Igor Kostin es el famoso fotografo de Chernobil.
En su libro "Chernobil. Confesiones de un reportero" narra sus experiencias durante la ocupación alemana de Moldavia y la época de terror soviético.
Igor Kostin
La ocupación alemana.
Durante la guerra, teníamos hambre. Era la hambruna. No había nada.
Yo hurgaba entre la basura en busca de mondas de patata, ya que había que comer algo. En casa mi madre las lavaba para matar los microbios y nos las comiamos en el fuego de leña.
En el mercado comprábamos grasa de pescado, que los alemanes usaban para limpiar sus botas. Sólo costaban unos pocos Kopecks y mi madre sabía que era muy nutritiva, solo tenía un problema: su abominable sabor.
Poco a poco, la situación fue mejorando. Mi madre se puso a cocinar Borsch, sopa de col y mamaliga, tortas de maíz. Las vendía en el mercado, aunque a veces le daba a los vecinos, que también se morían de hambre.
Cuando preparaba la mamaliga, mi madre diluía la harina de maíz en el agua para hacer una clase de polenta que servía en una gran tabla. Teníamos tanta hambre que lamiamos la madera.
Alrededor de Kishinev, los alemanes habían abieto campos de concentración para los prisioneros soviéticos y en cuanto mi madre lo supo se puso a cocinar cubos de borsch, que llevaba por la tarde a los prisioneros. Los deslizaba bajo la alambrada y los prisioneros alargaban sus brazos esqueléticos para cogerlos. Un dia los centinelas nos vieron y nos dispararon, pero mi madre continuó, ya que esperaba encontrar a mi padre entre los fantasmas del campo. Aunque mi padre no volvió a casa. Un papel certificado que dice que murió en un bombardeo es todo lo que sé.
Cuando los soviéticos se acercaron a Kishinev, nosotros también fuimos bombardeados, tal y como nos avisó un alemán. Nos esperabamos lo peor. Al empezar el bombardeo, el aire se volvió metálico y nos escondimos bajo la cama. Un obús atravesó nuestra casa, apenas un metro por encima nuestro. Mi madre cogió sus ahorros y a mi y nos puso bajo su falda, diciendome que ahí sobreviría. Al acabar el bombardeo, un alemán nos gritó que subieramos a su vehiculo blindado. Durante el viaje, ibamos en un rincón y oiamos a los alemanes hablar del bombardeo y de la metralla que rebotaba en el blindaje.
Al dia siguiente, con la luz suave del amanecer, cuando el sol no había salido, vimos los primeros soldados soviéticos.
La ocupación soviética.
La hambruna continuó siendo incondicional. Buscábamos botas viejas aún impregnadas de grasa y nos las comiamos. ¡Las cortabamos en pedazos y nos las comiamos!
Después mi madre se puso a coser, porque es lo que sabía hacer y montó una empresa familiar, aunque estaba prohibido y cada vez que oia como se abria la puerta se sobresaltaba, ya que en esa época los vecinos se denunciaban mútuamente. Cuando tenía algo de comer, la gente tenía miedo a ser denunciada ¿Cómo explicar que se tiene algo para comer cuando todo el mundo se muere de hambre? Los soviéticos purgaros toda la región, enviando a la gente a Sibéria.
En mi vida, es la guerra que lo determinó todo. Fui educado por mi madre, nos moriamos de hambre, teniamos miedo y nuestra única preocupación era sobrevivir. Cada día, mi madre temblaba al pensar que iban a venir a buscarnor. A veces, por la mañana, nos levantábamos y descubriamos que las casas de nuestros vecinos estaban vacías y los chicos del barrio entábamos y robabamos todo lo que quedaba. Me avergonzaba, pero no tenia otro remedio.
Mi infacia fue muy dura.
Fuente de la información: Chernobil, confesiones de un reportero.
Fuente de la fotografia: http://www.ippnw-students.org/chernobyl/
Saludos.