total

Dom Feb 24, 2008 1:41 am

Raoul, sinceramente he de decirte que estoy disfrutando muchísimo con tu reportaje.
Y qué " perlas " nos estamos encontrando:
No sólo el swing pervertía la pureza de la juventud germana, sino que además su mayor exponente, que hacía bailar con desenfreno "salvaje" a los inocentes muchachos, era un norteamericano judío, que se llevaba bien con los negros.

¡¡ Es delirante !!.
Excelente la selección musical. Y me pregunto, ¿pero qué daño podía hacerle a los nazis esta música tán alegre y bonita, y que invita a la alegría?.
¡¡Más, por favor!!

:D Un saludo a ritmo de Swing.
García-Morato.

El Jazz en la Alemania Nazi (Parte V)

Dom Feb 24, 2008 6:22 am

En realidad acerca del daño yo no tendría respuesta, ya que soy de los muy "dañados" por el jazz, habría que preguntárselo a ellos. Sospecho que lo detestaban por envidia, al no ser alemán, sus sospechosas raíces negroides y su aceptación por los judíos, que como vimos lo interpretaban en sus orquestas, y que las orquestas alemanas se habían inspirado en esas nefastas fuentes, más encono aún.

Pero sigamos, ahora veamos como luchaba por sobrevivir el jazz en la Alemania nazi y otras cosas que pasaban.


Swing en Berlín 1934




James Kok (nacido en 1902 en Czerniowce, Poland-Bukovina -- murió 1976 in Berlin,). Nacido Jakub Artur Kok). Judío - Rumano de nacimiento, fué a Alemania a fines de los 1920’s donde en 1929 organizó una pequeña banda la que fué agrandando hasta los quince puestos, con excelentes músicos, entre ellos Fritz Schulze al piano and Erhard Bauschke, en clarinete.

Fué una de las bandas más "hot" en Berlín, tocando mayormente el "schlager" británico o americano de ese tiempo. Actuó en los más famosos cafés o centros e baile del Viejo Berlín como el "Moka Efti" y el "Atlantis". Su gran inspiración era la orquesta "Casa Loma". En 1935, Kok expresó públicamente su simpatía por la música de la orquesta inglesa de Jack Hylton Orchestra, y esta adhesion pública a la orquesta británica atrajo la atención de la "Reichsmusikkammer" (Cámara de Música del Reich).

Este incidente permitió el descubrimiento de su origin "medio-judío" lo que se tradujo en la exclusión de su orquesta en representaciones y grabaciones. En 1935, Kok, aún muy popular, se fué a Inglaterra, dejándole la batuta a Erhard Bauschke ,el que a pesar de las limitaciones a los temas "swing" hizo de nuevo a la orquesta una de las más famosas en el Berlín nacista, recordada y popular entre las bandas históricas alemanas.

Después de la SGM James Kok vivió en Suiza, pero quiso volver a morir en "su Berlín"en 1976. (traducción R.W., fuente Youtube)



PROHIBICIONES Y CENSURA


El primer director de la Cámara para la Música del Reich fue el compositor Richard Strauss -de la familia de los compositores Strauss - quien si bien odiaba el jazz, no tenía tan mala relación con los judíos, a punto tal que uno de sus hijos estaba casado con una chica judía.

Pero luego de Strauss asumió la dirección el conductor de orquesta Peter Raabe, que era un ferviente activista en el nacionalsocialismo desde la primera hora, que celebraba las leyes y medidas raciales y que en consecuencia con su ideología expresamente declaró como uno de sus objetivos "remover completamente el jazz y la música de baile extranjeros, y reemplazarlos con la obra de compositores alemanes".

Así empezaron las prohibiciones: que iban desde las listas de qué músicos podían tocar y cuáles no, qué piezas podían tocarse y cuáles no; incluso se prohibieron los nombres en inglés -tanto de bandas como de piezas musicales.

A partir de 1935 Goebbels directamente prohibió la difusión por radio de "esa música judeo-negroide del capitalismo norteamericano, tan desagradable al alma germana".

Sin embargo esta medida le trajo algunas complicaciones, ya que los seguidores del jazz comenzaron a sintonizar aún más que antes, radios de otros países, en especial la BBC de Londres, pero también radios de París, Estocolmo, Dinamarca. El problema, junto a la irritación que causaba el hecho en sí mismo, era que además de música, los oyentes podían escuchar propaganda y noticias anti nazis.

