Publicado: Lun May 16, 2011 11:42 pm
por Bitxo
En mi opinión, lo primero que debe ser una persona es ser consecuente. Si una persona es negacionista, creerá cualquier argumentación negacionista pese a las pruebas documentales. Si una persona no es negacionista, no creerá una argumentación negacionista pues es consciente de las pruebas documentales. Habiendo pruebas y reconociéndolas, no acabo de ver el motivo para buscar misterios en la popularidad o no de un autor que niega tales pruebas. Para mí es tan simple como que está desacreditado y nadie le ha tomado en serio. A no ser, claro, que uno sea negacionista.

Francamente, para mí el negacionismo no tiene mayor sentido que el de la intencionalidad política de grupos afectos al nacionalsocialismo que pretenden sembrar la confusión y ganar adeptos. Habiendo pruebas a toneladas, cuestionarlas no puede tener otra motivación que demostrar dónde anda uno enrolado.

Menos sentido tiene declarar que no se es negacionista y preocuparse por el ¡¿extraño?! motivo de que prácticamente nadie disponga de un libro de un autor que sí lo es. Cuando un autor no ofrece credibilidad, conocer su trabajo puede suponer una auténtica prueba de fé. No quiero decir con esto que nadie tenga el derecho a investigar y cuestionar, pero el hecho de suponer algún tipo de conspiración contra un autor para que su obra no sea conocida, cuando esta carece de credibilidad y dispone, en cambio, del rechazo de la sociedad amparado por la ley, puede indicar algo más por mucho que se nade en la ambigüedad del "yo no lo digo, pero lo dice el otro y si su obra parece o está prohibida, por algo será".

Espero no haber resultado ambigüo, pues me gusta ser consecuente con mis ideas y extrañarme sólo por aquello que pueda resultarme extraño.