Publicado: Mié Feb 12, 2014 9:08 pm
por Wyrm
24 de Diciembre de 1942, región de Stalingrado

Desperté hace cuatro días sobre una cómoda camilla, en una espartana y fría habitación de hospital. A decir verdad, cualquier lecho por pobre que fuera me resultaba cómodo después de haber estado durante tanto tiempo en el helado frente ruso, pero ese catre, sin duda alguna, era especialmente confortable.
No sabía cuánto tiempo había pasado inconsciente, qué había ocurrido, ni cómo había llegado hasta ahí. Sólo sabía que estaba vivo, y que mis últimos recuerdos estaban demasiado borrosos como para sacar algo en claro, por extraño que parezca en mi. Sea como fuere, estaba a salvo y eso era suficiente.

A mi alrededor había otras siete camas más, todas reservadas para oficiales. Me habían vestido con un ridículo pijama de rayas, el mismo que vestían todos mis compañeros de habitación, y no pude evitar soltar una sonrisa de alivio tras mirarme de arriba a abajo y comprobar que mis pies continuaban en su sitio, limpios y secos.
Estaba anocheciendo. Todos mis compañeros yacían dormidos salvo uno, el que estaba justo a mi izquierda. Me tendió la mano y se presentó como Albert Hebbel, Oberleutnant de artillería, militar de cuarenta y pocos años al que le alcanzó un proyectil en plena pierna cuando huía de la inminente explosión de su vehículo. Por suerte, o por desgracia, ya no volvería más al frente y no tendría que enfrentarse de nuevo a los endiablados tanques soviéticos.

Me contó que estábamos en un antiguo colegio de la ciudad de Novyy Rogachik convertido en hospital de la 376ª División de Infantería, nuestra vecina en el frente, y que llevaba inconsciente desde que llegué prácticamente muerto a primera hora del 17 de Diciembre. Al parecer me equivoqué de dirección; la baja temperatura debió de hacer estragos en mi cabeza, pues ni con las estrellas logré orientarme correctamente. Había estado dormido durante casi tres días.

En aquel momento, justo cuando el oficial de artillería iba a decirme quiénes eran los demás hospitalizados de nuestra habitación, entró por la puerta algo que ya había olvidado, una mujer. No me malinterpretes, no era una mujer cualquiera, sino una de belleza sin parangón. Me quedé atontado, extasiado. Ni siquiera escuchaba los gritos que resonaban por todo el edificio.
Vestía como una enfermera, pero estaba brillante incluso con el desgastado y sucio delantal blanco. Aquel día no lo supe, pero sí más tarde. Se llamaba Elisa y era la enfermera encargada de nuestra habitación junto con la enfermera jefe y el propio Stabsarzt.
Sin embargo, su hermosura se vio eclipsada por la figura de su acompañante, un Hauptmann de la Feldgendarmerie que, cargando con un maletín de cuero negro y de aspecto pesado, se acercó hasta mi cama sin mirar hacia ningún otro lado.
- ¿Volkmar Heß, Ernst? -Me preguntó, aunque estaba seguro de que ya lo sabía antes de preguntar. Parecía como si hubiera sabido el momento exacto en el que iba a despertar.
- Sí, Herr Hauptmann -Respondí, levantándome todo lo rápido que pude de la cama y taconeando descalzo.
- Debe acompañarme.

No tenía ni idea de qué ocurría, pero una orden es una orden y más si viene de un miembro de la Feldgendarmerie. El médico del hospital, el Stabsarzt Emil Kope, le cedió su propio despacho para tratar conmigo a solas.
El investigador se presentó como el Hauptmann von Korff, oficial de investigación y mando accidental de las unidades del 541º Batallón de la Feldgendarmerie destinadas en la región de Stalingrado.
Al parecer había sospechas de que yo pretendía desertar y, aunque el Comandante de la 376ª División de Infantería no quiso dar parte, alguien si lo hizo. ¿Quién? Aún no lo sé, pero estoy en ello.

Lo siguiente es un extracto del interrogatorio al que fui sometido. La verdad es que el oficial fue cortés, aunque después comprobé que la piel del oso ya estaba vendida antes de cazarlo...

Hauptmann von Korff
Supongo que sabe por qué estamos aquí, ¿verdad?

Oberleutnant Volkmar
Puedo imaginarlo, Herr Hauptmann, pero, si no le importa, me gustaría que usted me lo dijera, más que nada, para estar seguro.

Hauptmann von Korff
Hay quien cree que usted estaba desertando cuando le encontraron, Volkmar, y yo estoy aquí para averiguar si eso es verdad. ¿Mejor así?