Así fue como se llegó a concebir -y de hecho se concretó- la difusión de una diluida forma de música levemente sincopada, que a propósito fue llamada "Jazz Alemán". Goebbels no sólo quería recuperar oyentes, sino que además quería llevar música alegre -pero alemana- a los soldados en los frentes de batalla.

Por lo que se sabe, este llamado "jazz alemán" nada tenía del verdadero jazz, sino tan sólo una mera apariencia.


El jazz de Goebbels, "Goody Good"



Se ha cambiado el vídeo original por otro de la misma orquesta "dedicado" a Goebbels, al no poderse recuperar el vídeo original

En los 30's los Nazis tenían una relación amor-odio con el swing, lo pusieron fuera de la ley en el frente interno, colocándolo en la categoría de "arte degenerado", pero, al mismo tiempo, lo usaron para el servicio patriótico. Goebels organizó la orquesta "Charlie and his Orchestra" para difundir versiones nazificadas de los éxitos jazzisticos de moda en esos días. Dirigida por el angloparlante Karl Schwendler, Charlie and his Orchestra radiaron su musica en onda corta y media en los 1930’s a Canadá, los EE.UU. y Gran Bretaña.


La idea era atraer a las masas con el tono irresistible del swing y pasar mensajes antijudíos, americanos o ingleses después del segundo o tercer verso. Las difusiones de Charlie and his Orchestra no estaban disponibles para Alemania propiamente tal, pero ello solo acrecentó su leyenda y captaron seguidores clandestinos en la propia Alemania.

Aparece en retrospectiva como ridículo que los efectos de este material fueran los deseados, pero hay que imaginarse a un residente en la costa este de USA durante el período en que la victoria sobre los Nazis no era cosa segura. Si se buscaba en el dial del radio sabiendo que submarinos alemanes se hallaban a millas de su propia casa y escuchar la canción "Submarinos", el efecto probable sería bajar la moral e inspirer miedo y de esta forma la musica cumplió su cometido. (traducción de R.W., fuente Youtube)


Con todo, las medidas para preservar la pureza alemana fueron in crescendo: en 1942 el mismo Goebbeles prohibió todo disco proveniente de Estados enemigos, o que contuvieran composiciones o interpretaciones de músicos enemigos. Esto obviamente incluía al jazz, y de hecho se prohibió toda performance de música norteamericana o inglesa en el territorio del Reich, sin importar quién la tocara.

Estas prohibiciones alcanzaron a penalizar la escucha de radios extranjeras. Los transgresores eran en general descubiertos a través de las redes de espionaje que tenía montadas en toda la sociedad la dictadura nazi, o simplemente de las delaciones de vecinos, encargados de edificios, etc.

Así fue como los bailes y las reuniones de fanáticos para escuchar música tuvieron que quedar únicamente en la clandestinidad, en reuniones privadas o en lugares prohibidos, con altísimos riesgos para sus concurrentes.

Con todo, el jazz se empecinaba en permanecer, y por lo tanto, si esta música no podía ser eliminada por completo, su ejecución debía ser, rigurosamente reglamentada.

Así es como nos encontramos con una serie de regulaciones extremadamente absurdas, pero que muestran hasta qué punto se preocuparon las autoridades nazis por diluir la verdadera esencia de esa música que, a sus ojos, no hacía más que pervertir el futuro del Reich, la sana y pura juventud aria. Lo que sigue es un extracto de una ordenanza emitida por un organismo burocrático provincial, dependiente de la "Cámara para la Música del Reich":

1. Las piezas en ritmo de fox-trot (o swing), no podrán exceder el veinte por ciento del repertorio de las orquestas y bandas musicales para baile;

2. En este tipo de repertorio llamado jazz, debe darse preferencia a composiciones en escalas mayores y a letras que expresen la alegría de vivir, en lugar de las deprimentes letras judías;

3. En cuanto al tempo, debe darse preferencia a composiciones ligeras sobre las lentas (los llamados blues); de todos modos, el ritmo no debe exceder la categoría de "allegro", medido de acuerdo al sentido Ario de disciplina y moderación. De ninguna manera excesos de índole negroide en el tempo (el llamado jazz) o en las ejecuciones solistas (los llamados "breaks") serán tolerados.

