Publicado: Lun Feb 02, 2015 8:54 pm
por Wyrm
Volviendo al entrenamiento llevado a cabo en el Tank Destroyer Tactical and Firing Center, los candidatos llegaban desde unidades de caballería, artillería e infantería, por lo que la primera tarea fue crear un entrenamiento estándar para todos ellos, que comprendía el uso de armas cortas y explosivos antes de que comenzara el entrenamiento de cazacarros propiamente dicho.

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Entrada a Camp Hood
Fuente: http://www.bensavelkoul.nl/tank_destroyers_Story.htm

El entrenamiento de un batallón cazacarros al completo duraba en torno a los tres meses, e incluía cinco semanas de prácticas de tiro y artillería, seis semanas de tácticas, y una semana de acondicionamiento para el campo de batalla. El Tank Destroyer Tactical and Firing Center creó su propio método de acondicionamiento, que consistía en disparar a las tropas con fuego real pero no desde los flancos, que era lo común en los campos de entrenamiento, sino de frente; esto era más peligroso, pero también más realista y efectivo.

Además de entrenar los nuevos batallones cazacarros, en Camp Hood se estableció una escuela propia para candidatos a oficiales, y un centro de formación para futuros reemplazos. Un total de 5187 oficiales y más de 17.000 soldados se cualificaron en el centro, mientras que alrededor de 42.000 hombres pasaron por el centro de reemplazos y más de 5.000 oficiales (Alférez, 2nd Lieutenants) se graduaron en la escuela de oficiales de Camp Hood.
Además de estos datos individuales, en el Tank Destroyer Tactical and Firing Center se crearon dos Brigadas Cazacarros, veinticuatro Grupos Cazacarros y más de cien batallones.

Debido a esta cantidad de hombres y al aumento de responsabilidades, entre otras cosas, el Teniente Coronel Bruce fue ascendido a General de Brigada en Febrero de 1942 y a Mayor General en Septiembre de ese mismo año, y acabó cediendo el puesto al mando del Centro de Camp Hood al General Mayor Orlando C. Ward en Mayo de 1943, momento en que el Tank Destroyer Tactical and Firing Center llegó a su máximo apogeo, aunque poco después empezó su declive debido entre otras cosas al potencial militar estadounidense, que en la época del General Ward era bastante elevado, y a que el potencial blindado de alemania no era ya como el que había demostrado en los años 40 o 41.


En relación al equipamiento de los batallones cazacarros, el General Bruce quería adoptar más armas autopropulsadas, mientras que el General McNair continuó favoreciendo el arma remolcada. McNair insistió en que el cañón autopropulsado era demasiado grande como para ser ocultado fácilmente, lo que lo haría ser una plataforma de tiro inestable, menos fiable y más cara que el cañón antitanque remolcado. Sin embargo, y a pesar de las objeciones de McNair, el General Marshall favoreció la realización de experimentos con montajes autopropulsados. McNair accedió, pero nunca se llevó demasiado bien con las armas autopropulsadas.

Las especificaciones que Bruce ofreció para el cazacarros ideal fueron muy exigentes: un diseño simple, de bajo coste, producido en masa fácilmente, de peso ligero y alta movilidad, con una cañón de tres pulgadas, así como para tener una dotación de cinco personas. Sin embargo, los esfuerzos del Tank Destroyer Tactical and Firing Center para este diseño, encontraron fuerte resistencia en el Departamento de Artillería, que enfatizó sus propios diseños independientemente de los requisitos de Bruce.
Finalmente, a finales de 1942 Bruce obtuvo la aprobación para un diseño de cazacarros acorde a sus especificaciones. La nueva arma, diseñada desde cero, pues no era una modificación de un equipamiento existente, fue originalmente llamado T-42. Después de una serie de modificaciones, el T-42 fue finalmente designado como T-70, para más tarde ser denominado M-18, apodado Hellcat por su gran velocidad. Era un arma impresionante para los estándares de 1942, pero encontró el inconveniente de que no entró en producción hasta 1943.

Mientras tanto, los batallones de cazacarros tendrían que conformarse con vehículos que se pudieran producir con rapidez y, aunque lejos de ser los ideales, permitieran que la formación continuase con su doctrina de ataque. Así, contaban con los M-3, los M-6 o los M-10, entre otras armas cazacarro.

Algunos de los vehículos cazacarros