Publicado: Vie Oct 28, 2011 9:42 pm
por Bitxo
La neutralidad de España durante la PGM resultó muy beneficiosa para su industria, especialmente la textil, si mal no lo recuerdo. Pero, durante la SGM, la neutralidad no fue tal. El recién invento de la no-beligerancia expresaba muy bien la postura de Franco. Británicos y estadounidenses lo tuvieron bastante claro y aplicaron la famosa política del palo y la zanahoria, es decir, suministrar lo suficiente a los españoles para que la desesperación no los arrojara a los brazos del Eje y, al tiempo, lo justo como para que no pudieran permitirse una guerra al lado de este. Al tiempo, se trató de que la balanza comercial se inclinara del lado Aliado.

Así pues, los Aliados no iban a proporcionar lo necesario para crear una floreciente industria desde la nada en la práctica: materiales, combustibles, técnicos... Alemania e Italia, por su lado, tuvieron que destinar todos sus recursos al esfuerzo bélico, y todos sabemos que pese a ello les faltaron. No estaban, pues, como para preocuparse por las aspiraciones industriales españolas.

Con todo aún hay más. Poco antes de finalizar la Guerra Civil, el Gobierno Nacional aprobó un plan de construcción naval muy, pero que muy ambicioso. El plan, pese a que se inclinaba políticamente hacia el Eje, dejaba muy claro que sólo una flota naval poderosa podría determinar una libertad de acción política de España. Vamos que España podría inclinar la balanza en una confrontación entre el bloque anglofrancés y el germanoitaliano. Este plan acabó en Roma por torpeza española y allí sentó como una patada donde más duele. Italia pretendía una España satelitizada, y no una España capaz de decidir una guerra futura. Cuando los españoles solicitaron la ayuda italiana para la construcción de dicha flota sucedió dos cosas: la primera es que Italia estaba inmersa en su propia carrera industrial, y la segunda es que las promesas de ayuda no fueron más allá de un mero sondeo de la fiabilidad de España como aliado sumiso.

Con Alemania sucedía algo similar. Alemania no estaba como para preocuparse por la industrialización española. Lo único que le importó en un principio fue obtener recursos allí y gozar de una balanza comercial favorable. Para cuando Hitler quiso que España entrara en la guerra, se tenía claro que la guerra iba a durar lo suyo y no pudo proporcionar la ayuda requerida, además de considerar inaceptables las condiciones de expansión territorial que entraban en claro litigio con Vichy e Italia, socios mucho más importantes para él que Franco.

Así que, en el caso español, no veo cómo iba a industrializarse España.