Publicado: Dom Abr 22, 2007 8:29 pm
por Kurt_Steiner
En su obsesión por o que llamaban pureza racial y su aversión por los no arios, los nazis consideraron a los gitanos un banco preferente para su persecución, exilio, encarcelamiento y posible exterminio. Los gitanos nómadas originarios de la India que habían mantenido su singularidad étnica durante siglos de cohabitación entre europeos, despertaban el odio nazi por sus facciones "asiáticas", su piel morena, su vida errante y apartada. Ante todo, eran vistos como una amenaza para la limpieza de sangre germana por la eventualidad de matrimonios mixtos que pudieran producirse. A ojos de los alemanes eran Untermenschen, que, como los judíos, debían ser cercados, aislados y extirpados.

Oficiales nazis y pretendidos expertos raciales intentaron, al igual que habían hecho con los judíos, legitimar sus prejuicios y persecuciones con procedimientos científicos que aseguraban la inferioridad de los gitanos. Robert Ritter, jefe del departamento del Reich para la Investigación sobre Higiene Racial y Biología Poblacional, encabezó la empresa. Ritter envió investigadores que llevaran a cabo un censo de los gitanos alemanes, confeccionaron complejas genealogías y catalogaron distintos grados de sangre mixta germano-gitana. Examinó a centenares de gitanos con la ayuda de varios asistentes.

Las conclusiones de Ritter fueron: "se trataba de un pueblo de orígenes absolutamente primitivos que constituía un subproletariado asocial y criminal, y por lo tanto debían ser concentrados en campos de trabajo o, mejor incluso, ser directamente eliminados".

En cerco sobre os gitanos empezó a estrecharse en 1940. Esas víctimas eran las primeras de muchos miles procedentes de Alemania y las naciones ocupadas por los nazis. La mayoría fue ejecutada o murió por extenuación y hambre en campos de concentración.

Alentado por una ley de 1938 que obligaba al registro de todos los gitanos, Ritter y sus secuaces redoblaron esfuerzos para localizar en Alemania a todos los gitanos, medio gitanos y persona nómadas que se comportaban como gitanos, amasando documentación sobre unos 30.000, con el fin de someterlos a exámenes de sangre y pruebas oculares, de pigmentación de la piel y forma del cráneo. A pesar de que los investigadores de Ritter no formaban parte de la máquina de persecución racial de la SS, los gitanos eran obligados a presentarse para exámenes y pruebas humillantes. Del mismo modo Ritter esterilizó por la fuerza a hombres y mujeres gitanos convirtiéndoles en "biológicamente inocuos".

Algunos experimentos pseudocientíficos practicados por Ritter para "probar" que eran por naturaleza asociales y criminales, constituyeron el pretexto para incluir a los gitanos en la solución final reservada a los judíos. Después de la guerra Ritter fue acusado de crímenes contra la humanidad, pero no se le llegó a encausar al morir en 1951. Estrechos colaboradores de Ritter en sus investigaciones fueron:

Dra. Sophie Ehrhardt (Antropóloga)
Dr. Adolf Würtz (Zoologo)
Eva Justin (Enfermera. Recibió el doctorado en antropología en 1944 por sus trabajos de investigación con los niños gitanos criados separados de sus familias).

Las primeras deportaciones empezaron el 16 de mayo de 1940. Este primer colectivo estaba formado por 2.800 hombres, mujeres y niños procedentes del oeste y noroeste de Alemania. Los gitanos procedentes de las poblaciones de Mainz, Works e Ingelheim fueron encarcelados en la vieja prisión Hohenasperg. Su destino era Polonia, país escogido por los nazis como vertedero para los indeseables. En la prisión los gitanos eran marcados con números en los brazos y fueron obligados a firmar un documento según el cual renunciaban regresar a Alemania. Sus guardianes eran policías de Frankfurt. Al contrario que la deportación y matanza de judíos de la que se acusaría a Hitler, Himmler y la SS, la persecución contra los gitanos fue llevada a cabo por oficiales civiles ordinarios, policía y miembros de la comunidad científica.

Durante la guerra, algunos contrastes de pareceres de menor importancia se presentaron en los niveles más altos del gobierno con respecto a la "solución final a la pregunta gitana." Himmler quiso mantener a un grupo pequeño de gitanos "puros" vivo en un campo, para el estudio étnico de lo que él denominaba "enemigos raciales del estado," pero el régimen rechazó la idea. En un decreto con fecha del 16 de diciembre de 1942, Himmler pidió la deportación de gitanos y medio gitanos a Auschwitz-Birkenau.

Tras varios días de espera, los gitanos concentrados en Hohenasperg fueron apiñados en trenes para un largo trayecto de pesadilla hasta el Gobierno General, parte de la Polonia ocupada por los Nazis. Una vez allí se les forzó a construir su propio campo. No hubo más deportaciones hasta finales de 1941 cuando nuevos cargamentos de gitanos llegaron a Polonia. Posteriormente los gitanos residentes en tierras invadidas por los nazis eran capturados y directamente masacrados.