Publicado: Mié Sep 24, 2008 9:37 pm
por corkran
este es el tercer relato que subo aqui, pero el primero que escribi, quizas por eso tenga mas fallos que los otros, pero tambien por ello lo estimo mas.


Casi Sesenta Años Después

Tengo concertada una partida para dentro de una hora, aproximadamente. Mi contrincante es Shepke. El ignora la trascendencia de esta partida, así como que no podría ser con otro contrincante. También ignora que no es la primera vez que la jugamos, como él cree. Tengo 84 años y es curioso para mis nietos verme enredando con el ordenador, lo que ellos no pueden saber, lo que sería demasiado complejo hacerles entender, es que ya jugaba con estos cacharros cuando tenia 24 años y que ellos al fin y al cabo y en cierto modo no son más que un producto de la casualidad informática.
A pesar de todo, estoy contento con la vida que me ha tocado vivir, a pesar de todo y quizás por ello, por lo que en estas pocas líneas os voy a contar. Será la primera vez que lo haga. A veces me considero un privilegiado, aunque también es verdad que en ocasiones añoro las vidas que podría haber vivido, si las cosas hubieran sido distintas. Quizás esta noche pueda conocerlas, o todo quede igual, o todo comience de nuevo...hasta dentro de una hora no puedo saberlo. Lo cierto es que a pesar de mi avanzada edad, estoy lo que en alemán se conoce con una expresión muy acertada: absolutamente gespannt auf kennen der Ende, ansioso por conocer el final...si es que existe un final para esta historia.

El 15 de agosto de 2003 a las 23 horas comencé una partida que tenía concertada con Shepke. Llevábamos dos semanas intentando jugarla, pero unas veces por él y otras por mi no habíamos encontrado el momento. Todo fue bien durante la primera media hora, luego comenzó a caer la red, o las cosas misteriosas del motor multiplayer de este maldito juego, el caso es que no terminaba de marchar bien del todo. Schepke y yo eramos contrincantes duros, obstinados y a ambos nos gustaba jugar con tranquilidad, tomarnos nuestro tiempo y confieso que teníamos un altísimo grado de rivalidad y nos lo tomábamos muy en serio, tanto si tripulábamos un sub como un DD. Siempre era a vida o muerte y poníamos todo el empeño. Yo acababa de hacer la primera detección del convoy, andaba suficientemente lejos pero había que ir preparándose, así que comencé a tomar medidas. Todo estaba en orden, podía esperar pacientemente a los 160 mts de profundidad a que me hallaba a que la presa se acercase. Sabía que Shepke andaba ahí arriba atento a todos los instrumentos, los serviolas completamente concentrados en otear el horizonte con sus divinas cualidades...y en eso que llegó un lag enorme. Me resistí a desconectar, encendí un cigarrillo, me levanté a echarme una copa fría de orujo gallego y volví a sentarme en mi puesto, me acomodé a esperar y entorné los ojos.

Me desperté cuando noté las sacudidas en el hombro, era mi segundo, Johann, me susurró muy despacio: Herr kaleun, sie sind schon da, es ist Zeit (capitán están ahí, es la hora) no se si me sorprendió más haberme dormido acodado en la mesita de mi camarote o la cara relajada y el perfecto alemán pausado de Johann. No podía decidir si había soñado una escena incomprensible o si esto mismo era un sueño. En cualquier caso tampoco había tiempo para pensar, era el momento de las decisiones rápidas. Mi barco y mi tripulación dependían de mi habilidad y de la frialdad con que tomara cada decisión. Esto no era ya un juego. ¿Por qué iba a serlo?.Ya tendría tiempo después de recordar el sueño y pensar en él...bueno ya tendría tiempo, si es que ganaba esta partida que me tocaba jugar. Miré al pasar cada panel, cada mampara, pasé la mano para sentir esa sensación fría y húmeda que te dejan las paredes del submarino. Olí el aire rancio, el miedo contenido de la tripulación. Vi sus ojos clavados en mí, esperando...

