Mar Mar 13, 2012 2:12 am
Yo Otto Ohlendorf, estando bajo juramento, declaro:
Fui Jefe del Servicio de Seguridad (SD), Amt III de la Oficina Central del jefe de la Policía de Seguridad y la SD, desde 1939 a 1945. En junio de 1941 fui designado por Himmler a liderar uno de los Einsatzgruppen, que entonces estaban formándose para acompañar a los ejércitos alemanes en la campaña rusa. Fui designado jefe del Einsatzgruppe D. Himmler indicó que una parte importante de nuestra tarea consistía en la exterminación de judíos – hombres, mujeres y niños – y de funcionarios comunistas. Fui informado del ataque sobre Rusia aproximadamente cuatro semanas antes.
Según un acuerdo con el Alto Mando de las Fuerzas Armadas y el Ejército, los destacamentos Einsatzkommando dentro de los Grupos de Ejercito fueron asignados a ciertos Cuerpos del Ejército y divisiones. El Ejercito designó las áreas en las cuales los Einsatzkommando deberían de operar. Todas las directivas operacionales y órdenes para la realización de las ejecuciones fueron dadas a través del jefe de la SIPO [Policía de Seguridad] y la SD en Berlín. Se mantenía una regular mensajería y radiocomunicación entre el Einsatzgruppen y el jefe de la SIPO y la SD
Los Einsatzgruppen y Einsatzkommandos fueron comandados por personal de la Gestapo, la SD, o la Kripo [Policía Criminal]. Los hombres adicionales fueron traidos de la policia regular [Ordnungspolizei] y las Waffen SS. El Einsatzgruppe D consistía en aproximadamente 400 a 500 hombres y tenía aproximadamente 170 vehículos a su disposición.
Cuando el ejército alemán invadió Rusia, fui líder del Einsatzgruppe D en el sector sur, y a lo largo del año, eliminamos a aproximadamente 90,000 hombres, mujeres, y niños. La mayor parte eran judíos, pero hubo entre ellos algunos funcionarios comunistas. En la implementación de este programa de exterminio los Einsatzgruppen fueron subdivididos en Einsatzkommandos, y los Einsatzkommandos en unidades aun más pequeñas, los llamados Sonderkommandos y Teilkommandos. Usualmente, las unidades más pequeñas eran lideradas por un miembro de la SD, la Gestapo, o la Kripo. La unidad seleccionada para una tarea debía entrar en un pueblo o ciudad y ordenar a los ciudadanos judíos a reunirse con el objeto de llevar adelante su reasentamiento. Recibían la instrucción de entregar sus artículos de valor, y poco antes de la ejecución debían entregar la ropa que llevaban.
Los hombres, mujeres, y niños eran guiados al lugar de la ejecución que en la mayoría de los casos estaba ubicado junto a la zanja antitanque más profunda. Entonces eran fusilados, arrodillados o de pie, y los cadáveres echados dentro de la zanja. Nunca permití la ejecución efectuada por un solo individuo dentro del Grupo D, sino ordené que muchos hombres deberían disparar al mismo tiempo, para así evitar directa responsabilidad personal. Los líderes de la unidad o personas especialmente designadas, sin embargo, debían disparar la última bala contra aquellos que no hubieran muerto inmediatamente. Supe por conversaciones con otros jefes de grupo que algunos de ellos demandaban que las víctimas se tumbaran sobre el suelo para recibir un disparo a través de la nuca. No aprobé estos métodos.
En la primavera de 1942 recibimos los vehículos de gaseo por parte del jefe de la Policía de Seguridad y la SD en Berlín. Estos vehículos fueron puestos a disposición por la Amt II de la RSHA. El hombre que era responsable de los autos de mi Einsatzgruppe fue Becher. Recibimos instrucciones de usar los autos para el asesinato de mujeres y niños. Cada vez que una unidad había agrupado un suficiente número de víctimas, un auto era enviado para su liquidación. También tuvimos estos vehículos de gaseo situados en las proximidades de los campamentos transitorios en los cuales las víctimas eran traídas. A las víctimas les decía que serían reasentadas y por ello tenían que subirse a los vehículos. Entonces las puertas eran cerradas y el gas entraba a raudales debido al encendido de los vehículos. Las víctimas morían en un lapso de 10 a 15 minutos. Los autos eran entonces llevados ante una fosa común, donde los cadáveres eran sacados y enterrados…Firmado.
OTTO OHLENDORF5 de Noviembre de 1945