Publicado: Dom Dic 26, 2010 1:51 pm
por Domper
Yo no sabría decir con seguridad cuales fueron las causas de la gran hambruna que afligió a Ucrania (y en menor medida, a otras regiones de la URSS) en 1932 – 1933. Luego presentaré mis opiniones. Pero he leído por ahí bastantes inexactitudes.

- Una, que las exportaciones de grano soviético contribuyeron a que Estados Unidos superase la Gran Depresión. Eso, por lo que sé, es incorrecto. No he encontrado las cifras de las exportaciones de alimentos en Estados Unidos, pero en esos años lo que hubo fue una gran caída de los precios de los productos agrícolas.

La caída de precios hizo que la Depresión se cebase especialmente en zonas rurales. Las tierras marginales (cuya productividad era dudosa) fueron abandonadas, y muchos cultivos de exportación. Pero si hubiese demanda de alimentos, los precios se hubiesen mantenido o incluso elevado puntualmente. Lo que no recordamos es que Estados Unidos era (y sigue siendo) exportador de alimentos desde que a mediados del XIX se abrieron grandes extensiones a la agricultura. Era Europa la que dependía de las exportaciones agrarias norteamericanas, y la caída de precios, en la que tuvo papel la venta de grano soviético a cualquier precio, empeoró la crisis norteamericana. Otros países exportadores de alimentos, como España, Argentina o Mexico, se enfrentaron al mismo problema.

Con todo, esto es en general, porque hay que considerar casos particulares. Por ejemplo, las exportaciones españolas se centraban en productos “de lujo” como los cítricos, que se derrumbaron, mientras se importaba cereal. En cualquier caso, las exacciones soviéticas en Ucrania no fueron beneficiosas para otros países afectados por la Depresión.

- También se ha dicho que la mayoría de los campesinos eran jornaleros de los kulak. De nuevo, eso es incorrecto. Las tierras habían sido confiscadas por el Estado durante la Revolución, que luego distribuyó parte entre los campesinos. Fueron los más eficientes (más trabajadores o más emprendedores) los que se enriquecieron, pudieron adquirir más tierras, y contratar a algunos de sus vecinos. Pero el campo ruso no estaba en manos de kulak terratenientes. Los pocos años pasados desde la NEP no daban para latifundios.

La colectivización forzada y la destrucción de los kulak, lógicamente, tuvo efectos muy graves para la agricultura soviética. Se quitó la producción a los buenos trabajadores, y se entregó a aquellos que habían fracasado (seguían siendo los mismos, no había transcurrido ni un decenio). Se reglamentó la producción según criterios políticos (mejor dicho, burocráticos) y no económicos. Y quedó claro para todo el mundo que destacar era la mejor forma de acabar en Siberia, o peor. Si añadimos la envidia y esas otras emociones, no hará falta describir los resultados.

Un ejemplo, ocurrido en plena “Glasnot”. Para poder cumplir las cuotas de producción de cereal en la zona de Volvogrado, los administradores de las granjas colectivas tomaron una decisión “curiosa”: ordenaron recolectar el trigo justo tras fuertes lluvias, y lo almacenaron húmedo, sin secar. Ese trigo tenía mucho más porcentaje de humedad, y por tanto, pesaba más: una forma de aumentar la producción un 20%. Claro que luego se pudrió, y no sirvió para nada. Pero los administradores consiguieron superar los objetivos, y su carrera política progresó (muchos se las apañarían para hacerse con la propiedad de las tierras).

Por esas fechas, grupos de agricultores de Volvogrado estaban poniendo en marcha la producción de tomates con gran éxito. Esta producción, semiprivada, era una amenaza para los burócratas: no estaba bajo su control, podía disminuir las cuotas de cereal, etcétera. Bastó con hacer todo tipo de controles (la región casi fue cercada por la policía) para que los cargamentos de tomates se pudriesen en la carretera, y la naciente industria se fue a la porra.

Para acabar, un detalle: en los setenta, y tras los repetidos desastres de las cosechas, el Estado permitía que los trabajadores de las granjas colectivas tuviesen pequeños huertos. Esos huertos, apenas el 3% de la tierra, producían el 30% de los alimentos de la URSS (hablo de memoria pero las cifras son de este orden). Esa era la eficiencia de las granjas colectivas soviéticas.

Luego la destrucción de los kulak (de los campesinos listos) y la colectivización, por si mismas, bastarían para el desastre. Probablemente la gran cosecha de 1931 aún se debía al trabajo de los kulak (por ejemplo, a los cuidados de la tierra de los años anteriores). Pero en 1932 la climatología no acompañó, y probablemente se tomaron localmente decisiones absurdas.

- Por otra parte, tengo mis dudas sobre si la tragedia fue una decisión central (tenemos malas cosechas pero embargaremos la misma cantidad) o si fue “periférica”: el administrador de Kiev, ucraniano que sabe que su cabeza pende de un hilo que en lugar de decir que la cosecha en su sector ha sido pésima por la ineficiencia, se debe a saboteadores.

El problema de un dictador sanguinario es que escucha lo que quiere oír. Los portadores de la verdad suelen tener vidas muy cortas (y de eso hay abundantes ejemplos durante la era estaliniana). Si a un dictador homicida le dicen que son los saboteadores los que están quitando recursos al país, la decisión que tomará la imaginamos ¿no?

- De todas formas, en 1932 seguramente se seguía temiendo una rebelión campesina, y cualquier medida para mejorar la eficiencia de la agricultura, o simplemente para justificar la mala cosecha, se vería como traición.

- Pero la cúpula soviética no puede alegar ignorancia. No sólo su deber era saber lo que pasaba, sino que apenas diez años antes, a finales de la Guerra Civil Rusa, hubo una hambruna similar en las mismas zonas del Sur de Ucrania, debida a las exacciones del Ejército Rojo. Produjo cientos de miles (al menos) de víctimas, y obligó a la ayuda internacional, de la que hay abundante documentación.

En resumen: creo que no hubo una decisión “vamos a doblegar a Ucrania mediante el hambre”, aunque sí se usó luego el hambre como arma. El que la hambruna afectase sorbe todo a esa república puede deberse a otras causas (cuotas para esa república, que había que conseguir como fuese dentro de sus fronteras). Eso no quita la culpabilidad de Stalin y la camarilla de marionetas sanguinarias que le acompañaba.

Parece mentira que Hitler pudiese conseguir enajenarse al pueblo ruso. Lo difícil era precisamente eso. Casi cualquier comportamiento medianamente decente hubiese conseguido la descomposición de la URSS tras los desastres del verano del 41.

Saludos