Publicado: Dom Abr 26, 2015 3:13 pm
Premio para el joven Krossieg 
Con muy poca información ha sido capaz de dar con el comandante Guillet y el Coronel Bettoni.
Ambos comandaban unidades de caballería, y ambos hicieron un hecho militar especial, sobre todo en las fechas en que nos movemos, una carga de caballería al sable contra posiciones enemigas bien pertrechadas.
Guillet la hizo en Etiopía, siendo la última carga de caballería que han sufrido los británicos en sus carnes en la historia. Luego, tras la caída del AOI, se dedicó a combatir tras las lineas enemigas y fue diplomático tras la SGM.
Bettoni es el protagonista de, tal vez, la carga de caballería más famosa de la SGM, al mando del Saboia.
Fue la última carga que realizó en su historia el ejército italiano, y fue en la URSS, contra una posición protegida del enemigo a la que cogió por sorpresa y a la que derrotó, entre los girasoles de Isbucensky.
Así pues, queden en la memoria estos dos militares sacados de otras épocas, pero que cumplieron con su deber con una valentía y arrojo fuera de lo común.
Puede proceder cuando desee, Herr Krossieg.
Y un saludo a Herr Kaiser, que le invite Sascha también a un bebercio.
Con muy poca información ha sido capaz de dar con el comandante Guillet y el Coronel Bettoni.
Ambos comandaban unidades de caballería, y ambos hicieron un hecho militar especial, sobre todo en las fechas en que nos movemos, una carga de caballería al sable contra posiciones enemigas bien pertrechadas.
Guillet la hizo en Etiopía, siendo la última carga de caballería que han sufrido los británicos en sus carnes en la historia. Luego, tras la caída del AOI, se dedicó a combatir tras las lineas enemigas y fue diplomático tras la SGM.
Bettoni es el protagonista de, tal vez, la carga de caballería más famosa de la SGM, al mando del Saboia.
Fue la última carga que realizó en su historia el ejército italiano, y fue en la URSS, contra una posición protegida del enemigo a la que cogió por sorpresa y a la que derrotó, entre los girasoles de Isbucensky.
Así pues, queden en la memoria estos dos militares sacados de otras épocas, pero que cumplieron con su deber con una valentía y arrojo fuera de lo común.
Puede proceder cuando desee, Herr Krossieg.
Y un saludo a Herr Kaiser, que le invite Sascha también a un bebercio.