Publicado: Lun May 26, 2008 9:36 pm
por Domper
Un detalle

Lo de “acorazado definitivo” a sido una invención a posteriori, porque los Iowa nunca pretendieron serlo.

Los Iowa nacieron a consecuencia de la “cláusula de progresión” prevista en el Segundo Tratado de Londres de 1935 por la cual, si alguno de los firmantes no renovaba el tratado, los otros firmantes estarían autorizados a construir acorazados de un desplazamiento superior a los anteriores. Este caso se dio en 1937 cuando Japón denunció el tratado en 1937 e inició la construcción de los secretos Yamato.

Los Estados Unidos estaban iniciando la construcción de la segunda serie de acorazados modernos, los South Dakota. La primera serie, los dos North Carolina, habían sido concebidos para ser armados con doce cañones de 356 mm (pues tanto Estados Unidos como Inglaterra deseaban limitar a ese calibre las futuras construcciones) y su protección estaba diseñada contra proyectiles de dicho calibre. Pero tras el abandono por parte japonesa de las negociaciones (en 1936) fueron modificados a toda prisa para montar cañones de 406 mm en tres torres triples. Sin embargo una modificación de la protección implicaría un rediseño completo de los buques, por lo que la protección de estas dos unidades se consideraba insuficiente. Especialmente se criticó la disposición del cinturón blindado, justo por encima del bulge antitorpedos, lo que permitiría que un proyectil pasase justo por la parte inferior de la cintura blindada y alcanzase las zonas vitales del buque.

Una vez entraron en servicio los dos North Carolina mostraron otra grave deficiencia, por encima de 24 nudos sufrían grandes vibraciones, aunque fueron corregidas más adelante. En conjunto se consideró que estos dos buques, siendo buenos, no eran barcos “equilibrados”, y aunque disponían de un armamento muy potente su protección era limitada. Nótese que el cinturón blindado de estos “mal protegidos” acorazados tenía un espesor máximo de 305 mm + 19 mm, mientras que el del “invulnerable” Bismarck era de 320 mm.

Ambos barcos dieron buen resultado especialmente por la excelencia de su artillería y sus sistemas electrónicos. Resultaron escoltas antiaéreos muy eficaces, y el Washington destruyó al crucero de batalla japonés Kirishima en un duelo nocturno gracias al radar. Sin embargo el North Carolina sufrió importantes daños al ser torpedeado cerca de Guadalcanal, sufrió graves daños demostrándose que la protección submarina era insuficiente contra los torpedos japoneses pesados.

La siguiente serie, los cuatro South Dakota, debía solventar las deficiencias de la serie anterior. Fueron concebidos desde un primer momento para ser armados con cañones de 406 mm y para poder resistir sus proyectiles. Para poder aumentar la protección se disminuyó la longitud de su “reducto”, lo que obligó a montar una maquinaria menos potente. La artillería antiaérea tenía peores ángulos de tiro que la serie anterior, a pesar de tener una única chimenea.

La característica más llamativa era la coraza interna. Esta coraza podía ser gruesa y situada en un ángulo favorable, sin afectar a las cualidades marineras del buque, pero a cambio era muy difícil de mantener y reparar, y se disminuía el volumen protegido. Se consideraba que no era la mejor disposición, pero era la única forma de instalar una coraza que pudiese resistir proyectiles de 406 mm en un buque capaz de pasar por las exclusas del Canal de Panamá (limitación muy importante).

Su principal inconveniente resultó ser su baja velocidad, que no llegaba a los 27 nudos (los acorazados “rápidos” más lentos), lo que causaba problemas al operar con portaaviones rápidos: estos debían navegar a menos velocidad, lo que complicaba las operaciones aéreas. En la Batalla de Santa Cruz la menor velocidad impuesta por los acorazados permitió que la agrupación norteamericana fuese descubierta y atacada por los japoneses.

