Publicado: Jue Abr 02, 2015 6:44 pm
Pregunta 2599
- Muy buenas Sasha.
- ¡Menuda cara de susto!
- Y no es para menos. Acabo de ver un espectáculo dantesco.
- Mientras se repone, ¿que quiere tomar? Herr Clar ha dejado la invitación abierta.
- Pues me pone un vino del Duero y una tapa de dos y pingada.
- ¡Oído cocina!
- Verá usted, acabo de ver como humillaban a un jefe de flota.
- ¿Y eso?
- Resulta que hubo una batalla naval, faltó coordinación y un gran buque se enfrentó sólo a toda la escuadra enemiga. Y claro está, lo hundieron.
- Muy valiente o muy loco.
- Ambas opiniones son válidas, aunque la mayoritaria, incluso entre sus enemigos, es la primera.
- ¿Y el jefe de flota?
- Al parecer obró siguiendo su propio criterio, creyendo que esta vez, las cosas funcionarían bien y no habría fallos.
- ¿Ésta vez?
- Una operación anterior tuvo que anularse por varios embarrancamientos y no precisamente de pesos ligeros.
- Y hubo lío.
- Con órdenes imperantes de no salir al mar aunque se presentase la oportunidad de hundir a toda la flota de transporte enemiga.
- Menuda locura.
- Usted lo ha dicho, el que pegó la bronca me cae más bien mal tirando a peor.
- ¿Y el que la recibió?
- Ni fú ni fá. Tuvo sus momentos, pero en la guerra fue errático en sus operaciones e insistía en combatir al cañón con buques de superficie.
- Y no le fue bien.
- Que vá, al principio de fábula, pero desde que falló una, no escarmentó y siempre quería combatir buque contra buque, y en inferioridad numérica es una locura. Intentó recuperar prestigio con esta última y le salió...
- Rana.
-Mismamente. Me gustaría saber que operación fue y el nombre del abroncado. El del abroncador me importa un pimiento.
- De acuerdo.
- Hago mía la invitación de Herr Clar, que el acertante se tome lo que desee, y si es el ranger, una doble de bourbon adicional.
- Hecho. Pero no llene mucho la nevera que tengo un montón de bacalao para prepararlo a la vizcaína.
- Pues me dejaré caer por aquí a catarlo.
- Muy buenas Sasha.
- ¡Menuda cara de susto!
- Y no es para menos. Acabo de ver un espectáculo dantesco.
- Mientras se repone, ¿que quiere tomar? Herr Clar ha dejado la invitación abierta.
- Pues me pone un vino del Duero y una tapa de dos y pingada.
- ¡Oído cocina!
- Verá usted, acabo de ver como humillaban a un jefe de flota.
- ¿Y eso?
- Resulta que hubo una batalla naval, faltó coordinación y un gran buque se enfrentó sólo a toda la escuadra enemiga. Y claro está, lo hundieron.
- Muy valiente o muy loco.
- Ambas opiniones son válidas, aunque la mayoritaria, incluso entre sus enemigos, es la primera.
- ¿Y el jefe de flota?
- Al parecer obró siguiendo su propio criterio, creyendo que esta vez, las cosas funcionarían bien y no habría fallos.
- ¿Ésta vez?
- Una operación anterior tuvo que anularse por varios embarrancamientos y no precisamente de pesos ligeros.
- Y hubo lío.
- Con órdenes imperantes de no salir al mar aunque se presentase la oportunidad de hundir a toda la flota de transporte enemiga.
- Menuda locura.
- Usted lo ha dicho, el que pegó la bronca me cae más bien mal tirando a peor.
- ¿Y el que la recibió?
- Ni fú ni fá. Tuvo sus momentos, pero en la guerra fue errático en sus operaciones e insistía en combatir al cañón con buques de superficie.
- Y no le fue bien.
- Que vá, al principio de fábula, pero desde que falló una, no escarmentó y siempre quería combatir buque contra buque, y en inferioridad numérica es una locura. Intentó recuperar prestigio con esta última y le salió...
- Rana.
-Mismamente. Me gustaría saber que operación fue y el nombre del abroncado. El del abroncador me importa un pimiento.
- De acuerdo.
- Hago mía la invitación de Herr Clar, que el acertante se tome lo que desee, y si es el ranger, una doble de bourbon adicional.
- Hecho. Pero no llene mucho la nevera que tengo un montón de bacalao para prepararlo a la vizcaína.
- Pues me dejaré caer por aquí a catarlo.