Me hice cargo del puesto de mando y comence a susurrar las ordenes, pausadamente, aparentando una tranquilidad que estaba muy lejos de sentir. había hecho esto mismo muchas veces antes y siempre había salido bien. Mi cuenta de tonelaje no era de las menores de toda la flota de U-boote. A pesar de mi edad, tenia una merecida fama y las tripulaciones querían servir en mi barco. Me llamaban der Junge, pero es que todos éramos muy jóvenes en esa época del final de la guerra. Ya quedaban pocos hombres maduros. Por un momento me invadió el pánico ¿realmente había hecho esto mismo muchas veces antes? ese sueño... ¿que era ese sueño? ¿Porque todo me resulta tan extraño, tan nuevo y tan excepcional, al mismo tiempo que me infundía ese terror tan profundo y esa inseguridad injustificada? Me esforcé en actuar rápido, pedí un vaso de agua para enjuagarme la boca, fatiga de combate debe ser, pensé, no te dejes llevar, controla, eso es todo, lo has hecho mil veces. Respira. Quizás este justificado que tenga más miedo que antes, al fin y al cabo me acabo de enterar de que voy a ser padre. Me gustaría conocer a mi hijo, antes no podía tener esa sensación. No quisiera ser una fotografía encima de una consola, como tantos compañeros a estas alturas de 1944. tantos que empezaron conmigo y que ahora no son más que un recuerdo. Estos ingleses con sus ASDIC, sus radar y su maldita aviación, nos están haciendo la vida imposible. Cuantos niños no van a conocer nunca a su padre salvo en esa foto en la que está tan guapo con el uniforme de submarinista...cinco grados a babor, avante lento, proa abajo cinco, popa arriba 5, 200 mts y estabilizar. Se dice que estamos fabricando un nuevo submarino que va a ser una maravilla, espero que lleguen a tiempo. Es horroroso estar a ciegas, casi parados y oír como se acercan sus ASDIC...recobro la calma, tengo la impresión de que la tripulación me nota tenso y preocupado y eso no es bueno. Tienen que sentir la misma sensación de seguridad que siempre. Confianza ciega en su Kaleun que les ha sacado siempre del apuro. Sonrío abiertamente a Johann para que todos lo vean, le hago un gesto: ahí están. Timón a la vía. Tomo personalmente los auriculares del sonarista. Calculo que les faltan cinco millas, por mi amura de estribor y en un rumbo que los pondrá en mi vertical y entrando por las 2 . corrijo levemente para aproar al ASDIC de los destructores. Todo va bien. Calma. Vuestro comandante ya es el de siempre. Esto es un juego, un ejercicio. Vamos a soltar los pescados y salir corriendo, comme d`habitude, que dicen los franchutes. Dejaremos detrás algunos desperfectos, pero que los pague su graciosa majestad que es tan simpática. Ya están muy cerca y no nos han detectado, un poco más y nos llega el turno. Reviso las caras. Todo el mundo en su puesto, mirando levemente hacia arriba. Aparentando una indiferencia que están muy lejos de sentir. Todo va a ir bien. De repente el sonarista me indica que un destructor se aparta del curso del convoy y se dirige hacia nosotros. Es imposible que nos haya detectado desde esta distancia y en silencio. Sigue hacia nosotros. Se para, retrocede, nos ha detectado. Vuelve a avanzar, gira, mete toda la maquina y se aleja. Respiramos con alivio, falsa alarma. ¿hay otro submarino en la zona? Creía que estábamos solos, también puede ser una bandada de cachalotes pescando profundo, más de una vez les han soltado una andanada de cargas a los pobres. Vuelve a girar y a ponerse en posición. Para ,retrocede, avanza, para, retrocede y se dirige decididamente hacia nuestra posición, este cabrón nos tiene ¿es adivino o tiene una suerte descomunal? Calculo con rapidez, 600 mts, a toda máquina, velocidad de flanco, proa arriba 25, vamos a 50 mts cagando leches, toda la caña a estribor. Cargas de profundidad en el agua. Todo a babor, ganándole la popa a este Tommy. A su popa . timón a la vía. Va a girar a estribor, lo sé, me voy a anticipar. Cota periscópica inmediatamente, todo a estribor, estamos a cuatrocientos mts, calculo. Si me anticipo en el giro y disparo va a ver venir los torpedos por su amura de estribor cuando sea demasiado tarde, si me equivoco y gira a babor podría ser que aun tuviera tiempo de corregir y alcanzarlo con el tubo de popa, ya veremos, pero va a girar a estribor, seguro, el convoy esta hacia allá. Periscopio arriba. Ahí está, iniciando el giro por mi costado de babor y metiendo maquina. No hay luna. está en posición , no puedo fallar a esta distancia, cuento cinco, quitatimón y mantiene el rumbo, pretende alejarse un poco para volver a pillarme de popa, cree que estoy a 60 o 70 mts. Al fin y al cabo solo me ha lanzado una vez. Me arriesgo con un solo torpedo, los otros se los reservo al convoy. Fuego. Blanco, lo hemos partido por la mitad. Una magnífica explosión y se va al garete. Un estallido de júbilo en mis hombres. Casi sin un gesto, frío, ordeno aproar al convoy, disparamos los tres torpedos restantes y nos volvemos a sumergir hasta 200 mts. Uno de los torpedos ha tocado un barco pero no se hunde. Oigo como se va quedando rezagado. Recargamos tubos. Luego lo remataremos.

