Lorena 1944. Patton contra Manteuffel.
Ya echaba de menos las bonitas traducciones , así que vuelvo a la carga con un tema, al menos para mi, muy interesante: los combates de Lorena en 1944 entre dos de los mejores, sino los mejores, comandantes de blindados de la guerra, Patton y Manteuffel.
Vamos con ello…
1.- La situación estratégica.
En Septiembre de 1944, Hitler estaba convencido de poder dar a los aliados un golpe de importancia. El Tercer Ejército de Patton era la punta de lanza del ataque hacia el este, y sus fuerzas se encontraban cerca de Lorena. Sin embargo, el flanco derecho de Patton estaba descubierto, ya que no había aún enlazado con el 6ú Grupo de Ejércitos USA, que se desplazaba hacia el norte en paralelo a la frontera suiza desde el sur de Francia.
A la vista de la situación, y reuniendo varias de las recientemente formadas brigadas panzer, Hitler preparó una contraofensiva blindada en Lorena. El objetivo era rodear y destruir a las fuerzas de Patton, y para llevar a cabo tan audaz plan y comandar el 5ú Ejército Panzer, seleccionó a uno de sus más jóvenes y agresivos oficiales de blindados, el general Hasso von Manteuffel.
Sherman perteneciente al 8ú Batallón Blindado USA combatiendo en el avance hacia el Marne.
El enfrentamiento que se avecinaba sería el mayor contraataque alemán de blindados del Frente Occidental, y una de las más grandes batallas de carros de combate en que se vio envuelto el Ejército USA en toda la guerra.
A primeros de Septiembre de 1944 los aliados eran optimistas respecto de un rápido final de la guerra. En Agosto, con el colapso de las fuerzas alemanas en Francia, las bajas enemigas se habían acercado entre prisioneros, heridos y muertos, a los 500.000 hombres, y los aliados habían sobrepasado París, estaban en la frontera belga, y por el sur ya habían alcanzado Grenoble y se acercaban a Lyon.
La situación del Frente Occidental al 1 de Septiembre de 1944.
Por otra parte, en el Frente Oriental, las fuerzas alemanas habían sufrido tras la Operación Bragation la destrucción del Grupo de Ejércitos Centro en Bielorrusia, y la subsiguiente ofensiva soviética en Ucrania había acabado por expulsarles de la Unión Soviética hasta detenerse en Polonia, sobre la línea del Vístula.
Desde la perspectiva alemana, la situación estratégica era un completo desastre. La Wehrmacht se encontraba en franca retirada en Francia, y su única oportunidad pasaba por reordenar sus fuerzas y establecer las necesarias defensas en profundidad que pudieran detener a los aliados occidentales en las fronteras de Alemania. El intento de asesinato de Julio había vuelto a Hitler aún más desconfiado del alto mando, imponiendo un control por su parte de las operaciones hasta un nivel táctico. En contra de lo sucedido hacía un mes en Mortain, Hitler seguía convencido de poder realizar rápidos y agresivos contraataques contra las fuerzas aliadas de vanguardia, que condujeran a su embolsamiento y aniquilación, del mismo modo que se había hecho tres años atrás en Rusia.
Restos de blindados alemanes en Travieres.
A principios de Septiembre, las fuerzas alemanas en el oeste estaban bajo el mando del mariscal Gerd von Rundstedt, e incluían al Grupo de Ejércitos B del mariscal Model, con cuatro Ejércitos desplegados desde el Mar del Norte hasta Nancy, y el más reducido Grupo de Ejércitos G, del general Blaskowitz, con un solo Ejército cubriendo el frente desde Nancy a la frontera suiza.
Hitler creía que un ataque contra el Tercer Ejército de Patton era la opción más necesaria y atractiva. El Tercer Ejército era el que más hacia el este había avanzado, y una vez alcanzado el Saar parecía que sería la primera fuerza de combate aliada que penetraría en Alemania. Además, si se efectuaba ese ataque hacía el oeste, en dirección a Reims, se podría impedir el enlace entre el 6ú Grupo de Ejércitos de Devers, avanzando desde el sur, y el 12ú Grupo de Ejércitos de Bradley en el norte. El 3 de Septiembre de 1944, Hitler cursó a Rundstedt la orden comenzar a planear el ataque.
El plan de ataque alemán previsto.
Según el plan inicial de Hitler el ataque sería llevado a cabo por las divisiones de Panzergrenadier SS 3ª, 15ª y 17ª, y las nuevas Brigadas Panzer 111, 112 y 113; estas fuerzas deberían ser reforzadas más tarde por la division Panzer Lehr, las divisiones panzer 11ª y 21ª y las Brigadas Panzer 106, 107 y 108. El Cuartel General del 5ú Ejército Panzer sería desplazado desde Bélgica a Lorena para controlar la ofensiva. El 5 de Septiembre de 1944, el nuevo comandante del 5ú Ejército Panzer, el general Hasso von Manteuffel, voló directamente desde el Frente Oriental para reunirse con Hitler y recibir las órdenes para la ofensiva. La fecha del ataque fue planeada inicialmente para el 12 de Septiembre, pero los acontecimientos harían muy pronto variar los planes.
Manteuffel (izda.) y Model (dcha.)
Por parte aliada, el dilema era averiguar cuando se produciría un colapso alemán similar al ocurrido en 1918. Bajo estas circunstancias la mejor manera de sacar partido a la constante retirada alemana era no dejar de ejecutar cuantos avances fueran posibles, aunque también fuera de esperar que una dura resistencia germana podría comenzar tan pronto como los aliados se acercaran a las fronteras alemanas.