4. Las llamadas composiciones jazzísticas podrán contener hasta un diez por ciento de síncopa; el resto debe consistir en un natural movimiento "legato" desprovisto de histéricas inversiones de ritmo características de la música de las razas bárbaras y promotoras de instintos oscuros extraños al pueblo alemán;

5. Queda estrictamente prohibido el uso de instrumentos extraños al espíritu del pueblo alemán, como así también el uso de sordinas que convierten el noble sonido de los instrumentos de viento y bronce en aullidos judíos;

6. También quedan prohibidos los solos de batería que excedan la mitad de un compás en tiempo de cuatro cuartos, excepto en los casos de estilizadas marchas militares;

7. Queda prohibido a los músicos realizar improvisaciones vocales (scat).


Una de los trucos favoritos para cumplir las normas contra la música de jazz era "germanizar" el título de la canción, por ejemplo "Tiger Rag" se convirtió en "Schwarzer Panther" (Pantera Negra), la canción "Joseph Joseph! "(una canción con orígenes judíos) se convirtió en" Sie will nicht Schokolade und Blumen" (ella no quiere ni flores ni chocolates).

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La Orquesta de Hans Rehmstedt fue una de esas grandes bandas de baile alemanas y la que nunca renunció a sus heroicos intentos de hacer "swing" en Berlín a finales de la década de 1930, cuando los carteles en letra gótica con la advertencia: "Swing tanzen verboten!" (prohibido bailar swing) fueron colgadas delante de los accesos de entrada a muchos clubes y salas de baile.

Esta es una de las razones del éxito europeo del "Lambeth Walk" de 1938, el que se registraba en Alemania bajo el seudónimo "Ein Lambert Nachtlokal" - para ocultarlos de la mirada que todo lo veía de los censores del Reichskulturkammer.

"El Lambeth Walk" es una canción de 1937 el musical "Yo y mi Chica" (guión y letra de Douglas Furber y L. Arthur Rose y música de Noel Gay). La canción toma su nombre de una calle sencilla en Lambeth, un área de Londres, Inglaterra. "El Lambeth Walk" tiene la distinción de haber sido objeto de un títular en "The Times" en octubre de 1938: "Mientras que los dictadores rabian y los estadistas hablan, todos bailan en Europa el "Lambeth Walk".


A comienzos de 1939 los nazis declararon el Lambeth Walk una "burla judía" con "elementos animales" y lo prohibieron.

En 1942 Charles A. Ridley hizo una breve película de propaganda, " Lambeth Walk - estilo nazi", que editó las escenas de los soldados de Hitler y los nazis (tomado del "Triunfo de la Voluntad" de Leni Riefenstahl) para que aparecieran marchando y bailando " El Lambeth Walk ". La película fue vista por Josef Goebbels, el que enfurecidó salió de la sala de proyecciones pateando sillas y gritando obscenidades.


(fuente: youtube, traducción y adacptación R.W)

Un trozo de la película de Ridley, incorporado a otro documental:





(continúa)

Salu-2

Dom Feb 24, 2008 10:49 pm

:cry: :cry: Youtube está inoperativo hoy, y no he podido oir la música : :cry: :cry:
Esperaré, pués, a que esté operativo y poder disfrutar de esta nueva entrega.

:D Un saludo cordial.
García-Morato.

El jazz en la Alemania Nazi (parte VI)

Lun Feb 25, 2008 5:55 am



The Brocksi Jazz Quartet interpretando Harmonie for Brunswick in 1943. La banda la componían Fritz Brocksiepper (batería), Piero Angeli (piano), Nino Impallomeni (trompeta), y Otto Tittman (bajo). Este grupo fué muy popular en Alemania en los 30's y se las arreglaron para sobrevivir bajo los nazis. Después de la guerra se descubrió que uno de sus integrantes era judío.
(fuente: youtube)



JAZZ EN EL GHETTO



Afiche de los "Ghetto Swingers" en Theresienstadt:


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En el ghetto de Terezín se reunieron antiguos músicos de jazz que habían sido deportados, y formaron el grupo Ghetto Swingers, emblemático representante de la resistencia del jazz a ser aniquilado. El ghetto de Terezín, en Checoslovaquia, había sido ideado por los nazis como un modelo a exhibir de campo de concentración, donde eran enviados judíos prominentes -científicos, artistas- o que por algún motivo tuvieran que ser entregados a la Cruz Roja Internacional. Allí se juntaron estos músicos judíos, que formaron ese grupo con el que tocaban en el café del ghetto, exclusivamente para las autoridades. En cierta ocasión, con la llegada de una comisión internacional de la Cruz Roja, los Ghetto Swingers tocaron frente a todo el ghetto, en una perversa demostración del buen trato que recibían los prisioneros.


