Publicado: Mié Nov 08, 2006 12:32 am
por Capitan Miller
Como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes, y offtopiqueemos totalmente (con perdón).

Vale, acepto la hipótesis de la erupción del volcan Tambora como animal de compañía. Pero de ahí a que fuera el responsable de la derrota de Bonaparte en Waterloo hay un abismo. Soy un bonapartista partidario del consenso y del buen talante, no habría mandado ejecutar al Duque de Enghien, le habría apuntado al 14ú Rgto. de Línea como cantinera, y por eso no voy a tomármelo como algo personal. Es más, en lugar poner las cosas en manos de Fouché, voy a ilustraros los motivos reales sobre porque El Corso llevaba todas las papeletas de la tómbola para que le tocara palmar por goleada (igualito que Ucrania... jejeje).

La tormenta caida durante la noche anterior a la batalla fue la causante de retrasar su inicio al no estar el suelo lo suficientemente seco no sólo para la caballería sino, mucho más importante, para la artillería. Sin embargo, con tormenta o no, el Ejército Francés no habría podido impedir que el Ejército Aliado hubiera alcanzado las posiciones defensivas de Mont Saint Jean, ya que Ney fracasó al impedir que los aliados mantuvieran el cruce de Quatre Bras.

La causa principal de la derrota no es única sino que esta formada por varios factores que convergieron fatalmente sobre los planes de Napoleon.

La posición ocupada por Wellington sobre las colinas de la carretera de Bruselas y con los bosques a su espalda era un completo suicidio. De tan claramente deficiente Napoleón no malgastó más neuronas de las necesarias en preparar el plan de ataque y subestimó las posiciones defensivas de Hogoumont y La Haye Sainte. Estaba tan seguro de desestabilizar el ala izquierda aliada y debilitar su centro que eliminó de un plumazo cualquier otra alternativa de maniobra de flanqueo en su ala derecha, entre Braine l'Alleud y Merbraine.Primer error, un ataque de soberbia.

Emplear un tercio del Ejército del Norte en perseguir a los prusianos tras Ligny, y poner ese tercio al mando de un tipo como Grouchy fue el segundo fallo. Grouchy era un ordenancista que siguió al pie de la letra las órdenes recibidas para tan sólo conseguir una victoria marginal en Wavre. Si como Gerard le suplicó, hubiera marchado hacia el sonido de los cañones, habría alcanzado la retaguardia prusiana de verdad, la que amenazaba Plancenoit a primera hora de la tarde. Segundo error, dividir las fuerzas y ponerlas al mando de un pelele uniformado con el mismo espíritu de la estrategia que una almeja de Carril.

Permitir que Ney masacrara la caballería francesa en una sucesión de cargas sin sentido fruto de la precipitación. La errónea percepción de que algunos regimientos ingleses del ala derecha se retiraban sólo pudo ser constatada cuando se alcanzó a dichos regimientos para encontrarse con que la retirada no era otra cosa que un repliegue táctico. Con sólo emplear la primera y desdichada carga habría bastado, pero Ney se empeñó en ganar el sólo la batalla de la forma más "gloriosa" y "heróica" posible, con desastrosos resultados. Tercer error, empeñarse en abrir una brecha por un lugar imposible con las unidades erróneas.

El ataque de la Guardia estuvo mal concebido y no existió una combinación de armas en su apoyo. Ya que, claramente, la Guardia Imperial era el último cartucho que quedaba debía emplearse de modo efectivo. No se realizó el apoyo artillero necesario que batiera el frente aliado cubriendo el avance de la Guardia durante mucho más tiempo. No pudo contarse con el también importante apoyo de la caballería porque Ney se la había comido con patatas hacía unas pocas horas. Las unidades empleadas fueron cinco batallones de la Guardia Media, quedando otros tres en reserva y la totalidad de la Vieja Guardia haciendo de guardaespaldas de Napoleón. Error. Si te la estás jugando emplea lo mejor y no lo menos bueno. Los viejos grognards de la Guardia se habrían dejado arrancar los bigotes antes que retroceder un sólo paso frente a los Guardias ingleses de Maitland; es más, si la caballería francesa no se hubiera volatilizado los soldados de Maitland no habrían estado tumbados tan tranquilos esperando tener a los franceses a quemarropa. Al primer sablazo en los vacios no habrían dejado de correr hasta Bruselas.

Eso sí, la erupción del volcán de la isla de Tambora debería haberse tenido en cuenta como un mal presagio, un signo evidente de mal agüero. Cualquier romano en su sano juicio no habría ido ni a por tabaco al Caribe a la vista de augurios tan chungos. Le estuvo bien empleado a Bonaparte por no haber hecho caso de los aurispices. Y si no los tenía que hubiera alquilado alguno para la Campaña de los 100 Días. El bueno de Julio el Calvo tampoco hizo caso de lo de cuidarse de los Idus de Marzo y acabó convertido en lonchas de choped a los pies de la estatua de Pompeyo.
Ahora va a resultar que las mayores catástrofes de la existencia de este planeta, la extinción de los dinosaurios y la derrota de Napoleón, tienen ambas una causa geológica. ¡Esto es una conspiración! Y prefiero no recordar la extinción de los ammonites ni la desaparición de La Codorniz porque entonces se me paran los pulsos. :evil:
Al final, como decía Goma Espuma en su súblime ensayo histórico, toda la historia podría resumirse en un "¡pa'bernos matao!"

Saludos Imperiales.
(Y perdón por el offtopicazo, prometo ser bueno y no volverlo a repetir... mientras se mencione a La Gloria de Ajaccio con el respeto debido ;) )