Publicado: Mié Dic 31, 2014 7:39 pm
por Richard Hiedrich
Primeramente, hay que tener en cuenta donde sí y donde no hace falta invertir recursos y material bélico de esas características.
En un Océano Pacífico (ahora que lo pienso, menudo nombre!) si que sería necesaria la presencia de barcos capaces de transportar aparatos, ya que el radio de acción de estos, se vería incrementado (muy necesario en la inmensidad abismal del océano) además de alguna que otra isla o buque de aprovisionamiento.
Otra cosa a tener en cuenta, es que encontrar un portaaviones en el Océano Pacífico sería como encontrar una división blindada alemana intacta a finales del 44*, mientras que en el Mar Mediterraneo, habría inmensas facilidades para averiguar la localización de el portaaviones requerido en tiempo record, y con un margen de error casi nulo, ya sabemos el porqué.
Los portaaviones son una gigantesca masa de metal, muy difícil de ocultar, con lo que es inevitable llamar la atención doquiera que vayan.
En la mayoría de las rutas, no haría falta el despliegue de aviones de reconocimiento aliados, pues serían fácilmente distinguibles desde la costa, sin temor a que fueran confundidos con ningún otro navío.
Además del tremendo coste que supone de por sí su botadura y su mantenimiento, no serían autosuficientes, necesitarían de una escolta extra compuesta por destructores, o lo que buenamente se pudiera; y sería una complicación más.
Estarían a merced de las baterías de costa aliadas, a sus aviones, a sus minas submarinas, a sus servicios de información, a sabotajes; y no hace falta tener en cuenta los peligros que suponían para barcos de ese calibre las rocas, muy concentradas en tan pequeño espacio.
Los italianos no desconocían la presencia de las temidas baterías de costa inglesas apostadas en Gibraltar, además del poderío naval británico en este punto, y a lo largo y ancho de Suez; y nadie quiere ser presa fácil.
Definitivamente, los portaaviones italianos hubieran sido una costosa y arriesgada inversión, con todas las de hundirse en el abismo, o en este caso, los fondos marinos.

Sí, los acorazados son más caros, pero si caen no conllevan la pérdida de varias decenas de aparatos, ni de los preciados pilotos. Tampoco haría falta la movilización de más cascarones, ésto se traduce en un ahorro de bidones. Por no hablar de que un acorazado tiene la autonomía suficiente para realizar misiones de ataque a posiciones enemigas y apoyo a infantería más que aceptables. Tiene más posibilidades de salir airoso de un combate contra uno de sus homólogos aliados de lo que lo tendría un portaaviones, pero aquí viene la pega; un ataque naval sería fácilmente repelido, pero una incursión aliada aérea sobre éste resultaría fatal sin apoyo por aire.
Encuentro dos soluciones, de las cuales me inclino más por la primera.
1) La incorporación de equipos de artillería antiaérea más sofisticados y eficientes a la Regia Marina, y un refugio eficaz en cada puerto italiano. Además de la creación de un equipo de respuesta inmediata.
2) La existencia de unas fuerzas aeronavales bien coordinadas, de las que hubiera sido imposible poseer de un año para otro (no solo la preparación requiere tiempo, sino también el desarrollo de aviones italianos competitivos que pudieran enfrentarse y ganar a la RAF, o al menos igualarla) Serían necesarias varias escuadrillas de Adrianos Visconti, y creo que es inconcebible.

Aunque la opción A que propones es la que más me convence, (sustituyendo lo de la "fuerza aeronaval competente" por una "artillería antiaérea eficiente"), las dos son un poco disparatadas teniendo en cuenta la situación de Italia, a la que no le sobraban los recursos materiales ni mucho menos humanos; pero que hubieran cobrado sentido si el Eje hubiera tomado Gibraltar, cuyo intento imagino que hubiera resultado en otra "Batalla de Inglaterra" sin modificaciones significativas, y la situación de la Marina Real fuera desesperada, acontecimiento que por lástima para alguno que otros, nunca ha sucedido hasta la fecha.

Saludos, Richard