Publicado: Mié Mar 28, 2018 5:40 pm
Pregunta 3215
-Buenos días
- Ah sí, ya me acuerdo de usted. Vino el día de ayer. Espero que Herr Grognard le dejara clara la duda que tenia.
-Así es, todo aclarado. Señor…
- Llámeme Sasha, para servirle, por favor y usted. Parece americano.
- Cierto. Bradley, Omar Bradley. Un honor.
- Perfecto. Mr. Bradley. ¿Qué quiere que le ponga?
- Algo más bien fuerte, Chartreuse, por favor, pero no el más flojo, el verde, el verde. Que creo que lo necesito.
- Si que le veo un poco exaltado. Si.
- Es por una reciente conversación que acabo de tener en la calle con un individuo bastante alto.
- Pero no todos los tipos espigados producen la necesidad de tomar un licor solo para valientes a las cuatro de la tarde. Cuénteme, cuénteme.
- En este caso sí, ya lo verá. Déjeme que le explique. Ese señor en cuestión, furioso, con los ojos desorbitados, solo repetía el mismo discurso:
"Tres de cada veinte, Solo tres de cada veinte. Esos sí que valen la pena. Diecisiete de cada veinte no valen nada. Escoria, cobardes. Qué proporción más deshonrosa para mi país. Así como vamos a ganar la guerra. Tengo o no tengo razón".
- Si que es motivo para tomar una copita y tranquilizarse.
- He pensado que tal vez usted pueda ayudarme y conozca al susodicho vara de nardo. A lo mejor se haya tomado alguna que otra copita en su local acogedor. Más que nada porque me gustaría volver a conversar con él, eso sí, cuando este más relajado. Me parece que lo conozco y sobre todo me gustaría saber más sobre esa proporción tan extraña.
- Por lo tanto en forma de resumen. Quiere saber cuál es el nombre del tipo ese y a que se refiere con lo de tres de cada veinte. ¿Y no me puede dar más datos, Mr. Bradley?
- En estos momentos es de lo único que me acuerdo. Si se que el larguirucho soltó mas improperios. Intentare con el tiempo y la copita tranquilizarme y hacer memoria.
- Bueno pues le dejo con su licor de hierbas. Que le temple el cuerpo.
- Gracias Sasha.
-Buenos días
- Ah sí, ya me acuerdo de usted. Vino el día de ayer. Espero que Herr Grognard le dejara clara la duda que tenia.
-Así es, todo aclarado. Señor…
- Llámeme Sasha, para servirle, por favor y usted. Parece americano.
- Cierto. Bradley, Omar Bradley. Un honor.
- Perfecto. Mr. Bradley. ¿Qué quiere que le ponga?
- Algo más bien fuerte, Chartreuse, por favor, pero no el más flojo, el verde, el verde. Que creo que lo necesito.
- Si que le veo un poco exaltado. Si.
- Es por una reciente conversación que acabo de tener en la calle con un individuo bastante alto.
- Pero no todos los tipos espigados producen la necesidad de tomar un licor solo para valientes a las cuatro de la tarde. Cuénteme, cuénteme.
- En este caso sí, ya lo verá. Déjeme que le explique. Ese señor en cuestión, furioso, con los ojos desorbitados, solo repetía el mismo discurso:
"Tres de cada veinte, Solo tres de cada veinte. Esos sí que valen la pena. Diecisiete de cada veinte no valen nada. Escoria, cobardes. Qué proporción más deshonrosa para mi país. Así como vamos a ganar la guerra. Tengo o no tengo razón".
- Si que es motivo para tomar una copita y tranquilizarse.
- He pensado que tal vez usted pueda ayudarme y conozca al susodicho vara de nardo. A lo mejor se haya tomado alguna que otra copita en su local acogedor. Más que nada porque me gustaría volver a conversar con él, eso sí, cuando este más relajado. Me parece que lo conozco y sobre todo me gustaría saber más sobre esa proporción tan extraña.
- Por lo tanto en forma de resumen. Quiere saber cuál es el nombre del tipo ese y a que se refiere con lo de tres de cada veinte. ¿Y no me puede dar más datos, Mr. Bradley?
- En estos momentos es de lo único que me acuerdo. Si se que el larguirucho soltó mas improperios. Intentare con el tiempo y la copita tranquilizarme y hacer memoria.
- Bueno pues le dejo con su licor de hierbas. Que le temple el cuerpo.
- Gracias Sasha.