El avance en Francia en 1944 había llevado a los aliados mucho más lejos de cuanto habían planeado. Lo esperado era estar en el Sena en Septiembre, y no 250 kilómetros más allá, y que Patton no llegara a donde ahora se encontraba hasta Abril de 1945. La consecuencia inmediata de tan inesperado avance fue un creciente problema logístico ya que el combustible y las municiones debían recorrer un trecho desde las playas normandas mucho largo del previsto. Comenzaba a ser urgentemente necesario disponer de un puerto más cercano al frente, y el candidato perfecto era Amberes, que se encontraba en el sector británico del frente, y sería misión del 21ú Grupo de Ejércitos de Montgomery el asegurarlo para los aliados.
Los planes aliados de Mayo de 1944 se basaban en dos líneas de ataque principales. Una a través de Bélgica, bordeando las Ardenas para después girar hacia el Rhin y el corazón industrial alemán del Ruhr, estaría encomendada al 21ú Grupo de Ejércitos de Montgomery. La segunda, penetrando en Lorena en dirección a Frankfurt y después hacia la región industrial del Sarre estableciendo cabezas de puente en el Rihn, correría a cargo del Tercer Ejército de Patton y el 6ú Grupo de Ejércitos de Devers. Pero los problemas de suministro de Septiembre de 1944 llevaron a cuestionar dichos planes, sobre todo por parte de Montgomery. A principios de Septiembre, Montgomery se quejó de que los problemas logísticos harían imposible un ataque de frente amplio como el previsto, sugiriendo, en su lugar, que los recursos fueran dirigidos a su Grupo de Ejército, que podría realizar un rápido avance a través de los Paises Bajos. Montgomery estaba convencido de que Alemania estaba al borde de la derrota total, y de que las fuerzas británicas podrían explotar el éxito de dicho ataque y llegar hasta Berlín.
Según avanzaba Septiembre, y la resistencia alemana se hacía más y más débil, Montgomery insistía en su estrategia de un único y definitivo golpe como la mejor alternativa para hacerse con el Ruhr y llevar a Alemania a la derrota mediante la estrangulación industrial. Sin embargo, bajo la única apariencia estratégica también se hallaba la necesidad de Montgomery de conseguir una mejor posición británica, de mayor peso específico, en el despliegue aliado y en su influencia política.
La posición de Montgomery era absolutamente contraria a lo pensado por su contraparte norteamericana, el general Omar Bradley. Resultaba evidente que el plan británico obligaría a detenerse al Tercer Ejército USA, y las posibilidades de Patton de alcanzar el Rhin desaparecerían, debiendo parar antes de alcanzar el Mosela y unirse con el 6ú Grupo de Ejércitos de Devers.
La importancia de asegurar Amberes llevó a Eisenhower a garantizar a Montgomery el 4 de Septiembre la prioridad de suministros. El quiz de la cuestión residía en como se percibía la situación de las fuerzas alemanas desde el punto de vista aliado. ¿Estaba la Wehrmacht al borde del colapso o la borde de la recuperación? Si se trataba de un colapso merecería la pena correr riesgos, pero si era una recuperación los aliados deberían asegurarse todos los aspectos necesarios para una dura campaña en Alemania en los próximos meses. El hecho indiscutible era que los aliados estaban agotando las posibilidades logísticas de los puertos de Normandía, y el problema de suministro necesitaba toda la atención.
Patton (izda.) consultando sobre un plano con el general Manton S. Eddy (dcha.)
El 3 de Septiembre de 1944, Montgomery mencionó por primera vez a Bradley los planes de una operación llamada Market Garden, la cual permitiría establecer una cabeza de puente sobre el Rhin mediante un ataque aerotransportado en profundidad sobre Bélgica y Holanda. Inmediatamente Bradley se opuso por considerarlo poco práctico y demasidado arriesgado. A mediados de Septiembre Eisenhower había perdido su optimismo sobre un colapso alemán, y se encontraba cada vez más convencido de la recuperación del enemigo. Entonces fue cuando Montgomery presentó su arriesgado plan Market Garden, y Eisenhower lo aprobó como una alternativa más realista que el inicial avance previsto sobre el corazón de Alemania.
Esta decisión fue el origen de las siguientes operaciones aliadas en Septiembre. Se dio prioridad a los planes británicos, incluyendo tanto al 21ú Grupo de Ejércitos empeñado en Market Garden como al 1er. Ejército USA, encargado de cubrir el flanco izquierdo británico. El avance de Patton sobre Lorena no se paralizó, pero su potencial quedó reducido por el recorte de suministros. El debate entre el avance sobre Berlín y la alternativa de Market Garden también había dejado a un lado la atención que previamente se había dado a Amberes, sustituido por el estuario del Scheldt, haciendo que el puerto belga no estuviera listo para recibir suministros hasta finales de Noviembre de 1944.
Los alemanes no esperaban algo tan aventurado como Market Garden por parte de los aliados, y menos aún de un comandante tan cauto como Montgomery. Como resultado de las malas interpretaciones de la estrategia ajena por ambas partes, el enfrentamiento entre Patton y Manteuffel sería más equilibrado de lo que podría haber sido. Las fuerzas alemanas en Lorena recibirían prioridad en los suministros y equipamiento debido al plan de ofensiva previsto por Hitler, mientras que sus oponentes americanos se verían limitados en las operaciones por las limitaciones logísticas. Las fuerzas de Patton en Lorena aún disfrutaban de una considerable ventaja en potencia de fuego sobre la Wehrmacht, pero el tiempo inusualmente lluvioso y nublado restringiría el apoyo aéreo aliado. Por su parte, los alemanes gozarían de la ventaja de las formidables posibilidades defensivas del área fortificada de Metz, así como las defensas naturales del valle del Mosela.
Continuará…
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