Publicado: Mié Nov 08, 2006 12:27 am
por Domper
Por una vez, y espero que sea un precedente, estamos por completo de acuerdo.

La eugenesia fue una hija bastarda de la ciencia, como por desgracia tantas ha habido. Cuando se cita la obra de Darwin se suelen recordar sus debates (de él no, de sus discípulos) con autoridades sobre todo religiosas. Pero no se recuerda que sus conciudadanos acogieron con entusiasmo la teoría, pero retorciéndola: se inventaron el "darwinismo social" en el que la selección se aplica a las sociedades.

El "darwinismo social" era extremadamente gratificante a las sociedades blancas de la época, porque justificaba todos esos horrores que cada vez costaba más digerir: el exterminio de pueblos indígenas y su sustitución por colonizadores de origen europeo (preferentemente, del norte), los expolios de países débiles (como China), las guerras emprendidas exclusivamente por intereses económicos (en mi pueblo a eso se le llama robar), etcétera.

Una conclusión lógica es definir lo que es la sociedad privilegiada, y la que no, y el mejor sistema es definirlo con la nueva herramienta sugerida (que no proporcionada) por Darwin y Wallace: la herencia de los caracteres. Y los mejores caracteres, lógicamente, serían los que favoreciesen el éxito… definido en términos victorianos, claro.

Un inciso: las teorías de Mendel no fueron conocidas por la sociedad científica hasta principios del siglo XX, gracias sobre todo al trabajo de DeVries, mucho después de que Galton inventase el término eugenesia.

Otro inciso: en la época de Galton (al que apeo del sir) no se conocía como se transmitían los caracteres. Eso no disculpa a los que tuviesen pretensiones científicas.

En descargo de la comunidad científica la mayor parte de esta ignoró casi por completo la "eugenesia", y quedó relegada a personajes con formaciones dudosas o con escasos escrúpulos. Desde el primer momento se obvió la cuestión clave de la libertad personal, y se procedió a esterilizaciones masivas que afectaron a decenas de miles e personas, en varios países, antes de la catástrofe del nazismo. Recordemos que con los medios de la época es razonable pensar que cientos y miles de esos esterilizados fallecerían por la intervención, en un asesinato masivo ignorado.

Otra consecuencia, que afectó sobre todo a determinados países (USA, Canadá, Argentina) era la selección de los candidatos a inmigrantes. El objetivo era mantener la identidad cultural, menos amenazada por un inmigrante polaco que por uno chino o africano. Pero era vergonzoso declararlo, y el medio adecuado era la eugenesia. Y ahí entramos en un terreno minado por la ignorancia (culpable) y la carencia de escrúpulos. Los investigadores de 1920 disponían ya de potentes herramientas estadísticas, y sabían (o debieran saber) lo que son los sesgos en la investigación. Que el fracaso en la realización de un test escrito probablemente se deban a cuestiones culturales, se le ocurre hasta al que asó la manteca: un "deficiente" anglosajón (por usar la terminología de la época) obtenía mejores resultados en un test en inglés que un analfabeto cuya lengua materna fuese el castellano o el chino, por inteligente que fuese.

Hay que considerar culpable también, en pleno, a la izquierda de la época. Pero por entonces la libertad personal era la bandera del liberalismo (demasiado próximo a intereses nacionales) y la izquierda estaba mucho más interesada en sociedades utópicas que requerían una importante "ingeniería social" (a cuyo amparo medró Lishenko, pero se crearon palabras odiosas como "reeducación" que todavía se oyen). Los izquierdistas de la época eran tan blancos europeos como los partidarios de la eugenesia, e imaginaban su paraíso lleno de conciudadanos, no de ex esclavos negros, de mongoles, etcétera. Obviamente, había honrosas excepciones, pero demasiados dirigentes siguieron esa tendencia.

Otra tendencia en boga (y todavía hoy) es el nacionalismo: yo soy no por lo que hago, sino por haber nacido *** (rellénense los puntos por cualquiera que se extasía viendo una bandera) en el que enseguida entra la cuestión de la definición de "nación", siendo básica la lengua y la cultura (aunque sean inventadas), pero también se mezclan aspectos raciales (y recordemos a antropólogos haciendo medidas de cráneos en yacimientos de determinadas regiones españolas, demasiado recientemente). Por ejemplo, Sabino Arana, cuando se casó, previamente se aseguró que su esposa no tenía antecesores que no fuesen vascos (creo que investigó hasta la octava generación) y que su sangre no estuviese contaminada. Aviso que tan condenable me parece el nacionalismo vasco como el español.

Afortunadamente, todo esto de la eugenesia quedó reducido, cada vez más, a personajes marginales ya algunos políticos. En la mayor parte de los países no pasó a mayores, salvo el repugnante caso de las esterilizaciones voluntarias, y sucesos "menores" (como algunos casos de experimentación médica en sujetos de "raza inferior" ocurrida en USA).

La catástrofe, como digo, se produjo durante el nazismo. Pero sin olvidar el genocidio que varias naciones aplicaron a sus minorías: armenios, minorías del Cáucaso, tártaros, tibetanos, eritreos, tutsis… la lista sigue aumentando. Acusar de todo ello a Francis Galton es excesivo, pero le atañe buena parte de la culpa.

Saludos