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Bedrich Fritta, prisionero, retrató esta escena en el café de Terezin


El Café "Terezín" abrió sus puertas a finales de 1942, no se sirvia comida, pero un raro billete permitía a un preso dos horas de entretenimiento musical en una de las mesas. Uno de los números favoritos de la multitud fue el Ghetto Swingers, encabezada por el checo Erich Vogel trompetista de jazz y más tarde el pianista Martin Roman, tocando una mezcla de jazz, música judía y composiciones originales y arreglos románticos. Cuando se liquidó el grupo para ser enviados a Auschwitz, les fueron requisados sus instrumentos y Vogel vertió ácido en las válvulas de su trompeta para que no fuera utilizada tocando música militar alemana en el futuro. Casi todos los integrantes del "Ghetto Swingers" perecieron en las cámaras de gas.

Estos artistas intérpretes o ejecutantes, al igual que la orquesta de cámara Ancerl, también fueron explotados en la película de propaganda de 1944. Otro de los grandes del jazz fue el conjunto de Jazz Quintet-Weiss, dirigido por el famoso clarinetista y saxofonista Fritz Weiss, que lo había organizado en Praga, y volvió a hacerlo con algunos nuevos miembros en Terezín cuando fue deportado al ghetto a finales de 1941. Tres años más tarde, poco después de cumplir 25 años, pereció junto con su padre en el campo de concentración de Auschwitz.
En el mundo del campo de concentración eran frecuentes los cambios de músicos, un hecho inevitable y sombrío de esa terrible vida.

(fuente: "Music behind Walls"/Terezin)



Fritz Weiss y sus músicos :

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Ticket para el "Café Terezin", mesa Nº 10:

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Este hecho real fue tomado por un escritor nacido en la ex Checoslovaquia, luego en 1968 emigrado a Canadá. Tocaba jazz junto a sus amigos adolescentes cuando su país fue anexado al Reich, y por eso vivió en carne propia la represión cultural.

Ya en Canadá, en el prólogo de una de sus novelas, escribió: "y a pesar de Hitler y Goebbels, el dulce veneno de esa música judeo-negroide (el epíteto nazi para referirse al jazz) no sólo duró, sino que prevaleció aún por poco tiempo, en el corazón mismo del infierno, en el ghetto de Terezín. Hay una foto, en la que están bien vestidos y tocando, durante la semana en que se les permitió tocar, ante la visita de oficiales de la Cruz Roja. Están allí, todos salvo uno de ellos ya condenados a muerte, con camisas blancas y corbatas negras, la punta del trombón apuntando al cielo en diagonal, simulando o tal vez sintiendo realmente el placer del ritmo, de la música, tal vez un momento de dispersión desesperanzada".



Los "Guetto Swingers" actuando en Theresienstadt:

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(Foto: Yad Vashem)


En una foto reciente, la ubicación del pabellón de música, frente al "Café"

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Fuentes del trabajo de Miguel Bronfman:
1. Life in the Third Reich. Edited by Richard Bessel. Oxford University Press, 1987.
2. The 12-year Reich. A social History of Nazi Germany, 1933-1945. Richard Grunberger.Da Capo Press, New York, 1995.
3. Red Music. Josef Skvoreck, en Keeping Time. Readings in Jazz History. Edited by Robert Walser. Oxford University Press, 1999.
4.Different Drummers: Jazz in the Culture of Nazi Germany. Michael Kater, Oxford University Press, 1992


Y para despedir esta sección algo del sonido del jazz en Alemania de preguerra:

Mac's Jazz Orchestra fue el grupo de jazz de la Dajos Béla Tanzorchester, una de las más conocidas y más populares orquestas de baile alemán en la década de 1920 y principios de los 30. Siendo judio, en 1933 Dajos Béla dejó Alemania para ir a Argentina, donde continuó su carrera después de 1945. Este grabación se hizo para el sello Odeón el 28 de enero de 1927. (Fuente: Youtube)



Se ha cambiado el vídeo original por otro de la Dajos Béla Tanzorchester de la misma época, al no haberse podido localizar el que se posteó inicialmente

(Concluirá)


Salu-2
Última edición por Roul Wallenberg el Jue Feb 28, 2008 6:00 am, editado 2 veces en total

