Publicado: Lun Abr 29, 2024 4:40 pm
por Kurt_Steiner
Cuando las fuerzas de Mussolini llegaron a Mónaco, establecieron un buró político fascista. Su objetivo era identificar y arrestar a residentes monegascos y franceses involucrados con la Resistencia. A pesar de esto, la Resistencia todavía operaba, escondiendo a judíos y llevándolos a Suiza. El príncipe Luis hizo prometer a Mussolini que la población judía de Mónaco no sería deportada. Sin embargo, el príncipe no intervino cuando el judío-rumano Raoul Gunsbourg, antiguo director de la Ópera de Montecarlo, se vio obligado a dimitir y tuvo que huir a Suiza para evitar el arresto.

Aunque ni Mussolini ni Hitler intentaron establecer un régimen fascista en Mónaco, bajo la presión de este último, varias personas fueron deportadas a campos de concentración. Durante la ocupación, la población judía de Mónaco, estimada por el cónsul Hellenthal entre 1000 y 1500, fue atacada por las autoridades alemanas, quienes los arrestaron y los enviaron a territorios ocupados en Francia para su internamiento. Según una evaluación del gobierno, aproximadamente 90 personas, que fueron arrestadas por agentes de policía monesgascos, fueron deportadas de Mónaco durante la noche del 1 de agosto de 1942, y sólo nueve sobrevivieron. Entre los deportados se encontraba René Blum, el fundador de la ópera, asesinado en Auschwitz. Setenta y tres años después, el Príncipe Alberto II de Mónaco se disculpó públicamente por la deportación de 90 judíos durante el Holocausto y reconoció el fracaso de Luis II a la hora de mantener la neutralidad de Mónaco durante la guerra.

El 27 de agosto de 2015 el Príncipe Alberto II de Mónaco inauguró un monumento dedicado a los judíos que habían sido deportados. El monumento tenía grabados los nombres de las víctimas. Fue elegido para ser inaugurado 73 años después de la noche en que los judíos fueron deportados.