Publicado: Mié Jul 31, 2013 6:24 pm
por grognard
Conocía a John Keegan a través de su interesante “Historia de la Guerra”, y he de reconocer que la lectura de “Seis ejércitos en Normandía” ha reforzado la opinión que me había forjado sobre el autor inglés.

Como en muchos otros ensayos de la SGM, Keegan adopta el papel de “contador de historias”, dibujando las líneas generales de la campaña pero aderezándolas con testimonios personales de los soldados de los diversos ejércitos que combatieron en Normandía.

La introducción a la obra es sumamente curiosa. En ella, el autor nos introduce en sus propios recuerdos y vivencias como un niño inglés que veía pasar la guerra a su alrededor casi sin darse cuenta de ello. Le acompañaremos por las idílicas campiñas inglesas expectantes ante una posible invasión alemana; seremos testigos de la “internacionalización” del conflicto con la aparición de soldados europeos de diversas nacionalidades que, poco a poco, van conformando el ejército aliado que un día cruzará el Canal para reconquistar sus países; y finalmente, compartiremos con él el proceso de llegada del gran contingente de tropas americanas, que se acantonaran en las cercanías de su domicilio y que un día, casi por encanto, desaparecerán de la noche a la mañana para formar parte de las unidades que tomarán por asalto la costa francesa en la apertura del famoso “segundo frente”.

Esta introducción es sólo la excusa para un interesante primer capítulo en el cual Keegan disecciona el proceso por el cual lo mandos aliados acabaron coordinando políticas y esfuerzos para la apertura del tan necesario frente europeo que aliviara la presión a la que se veía sometida la Unión Soviética ante la acometida nazi. Conoceremos los entresijos de las decisiones políticas y militares, las negociaciones entre estadistas y generales para llegar a un común acuerdo, y a algunos de los protagonistas, directos e indirectos, que acabaron dirigiendo los esfuerzos aliados hacia el asalto a Normandía.

Una vez situados en el entorno político y estratégico de la situación, los siguientes capítulos se centran en las vicisitudes y avatares de las diversas unidades que estuvieron implicadas en la campaña normanda, desde el día D hasta la liberación de París. Así, haremos un recorrido por los diversos ejércitos implicados en el ingente esfuerzo del asalto a la fortaleza europea de Hitler.

Sin pretender ser exhaustivo, pero como muestra representativa de las diversas nacionalidades y las peculiaridades de algunas de las tropas implicadas, Keegan describe los sorprendentes avatares de los paracaidistas americanos las divisiones 82 y 101, el asalto a la playa Juno por las duras tropas canadienses que superaron allí la debacle sufrida en Dieppe, la persistencia y tozudez de los escoceses en las diversas operaciones alrededor de Caen, el esfuerzo de los Yeomen británicos en la ruptura final de su sector del frente, los infructuosos esfuerzos de las tropas panzer alemanas para contener la avalancha americana tras la operación Cobra, el heroísmo de los carristas polacos en el cierre de la bolsa de Falaise o la frenética carrera de obstáculos que superó la Segunda División Blindada francesa para liberar París.

En todos los casos, Keegan no se limita a contar lo sucedido en cada uno de los casos, sino que se remonta al origen de las diversas unidades y tropas, a su historia y tradiciones, a sus peripecias a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, a sus técnicas de entrenamiento y a quiénes eran los hombres que las formaban. Gracias a ello, podemos hacernos una idea de quiénes eran aquellos soldados, de donde venían, cómo y por qué luchaban, y cuáles eran sus objetivos.

En ese sentido, el autor se desmarca de otros ensayos similares que suelen ser más “académicos” al respecto, limitándose a contar hechos de forma objetiva, con el valioso aporte de los testimonios de los soldados, pero que no ahondan en sus peculiares idiosincrasias.

Igualmente interesante resulta el capítulo final del libro, en el cual Keegan reflexiona sobre el significado de la apertura del segundo frente y la campaña Normanda, sobre su incidencia en el desarrollo de la fase final de la guerra, y sobre las enseñanzas que podría aportar para los militares que quizás tuvieran que disputar una guerra en suelo europeo. No hay que olvidar que el libro está escrito en 1982, en uno de los últimos repuntes de la Guerra Fría, y que las perspectivas eran sombrías acerca de un enfrentamiento de las tropas de la OTAN y el Pacto de Varsovia en suelo alemán, un terreno similar al bocage normando.

Como conclusión, decir que es un libro que me ha gustado mucho. Aproveché las vacaciones para leerlo, y me duró un suspiro. De hecho, quedé con ganas de más. Lo considero, al igual que han comentado anteriormente otros compañeros en sus post, altamente recomendable. Tanto para el conocedor del conflicto como para aquel que se acerque a él por primea vez, es un libro sumamente valioso. Proporciona una visión general y al mismo tiempo particular de la campaña de Normandía, de las operaciones y de los hombres implicados en ella, siendo complementario, que no sustitutivo, de otras obras como las de Sir Martin Gilbert, Cornelius Ryan o más recientemente Anthony Beevor.