Mar Feb 26, 2008 3:05 am

:? :? ¿ Concluirá ?¿ Tan pronto ? :cry: :cry: :cry:
Bueno, amigo Raoul, ¿ qué podría decirte de nuevo ?, que me ha maravillado este trabajo tan hermoso y
emotivo que has compartido con nosotros. Excelente la selección musical e impecable todo el formato del post.
Todo un ejemplo de buén hacer las cosas.
¿ Sabes ?, especialmente emotiva me ha parecido la historia de los "Ghetto Swingers" en Theresienstadt, y la manera en que su amor por la música consiguió llevar la alegría (siquiera por un par de horas) allá donde reinaba la desesperanza.
No he podido evitar una espontánea carcajada contemplando el video de Ridley: sencillamente genial. No me extraña que al camarada Goebbels se le hubiera atragantado el almuerzo tras contemplarlo.
El gesto del músico Vogel, inutilizando su trompeta, no es distinto al del soldado mortalmente herido que, en un último gesto de heroísmo, clava el cañón de su fusil en la tierra, para inutilizarlo y no sea así usado por el enemigo.
Me surgen ideas a borbotones, pero quiero esperar a que termine el post, que ya estoy deseando ver.

:D Un saludo cordial.
García-Morato.

El Jazz en Alemania nazi (Conclusión)

Mar Feb 26, 2008 6:24 am

¿Y no le gustaba al Führer la música alegre, bailable? - Sí, por supuesto, y bastante moderna, como aquí se puede ver:




El REENCUENTRO




Hubo muchos y nobles músicos alemanes que resistieron el nazismo, de entre ellos Helmuth Zacharias, un niño prodigio de la música. Hizo su presentación en la radio a la edad de 11 años con el Concierto para Violín de Mozart en G-mayor. Ya a la edad de 14, Zacharias hacía giras de conciertos más allá de los límites de Berlín, En 1935 llegó al legendario teatro de variedades "Wintergarten" de Berlín, como el virtuoso del violín más joven del mundo.

En 1936, él con ahora 16, se registró en el Conservatorio en Berlín y en 1937, ganó el Premio de Bernard Molique y en 1938 el Premio de Academia de Fritz Kreisler.

Las nubes de la guerra ya se movían a través de Alemania, no obstante en 1939 viajó por Europa con la Orquesta de cámara de Berlín, bajo la dirección de Han Benda.

Durante la guerra, Zacharias desafió una prohibición nazi de la música "decadente" del Swing para formar su propia gran banda. Bajo las narices de funcionarios nazis, la banda realizó una sesión de grabación en los estudios de Odeon en Schlesische Strasse en el corazón de Berlín en noviembre 1941, produciendo tres grabaciones y corriendo enormes riesgos con su audaz iniciativa.

Su servicio en la Wehrmacht interrumpió su carrera musical y volvió a un Berlín arruinado por la guerra en 1945 para ayudar en la formación de la primera orquesta de postguerra para la radio, nuevamente fundada en Berlín.
Compuso más de 400 obras y vendió sobre los 13 millones de discos. Murió con Alzheimer a los 82 años. (fuente : Youtube)


El Jazz despegó en Alemania, como en otros lugares de Europa inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Después de largos años de la emulación de modelos de América en particular, los músicos alemanes se dieron cuenta de la propia estética del jazz lo que les instó a inyectar sus propias influencias culturales en su improvisación. Durante los años que siguieron, el idioma del jazz fue evolucionando desde las raíces radicadas en la música afroamericana pero también en las tradiciones culturales europeas que brillan a través del jazz tradicional de Nueva Orleans o Dixieland que estuvo de moda en Gran Bretaña y que ejerció su influencia en las zonas bajo ocupación inglesa. En las zonas de ocupación de los EE.UU., por otra parte, un jazz moderno prevaleció debido a la proximidad y las actuaciones de jazzistas militares americanos estacionados en Alemania.


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Eddie Rosner, gran trompetista alemán, prisionero en el Gulag desde 1955 a 1968 después de que los soviéticos disolvieron su banda.



