Publicado: Dom May 08, 2022 10:08 pm
por Kurt_Steiner
La Italia fascista mantuvo varios campos de concentración en Cirenaica (este de Libia) durante la última fase de su ocupación de ese país. Después de la invasión inicial en 1911, el control italiano sobre gran parte del país fue ineficaz. Frente a la oposición árabe armada, principalmente en Cirenaica bajo el liderazgo de Omar Mukhtar, las fuerzas italianas al mando de los generales Badoglio y Graziani llevaron a cabo campañas punitivas de pacificación que se convirtieron en actos brutales y sangrientos de represión.

La Alambrada de la Frontera iba desde el Mediterráneo hasta el oasis de Al-Jaghbub para cortar las líneas de suministro vitales de la resistencia. Poco después, la administración colonial comenzó la deportación masiva de la gente de Jebel Akhdar para negar a los rebeldes el apoyo de la población local. La migración forzada de más de 100.000 personas terminó en campos de concentración en Suluq, El Magrun, Abyar y El Agheila donde decenas de miles murieron por las condiciones precarias.

En general, se establecieron cinco campos de concentración principales y diez más pequeños. Badoglio propuso convertir los campos en asentamientos permanentes, pero esto fue impedido por las pésimas condiciones económicas y de vida en los campos.

Las estimaciones de las personas que murieron en estos campos varían. Sólo en Cirenaica, entre 1929 y 1933, más de 40 000 personas fueron asesinadas y 80 000 encerradas en campos de concentración, de una población total de sólo 193 000. Según el historiador Ilan Pappé, el régimen fascista entre 1928 y 1932 mató a la mitad de la población beduina ya sea directamente o por inanición en los campos. Según el historiador Angelo Del Boca, en 1933, de los aproximadamente 100.000 libios deportados de Jebel Achdar y Marmarica, más de 40.000 murieron en los campos.