Un problema añadido fue el desarrollo de un proyectil especial superpesado para los cañones de 406 mm norteamericanos, de 1.200 Kg de peso (los ingleses del mismo calibre apenas eran de 900 Kg) que, de nuevo, hacía insuficiente la protección de los South Dakota. Pero esta era muy buena, la mejor de su generación. La prueba se dio en el combate con el Kirishima. El South Dakota quedó a ciegas por un fallo eléctrico siendo cañoneado por dos cruceros pesados y un acorazado japonés, a distancias de poco más de 7.000 m. La superestructura quedó como un colador, pero la coraza (en la barbeta) resistió un proyectil de 356 mm. Recordemos que los proyectiles del King George V, también de 356 mm, y disparados a la misma distancia, consiguieron perforar la coraza del Bismarck, que desplazaba 13.000 Tn más.

La tercera serie, la de los Iowas, debía solucionar los problemas que se habían presentado con las dos anteriores. Pero había dos requerimientos muy importantes:

- Los barcos debían ser capaces de pasar el Canal de Panamá, lo que permitía desplazarlos rápidamente entre los dos posibles escenarios bélicos.

- Debían ser capaces de operar con las fuerzas de portaaviones rápidos, es decir, de superar los 30 nudos.

Para ello se diseñaron barcos con una eslora desproporcionadamente larga. El mayor desplazamiento permitiría una protección mayor, con coraza e 310 + 25 mm que en barbetas y escudos sobrepasaba los 500 mm. La coraza era de nuevo interna (para poder pasar por las exclusas del Canal) pero con un esquema mejor que las prolongaba hasta la protección antitorpedo, permitiendo detener tanto explosiones submarinas como proyectiles de trayectoria submarina. Eso era afortunado: en el combate del Estrecho de Dinamarca un proyectil del Prinz Eugen que quedó corto siguió una trayectoria submarina, atravesó al protección antitorpedo y se alojó en un pañol del Prince of Wales (pero no estalló en parte por defectos de los proyectiles alemanes y en parte por no haber sido diseñados para esa trayectoria: de haber funcionado la espoleta hubiese estallado tras llegar al agua). Los japoneses desarrollaron un proyectil especial para este tipo de impactos.

Los Iowa, además, montaban una nueva versión del cañón de 406 mm que les permitía operar con los proyectiles superpesados. Hay que recordar que la metalurgia norteamericana era mejor que la japonesa, y en pruebas tras la guerra estos proyectiles resultaron tener mejores características (perforaban corazas de mayor espesor) que los de 460 mm del Yamato.

Resultaron barcos muy estables, maniobreros y rápidos, muy buenas plataformas de tiro. La artillería antiaérea era más efectiva que la de las clases anteriores (al estar mejor dispuesta, una cubierta más alta y más espaciada) y se combinaba con el mejor sistema de control de tiro de la época. Especialmente, los Iowa eran los únicos acorazados capaces de virar y disparar al mismo tiempo, lo que les permitía esquivar el fuego enemigo mientras mantenían el suyo. Una muestra de las características de estos sistemas fue el viejo West Virginia. Reformado tras ser rescatado de Pearl Harbor, recibió una versión algo más limitada del sistema de tiro que los Iowa, y gracias a él consiguió alcanzar con uan andanada al Yamashiro en el estrecho de Surigao, desde una distancia de 22.000 m y de noche (el récord está en casi 26.000 m del Scharnhorst contra el Glorious, pero de día y con la mar como un espejo).

El principal defecto era la protección submarina debido a la escasa manga, pero no llegó a ser puesta a prueba.

En cualquier caso, la construcción por los japoneses de los Yamato llevó al diseño de una clase aún más potente, los Montana, de 58.000 Tn. Estos barcos ya no podrían pasar por el Canal de Panamá (objetivo buscado por los japoneses al diseñar barcos grandes) lo que permitiría solucionar las anteriores carencias. Los Montana llevarían cuatro torres triples de 406 mm (lo que facilita el tiro respecto a los esquemas de tres torres), coraza externa (de 410 + 25 mm, con un máximo superior a 500 mm), y una mejor protección submarina.

Los Montana fueron anulados por dos motivos: para permitir derivar recursos hacia la construcción de portaaviones, y sobre todo porque se consideró, con razón, que los buques no estarían finalizados hasta finales de 1945. En 1942 se veía la importancia de los portaaviones y los acorazados rápidos, lo que selló el destino de los Montana. En 1943 fueron anulados, cuando sólo se habían iniciado las obras en el Montana.

Saludos