Publicado: Sab Mar 15, 2008 7:00 am
por T34
La II Guerra Mundial demostró que los seres humanos somos capaces de cometer las mayores atrocidades.

A partir de esto los psicólogos empezaron a interesarse por fenómenos como la alineación colectiva, política o social de personas que hacen verdaderas barbaridades y pierden todo referente racional para seguir al "pensamiento unico" y las consignas dictadas por este pensamiento, por criminales que sean, teniendo como principio la obediencia ciega.

Estos comportamientos se dieron en los movimientos totalitarios de principios del siglo XX.

La pregunta era ¿Cómo las personas podian llegar a comportarse de esa forma?

Esto condujo a un incremento en la investigación experimental encontrandose grupos que se conforman adoptando las definiciones de realidad de un grupo (Experimentos de Asch; Zimbardo) y otros grupos que obedecen a quienes creen que "saben más" que ellos ( experimento de Milgram)

La Tercera Ola

El maestro de Historia Ronald Jones inició lo que denominó el movimiento de la Tercera Ola como un experimento para demostrar a sus alumnos de escuela secundaria cómo fue posible que tantas personas se convirtieran en nazis en la Segunda Guerra Mundial.

Jones llamó al movimiento "La Tercera Ola", debido a la noción popular de que la tercera de una serie de olas en el mar es siempre la más fuerte, y afirmó que sus miembros revolucionarían al mundo.

El experimento se llevó a cabo en el Cubberley High School, un colegio de Palo Alto, California, durante una semana de 1967.

Jones comenzó la demostración de la Tercera Ola exigiendo a los estudiantes que se cuadraran en una nueva y singular postura, y que se atuvieran a nuevas y estrictas reglas.

Requirió que los estudiantes se pararan detrás de sus pupitres cuando preguntaran o respondieran preguntas, y que comenzaran cada frase diciendo: "Señor Jones". Los estudiantes obedecieron.

Luego les exigió que gritaran consignas como "iLa fuerza a través de la disciplina!" y "iLa fuerza a través de la comunidad!" Jones creó un saludo que llamó la Tercera Ola para los miembros de su clase: la mano derecha elevada hasta la altura del hombro, y los dedos encogidos.

Dicho saludo no tenía ningún significado, pero sirvió como símbolo de pertenencia a un grupo, y fue una manera de aislar a los "miembros de "los de afuera".

La organización se expandió rápidamente, de sus 20 miembros originarios hasta llegar a 100.

El maestro emitió tarjetas para los integrantes, y encargó a varios estudiantes que informaran sobre los miembros que no cumplían con las nuevas reglas.

Obedientemente, 20 estudiantes apuntaron sus dedos acusadores contra sus condiscípulos.

Luego, Jones anunció que la Tercera Ola era "un movimiento de alcance nacional para hallar estudiantes dispuestos a luchar por el cambio político", y organizó una manifestación en la que se congregaron 200 estudiantes.

Después de hacer que los estudiantes realizaran "el saludo" y gritaran consignas cuando se les ordenaba, Jones explicó las verdaderas razones que había detrás de la demostración de la Tercera Ola. diciendo que el movimiento tenía un líder mundial, y luego mostrando una película de éste: Adolf Hitler.

Como los nazis antes que ellos, señaló Jones: "habéis entregado vuestra libertad a cambio de la comodidad de la disciplina".

Los estudiantes, de una edad en la cual la pertenencia a un grupo es muy importante, eran buenos candidatos para el entrenamiento.

Jones no enseñó a sus alumnos a cometer atrocidades, y el movimiento de la Tercera Ola sólo duró cinco días.

Sin embargo, en ese corto período Jones creó un grupo que en muchas maneras se asemejaba a los grupos juveniles nazis.


La Carcel de la Universidad de Stanford.

Los Psicologos ,Craig Haney, W. Curtis Banks y Philip Zimbardo hicieron el experimento del rol del prisionero y el carcelero: trabajaron con un grupo de estudiantes universitarios americanos en una notable simulación de la vida en prisión realizada en la Universidad de Stanford.

Empezaron el experimento, que tenía que durar tres semanas, en una prisión antigua que ya no se utilizaba como tal

De forma aleatoria seleccionaron un grupo que tenía que hacer de prisioneros de una prisión y otro que tenía que representar el rol de los guardas.

Los "guardianes" recibieron uniformes y bastones, y se les pidió que actuaran como carceleros.

Los que aceptaron ser prisioneros fueron arrestados sin previo aviso en sus domicilios o en el campus por la policía, que colaboró en el experimento.

Antes de ser conducidos a la cárcel fueron fichados en dependencias policiales; y una vez en prisión, desnudados, despiojados, vestidos con una especie de camisones y sin ropa interior, obligados a colocarse unas medias en la cabeza que simulara que la llevaban rapada y una cadena en el tobillo, calzados con unas chanclas de goma que les obligaban a caminar de forma artificial e identificados con números.

Los dos grupos de estudiantes, que originalmente mostraron ser muy similares en la mayoría de los aspectos, exhibieron impresionantes cambios en el curso de una semana.

Los prisioneros se mostraron pasivos, dependientes , desvalidos y desarrollaron una caída radical de su autoestima, depresión y muchos síntomas psicosomáticos.

