Publicado: Sab Sep 21, 2013 2:40 am
por grognard
'Una esvástica sobre el Bidasoa' será presentado mañana
El documental narra la vida de los alemanes en Euskadi durante la Segunda Guerra Mundial
Marta Esnaola - Viernes, 20 de Septiembre de 2013 - Actualizado a las 06:04h


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Fotograma de la película rodada por Herber Brieger en la Segunda Guerra Mundial. (ESREC)

DONOSTIA. Una película sobre la vida de los vascos rodada en plena Segunda Guerra Mundial por un cineasta alemán es una de las piedras angulares de Una esvástica sobre el Bidasoa, un documental que mezcla la crónica histórica de aquella época con testimonios personales que muestran lo más humano de los acontecimientos vividos.

El documental, que se presenta mañana a las 20.45 horas en la sala 2 de los cines Príncipe dentro de la sección Zinemira de Zinemaldia -dedicada al cine producido en Euskadi-, "promete sorprender", según sus directores, Javier Barajas y Alfonso Andrés. "Todo el mundo ha oído mucho sobre los nazis, pero nadie se los imagina aquí, nadie piensa en que también estuvieron en Donostia", aseguran ambos, quienes han querido mostrar la situación de la Segunda Guerra Mundial desde otra perspectiva. "Va a sorprender el papel que tuvieron algunos alemanes", afirman. "Cuando se menciona la esvástica siempre hay un morbo detrás de eso y eso afecta a los que vivieron en la época".

Además, en el documental se puede ver cómo influyó lo sucedido a los vascos. Los directores quisieron ver de qué forma afectó la situación a los lugareños, que acababan de pasar una guerra civil, y se encontraron con material interesante. "Fuimos descubriendo que la zona de Bidasoa era un puente de conexión entre dos regímenes totalitarios y los vascos estaban en la mitad", cuentan los directores. Además, los nazis se vieron interesados por la pureza de la raza sobre la que hablaba el nacionalismo vasco y eso hizo que su interés en este pueblo fuese mayor, desde un punto de vista político.

En cuanto a los aspectos más formales del trabajo, no se trata de un documental al uso, con una voz que va narrando lo que pasa. Una esvástica sobre el Bidasoa da voz a varios historiadores, sobre todo a Ludger Mees y Santiago de Pablo, catedráticos de la UPV/EHU. También hablan los hijos de varios alemanes, como por ejemplo Nicolas Brieger, hijo del cineasta nazi que grabó la película sobre los vascos titulada Im lande der basken. También ofrece su testimonio el hijo de un miembro de la policía alemana en Donibane Lohizune, Loffler, quien cuenta lo que sabe sobre su padre aquí. El hijo del cónsul en Biarritz relata lo que pasaba en la zona porque él lo vivió en primera persona. "Son una serie de historias personales que se entretejen alrededor de los sucesos que todos conocemos". Con sus experiencias y sus testimonios se consigue el lado más humano y emocional del documental, en el que se puede comprobar el peso del pasado.

Pero no todo pueden ser emociones, por lo que los historiadores han tenido que dar una base documentada a los testimonios, aportar un punto de vista riguroso al documental. "Es fundamental contrastar los datos, hay que dar credibilidad e hilar todos los testimonios", cuentan Barajas y Andrés. Buscar un equilibrio entre la rigurosidad, la exactitud y el nervio ha sido difícil para los directores, que han querido incluir en el documental ritmo y profundidad.

Su trabajo empezó con una búsqueda de documentación, de archivos, en la que contaron con la ayuda de varios historiadores. Poco a poco fueron desenterrando tesoros y topándose con nuevos fondos documentales. Pero el mejor hallazgo lo hicieron cuando encontraron el filme grabado por el cineasta alemán, que solo tiene una copia original. Más tarde pudieron encontrar una copia depositada en la filmoteca hacía pocos años. "Lo primero que hicimos fue visionar la película", comentan los directores. Después, contactaron con el hijo, Nicolas Brieger, para ver qué les podía contar.

Hacer el documental ha sido una experiencia "muy intensa" para los cineastas. Aseguran que sobre todo les ha gustado "el durante", ha sido "lo más enriquecedor". Aseguran que hablar con los que vivieron en la época o con hijos de los protagonistas de la historia fue lo más conmovedor. "Al hablar con ellos ves cómo pasa la historia por delante de tus ojos", afirma Barajas. "Algunos se morían de ganas por contarlo, otros sufrían al recordarlo", cuenta. Todo eso supuso un aprendizaje para el equipo del documental y los directores aseguran que, sobre todo, se sorprendieron mucho. Por eso confían en que si ellos mismos se asombraron, podrán conseguir el mismo efecto en los espectadores.

Fuente: http://www.deia.com/2013/09/20/ocio-y-c ... en-la-muga