El día terminó razonablemente bien, conseguimos rematar el carguero e incluso perseguir el convoy. Ahí tuvimos que aguantar un par de horas de acoso y cargas pero terminamos zafándonos, no sin bastantes daños. El viaje de vuelta fue aceptablemente tranquilo. Volví a tener tiempo para pensar en el sueño anterior a la batalla con el destructor: podía recordar que yo estaba en una habitación iluminada a medias y delante de mi cara tenia una luz que parpadeaba, yo hacia algo ahí…pero mas que el sueño me llamaba la atención la precisión de los pocos detalles que podía recordar, el realismo, diría yo, de la escena y sobre todo la sensación de enorme perplejidad que me invadió al despertar, como si estuviera fuera de mi sitio…el pánico que me entró mas tarde, antes del combate, como la primera vez que entras en acción. Así que una noche tranquila de navegación, mirando el negro inmenso del mar, se lo comenté a mi segundo. Voy a decir una tontería, pensé en ese momento, pero es algo así Johann como si hubiera visto el submarino por primera vez, como si lo conociera solo desde fuera y supiera todo lo que tengo que hacer, pero nunca hubiera estado aquí. Como si fuera la primera vez que veía vuestras caras. Algo horroroso, tenia que combatir y me parecía que este no era mi sitio, que no iba a saber hacerlo. ¿sabes de que te hablo? ¿has sentido alguna vez algo parecido?. Alguna vez, dijo después de un largo silencio, como si pensara cautelosamente lo que iba a contar, alguna vez, jefe, dudó, calló un momento y después continuó, recuerdo una vez que todo me parecía irreal como si ya lo hubiese vivido, casi como si me pudiera anticipar al momento, creo que tiene un nombre en francés "deja vu" , pero lo extraño es que eso que me cuentas me recuerda algo muy raro que me paso con Eski, ya sabes el medio polaco del 123, estábamos los dos con Konstantin el segundo de Kron, bebiendo la noche antes de embarcarnos, en El Rincón de Helga, sabes como bebemos cuando nos juntamos y ya sabes los chistes que cuenta eski, hasta los que no se pueden contar sobre Adolf, el caso es que de repente se puso serio y dijo mirándonos: "colegas, solo espero sobrevivir el tiempo suficiente para poder contarle esto a los de la 24", ¿Cómo los de la 24? Le respondimos, soberbiamnete borrachos, los de la 24 somos nosotros. El nos miró, se callo, se tambaleó un par de veces y luego añadió con gesto despectivo: "los de la 24 somos nosotros, pero ¿y los que nunca sabrán que han estado aquí y los que no han conseguido llegar? Los tres somos de otro tiempo, solo que vosotros dos no lo sabéis" Después se calló y no hubo manera de que añadiera ni una sola palabra, por más que le rogamos que nos aclarara que quería decir. Cantamos. Bailamos, seguimos bebiendo y luego no recuerdo más…no sé porque me he acordado de esto al contarme tu sueño. ¿tu lo entiendes?¿te dice algo?. Le dije que no, que no lo entendía, pero en realidad a partir de ese momento empecé a sospechar algo vagamente, a veces reflexionaba sobre ello, intentaba averiguar de que podía tratarse y pasaba horas abstraido, especulando. Muchos años después coincidí con Eski e hicimos algunos comentarios al respecto, pero es como si ambos hubiéramos hecho un pacto tácito de silencio.

