Una semilla de historia en una mente juvenil

[Krossieg]

No sé muy bien si ésto debería ir aqui, ni siquiera si atañe al foro, pero me gustaría compartirlo con vosotros.

Como algunos sabeis, el año pasado me diplomé en Magisterio en la especialidad de Lengua Inglesa. Este año he seguido por el camino, y estoy haciendo una segunda especialidad, esta vez Primaria.
El asunto es que llevo 3 semanas en las practicas, y me queda hasta el 28 de Mayo. Ya he dado unas cuantas clases, y como podía elegir la asignatura, decidí explicar Conocimiento del Medio. Cosas del azar, a mis alumnos de 6º de Primaria les tocaba empezar el tema de Europa y la Unión Europea...pensé "¿cómo explicar la UE? quizás con un poco de historia, hablando de la SGM, pues de ahí surgió, pero sin meterme en muchos lios para no confundirlos."
Parece que no fue una mala idea...explicando cómo acabó la SGM y la necesidad de evitar una 3ª creando la UE, algunas de las preguntas de mis alumnos desvió totalmente el tema hacia la SGM...
"Esque he leído un libro sobre una niña que se tenía que cambiar de nombre varias veces, y que se escondía, y que eso pasaba en la SGM, ¿que tiene que ver?"
"Y la resistencia, ¿que era eso?"
"¿Y porque querían cojer a esas personas?"
Esas entre otras preguntas...
Total, que les intenté explicar el asunto cómo bien pude usando un lenguaje comprensible y sin dificultarles mucho el berenjenal...no sé si lo acabarían de entender o no, pero parece que el tema les interesó bastantes.
Mi sorpresa mayor, y que dibujó una sonrisa en mi cara, fue cuando al dia siguiente (ayer) vi en la mesa de una alumna "El diario de Anna Frank" y en la de otro niño "La niña de los tres nombres".
No se si sería por mis explicaciones, porque ya les interesaba de antes el tema, o simplemente porque les guste leer...pero me gustaría pensar que he avivado la mente de unos pequeños alumnos de Primaria, y que a raíz de esa clase empiecen a leer y conocer algo más sobre la SGM.

Así que ya veis camaradas que este tema sigue gustando, y que estoy seguro de que no nos quedaremos sin unidades de reserva en el conocimiento, aprendizaje y disfrute de este fragmento de historia que fue la Segunda Guerra Mundial.

Un saludo!

[Anibal clar]

Me alegra mucho eso que comentas.
Seguro que algo habrás tenido que ver en despertar en ellos esa curiosidad.
Yo te felicito y animo para que sigas en ese camino, educar es muy bonito, enseñar también, y en temas como el que nos atañe, la SGM, conviene que las nuevas generaciones conozcan la desgracia tan horrible que tuvo que sufrir la humanidad para que eviten en lo posible que sucesos así vuelvan a ocurrir.
Aplaudo tu sensibilidad al respecto.

Un saludo.

[grognard]

De un maestro (que no ejerce) a otro en activo: BRAVO.

Si has sido capaz de animar aunque sólo sea a un par de alumnos, ya es una gran victoria, estando la educación como está. Creo que merece mucho la pena que pongamos nuestro granito de arena para que no se olviden ciertas cosas y que no puedan volver a repetirse, por muy frikis que nos consideren nuestros familiares y amigos por nuestra "atípica" afición.

[Balthasar Woll]

Me alegro compañero. Desde luego es un triunfo poder inculcar a los más jovenes el interés por una parte muy importante de nuestra historia reciente. Te animo a que sigas adelante con esa labor, que vale mucho la pena, y desde luego para ti, debe ser muy gratificante.

Un saludo.

[Ramcke]

Muy bien, Lothar. Lo que distingue a un buen docente de uno malo, es precisamente el saber inculcar la curiosidad y las ganas de conocer, en las mentes de sus alumnos. Y por lo que comentas, lo has conseguido, y encima en un tema tan importante, como es la historia, y como dice grognard, estando la educación, como está en los últimos lustros. Así que, te animo a que sigas con tu labor, que sin duda tiene su mérito.

Un saludo

[Capitan Miller]

Lograr lo que has logrado es un triunfo homérico (ya que estamos con Historia).

Siempre he pensado que no es tan importante lo que se cuenta, que también, sino el como se cuenta. Y aplicado a muy diversas situaciones da sus frutos, pero es que aplicado a la Historia es fundamental. ¿Cómo se puede conseguir que, salvo muy honrosas excepciones ya de salida, unas cabecitas jóvenes se interesen por algo que ni les va ni les viene porque ni ha pasado ayer, ni hoy, ni va a pasar mañana? Y es más, cosas que creen que no tienen nada que ver con nuestra vida cotidiana. Tal vez se asombrarían un poco si, por poner un ejemplo, alguien les contará como prólogo a las Guerras Púnicas que en España hablamos como hablamos, vestimos como vestimos, hacemos la música que hacemos y, en general, somos como somos, porque un joven romano llamado Escipión consiguió salir con vida de una escabechina llamada Cannas.

Hace tiempo leía en una de las columnas de Arturo P. Reverte, que en cierta ocasión, paseando por el Barrio de las Letras, en Madrid, se encontró con una clase de jóvenes estudiantes acompañados de su profesora (tal vez de Literatura o Historia), la cual, con más mala que buena fortuna, intentaba mantener su atención explicándoles cosas como que allí estuvo una vez la casa de Lope de Vega, o que en aquel otro edificio se encontraba la imprenta de donde salió El Quijote. Al reconocer al escritor, le pidió que, por favor, les contara algo a la panda de mozalbetes, a ver si había suerte y un "famoso", al que presentó como el autor de Alatriste y a alguno que otro le picó la curiosidad, conseguía el éxito dónde ella había sido derrotada.

Pues bien, lo que el Tío Reverte decidió fue empezar su disertación con un: "Se odiaban a muerte...". E inmediatamente todos los estudiantes se fueron agrupando a su alrededor para oirle contar los chismes y cotilleos de las vidas de los maestros del Siglo de Oro de la literatura española. Y también para recordarles que aquellas calles que ellos pisaban habían contenido el mayor índice por metro cuadrado de genialidad de la historia de nuestro país. Que lo recordaran, que supieran bien por donde andaban aquella mañana.

Lothar, tú has demostrado que no hace falta ser un buen escritor, ni mucho menos académico de la Real, para conseguir lo mismo que Pérez Reverte. Sólo hace falta amor a tu profesión, tener algo que contar, y el ingenio para saber cómo hacerlo.

Mi más sincera enhorabuena, Maestro. Misión cumplida.