Publicado: Lun Mar 30, 2015 9:59 pm
por Capitan Miller
-Buenas tardes.
-Ni buenas tardes ni gaitas celtas, Miller, o hace usted algo o lo voy a tener que hacer yo.
-Le noto un tanto alarmado, relájese, Sacha.
-¿Relajarme? A ver como se lo explico... Herr Grognard se ha trasegado las reservas de Luis Felipe, medio kilo de almendras fritas y otro medio kilo de garbanzos torraos, Herr Káiser ha hecho lo propio con el schnapps y el slibowitz, además de exterminar varios botes de aceitunas de Campo Real, y Herr Clar, para no ser menos, ha terminado con tres cajas de zarzaparrilla y kilo y medio de queso curado en aceite. Así que, usted me dirá cómo me voy a relajar. ¡Esto es la ruina! ¡El Armagedón!
-Está bien. Anote a mi cuenta esos desmanes y, alma cándida, cambie la cerradura de la despensa.
-Lo hice, y la reventaron.
-Ya... Entiendo. Bueno, venga, que no se diga, voy con una pista suculenta. Tome nota.
-Diga.
-El modelo del cacharro en cuestión no es uno, si no dos, acompañados de una simpática denominación de esas en alemán que para poder ser pronunciada correctamente hay que atragantarse previamente con un arenque en salmuera. Y, en efecto, se trata de un carro de combate. Y el número de unidades construidas, según la fuente que manejo, fue más de diez.
-Espero que esta vez acierten o que usted sea más rápido con las pistas. Si no, acabaré traspasando el local y el próximo día se encontrarán un bazar chino.
-Catastrofista, es usted un catastrofista de libro.

Buena caza. 8)