El estallido de la Guerra Fría hizo al jazz americano mucho menos accesible para los músicos en Alemania del Este que en el Oeste. A pesar de (o gracias a) el telón de acero, los músicos de Alemania Oriental elaboraron un sonido y textura propias en el curso de décadas posteriores, la improvisación libre de trabajo en un marco estructurado: su concepto fue uno de forma libre o de formada libertad que dio origen al "Free jazz" alemán del presente. (Fuente: Goethe Institut; "German Jazz Meeting")


La situación de los alemanes en la posguerra se me hace comparable a la de un grupo de personas que acaban de ser rescatadas desde un ascensor en el que estuvieron largas horas atrapadas; confusas, asustadas, absortas y aliviadas. Los alemanes creyeron que habían abordado un ascensor que los llevaría a una azotea de perspectivas ilimitadas, en cambio el vehículo se desplomó con ellos a un lóbrego subterráneo en el que quedaron prisioneros.

Alemania es un país musical por excelencia y no podía ni quería seguir estando amordazado en la expresión jazzistica. Es posible que la recuperación de ése género, con su alegría haya contribuido a la rehabilitación del espíritu alemán tan dañado por los nazis en lo más caro a un pueblo, su religión, sus costumbres, sus pensadores, sus artes y de su música, el jazz.

Con Joaquín García Morato, a quien agradezco su permanente y entusiasta apoyo y a los amigos del foro su estimulante compañía, nos preguntábamos el porqué del encono nazi contra el jazz. Hay explicaciones inmediatas ya dichas, su origen negro y aceptación judía; es entonces una muestra del odio racial. A propósito elegí de entre los videos de Benny Goodman el en que hay un dueto magistral entre el clarinetista judío y un formidable ejecutante negro del vibráfono. Pero hay otra explicación más distante que analizar.



Un negro prisionero de los nazis

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Ella Fitzgerald en Hannover 1975




El origen negro del jazz proviene de esclavos, seres humanos cautivos sin esperanza que entonan su lamento hacia su pasado y sus ilusiones; "yo tengo un sueño" dijo Martin Luther King, recogiendo todos los sueños de sus hermanos. El jazz es un sueño de libertad, es un himno libertario y eso, en mi opinión, es lo que lo hace una peligrosa amenaza para el sátrapa totalitario. El jazz en su esencia es libertad, deja libres a sus cultores, improvisan, recrean, mutan y transforman ad libitum. El totalitario nacista o comunista se siente más cómodo en la música clásica, disciplinada y hermética, los soviéticos además en el ballet, arte de duras y rigurosas exigencias.

Nos preguntaban hace poco si se podía repetir el Holocausto. Respondí pensando en el pueblo judío, me corrijo ahora, hay un Holocausto en marcha, en Africa, las sequías y su consecuentes hambrunas, el desgobierno de sus naciones, la avidez de sus corruptos gobernantes, las epidemias, el Sida que ha devorado ya a millones. Las dramáticas fotos de niños estragados son tan iguales a las de los niños de los campos nazis, sólo cambia su color.

La Geografía salvó a los negros de la marea negra nazi, pero la Historia no los salvó del olvido. Aún nosotros, que ceñudos reprobamos a los que ignoraron o quisieron ignorar, a los que poco o nada dijeron o denunciaron del Holocausto judío, permanecemos impertérritos ante esta tragedia continental.

Los judíos y los negros están unidos por una historia de calamidades, los unos cautivos en Egipto y Babilonia, los otros en las Américas y el Caribe. Así como los nazis cuestionaron de ambos su condición de seres humanos, siglos antes los Imperios se les anticiparon y, como no eran sus semejantes, se asignaron el derecho de arrasar sus patrias y el de desarraigarlos cruelmente de ellas, cruzando océanos en travesías de espanto para, a su arribo, ser vendidos como bestias en el mercado y ser explotados como tales en arduos trabajos. Ni siquiera un "Arbeit macht Frei" hubo para ellos. Nadie sabe la magnitud de ese crimen enorme, ni nadie quiere saberla. Las atrocidades de los belgas en el Congo, por sólo citar un ejemplo, habrían hecho palidecer a los contertulios de Wansee.


Los negros respondieron a la afrenta con su música y sus cantos. Esa fue su generosa respuesta. Hoy son impensables los EE.UU. sin el jazz, así como el Brasil sin la samba. No hace tanto que, cruzando el Río Grande descendió por laberínticos y misteriosos arroyos una suave corriente de matices, tonos y acordes, atravesó el Matto Grosso y desembocó en el Amazonas confundiéndose así con la vertiente afro-brasileña y de ello surgió una de las expresiones más delicadas y de soberbia belleza de la música contemporánea, el Bossa Nova.

