Publicado: Lun Feb 19, 2024 1:04 pm
por Kurt_Steiner
Hacia junio de 1943 el B-26 había sido temporalmente retirado de primera línea. Se paró la llegada de una segunda "oleada" de grupos de B-26 a Inglaterra y la 3a Ala quedó bajo el mando del coronel Samuel E. Anderson, un piloto de Marauder con cierta experiencia. Posteriormente se autorizó la llegada de los restantes grupos de B-26 y el primero de estos, el 323, llegó a Inglaterra después de que el 322 hubiera realizado sus primeras misiones de combate. Las nuevas tripulaciones habían escuchado las malas noticias sobre los combates y sabían que sus aviones y nuevas tácticas debían de probarse antes de poder entrar en combate.

La experiencia británica con los B-26 en el Mediterráneo y las de la 12a Fuerza Aérea y sus Marauder, que habían hecho frente a fuertes defensas enemigas que les obligaron a volar a media altura, convencieron a la 3a Ala que había que intentarlo con esa táctica. Con la llegada de Anderson y el traslado del Ala al Mando de Apoyo de la 8a Fuerza Aérea. Las unidades fueron trasladas a aeródromos al sur de Inglaterra. Los B-26 volarían a altitudes de entre 3000 y 4500 metros. Se siguió un programa intensivo de entrenamiento para que se acostumbraran las tripulaciones.

En EEUU, la producción del B-26 estaba en transición a medida que las unidades en Europa cambiaban sus procedimientos operativos, por lo que los escuadrones se equiparon con una variedad de subtipos. Por ejemplo, el 3233 empezó con B-26C construidos en Omaha adaptados para volar a baja altura, por lo que tuvieron que ser modificados para las nuevas operaciones, aunque la mayoría de los aviones fueron destinados a operaciones de segunda línea o de entrenamiento mientras esperaba que llegaran más Marauders desde EEUU.

Los dos escuadrones restantes del 322 Grupo de Bombardeo usaron los primeros B-26B-10 y C enviados a Europa y pronto la fuerza se convertiría al modelo mejorado, aunque estos aparatos eran más pesados que el modelo anterior, como notaron las tripulaciones. Para el bombardeo a media altura hizo falta instalar la mira Norden M, que no había sido instalada en los Marauder todavía.

Mientras las tripulaciones mejoraban sus habilidades de vuelo y se acostumbraban en volar en una formación vic de tres aviones, dos de las cuales formaban un vuelo de seis y tres del último una caja de 18 aparatos, se comprobó que esta táctica daba a los artilleros amplios campos de tiro, como pasaba con la formación usada por los bombarderos pesados. El problema más acuciante era la falta de cazas de escolta, por lo que, a falta de aparatos americanos, se confiaron a los Spitfires de la RAF, que mantuvieron a raya a la Luftwaffe. Hacia julio de 1943, los 16 escuadrones del Mando de Apoyo de la 8a Fuerza Aérea contaban con unos 300 B-26B y C.