Publicado: Lun Nov 12, 2007 2:06 am
por Roul Wallenberg
Hola. El tema es de suyo de un gran interés y creo debería ser uno de los puntos de convergencia más importantes del foro. Mis felictaciones por traerlo y en una forma tan completa y detallada, con testimonios que lo enriquecen en gran medida.

Es inevitable para cualquier entusiasta sensato de la 2GM el tener que interiorizarse en estos capítulos tan estremecedores de nuestras conciencias. Muchas veces me he percatado de una tendencia a glorificar las acciones guerreras alemanas con un especial entusiasmo acerca de la organización de sus fuerzas armadas, grados, uniformes etc. y de los recursos de armamento con el que desempeñaron sus funciones y las auténticas hazañas que realizaron en su etapa de conquista y en la de defensa de su patria.. Es innegable que es algo atractivo de conocer y analizar, y de ello yo participo también. Pero sobre todo eso hay una sombra, y muy oscura.

Hay hechos gravísimos que violentan los sentimiento básicos de cualquiera que vaya por la acera de la justicia, que les restan lucimiento y dignidad a la glorias bélicas alemanas; es la verdad, es la suciedad bajo la alfombra que, tras las conquistas alemanas en los territorios sometidos se hacía la noche.

Una lóbrega noche. No bien envainaban sus espadas los combatientes germanos, aparecían tras ellos los sicarios del régimen nazi, los Einsatzgruppen en el frente del Este, en el Oeste la Gestapo y comenzaba la cruel e implacable siega.

El nombre de Belsen está asociado a la tierna imagen de Ana Frank. Sólo ese nombre entre los miles que allí encontraron una cruel y tan injusta muerte duele..y tanto. Cómo en un lugar tan infame termina su breve vida esa flor tan delicada, tan sutil y embriagadora de amor en las páginas de su Diario. Eso rebela, produce una iracunda respuesta interior hacia la maldad expresada en la barbarie cruel que los nazis alemanes practicaron con letal devoción y encono.

En lo personal y reiterando lo que alguna vez ya expresé en el foro, con un ojo puesto en lo que aquí se nos recuerda y el otro en la justa bélica, en cierta forma me alegra recordar las derrotas nazis, es un sentimiento no muy noble, lo sé, de revancha, de indignado desquite y despecho y llego a pensar en qué bien recibieron su merecido al ser vapuleados en su insano orgullo racial al ser dominados y vencidos por asiáticos de las estepas rusas, por negros y latinos americanos, por soldados judíos que junto con apretar los gatillos podían lanzar una última mirada de soberano desprecio hacia los superhombres de la insania suprema, de la locura nazista.

Habría sido interesante ver los rostros de los miserables de las SS obligados a transportar los cadáveres de sus víctimas, escuchar los alegatos de defensa del vil Kramer y su gente ante el tribunal y sus expresiones al conocer de sus sentencias. ¿Habrán tenido el mismo dignísimo valor, la misma resignada y suprema valentía que tuvieron sus pobres e indefensas víctimas?¿Habrán subido al cadalso con la nobilísima serenidad de la cual fueron capaces esos justos e inocentes desdichados que terminaron su vidas bajo su omnímodo poder?

Ana Frank y quienes la acompañaron a la muerte no fueron vengados. Sería una cuenta alegre de fácil resolución. Son y serán por siempre una deuda de la humanidad. Sería absurdo pensar que ajusticiando a Kramer, Goeth, Kaltenbrunner, Eichmann y otros próceres del nazismo se equilibraron las cuentas. No, jamás; la valía de esos malvados es nada comparada con las de sus víctimas. Aún estamos en deuda con ellos, ennoblece rendir tributo a su sacrificio, darle un sentido ahora a sus padecimientos, ya que no lo tuvo en su época, darles una nueva y luminosa vida en una moderna y generosa filosofía de vida, arrinconando y derrotando una y otra vez, de nuevo, a los racistas, a los que se unen a doctinas nazistoides, a los cultores y nostálgicos añorantes del III Reich, a los que en una deplorable y extraviada remembranza de la noche nazi pretenden arrebatarles otra vez el día a los que piensan que la humanidad es una toda y que los superhombres de las ciencias y las artes, el conocimiento, la cultura y los deportes se dan en todos lados, sí, en todos, sin excepción.











Y como he andado con suerte, encontré la foto que quería, los guardias del campo obligados a transportar los cuerpos de sus víctimas.


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Salu-2