Publicado: Mar Jul 07, 2009 10:21 pm
por Dimitry Lavrinenko
Este es un extracto del libro "Chile y la Segunda Guerra Mundial". A continuación, varios relatos de ex combatientes que se radicaron en Chile luego de la SGM.

"Miguel Kast: "Nos tenían convencidos con la bomba atómica"
"Cuando empieza la guerra yo tenía 16 años y mi madre estaba muy feliz porque no podía ser reclutado. Pero el primer día llamaron al ejército a mi padrastro, el Opa Moser (...) y cuando cumplí 18 años, el año 42, llegó él a la casa y tuve que ir yo a la guerra, al ejército.

El transporte (a Rusia) en carros de carga duró como diez días hasta Crimea (...) En una de las paradas del tren, al lado de un río, nos bajamos para refrescarnos. El maquinista, que seguramente no era pro alemán, echó a andar la locomotora y nos dejó a mí y a otros veinte soldados desnudos en el río. Unos diez amigos saltaron del tren con abrigos, carabinas, munición para apoyarnos. El jefe del transporte envió inmediatamente soldados sobre los techos de los carros de la locomotora y revólver en mano detuvieron el tren. Nosotros a pata pelada tuvimos que seguir al tren sobre los durmientes para incorporarnos al convoy. Al día siguiente pasamos por una ciudad famosa por la fabricación de aguardiente de ciruela, el Loboris. No me acuerdo de qué forma llegó al tren una gran cantidad de licor y terminamos medio curados. Nos tenían convencidos que la bomba atómica estaba por salir, o sea, que un "arma terrible" nos iba hacer ganar la guerra. Nos motivaron mucho con eso.

En Italia las tropas alemanas arrancaron para el norte. Llegué a la frontera con Suiza y no dejaban entrar a nadie. Los tiroleses del sur, italianos de ascendencia alemana-austríaca, fueron muy favorables a Alemania. Una familia de agricultores que vivía en las montañas en su pobreza me regalaron un pantalón, una camisa y una chomba. En el año 70 volví a ver esta familia. No podían creer que después de 20 años volvía uno para darles las gracias. Llevé a la madre a Bolzano y le compré un abrigo y otras cosas, los dejé vestidos de nuevo.
(En Alemania) Yo ya no estaba muy a gusto. Todos los soldados alemanes habían sido criminales de guerra, así nos trataron. En el año 50 estalló la crisis de Corea. Pensé que los americanos llamarían a los alemanes a combatir contra Rusia. No estaba dispuesto a volver a la guerra. Le pregunté a Olga, mi señora, si quería ir a Chile y quiso".

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José Shumacher: "Los rusos me miraban como traidor"
"Yo nací en Ucrania, porque mis abuelos emigraron a Rusia. Mi familia sufrió mucho por el comunismo. Mi abuelo tenía un fundo grande y lo metieron preso para quitarle los terrenos. Primero vino la reforma agraria con Lenin, donde nos quitaron el fundo grande y a mi familia la metieron en un campo de prisioneros en Siberia. Yo tenía una hermana mayor y dos más chicos, éramos cuatro. Inmediatamente nos echaron fuera de la casa y nadie en el pueblo pudo recibirnos.

Cuando la guerra terminó no me entregué. La masa de los alemanes se entregaba en la zona americana. El americano no sabía qué hacer y entregó a los nacidos en territorio ruso o en la parte alemana ocupada (por Rusia) a los rusos. Pero la gente y los soldados rusos me miraban como traidor porque yo había nacido allá. Tomaron a mi mamá y a mi hermana y las llevaron cerca de Siberia. Estuve en Alemania del sur, porque yo boté todos mis documentos. El año 48 caí bajo la amnistía y ahí me presenté. Recién el año 50 encontré a mi papá que volvió de Francia. Quise partir a Canadá pero me negaron la visa porque pensaron que era un nazi. El 53 llega un padre de Caritas diciendo que Chile toma inmigrantes. Fue una decepción llegar a Chile, uno pensaba que era más desarrollado. Pero los chilenos eran muy atentos, mucho más que en Alemania misma. Pero que son latinos, son latinos".
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Sacerdote Alfonso Bös: "Nos recibieron los franceses con bastante fuego"
"Era seminarista de Schönstatt. Los nazis disolvieron nuestra casa en Schönstatt, nos echaron. Nosotros llevábamos una lucha anterior contra el nacionalsocialismo como juventud católica. Yo entré a Schönstatt en mayo de 1933. El padre Kentenich y sus colaboradores nos hablaban siempre de lo que se esperaba.

En mayo del 40 nos trasladaron al oeste y en junio comenzó el ataque directamente a Francia. En este momento yo pertenecía a la División de Infantería 291. El primer contacto de la lucha fue en Marne. Impresionante, era la primera vez que sentía el fuego de la artillería. El jefe de nuestro grupo, el Gruppenführer, un sargento, tenía un miedo inmenso, sabía que yo era teólogo e hizo el hoyo conmigo pensando que a mí no me pasaría nada.

