Publicado: Jue Oct 23, 2014 12:01 pm
por Domper
Comitiva

Diez de la mañana

La carretera de Latrún a Jerusalén estaba tan vigilada como la caja fuerte de un banco. El día anterior un regimiento había inspeccionado las cunetas, las alcantarillas, los bosquecillos y las casas que había en los márgenes. Luego se habían situado vigilantes no solo en la carretera sino en los cerros que la dominaban. Dos avionetas Fieseler Fi.156 Storch habían estado sobrevolando los cerros hasta el anochecer, y volvieron a despegar al amanecer, buscando el más mínimo indicio sospechoso. Los coches blindados recorrían la carretera una y otra vez.

Ante el monasterio de Latrún se preparaba la imponente comitiva: un coche de mando la encabezaría, seguido de seis coches blindados y otros seis camiones cargados de tropas. Luego seguirían cuatro coches Mercedes, todos con banderines oficiales, intercalados con más coches blindados: un atacante no podría saber cuál era el de Goering. Finalmente otros dos camiones con tropas y cuatro coches blindados cerrarían la columna.

En el monasterio Goering desayunó y se puso su dosis matinal de morfina. Luego se vistió con el uniforme de mariscal de la Luftwaffe y se dirigió a uno de los coches. Allí le esperaba Mussolini, con uniforme de gala del Partido Fascista, y el conde Ciano.

Cuando Goering iba a montar se acercó un ordenanza.

—Statthalter, tengo un mensaje del general Von Wiktorin. Las patrullas de búsqueda han encontrado a los ingleses y han acabado con ellos.

—¿Con todos? —dijo el dictador.

—Con todos, Statthalter. No han podido capturar prisioneros.

—Excelente —dijo Goering sonriendo, y montó en el coche. Mussolini y Ciano montaron en otro, y la comitiva partió hacia Jerusalén. A su paso, grupos de árabes traídos de los pueblos vecinos agitaban banderitas bajo la atenta vigilancia de centinelas alemanes.