No les fue bien a los nazis con los negros, éstos les administraron píldoras muy amargas para el III Reich, de ello se encargaron Jesse Owens y Joe Louis. Es interesante imaginarse en una regresión de unos 20 años y, en el Estadio Olímpico de Berlín, frente a Hitler y sus secuaces una final mundialista entre la aria selección alemana de ese entonces y el "scratch" con Pelé a la cabeza; negros y sudamericanos más encima, la peor bajeza para un buen racista. Habría sido memorable.

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El triunfo del Jazz sobre el nazismo.

Esta recopilación que me ha gustado ¡tanto! hacer como entusiasta de la historia y a la vez disfrutante del jazz y aquí poder compartirla, es sólo un cauteloso esbozo del tema. Existe una cantidad de información inmensa. Quedó mucho, mucho por hacer y por bajar. Fué un dilema elegir la música, opté casi por el azar, sé que cada cual habría preferido otras opciones, pero no tenía alternativa. Lamento no haber encontrado algún registro de los "Guetto Swingers" o del "Jazz Quintet Weiss", los alemanes no habrían permitido un registro de ellos en Terezin; a cambio encontré el ejemplo de cuando lo imposible se hace real: Ella Fitzgerald, negra, cantando jazz en Alemania. Se me hace que en su ternura lleva aún ella la evocación del dulce canto de la madre esclava acunando a su criatura para hacerla dormir.

Cuando el lenguaje ya es incapaz de de expresar algo, debe hacerse cargo la música; prefiero entonces dejar el impávido teclado electrónico para que en otros dignos teclados dos soberanos, Oscar Peterson y Count Basie haciendo "Slow Blues", sigan lo que la Madona del jazz empezó con "Cry me a River". Es tan complaciente ver sus nobles rostros morenos, adornados con los blancos de sus ojos traviesos y de sus sonrisas que transparentan la belleza de sus espíritus, jugando y persiguiéndose, acariciando las teclas en la inspirada interpretación de su arte incomparable, ambos ya avanzados en los años: en su ocaso los grandes astros emiten sus luces más hermosas.


Salu-2


Última edición por Roul Wallenberg el Mié Feb 27, 2008 6:51 pm, editado 3 veces en total

Mié Feb 27, 2008 2:24 am

Amigo mío, cualquier cosa que dijera tras esta obra de arte que nos has obsequiado, sería supérflua.
Tan sólo que lo he guardado en mi portatil, para poder disfrutarlo con intensidad y calma en cualquier momento.
¡ Bravísimo, Maestro Raoul !

:D Un saludo cordial.
García-Morato.

Re: El Jazz en la Alemania nazi

Mar Oct 20, 2009 1:39 am

Se ha reparado el hilo, que había perdido las referencias a los vídeos de Youtube. No se han podido recuperar algunas de las grabaciones, y se han sustituido por otras de los mismos autores y época. Espero que estos pequeños cambios no desmerezcan el magnífico hilo original.

Re: El Jazz en la Alemania nazi

Sab Ene 22, 2011 9:46 am

Hóla Raoul:

Espectacular tu informe, muy poético y conmovedor, de verdad. Como amante de la música, tal y como lo dijo Joaquín, (…disfruto tanto una melodía de Strauss como un “every breath you takes”…) no puedo más que estremecerme y emocionarme, cómo es que una dictadura puede ser tan CULTAMENTE IGNORANTE , viejo?...

Gracias a un primo mío músico de jazz, empiezo a “volar” ahora con éste estilo musical, y fue él justamente quién me sugirió que haga éste comentario, sólo para complementar tú ya muy bién logrado post.

Ahí vá y espero sea de utilidad….

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http://www.bilerico.com/2008/02/valaida37.jpg

Valaida Snow, la jazzista prisionera de los nazis

Nacida el 02 de junio de 1903. Desaparecida físicamente el 30 de mayo de 1956.

La historia de Valaida Snow es espectacular, una preciosa y multitalentosa artista ( fue cantante, bailarina, arreglista y trompetista de jazz) cuya vida puede considerarse el triunfo de la determinación y el espíritu . Fue además una mujer de negocios inteligente que hablaba siete idiomas, lo que, acompañando su ilimitado talento, le permitió conquistar la gloria en los escenarios internacionales.