La primera vez que la situación fue más dura ocurrió al cruzar el río Marne. Nos recibieron los franceses con bastante fuego. Nos queríamos tomar el puente, pero todavía estaba lleno con tropas francesas, con carros, caballos y camiones. Estaban huyendo, pero cuando nosotros aparecimos explotaron el puente con toda su gente. Este fue el lugar donde tiré el primer y único tiro en toda la guerra.

Nos llevaron a Rusia después de estar en Francia... Cuando comenzó en Leningrado nuestra primera lucha, los rusos se defendieron horriblemente. Cuando nuestra compañía debió marchar adelante, yo acompañé a mi amigo. Cuando habíamos salido de Alemania hacia Rusia los dos habíamos ido a un convento de franciscanos cerca de Münster. Nos confesamos y compramos cada uno un rosario. Nos habíamos comprometido a ayudarnos mutuamente y a apoyarnos.

No habían pasado quince días cuando me llegó un papelito escrito. El le había dictado a este camarada, mientras estaba muriendo, porque le había llegado una granada en el estómago, una carta a sus papás, diciendo: "Queridos papás, estoy herido gravemente, no sé si voy a sobrevivir, si no, nos veremos donde Dios". También me escribió a mí: "Yo ofrezco mi vida para que tú llegues a ser sacerdote". Esto venía manchado con su sangre y la firmó él personalmente...

En enero del 45, cuando el frente de Rusia se destruyó, caí prisionero. Eso me salvó la vida. Las luchas del último medio año hacia Berlín fueron horribles. Allá murieron millones y seguramente yo habría estado en medio de esto y como miembro de la infantería no hubiera tenido ninguna posibilidad de sobrevivir. Estuve cinco años prisionero en Rusia, cerca de Stalingrado y trabajaba en minas de carbón. El comunista ruso era para mí una bestia, no un ser humano. El pueblo ruso, su gente era muy buena. Trataron de ayudarnos a escondidas".
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William Reid cuidó a la actual reina Isabel y su hermana cuando eran niñas
"Mi padre era escocés, mi madre inglesa. Ella vino con mi abuelo materno en 1897, porque Chile le daba un territorio en el sur", recuerda William Reid, quien fue uno de los voluntarios chilenos en las filas inglesas "porque en Chile a los anglo-chilenos nos criaron más británicos que los británicos(...) hubo más de quinientos anglo-chilenos que se fueron a la guerra.

"Partimos en septiembre de 1940. En Londres empezó mi vida de soldado. Pronto me ascendieron a cabo segundo. Esto fue porque cuando llegué, el sargento británico nos empezó a explicar lo que era una Braingun, pero yo ya había estado en la milicia republicana y antes de irnos echamos a Ibáñez. (Nota de Dimitry Lavrinenko: C.Ibañez del Campo fue un dictador Chileno)

Financiado por unas tías para instruirse en la escuela militar, se entrenó junto al primo del rey de Inglaterra, Richard Percy, quien fue su mejor amigo. De hecho, fue con él con quien se tomó una botella de licor la noche anterior de marchar frente a los monarcas ingleses, quedando totalmente mareado.

Los primeros bombardeos los vivió en Escocia, donde tuvo que cuidar al rey y la reina en el Castillo de Balmorale. "Ese fue mi primer trabajo (que duró cuatro meses). Estaban también las princesas: Elizabeth, la actual reina, y Margareth. El último mes a nuestra compañía le tocó cuidar a las princesas. Ellas querían andar en estos tanques y nosotros les decíamos que no se podía. Margareth era la más revoltosa, insistieron mucho. Así tomamos todos los cojines que pudimos conseguir y el capitán les manejaba la máquina. Salieron por los campos dentro del recinto que tenían".
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Roger Buisson de la Resistencia francesa: "Un día llegó la Gestapo"
Este francés tenía 15 años cuando comenzó la guerra y a los 18 años se enroló a la resistencia (fuerzas de De Gaulle). "Eramos civiles y buscábamos obstruir la acción de los alemanes: descarrilamiento de ferrocarriles, falsos papeles para no ir a Alemania, etc. Nosotros éramos más humanos (al compararse con la resistencia rusa). Aunque el objetivo era matar alemanes, eso sí".

Trabajaba en un centro médico, donde "gracias a falsos papeles y otras cosas, yo tenía que evitar que se fueran franceses, o por lo menos reducir la cantidad, que debían irse a Alemania. Un día llegó la Gestapo, como estaba fuera del centro no entré, pero mis tres amigos estaban ahí. Los llevaron los alemanes y dos fueron fusilados 48 horas después.
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Rodolfo Haymann fue espía y detuvo a Anwar Sadat
"De mi familia sólo sobrevivieron cuatro, los otros siete perecieron en el campo de concentración. Yo tenía 11 años cuando Hitler llegó al poder. Cuando tenía 15 años fui expulsado del colegio (en Berlín) por ser judío alemán e ingresé a uno de los nuevos colegios hebreos que se forman. Así tuve que escapar (...) Quería ir a Palestina, formar parte de un Kibutz (...) días más tarde fuimos embarcados en el barco Gerusaleme a Palestina".

