Publicado: Mié Abr 01, 2015 3:29 pm
Pregunta 2597
- Muy buenas Sasha.
- Mire allí.
- ¿El qué?
- ¿Ve esas moles?
- Perfectamente, pero le informo que tengo una unidad de zapadores silesianos capaces de hacer un túnel a través de roca fundida.
- Dentro tengo tigres devoradores de hombres sueltos.
- Y yo unas cuantas granadas de gas somnífero.
- ¿Y si le contrato como guardia de la despensa?
- Me distraigo con cosas brillantes Sasha, lo siento. Le recomiendo sustituir tan deliciosas viandas por un potingue sueco de nombre impronunciable y que sabe a rayos.
- Bueno aquí tiene unas bravas y una cerveza.
- ¿Es normal que se funda el plato?
- Claro, así se sabe que están en su punto
- Invite a esos dos jóvenes de allí.
- ¿Esos con tantas medallas y el galón rosa del gorro?
- Si. Esos mozos fueron de cuidado.
- Como todo hijo de vecino que viene.
- Verá uno de ellos se dio un banquete increíble una noche de febrero, causando tales bajas que provocó un parón en el ataque de un enemigo muy superior en número.
- Lo normal.
- ¿Al final de la guerra y en el bando perdedor? No tanto.
- Pues le doy la razón.
- Pues su compañero no es manco. Pescó "durmiendo la siesta" a una ingente cantidad de tanques tras destruir a dos tanques pesados que vigilaban la operación. Atacó a los sorprendidos y destruyó exactamente a un tanque por cada disparo.
- Pues vaya.
- Encima aparecieron otros dos amigos suyos que se unieron a la fiesta. Y una serie de explosiones de camiones de munición y combustible la animaron cosa fina.
- No es para menos.
- Todo esto a poco menos de un mes para que acabase la guerra.
- Menudo león.
- Un tigre más bien. Todavía la armó más gorda en la retirada.
- ¿?
- Se cargó 102 tanques junto a su unidad...
- ¡Pues vaya!
- Es la misma unidad que la del que se sienta a su lado. Y ambos recibieron sus respetivos tanques ocho meses antes de que terminase la guerra, a la que ambos sobrevivieron.
Al que acierte el nombre de los dos sujetos y la unidad a la que pertenecían le invita a ración doble de lo que desee.
- Muy buenas Sasha.
- Mire allí.
- ¿El qué?
- ¿Ve esas moles?
- Perfectamente, pero le informo que tengo una unidad de zapadores silesianos capaces de hacer un túnel a través de roca fundida.
- Dentro tengo tigres devoradores de hombres sueltos.
- Y yo unas cuantas granadas de gas somnífero.
- ¿Y si le contrato como guardia de la despensa?
- Me distraigo con cosas brillantes Sasha, lo siento. Le recomiendo sustituir tan deliciosas viandas por un potingue sueco de nombre impronunciable y que sabe a rayos.
- Bueno aquí tiene unas bravas y una cerveza.
- ¿Es normal que se funda el plato?
- Claro, así se sabe que están en su punto
- Invite a esos dos jóvenes de allí.
- ¿Esos con tantas medallas y el galón rosa del gorro?
- Si. Esos mozos fueron de cuidado.
- Como todo hijo de vecino que viene.
- Verá uno de ellos se dio un banquete increíble una noche de febrero, causando tales bajas que provocó un parón en el ataque de un enemigo muy superior en número.
- Lo normal.
- ¿Al final de la guerra y en el bando perdedor? No tanto.
- Pues le doy la razón.
- Pues su compañero no es manco. Pescó "durmiendo la siesta" a una ingente cantidad de tanques tras destruir a dos tanques pesados que vigilaban la operación. Atacó a los sorprendidos y destruyó exactamente a un tanque por cada disparo.
- Pues vaya.
- Encima aparecieron otros dos amigos suyos que se unieron a la fiesta. Y una serie de explosiones de camiones de munición y combustible la animaron cosa fina.
- No es para menos.
- Todo esto a poco menos de un mes para que acabase la guerra.
- Menudo león.
- Un tigre más bien. Todavía la armó más gorda en la retirada.
- ¿?
- Se cargó 102 tanques junto a su unidad...
- ¡Pues vaya!
- Es la misma unidad que la del que se sienta a su lado. Y ambos recibieron sus respetivos tanques ocho meses antes de que terminase la guerra, a la que ambos sobrevivieron.
Al que acierte el nombre de los dos sujetos y la unidad a la que pertenecían le invita a ración doble de lo que desee.