En la madrugada del 23 de Junio, Hitler partió en su avión acompañado de Albert Speer, el escultor del Reich Arno Breker, el fotógrafo particular del Führer, Heinrich Hoffmann, y su camarógrafo Walter Frentz. En otros aviones que acompañaban al de Hitler, viajaban otras personalidades militares del partido y del ejército, como por ejemplo el Mariscal Keitel o Martin Bormann.
A las 5:30 llegaban al aerodromo francés de Le Bourget, donde les esperaban una comitiva de 5 Mercedes-Benz descapotables. Poco después inciaban su tour por Paris. Las calles estaban desiertas, debido en buena parte a lo temprano de la visita y a que había una cierta desconfianza en la población ante los alemanes. Hay que tener en cuenta que Francia había capitulado el día anterior. Los únicos parisinos que se encontraban en las calles eran los vendedores de los puestos ambulantes y los vendedores de periódicos.
La visita a Paris comenzó por el edificio de la Ópera de Garnier. Un majestuosos edificio del que Hitler se consideraba admirador y conocedor del mismo. Durante la visita a la Ópera se dió la conocida anécdota con el guía del edificio. Hitler que conocía bien los planos de la Ópera, se detuvo en un momento de la visita y apuntó al guía que faltaba una sala. EL guía le respondió que había sido sellada para su restauración y que por tanto no estaba a la vista. Entonces el Furher giró hacia atrás su cabeza y le dijo a Speer: "¿Veis que bien conozco este edificio?"
Las atenciones y halagos hacia Hitler por parte de su comitiva eran costantes. Otra anécdota curiosa de la visita a la Ópera se produjo cuando al finalizar la visita, Hitler ordenó dar una propina al guía, el cual, con excelente educación francesa rechazó. Se hizo el silencio durante un segundo. Nadie osaba rechazar algo que proveniera de Hitler. Al momento, el propio Hitler se sonrió y le dijo a su ayudante, que el guía tenía razón. Era su trabajo y no tenía porque aceptar propinas.
Desde el Arco del triunfo se dirigieron hacía lo que hoy en día es el Trocadero, y que en su día fue el Palacio Chaillot, donde se encuentra la famosa terraza donde todo el mundo que visita Paris se realiza la misma foto que Hiter se hizo junto a Speer y Breker, con el símbolo de Paris tras ellos. Fue un gran momento para Hitler.
Tras el Panteon Hitler visitó, eso sí, de una manera brevísima, otros monumentos emblemáticos de Paris, como la Sainte Chapelle, donde Hitler se quedó maravillado de su fabulosa arquitectura, la catedral de Notredamme, donde Breker se encargó de explicarle los detalles más significativos del estilo Gótico.
El Museo del Louvre fue otra de las paradas donde el Fürher disfrutó más, como amante del arte que era, disfrutando de la magnífica fachada del edificio. Desde allí, continuaron por la Rue Rivoli, pudiendo ver a su izquierda los Jardines de las Tullerías, y en el nº 228 el Hotel Le Maurice, donde se situó el cuartel general alemán en París. Hitler se mostró satisfecho al ver el edificio engalanado con las banderas alemanas.
Un saludo.
Texto: Elaboración propia.
Fotos: http://www.exordio.com/1939-1945/codex/ ... paris.html
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... 98de5c0844