Publicado: Mar Ene 26, 2021 6:59 pm
por Kurt_Steiner
La Operación Barbarroja puso de manifiesto las desventajas de la guerra relámpago alemana. Los Panzer III, ahora del modelo J1 con un cañón KwK 38 L42 de 50 mm, arrollaron inicialmente a las decenas de miles de BT-7 y T-26 que constituían el grueso de las fuerzas blindadas rusas. Este superiroidad duró hasta que las tripulaciones alemanas se encontraron con el KV-1 y el T-34, que eran inmunes a su armamento incluso a corta distancia. Asimismo, el invierno ruso, para el que el Panzer III no estaba adaptado, jugó en contra de los alamanes, que vieron sus sueños de victoria frustrados en Stalingrado primero, y luego en Kursk. en el verano de 1943, donde se emplearon muchos Ausf.J modernizados con el cañón largo L60, Ausf. L y Ausf. M, equipados con protección adicional.

Las últimas versiones del Panzer III, los Ausf.M y N, tenían una protección mejorada, mejores cañones y munición AP, concebidos para hacer frente a los últimos tanques rusos del Frente Oriental. El KwK L60 utilizado por los Ausf.L y M resultó insuficiente, y se planteó la idea de adaptar la torreta Panzer IV al chasis Panzer III, que resultó un fracaso. Sin embargo, los ingenieros de Daimler-Benz lograron montar el cañón de baja velocidad de 75 mm en la versión N, la última serie de este famoso linaje. La producción terminó en agosto de 1943. Para entonces, los tanques Ausf.J, L y M supervivientes más antiguos se emplearon en el frente italiano, junto con otros modelos veteranos, algunos de los cuales habían luchado desde 1941 en África. Los cañones largos y los de alta velocidad de boca, junto con proyectiles AP mejorados de tungsteno, el buen uso del terreno accidentado y el camuflaje de los veteranos curtidos, inmovilizaron los asaltos aliados en Italia hasta finales de 1944.

Unos pocos Ausf.J, L y M lucharon en cantidades limitadas en Normandía, pero sus movimientos se vieron limitados debido a la supremacía aérea aliada. Sin embargo, una vez más, el buen uso del bocage demostró que el Panzer III seguía siendo un rival para la mayoría de los tanques aliados. A fines de 1944, los Panzer III regulares ya no eran el grueso de las fuerzas blindadas alemanas. Y como la producción se había detenido antes, su número disminuyó aún más, y para el otoño de 1944, se calcula que 80 estaban operativos en el Frente Oriental. Para entonces, las nuevas generaciones de tanques estadounidenses, británicos y soviéticos habían cavado su tumba, pues el Panzer III había alcanzado sus límites.

Los últimos Panzer III lucharon en los Países Bajos (Market Garden), el norte de Italia (Línea Gótica) y en Prusia Oirental. Quizás un puñado aún luchó en los combates desesperados de marzo-abril de 1945. Otros se mantuvieron inactivos, en reservas operativas, en sectores tranquilos como Noruega u Holanda, hasta la capitulación. Los restantes fueron abandonados, inhabilitados y capturados. Terminaron en muchos museos de todo el mundo, como el museo de artillería del ejército de EE. UU., Bovington, Saumur y el Deutsches Panzermuseum, entre otros.