Publicado: Dom Dic 04, 2016 9:56 am
por Wyrm
El soldado Eddie, 75 años después de Pearl Harbor, vuelve a casa
04.12.2016

Con 19 años, murió nada más comenzar el ataque japonés que estuvo a punto de destruir toda la flota americana. EEUU está identificando y enterrando a parte de los 2.403 soldados fallecidos


Cuando la mañana del 7 de diciembre de 1941 el primer proyectil japonés impactó contra el acorazado USS Oklahoma, Edwin Hopkins, un marinero de 19 años recién alistado, sintió que el mundo entero, y no sólo el barco, se tambaleaban. Apenas llevaba unos meses sirviendo en la Armada, a la que se había unido siguiendo los pasos de su hermano mayor, Frank Jr., con quien debía reunirse allí, en Pearl Harbor, en cuestión de días. A medida que el buque zozobraba tras recibir hasta cinco torpedos, el joven Edwin iba asumiendo que no volvería a pisar tierra firme. Seguramente le vino a la cabeza la última postal que había mandado a su familia a Swanzey, el pueblo de la región de Nueva Inglaterra donde nació, y al que nunca pudo regresar, ni siquiera después de muerto. Se fue al fondo del mar sin saber que sus restos, y los de sus 400 compañeros, tardarían 75 años en volver a casa.

Edwin y Frank habían cambiado el frío de su New Hampshire natal por una cálida expedición militar por el Pacífico. Tenían pensado encontrarse en la base de la isla de Oahu, en Hawaii, y desde allí zarpar juntos a la aventura. Pero todo esos sueños saltaron por los aires a eso de las 7.48 horas, cuando las fuerzas aéreas imperiales arrasaron por sorpresa la flota norteamericana. Miles de hombres murieron aquel día de la infamia. EEUU los ensalzó como a héroes, pero no los enterró como a tales. Casi ningún cuerpo fue sepultado correctamente. Los restos de los soldados fueron mezclados a suertes en cientos de tumbas, a las que colocaron placas rotuladas con la palabra “desconocido”.

(...)

Ahora, cuando se cumplen 75 años del desastre, el Departamento de Defensa ha emprendido el mayor proyecto forense nunca acometido en el campo militar norteamericano para devolver nombres y apellidos a cada osamenta. Entre ellas, la de Edwin Hopkins, que finalmente ha podido ser enterrado en Keene, localidad vecina de su natal Swanzey, hace unas semanas, con todos los honores militares.

"Casi ninguno de los que estábamos allí podíamos visualizar a Edwin, porque no lo conocimos nunca. Además, su muerte siempre fue un tema tabú en la familia. Pero el día del funeral fue muy emocionante. Oh, cielos, vinieron unas 500 personas del pueblo, hubo salvas militares y rendimos tributo al sacrificio que hizo. Él merecía algo mejor que una tumba anónima”, comenta su sobrina Faye Boore, enfermera retirada de 70 años, que atiende a EL ESPAÑOL desde Oahu (Hawaii), hasta donde se ha desplazado para participar en los actos de homenaje previstos.

(...)

Fuente y resto de la noticia (Hay bastante información): http://www.elespanol.com/reportajes/gra ... 258_0.html