Por contraste, los guardianes expresaron sentimientos de poder, status y pertenencia de grupo y desarrollaron actitudes autoritarias, caprichosas, humillantes y agresivas hacia sus compañeros que representaban el papel de presos.

Dentro de la prisión, eran abusivos y agresivos, insultando e intimidando a los presidiarios.

Algunos carceleros dijeron posteriormente que habían gozado de su poder, en tanto que otros confesaron que nunca habían pensado que podrían ser capaces de semejante conducta.

Se mostraron sorprendidos y consternados por lo que habían hecho: "Fue degradante... Para mí, todas esas cosas son morbosas. Pero ellos (los presidiarios) hicieron todo lo que les ordené. Se maltrataban entre sí porque yo se lo había pedido. Nadie cuestionó mi autoridad en absoluto".

Al final del primer día, los reos iniciaron una rebelión, sofocada brutalmente por los guardias.

Para hacerse valer usaron extintores y agredieron a los reclusos.
Y los guardias extremaron su celo.

Aplicaron una reglamentación salvaje. Mezclaron premios y castigos de forma aleatoria. Desnudaron a los prisioneros.

Dividieron a los reclusos entre buenos y malos: argumentaron que los malos eran delatores, perjudicaban a los buenos y merecían sus castigos. Durante la noche, creyendo que las cámaras estaban apagadas, muchos guardias extremaron la crueldad.

Al menos un tercio de ellos, según los psicólogos, parecía disfrutar con los castigos y practicaba conductas que los catalogaba como "sádicos".

Un amplio número de funcionarios solicitó realizar horas extraordinarias, sin paga.

El recrudecimiento de los correctivos y su aparente arbitrariedad resquebrajó la psique de los presos.

Casi todos sufrieron trastornos del comportamiento. Algunos fueron liberados antes de tiempo. Otros pedían la "libertad condicional", olvidando, al menos en apariencia, que podían irse cuando quisieran.

Cuando su libertad era negada, aceptaban el resultado con resignada pasividad. Muchos actuaban como autómatas o zombis.

La situación llegó a ser tan dura que incluso Zimbardo comenzó a creerse su papel de director de la cárcel.

El experimento se puso tan mal que Zimbardo y colaboradores tuvieron que suspender el experimento antes de cumplirse la primera semana de las tres previstas.

En teoría, Zimbardo demostró la fuerza de la "obediencia debida" y el poder de sugestión de la autoridad, pero la idea previa de que sólo individuos con historiales violentos actuarían como verdugos quedó mermada.

Según el psicólogo, fueron las circunstancias las que hicieron de los participantes unos monstruos. También resultaba claro que, ante una situación de violencia, la mayoría de las personas no reaccionaba como héroes. Preferían someterse a la injusticia y evitar sanciones, incluso con perjuicio de sus compañeros.

Sin ningún entrenamiento especial y en sólo seis días, convirtió a un grupo de típicos estudiantes universitarios en guardianes dominantes y abusivos, y en serviles presidiarios.

Experimento de Asch

Imagen

¿Qué barra de las tres de la derecha es igual que la barra de muestra de la izquierda?

Parece bastante evidente que es la C.

Pero, ¿qué dirías tú si estuvieses en a una sala de espera esperando por hacer una entrevista de contratación y en la misma habitación los empleados de la empresa lo estuviesen discutiendo y dijeran que es la B ?

La mayoría de sujetos experimentales prefieren estar, conformes, de acuerdo con el grupo, y responden lo mismo: la B.



Los experimentos de conformidad con el grupo de Asch fueron una serie de experimentos realizados en 1951 que demostraron significativamente el poder de la conformidad en los grupos.

Los experimentadores, conducidos por Solomon Asch pidieron a unos estudiantes que participaran en una "prueba de visión".

En realidad todos los participantes del experimento excepto uno eran cómplices del experimentador y el experimento consistía realmente en ver cómo el estudiante restante reaccionaba frente al comportamiento de los cómplices.

El objetivo de la investigación era estudiar las condiciones que inducen a los individuos a permanecer independientes o a someterse a las presiones de grupo cuando estas son contrarias a la realidad.

Los participantes- el sujeto verdadero y los cómplices- estaban todos sentados en la sala de una clase en donde se les pidió que dijeran cuál era a su juicio la longitud de varias líneas dibujadas en una serie de exposiciones.

Se les preguntaba si una línea era más larga que otra, cuáles tenían la misma longitud, etc.

Los cómplices habían sido preparados para dar todos respuestas incorrectas (pero unánimes) en los tests.

El sujeto verdadero tendía a contestar lo que la mayoría.

Esta claro que existe una necesidad de no ser rechazado por el grupo por lo cual se intenta estar de acuerdo con él (esto se puede relacionar con el refran que dice "el clavo que sobresale es el que se lleva el primer martillazo" la mayoria de la gente no se atreve a arriesgarse ni a ir contracorriente)



PD:Iba a incluir el Experimento de Milgram pero ya esta en este Foro.

Fuentes:La psicología del encarcelamiento: privación, poder y patología. Zimbardo,P.J.; Haney,C.; Banks,W.C. y Jaffe,D. (1973).Anfrix. Fundamentos de la investigacion social ,Earl Babbie.Apuntes de Psicología Social Comunitaria.UBA