En Italia, Mussolini y su amante han caido en manos de una masa de gente confundida y enfurecida por una guerra para la cual no estaban preparados; ahora sus cuerpos inertes, ofrecen una lúgubre imagen del revanchismo del pueblo.
Varios metros bajo el Reichstag, tras gruesas y frias paredes de hormigón, se halla la última morada de Hitler. Testigo lejano de la suerte de su antiguo aliado político, evitará a toda costa seguir ese destino.
La desicion está tomada, Hitler y su ahora nueva esposa: Eva Braun, cometerán suicidio.
Los antiguos compañeros de Hitler, como Himmler o Göring, ahora son tildados de traidores. Solamente uno se mantiene "fiel" al Führer, su monbre: Joseph Goebbels.
Goebbels, Ministro de Propaganda del Reich, se niega a toda costa abandonar a Hitler; más al contrario instalando a toda su familia en el führerbunker, seguirá a su lider hasta el fin. Joseph y Magda Goebbels han decidido que camino tomar, y se llevarán con ellos a sus seis hijos.
Lo que sigue ahora es el testamento dictado por Joseph Goebbels a Traudl Junge, donde resume su última voluntad y pensamiento.
El Führer me ha ordenado que, en el caso del derrumbamiento de la defensa de la capital
del Reich, abandone Berlín y forme parte de un Gobierno nombrado por él, en calidad de
miembro rector.
Por primera vez en mi vida, he de negarme categóricamente a obedecer una orden del Führer.
Mi esposa y mis hijos se adhieren a mi negativa. De lo contrario —y sin contar con que por
causas humanas y de lealtad personal, nunca seríamos capaces de dejar solo al Führer en su
hora más difícil—, durante el resto de mi vida me consideraría un vil desertor y un rufián
que perdería no sólo el respeto de sí mismo sino también el de su pueblo, el cual debería
ser requisito indispensable para el ulterior servicio de mi persona a la futura configuración de
la nación alemana y del Reich alemán.
En medio del delirio de traiciones que durante estos días críticos de la guerra rodea al Führer,
tiene que haber por lo menos algunos que se mantengan incondicionalmente a su lado
hasta la muerte, aunque ello sea contrario a una orden formal expresada en su testamento
político y fundada en consideraciones de carácter práctico.
Creo que de este modo presto al pueblo alemán el mejor servicio para su futuro, ya que
para los difíciles tiempos que se avecinan los ejemplos son más importantes que los
hombres. Siempre habrá hombres que señalen a la nación el camino de la libertad. Pero
la reconstitución de nuestra vida nacional sería imposible si no partiera de la base de
unos ejemplos claros y comprensibles para todos. Por esta razón, expreso en nombre
propio, en el de mi esposa y en el de mis hijos, demasiado jóvenes aún para poder
manifestarse por sí mismos pero que, de tener la edad suficiente para ello, se adherirían
incondicionalmente a esta decisión, el propósito irrevocable de no abandonar la capital
del Reich, aun en el caso de que caiga y poner fin al lado del Führer a una vida que para
mí personalmente no tiene valor alguno si no puedo dedicarla al servicio del Führer,
a su lado.
Dado en Berlín a 29 de abril de 1945, 5:30 horas.
Dr. Joseph Goebbels
Unas horas después del suicidio de Hitler, Magda envenenó a su seis hijos, e inmediatamente despúes ella y Joseph hicieron lo mismo, esta vez en su propia persona.
Foto: http://mentescuriosas.es/%C2%BFwollt-ih ... del-reich/
Fuente:
FEST, Joachim. "El Hundimiento".
http://www.panzertruppen.org/2010/politica/mh021.pdf