Publicado: Mar Oct 19, 2021 6:02 pm
La Lewis tiene la distinción de ser la primera ametralladora disparada desde un avión; el 7 de junio de 1912, el capitán Charles Chandler del US Army disparó un prototipo de la Lewis desde el reposapiés de un Wright Model B Flyer.
Las Lewis se utilizaron ampliamente en aviones británicos y franceses durante la Primera Guerra Mundial, ya sea como arma de observador o artillero o como arma adicional a los Vickers más comunes. La popularidad de la Lewis como ametralladora aérea se debió en parte a su bajo peso, al hecho de que estaba refrigerada por aire y de que utilizaba cargadores de tambor de 97 cartuchos. Debido a esto la Lewis se montó por primera vez en el Vickers FB5 "Gunbus", que probablemente fue el primer cazas de la historia cuando entró en servicio en agosto de 1914, reemplazando la ametralladora Vickers utilizada en versiones experimentales anteriores. También se instaló en dos ejemplares del Bristol Scout C por Lanoe Hawker en el verano de 1915, montado en el lado de babor y disparando hacia adelante y hacia afuera en un ángulo de 30 ° para evitar el arco de la hélice.
El problema de montar una Lewis para disparar hacia adelante en la mayoría de los cazas de configuración de tractor monomotor se debió al ciclo de disparo de cerrojo abierto del Lewis, que impedía que se sincronizara para disparar directamente hacia adelante a través del arco de hélice de dicho avión; sólo el inusual SPAD SA, que poseía una góndola de artillero delante de la hélice y los cazas británicos Vickers FB5, Airco DH2, Royal Aircraft Factory FE2 y FE8 podían usaron fácilmente el Lewis como armamento de fuego directo hacia adelante al comienzo de la guerra. Algunos cazas tractores monomotores británicos utilizaron un montaje Foster en el ala superior para disparar la Lewis por encima del arco de la hélice para disparos no sincronizados, incluidos losSE5 / SE5a y el Avro 504. Para el uso de observadores o artilleros traseros, la Lewis estaba montado en un anillo Scarff, que permitía girar y elevar el arma.
Hasta septiembre de 1916, los dirigibles Zeppelin eran muy difíciles de atacar con éxito a gran altura, aunque esto también hacía imposible un bombardeo preciso. Los aviones lucharon por alcanzar una altitud típica de 3.000 m, las Lewis resultaban ineficaces, pues sus balas sólo causaban pequeños agujeros que crearon fugas de gas intrascendentes. Gran Bretaña desarrolló nuevas balas, la Brock que contenía clorato de potasio, y la Buckingham llena de fósforo pirofórico, para prender fuego al hidrógeno del Zeppelin. Disponibles en septiembre de 1916, esa munición tuvo mucho éxito, y las Lewis cargadas con una mezcla de munición Brock y Buckingham se emplearon a menudo para reventar zepelines alemanes, otras aeronaves y globos Drache.
En los cazas franceses Nieuport 11 y 17 se montó una Lewis sobre el ala superior (de manera similar a la del SE.5a británico), a veces en una montura Foster, que permitía disparar directamente hacia adelante fuera del arco de la hélice. Fue su uso del arma de esta manera, en un Nieuport, lo que condujo a su posterior introducción en el S.E.5 / S.E.5a. El último Sopwith Dolphin, armado con dos Vickers sincronizadas justo delante del piloto y justo encima de su motor V-8, también podría usar una o dos Lewis montadas en la barra transversal delantera de su estructura cabane, entre los paneles superiores del ala. como medida anti-Zeppelin. Algunos de los Dolphins en uso con el Escuadrón 87 de la RAF en el verano de 1918, alternativamente, montaron sus Lewis gemelos encima de las alas inferiores justo dentro de los puntales del ala interior para un par adicional de ametralladoras que disparaban hacia adelante; sin embargo, en tal configuración no oficial, ni la limpieza de atascos de las armas ni el reemplazo del cargador eran posibles durante una misión.