Nació en una familia de músicos: sus hermanas, Alvaida y Hattie, y su hermano, Arthur , se convirtieron en músicos profesionales, alumnos todos de su madre, quie les había enseñado a tocar el cello, contrabajo, violín, banjo, mandolina, arpa, acordeón, clarinete, saxofón y trompeta. Era natural que Valaida se convirtiera en artista: a la temprana edad de quince años, ya era una cantante profesional y reconocida trompetista, llegando a obtener el apodo de "Little Louis" debido a su estilo de juego con la trompeta similar al de Louis Armstrong.
Anunciada como " La Reina de la Trompeta" apareció en algunas de las mejores producciones teatrales de su época. Durante una gira entre París y Londres en la década de 1930 escribió y grabó su canción principal, "High Hat, Trumpet & rithm”. Mientras que la belleza de Valaida Snow atrajo las miradas del público, era su increíble talento como trompetista de jazz lo que realmente los cautivó.

Valaida había girado y grabado con frecuencia en los Estados Unidos, Europa y el Lejano Oriente, tanto con sus propias bandas y en bandas líderes de otros. Durante los años 30’s y 50’s podría ser disfrutada con varios grandes del jazz: Con su hermana Alvaida que era cantante, actuó en el Extremo Oriente con el octeto del batero jazz Jack Carter. Ella participó en una sesión con Earl Hines en Nueva York en 1933 y también tocó con Count Basie, Weatheford Teddy, Willie Lewis y Fletcher Henderson en diversos lugares.

Más tarde,como actriz apareció en Broadway en “Ethel Waters” y en el espectáculo, "Rapsodia en Negro “en 1934, también apareció en la producción londinense y parisina de ”Mirlos “ en 1935 con Johnny Claes. También participó en “Liza’ “en toda Europa y Rusia en los años 30 y también en las películas de Hollywood "Take It From Me" en 1937, 'Irresistible Usted "," L'Alibi "y" Pieges' en 1939 con su marido en “ Berry Ananais”.
Su comportamiento excéntrico sorprendió a los EE.UU. de la época ya que viajaba en un Mercedes “tuneado” con orquídeas de color y su mono mascota, también vestido con un traje de orquídeas.

Luego de ser cabeza de cartel en el Teatro Apollo de Nueva York, Valaida regresó a Europa y el Lejano Oriente para llevar a cabo varias giras. La Segunda Guerra Mundial había comenzado y fue detenida por los alemanes, bajo la carátula de e robo y uso indebido de drogas. Su detención se llevó a cabo durante 18 meses entre 1940 y 1942 en el campo de concentración para extranjeros de Wester-Faengle. Fue puesta en libertad posteriormente mediante un intercambio de prisioneros en muy precario estado de salud. Aunque esta vicisitud afectó su salud física y psicológica, volvió a realizar actuaciones y apareció en varios compromisos de prestigio.

A principios de 1950 graba para el sello Derby con la orquesta de Jimmy Mundy. El resultado es “Tell Me How Long The Train's Been Gone” y “When A Woman Loves A Man”. Tales grabaciones son su primer esfuerzo real desde su encarcelamiento trágico y lo hace muy bien. Es entonces que Valaida Snow se embarca en una gira por el noreste y es una de los favoritos en el Monte Carlo en Pittsburgh. En el otoño está en el Club 845 en Nueva York y se celebra de nuevo un éxito rutilante.

En febrero de 1951 graba "Porgy" y "The More I Know About Love" con la Orquesta de Bobby Smith. Continúa sus muchas apariciones en persona en todo el país, ya principios de 1952 se embarca en un verdadero tour con Joe Liggins y su Honeydrippers arriba y abajo de la costa oeste.

Los próximos dos años transcurren con pocas actuaciones y poco tiempo después aparece en las revistas musicales que han sido siempre el primer amor de Valaida Snow. Una reposición de "mirlos" es su espectáculo principal y ella sigue recibiendo buenas críticas por su actuación.
Es justo en este momento que el telón desciende sobre ella trágicamente, en junio de 1956 Valaida Snow muere de una hemorragia cerebral tras bambalinas en el Teatro Palace de Nueva York. Murió haciendo lo que más amaba, mostrando al público sus grandes talentos. Vivió una vida intensa y lo disfrutó, aun cuando padeció los problemas y el lado trágico que persiguen a muchos grandes. Ella hizo la primera página de noticias por su empeño glorioso, así como por sus caídas artistas. Es un ejemplo de como el espíritu del arte, traducido en fuerza de voluntad, destruye todas las cadenas de la tragedia y la persecución.

Fuentes:
http://www.lkwdpl.org/wihohio/snow-val.htm
http://www.allaboutjazz.com/php/musician.php?id=4480
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