El año 41 "Churchill decidió nombrar a Montgomery, quien llamó a voluntarios. Nosotros formamos una unidad que se llamaba el Pelestine Regiment. Eramos 28 mil jóvenes, 25 mil hombres y 3 mil niñas y fuimos a la guerra. Mis primeras experiencias las recibí en la batalla de El Alamein. Se formaron nuevas unidades especializadas en el ejército británico y me preguntaron si quería ser espía. Dije que sí. Me aceptaron por hablar alemán y la apariencia física (...) hicimos la primera acción y casi me costó la vida. De ahí me trasladaron al contraespionaje para desarmar la red que alemanes e italianos tenían detrás de nuestra líneas. Y en eso trabajé durante toda la guerra.

El año 43 tomamos presos a cuatro egipcios que espiaban para los alemanes, porque los egipcios odiaban a los ingleses. El año 70 murió Nasser, presidente de Egipto y su sucesor fue Anwar Sadat. Mi compañero de esta época, me dijo que revisara mis memorias porque este era uno de los cuatro hombres que habíamos tomado presos.

Cuando Sadat llegó a Jerusalén, mi amigo le mandó una nota, diciéndole si se acordaba de que hace 36 años había sido tomado prisionero por dos sargentos israelíes. El contestó: sí, claro que me acuerdo y le mando dos invitaciones para el banquete de Estado en el Cairo. Yo no alcancé a llegar.

El año 54, estando ya en Chile, fue inaugurado el café Haití y mientras tomaba un café un señor de mi misma edad me preguntó si estuve en el ejército inglés. Le respondí que sí y me dijo: "Ah, entonces usted me tomó prisionero. Era un soldado alemán-austriaco.

Volví a la vida civil en Palestina un año antes de la guerra de independencia. La autodefensa judía necesitaba mi experiencia. Entré al servicio del futuro espionaje judío. Un año más tarde empezó la guerra y mientras estaba combatiendo llegó la visa para Chile. Llegamos a Buenos Aires y tomé tren a Mendoza. Había avisado a mis padres. Dijeron que llegara a la estación Mapocho donde me iba a encontrar con ellos después de 10 años. Yo no sabía que mis padres querían darme una sorpresa e ir a Los Andes. Me buscaron pero no me reconocieron y cuando el tren estaba a punto de partir decidieron silbar el silbido familiar que teníamos en Alemania para entrar a la casa. Nos abrazamos y mi madre entre lágrimas y sollozos dijo "Hace diez años mi hijo, mi hijo".
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Günter Säuberlich: "La gente comía pasto"
"Nos llevaron en camiones a un campo cerca de la frontera con Holanda. Era un gran campo de prisioneros (alemanes). Yo cumplí 17 años en marzo del 45 y caí prisionero el 12 de abril, pocos días antes de que terminara la guerra. Estábamos en un campo raso con lluvias, con heladas... No teníamos nada, ni siquiera podíamos enterrarnos. Nos daban comida una vez al día los americanos. Ahí estuvimos seis meses y éramos 35 mil. Murieron miles de frío, por tifus, por desangramiento. La gente comenzaba a comer pasto, las cáscaras de los árboles. Fue terrible.

Nos liberaron totalmente el año 47. Yo trabajé durante la guerra en una fábrica de tractores. Entré nuevamente y el 53 me mandaron por tres años a Chile. Nunca pensé quedarme, pero conocí a mi señora aquí y luego vinieron los niños".
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Teofilo Gómez: Participó en la planificación del ataque a Polonia
Hasta antes de la segunda guerra mundial, el ejercito Chileno tenia muy buenas relaciones con el ejercito Aleman, no era raro que varios oficiales del estado Mayor Chileno realizaran cursos de perfeccionamiento en unidades regulares de la Wehrmacht(Heer). Es asi como en 1937 el Joven Teniente Coronel Teofilo Gomez (Telecomunicaciones) cumple funciones en el Grupo de Comunicaciones Numero 16 en Munster Westf. Uno de sus instructores fue el mismisimo Rommel de quien se sintio profundamente incentivado a "reconocer" el potencial de las telecomunicaciones en una guerra moderna rapida y descisiva.
Durante 1938 participa en numeros juegos de Guerra donde tuvo que tomar parte en la planificacion de un "posible escenario", la invasion de Polonia. Gracias a su destacada labor en Alemania, recibe de manos del Fuhrer, en la ceremonia de graduacion, un libro autografiado por el, y el "comentario privado": "no comente en publico nada de lo que hecho aca, recuerde que todo esto son temas de seguridad de los ejercitos y deben tratarse en forma interna solamente. "
Ha su regreso a Chile toma parte en severas reestructuraciones al arma de telecomunicaciones, su carrera profesional asciende solidamente llegando a General de Division y Jefe del Estado Mayor General del Ejercito en 1952, pero no si antes covertirse en 1939 como "la voz mas experta en analisis militares acerca de lo que ocurre con la guerra en Europa".
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Extraído de: http://www.forosegundaguerra.com/