Koolhoven F.K.58
En 1937, el Ministerio del Aire francés se dio cuenta que los fabricantes nacionales no tendrían la capacidad de dotar a la Armée de L’Air de suficientes cazas en caso de entrar en conflicto. Por ello, se decidió a contratar a la firma holandesa Koolhoven, para que diseñara un caza barato y de alto rendimiento para complementar la producción francesa. Koolhoven presentó un prototipo denominado 1166 y, más tarde denominado FK-58, que era mejor aparato que el MS-406 y comparable al MB.151, pero inferior al D-520 y a la mayoría de los aviones alemanes a los que, en teoría, se tendría que enfrentar en un futuro; eso llevo a teorizar a algunas fuentes de que estaba destinado a operar en las colonias.
Era de construcción mixta, el fuselaje era de tubo de madera y acero, y el revestimiento era de placas metalicas y tela. Las alas estaban hechas totalmente de madera y tela. Los flaps de las alas aseguraban una baja velocidad de aterrizaje. El tren de aterrizaje se plegaba hacia adentro, alojándose las ruedas en el fuselaje.
El primer prototipo Koolhoven Modelo 1166, diseñado por Erich Schatzki, realizó su primer vuelo el 17 de julio de 1938 y, siendo sus evaluaciones satisfactorias, Francia cumplimentó un pedido por 50 ejemplares con motores Gnome-Rhône 14N. Por falta de motores Gnome-Rhône e instrumentos, sólo 17 cazas -6 F.K.58 y 11 F.K.58A- fueron completados por Koolhoven, con motores e instrumentos holandeses, y entregados a la Armée de l'Air. La producción se trasladó a Nevers, donde los aviones fueron reconstruidos con elementos franceses y las partes extranjeras de vueltas a Holanda. Sin embargo, Nevers sólo fabricó otro F.K.58.
Holanda también realizó un pedido, en julio 1939, por 36 cazas para la Luchtvaart Afdeling, estos basados en el segundo prototipo (el primero resultó destruido en un accidente), propulsado por un motor Bristol Taurus. Como el gobierno británico tenía restringida la exportación del Taurus, este motor fue reemplazado por el Bristol Mercury VIII, usado por los Fokker DXXI y G1A. Las menores prestaciones del Mercury redujeron la velocidad del avión a 480 kmh. La mayoría de estos aviones fueron destruidos por los alemanes cuando atacaron la fábrica de Koolhoven en mayo de 1940.
En mayo de 1940, los 13 aparatos operativos fueron entregados a pilotos polacos al mando del Capitán Jasionkowski, la llamada patrulla DAT (Defensa del territorio de Aérienne) con base en Salon y Clermont-Aulnat y patrullando sobre Avignon, Marsella y después Clermont-Ferrand. Estos cazas no estaban armados y los polacos tuvieron que adquirir y montar las ametralladoras. Su vida útil fue de corta duración, con sólo 47 salidas operativas registradas, la unidad no tuvo ninguna victoria confirmada, pero al menos se perdió un FK-58. Tras la caída de Francia, todos los aviones supervivientes fueron desguazados.
https://en.wikipedia.org/wiki/Koolhoven_F.K.58