Publicado: Vie Feb 08, 2008 2:51 am
por Capitan Miller
Hombre, la verdad es que cada uno puede elegir la mejor manera de dejar de fumar, que para los gustos se hicieron los colores y la forma de palmar.

Sin embargo, y puestos a elegir, siempre preferiré no hacerlo convertido en pincho moruno por obra y gracia de una bayoneta, o fileteado por una katana, o de un tiro en la cara. Vamos, que me pueden ir esperando para enseñar un pañuelo blanco a un infante del Ejército Rojo en el baile de fin de curso de Kursk, o a un oficial japonés en el jardín de Okinawa, o a un paraca americano en las afueras de Carentán.

En lugar de ello preferiré sacar la vieja Colt 1911 y arrear al interfecto dos coces del calibre 45 en la barriga, y luego salir corriendo. Para rendirse siempre hay tiempo, pero hacerlo en mitad de un combate levantando las manos y gritando -no dispares- a un tio que no habla tu idioma y que aunque lo hablara le importaría un pijo lo que le dices, es la mejor manera de asegurarse un puesto fijo en las listas de gloriosos caidos por la patria.

No creo que dos kilos de más en un bolsillo -que el soldado puede ser de natural gañán pero con los tiros se aprende mucho si se vive lo suficiente y el de infantería ha aprendido que ciertas cosas cuanto menos se vean mejor- vengan mal a nadie si proceden de una pistola que te puede sacar de más de un apuro cuando pintan bastos y se ha repartido toda la baraja.

De acuerdo que esos dos kilos también se podrían sustituir por alguna lata que otra de sardinas en aceite, pan rancio y hasta otro cargador para el arma principal. Pero si además de la lata de sardinas Cuca y el cargador del fusil, subfusil, o lo que toque, se tiene una bonita pistola con siete pildoras del calibre 45, bueno, a lo mejor gracias a una de las píldoras resulta que sigues vivo otro día para comer sardinas o conseguir otro cargador.

Pero vamos, cada uno también puede elegir la manera de acabar una guerra. También llegado el caso es cuestión de gustos.

Saludos.