Las Lewis también se llevaron como armas defensivas en los dirigibles británicos. Los de la clase SS llevaban un arma. Los dirigibles más grandes de la clase NS llevaban dos o tres en la cabina de control y algunos estaban equipados con una adicional y una posición de artillero en la parte superior de la bolsa de gas.
Las Lewis se utilizaron ampliamente en aviones británicos y franceses durante la Primera Guerra Mundial, ya sea como arma de observador o artillero o como arma adicional a los Vickers más comunes. La popularidad de la Lewis como ametralladora aérea se debió en parte a su bajo peso, al hecho de que estaba refrigerada por aire y de que utilizaba cargadores de tambor de 97 cartuchos. Debido a esto la Lewis se montó por primera vez en el Vickers FB5 "Gunbus", que probablemente fue el primer cazas de la historia cuando entró en servicio en agosto de 1914, reemplazando la ametralladora Vickers utilizada en versiones experimentales anteriores. También se instaló en dos ejemplares del Bristol Scout C por Lanoe Hawker en el verano de 1915, montado en el lado de babor y disparando hacia adelante y hacia afuera en un ángulo de 30 ° para evitar el arco de la hélice.
El problema de montar una Lewis para disparar hacia adelante en la mayoría de los cazas de configuración de tractor monomotor se debió al ciclo de disparo de cerrojo abierto del Lewis, que impedía que se sincronizara para disparar directamente hacia adelante a través del arco de hélice de dicho avión; sólo el inusual SPAD SA, que poseía una góndola de artillero delante de la hélice y los cazas británicos Vickers FB5, Airco DH2, Royal Aircraft Factory FE2 y FE8 podían usaron fácilmente el Lewis como armamento de fuego directo hacia adelante al comienzo de la guerra. Algunos cazas tractores monomotores británicos utilizaron un montaje Foster en el ala superior para disparar la Lewis por encima del arco de la hélice para disparos no sincronizados, incluidos losSE5 / SE5a y el Avro 504. Para el uso de observadores o artilleros traseros, la Lewis estaba montado en un anillo Scarff, que permitía girar y elevar el arma.
Hasta septiembre de 1916, los dirigibles Zeppelin eran muy difíciles de atacar con éxito a gran altura, aunque esto también hacía imposible un bombardeo preciso. Los aviones lucharon por alcanzar una altitud típica de 3.000 m, las Lewis resultaban ineficaces, pues sus balas sólo causaban pequeños agujeros que crearon fugas de gas intrascendentes. Gran Bretaña desarrolló nuevas balas, la Brock que contenía clorato de potasio, y la Buckingham llena de fósforo pirofórico, para prender fuego al hidrógeno del Zeppelin. Disponibles en septiembre de 1916, esa munición tuvo mucho éxito, y las Lewis cargadas con una mezcla de munición Brock y Buckingham se emplearon a menudo para reventar zepelines alemanes, otras aeronaves y globos Drache.
En los cazas franceses Nieuport 11 y 17 se montó una Lewis sobre el ala superior (de manera similar a la del SE.5a británico), a veces en una montura Foster, que permitía disparar directamente hacia adelante fuera del arco de la hélice. Fue su uso del arma de esta manera, en un Nieuport, lo que condujo a su posterior introducción en el S.E.5 / S.E.5a. El último Sopwith Dolphin, armado con dos Vickers sincronizadas justo delante del piloto y justo encima de su motor V-8, también podría usar una o dos Lewis montadas en la barra transversal delantera de su estructura cabane, entre los paneles superiores del ala. como medida anti-Zeppelin. Algunos de los Dolphins en uso con el Escuadrón 87 de la RAF en el verano de 1918, alternativamente, montaron sus Lewis gemelos encima de las alas inferiores justo dentro de los puntales del ala interior para un par adicional de ametralladoras que disparaban hacia adelante; sin embargo, en tal configuración no oficial, ni la limpieza de atascos de las armas ni el reemplazo del cargador eran posibles durante una misión.
Las Lewis también se llevaron como armas defensivas en los dirigibles británicos. Los de la clase SS llevaban un arma. Los dirigibles más grandes de la clase NS llevaban dos o tres en la cabina de control y algunos estaban equipados con una adicional y una posición de artillero en la parte superior de la bolsa de gas.