La guerra continuo y acabo.
Llegó la paz y con ella una nueva vida, mi hijo nació y lo conocí, luego vinieron otros más, crecieron, me vine a vivir a España por cuestiones laborales y mis nietos son todos españoles, hasta algún biznieto tengo. Creo que hace mucho tiempo que creí descubrir la respuesta pero nunca la he contado a nadie. Ni siquiera a mis colegas físicos del observatorio del Calar Alto, del instituto Max Planck, porque ellos serían los primeros en convencerse de que chocheo con la edad. A partir de un momento determinado todo se hizo más claro y solo hacía falta esperar los acontecimientos, no sabía lo que iba a pasar exactamente, porque nada era igual, no se trataba de una repetición exacta, sino más bien como si la realidad se hubiera deslizado por uno de los muchos caminos cuánticos posibles, pero sí que se podían adivinar las tendencias, los grandes movimientos, el desarrollo de los ordenadores, por ejemplo o la gran revolución de internet (aunque no es exactamente lo mismo que antes, hay pequeñas e interesantes diferencias…quizás vengan después, pero eso, como decía Kipling, es otra historia) y por fin me bastó esperar a que apareciera el Silent Hunter II, aprender a manejarlo, esperar a que se formara la 24 y aquí estoy, esperaba impaciente que llegara el 15 de agosto de 2003 y ahora espero impaciente que llegue el momento de comenzar la partida con Shepke. No sé si jugaremos una partida más, como todas, si cuando abra los ojos dejare de ser un anciano de 83 años para volver a tener 24 y sólo recordare un vago e intranquilizante sueño o si volveré a navegar con mi tripulación a 200 mts de profundidad y cuando toque las paredes del submarino estarán húmedas y frías, entonces quizás ya no tenga la sensación de extrañeza sino que habré vuelto al que ahora sé que de alguna forma es tambien mi sitio…
...El mio y el de muchos de vosotros, casi todos, que navegamos y combatimos juntos. Posiblemente alguno lo sepa ¿te acuerdas eski o a fuerza de callar olvidaste?¿alguna vez entendiste el significado de lo que Eskivoski casi te revelo, Konstantin? ¿llegaste a saber, Beltza, que el torpedo que mato realmente a tus hombres hubiera podido estar hecho sólo de píxel?...
La gran mayoría de vosotros no sólo lo ignora, sino que no querrá creerme y lo interpretará como la debilidad mental de un anciano de 84 años, pero para otros es más difícil: no lo podréis recordar, aunque os esforcéis, sencillamente porque vuestra otra vida yace a cientos o a miles de metros en el fondo del mar, envueltos vuestros cuerpos en el sudario mas precioso, el del U-Boot que comandabais. Formáis parte de los más de 30.000 submarinistas que se quedaron a bordo para siempre. Quizás a todos esos, muy especialmente, va destinado este relato, a los que no podéis saber que ya habéis estado allí, en esa otra vida que soñáis cada día.

A todos vosotros que con pocos años os sentáis detrás de la pantalla del ordenador pero que una vez conocí y ame.
A todos vosotros, los que supisteis morir e ignoráis que fuisteis héroes.
A todos vosotros y muy especialmente a los que no saben cuantas veces harán ese viaje, porque cada vez será completamente nueva…
...y porque quizás nos volvamos a encontrar.
A todos, este relato

Corkran
Almería 8 de agosto de 2003

P.S.: Mis excusas y mis respetos a los nicks que utilizo en este relato, lo he hecho sin el permiso de sus propietarios, espero que me perdonen y que no se molesten. tengo que aclarar ademas, que ni he conseguido en la vida hundir a Shepke a bordo de un destructor (más quisiera yo), ni Eskivoski es polaco. Lo de bebedores lo ignoro.
En cualquier caso la guerra es la guerra y no todo el mundo mantiene las mismas características cuando traspone los bucles del tiempo y se interna en los entresijos de esa extraña realidad cuántica subyacente.