Oberleutnant Volkmar
Sí. Gracias, Herr Hauptmann.

Hauptmann von Korff
¿Dónde iba, Volkmar? ¿Desertaba?

Oberleutnant Volkmar
Por descontado que no, Herr Hauptmann. Buscaba el puesto de mando del primer batallón. Tenía que hablar con mi superior, el Hauptmann von Topf.

Hauptmann von Korff
¿Está seguro de eso?

Oberleutnant Volkmar
Claro, Herr Hauptmann.

Hauptmann von Korff
Entonces, no lo entiendo. Veamos, según tengo entendido, la última misión que le fue encomendada estaba fechada a día 10 de Diciembre. ¿Cierto?

Oberleutnant Volkmar
Cierto, Herr Hauptmann.

Hauptmann von Korff
Le encontraron durante la madrugada día 17, una semana después, solo, y en un lugar bastante lejos de su puesto de mando. ¿Puede explicarlo?

Oberleutnant Volkmar
Me perdí, Herr Hauptmann.

Hauptmann von Korff
Te perdiste... ¿Y tus hombres?

Oberleutnant Volkmar
Sólo sobrevivieron seis de todo el primer pelotón, señor. Ordené al feldwebel Döbel que se dirigiera al norte, porque los rusos nos pisaban los talones. Por ese flanco estaba el segundo pelotón.
Yo, mientras tanto, quise volver hasta nuestra antigua posición, pero no la encontré. Como le acabo de decir, Herr Hauptmann, me perdí.

Hauptmann von Korff
Curioso. Los últimos hombres que le vieron están abonando la estepa rusa, incluido su amigo, el feldwebel Döbel. ¿Casualidad o causalidad? -Me mantuve en silencio, aceptando el hecho de que mi amigo Döbel había muerto, quizás por mi culpa. Entonces von Korff volvió a insistir-: Pregunto, ¿casualidad o causalidad?

Oberleutnant Volkmar
No entiendo la pregunta, señor.

Hauptmann von Korff
Le creía más perspicaz, Volkmar. Lo que digo es que me parece mucha coincidencia que el único superviviente sea usted, y porque marchó en una dirección totalmente contraria a la de sus hombres.

Oberleutnant Volkmar
Creí que...

Hauptmann von Korff
No me importa lo que crea, Volkmar...

Oberleutnant Volkmar
Herr Hauptmann...

Hauptmann von Korff
Bien, sigamos. Durante esa semana perdido, ¿buscó activamente su puesto de mando?

Oberleutnant Volkmar
No, Herr Hauptmann.

Hauptmann von Korff
Entiendo. Al menos ha sido sincero.

Oberleutnant Volkmar
Si me permite, Her Hauptmann...

Hauptmann von Korff
Adelante.

Oberleutnant Volkmar
No he mentido en ningún momento, señor.

Hauptmann von Korff
Claro, Volkmar, no ha mentido, pero hay muchos flecos sueltos en su historia. Además de lo anterior, me han comentado que expresó ciertos sentimientos derrotistas en unas cartas. ¿Cierto?

Oberleutnant Volkmar
Sí, Herr Hauptmann.

Hauptmann von Korff
¿Sabe que el derrotismo está penado?

Oberleutnant Volkmar
Sí, Herr Hauptmann.

Hauptmann von Korff
¿Sabe cuál es la pena para un desertor derrotista?

Oberleutnant Volkmar
Me la imagino, señor...

Hauptmann von Korff
Efectivamente, muerte por fusilamiento -El estómago se me hizo un nudo-. Sin embargo, Volkmar, dada la cercanía de las festividades navideñas, y que su superior, el Hauptmann von Topf, y su Comandante de División, el Generalleutnant Helmuth Schlömer, han solicitado un indulto por buena conducta, el Führer ha permitido que se te conmute la pena -No entendía nada. Nadie me había interrogado hasta entonces, pero ya se había hecho efectiva la condena y hasta se había conmutado en cosa de cuatro días. Lo acepté, no me quedaba otra-. Dado que es un soldado competente, Volkmar, que es un veterano y que algunos altos mandos han intentado que vuelva lo antes posible a su unidad dada la escasez de efectivos, se te ha permitido la rehabilitación sirviendo una vez más a tu patria. En este caso, en una unidad de empleo especial.
El Stabsarzt ha firmado tu salida para el día 24 de Diciembre, hasta entonces permanecerás aquí, recluido. Un camión te recogerá entonces y conocerás tu próximo destino.

Oberleutnant Volkmar
Gracias, Herr Hauptmann...

Hauptmann von Korff
Espero que no nos volvamos a ver, Volkmar, o, si nos vemos, que sea en otras circunstancias.