Publicado: Dom Dic 26, 2010 2:38 pm
por Kurt_Steiner
La “profecía” de la “Solución Final”

Hitler retomó su “profecía” el 30 de enero de 1941, a medida que su guerra contra el archienemigo “judeo-bolchevique” estaba tomando forma concreta en su mente. En las semanas previas al discurso, aceptó que Heydrich desarrollara un nuevo plan para deportar a los judíos de la esfera de dominio alemana para reemplazar al fugaz y difunto plan para deportarlos a Madagascar. Las ideas para deportar a los judíos de Europa a una conquistada URSS después de una rápida victoria sobre el bolchevismo ya estaban siendo manifestadas por el liderazgo de las SS (Aly, Endlösung). La repetición de la “profecía” en este momento no podía ser nada más que una alusión, si bien algo disimulada, a que había llegado le momento de acabar con los judíos.

Cuando aparece la siguiente “profecía” de Hitler en los archivos, en el verano, el genocidio ya estaba haciendo estragos en la Unión Soviética. Fue seguida por una serie de discusiones personales a mediados de julio entre Hitler y Himmler, de las que no quedó registro alguno. Pero el resultado fue que Hitler dio autorización a Himmler para ampliar el número de unidades para matar en el Este (Browning, "Hitler and the Euphoria of Victory”). Hitler quería que se le mantuviese informado sobre el progreso de la matanza. Según un mensaje del jefe de la Gestapo, Heinrich Müller, el 1 de agosto: “Deben presentarse al Führer continuos informes desde aquí sobre el trabajo de los Einsatzgruppen en el este” (Fleming,Hitler und die Endlösung).

A mediados del verano de 1941, los fanáticos y los líderes políticos del Partido estaban presionando con vehemencia para que los judíos, retratados como peligrosos agitadores internos, fuesen expulsados de las ciudades alemanas. Para ello empezaron por obligarles a llevar alguna forma de identificación sobre sus ropas. Se aceptó que Hitler era el único capaz podía tomar la decisión. Goebbels visitó al dictador en el Führerhauptquartier el 18 de agosto. A pesar de los asombrosos éxitos de la Wehrmacht en las primeras semanas del ataque contra la URSS, había signos inquietantes ya en agosto de que la victoria no se conseguiría antes de la llegada del invierno y Hitler estaba en un estado de tensión nerviosa.Era un buen momento para presentar su caso para conseguir el permiso para obligar a los judíos a llevar la “Estrella Amarilla” y Hitler lo concedió. Al hacerlo, había recurrido una vez más a su “profecía” del Reichstag, expresando su convicción de que esto iba a ser verdad con increíble certeza.

La decisión -que de nuevo todos los líderes nazis reconocieron sólo podía venir de Hitler- de deportar a los judíos del Reich al este, tomada en septiembre de 1941, constituyó un paso mayor en la dirección del genocidio total. Hasta este momento Hitler había insistido en esperar la victoria final en el este. Ahora, sabedor de que la guerra se alargaría y consciente que Estados Unidos pronto estarían involucrados, aceptó peticiones de un número de líderes nazis -explotando la deportación de Stalin de cientos de miles de alemanes étnicos del Volga a las inmensidades de Siberia occidental y Kazajistán para presionar por medidas de represalias- para deportar judíos alemanes, austriacos y checos al este incluso aunque la guerra no hubiera terminado. Fue un cambio crucial en política. Y la decisión, indicada por Himmler el 18 de septiembre de 1941, fue tomada por Hitler mismo (Die Ermordung der europäischen Juden). Precisamente en este momento el Departamento de Propaganda del Partido Nazi distribuyó posters a todas las delegaciones del Partido conteniendo las palabras de la “profecía” de Hitler. Evidentemente, la “profecía” había alcanzado a estas alturas un status simbólico, sirviendo como arma de propaganda para preparar a la población alemana para la deportación de los judíos mediante el endurecimiento del clima de opinión.

Los problemas logísticos auto-generados que siguieron a la decisión de la deportación dieron un empuje irreversible a los impulsos genocidas en Polonia, el Báltico y otros territorios orientales conquistados. En el otoño, las fasess en el genocidio total comenzaron a sucederse rápidamente, una tras otra, a medida que se tambaleaba el avance alemán y los planes para una deportación a las inmensidades rusas tenían que ser pospuestos y luego abandonados. Más o menos un mes después de dar la orden para deportar a los judíos del Reich, con Himmler y Heydrich como sus invitados de mesa en su cuartel general de campaña, y en el contexto de los comentarios que delataban su conocimiento de los intentos de la SS para ahogar a las mujeres judías en los pantanos del Pripet, Hitler les recordó su “profecía” de la destrucción para la “raza criminal” que había sido responsable de los muertos de la Primera Guerra Mundial y “nuevamente ahora de cientos de miles” en la guerra actual. Goebbels mantuvo la atmósfera venenosa con un amenazante artículo el 16 de noviembre de 1941. También aquí Goebbels invocó a la “profecía” de Hitler de la aniquilación de la raza judía en Europa, comentando que “estamos experimentando ahora mismo el cumplimiento de esta profecía”. Es probable que el artículo había sido discutido con Hitler. Un comentario añadido por Goebbels referente a que cualquier simpatía con los judíos era inmerecida, reflejaba un sentimiento expresado por Hitler en más de una ocasión, a medida que la “Solución Final” se volvió una realidad.

(continuará...)