Publicado: Mar Feb 18, 2014 8:35 pm
por ratonerly
Tácticas de combate urbano

Introducción
Los combates urbanos no son nuevos, de hecho uno de los primeros escritos sobre las tácticas en estos escenarios data del escritor romano Flavius Vegetius Renatus (http://es.wikipedia.org/wiki/Vegecio). En el medioevo y la era Napoleónica también describen ejemplos de sangrientos combates y grandes masacres en las calles de poblados. Durante el siglo XIX fue que el arma de ingenieros de los Ejércitos se comenzó a encargar, no solo del armado y ataque de las fortificaciones, sino también del ataque y defensa de los edificios de uso civil.

En 1853, el teniente coronel (re) Joshua Jebb (http://en.wikipedia.org/wiki/Joshua_Jebb), trató de formular un acercamiento científico para la defensa de edificios y pueblos.
Las máximas de Jebb fueron:
    1. No se debe dejar fuerzas encerradas (en poblados o edificios) sin un propósito particular.
    2. Las fuerzas deben tener la posibilidad de recibir refuerzos y poder retirarse, ya que son cruciales para una defensa elástica.
    3. Los edificios que sean seleccionados para la defensa en función de un plan general, requieren de una gran preparación de estructuras y desarrollar un gran arte en el que el fin justifica los medios con tal de tener éxito.
Cuando se trataba de la defensa de un edificio, Jebb vio poca diferencia entre una iglesia, una fábrica o una casa de campo, todo se podría hacer defendible si se tuvieron en cuenta seis factores:
    1. El edificio debe comandar todo lo que lo rodea.
    2. La estructura debe ser importante y contar con todos los materiales necesarios.
    3. Su tamaño debe ser proporcional al número de defensores.
    4. Este debe tener proyecciones que sirvan para flanquear al enemigo que lo ataca
    5. El terreno por el cual deba avanzar el enemigo debe ser difícil, mientras que el defensor debe tener una ruta de escape segura.
    6. La situación debe ser acorde con el objetivo del destacamento que se encarga de la defensa.
En 1862, el mariscal de campo John F. Burgoyne (http://en.wikipedia.org/wiki/John_Fox_Burgoyne) publicó un enfoque mucho más realista, en el que se reconocía que el combate urbano era tumultuoso y había focos de insurrección, era muy difícil distinguir amigos de enemigos y las tropas eran reacias a respetar a las personas y las propiedades. La única manera satisfactoria de prevenirse de perder el control era no llevar al soldado a un poblado rebelde o enemigo hasta que estos tengan “completa autorización para actuar”. Donde hubiera una resistencia importante, el atacante utilizaría a los zapadores. La infantería trabajaría en pequeños destacamentos con mucho apoyo de otras armas y esta, a su vez brindaría la base de fuego para que los zapadores puedan ejecutar su tarea. Incluso, para Burgoyne, a veces la quema de toda una ciudad era preferible a atacarla.

Para la Primera Guerra Mundial, esta particular forma de combate ya tenía una larga historia y se hacía crucial tratar de decodificarla e integrarla al entrenamiento formal, porque a todas luces se preveía un incremento de este tipo de enfrentamientos en el futuro. Las granadas y los lanza-llamas ya eran parte del equipamiento estándar para los ingenieros. Para 1916, el British Army ya entrenaba a sus snipers en combates urbanos utilizando ambientes realísticos. Luego de la Guerra los instructores norteamericanos avanzaron en la idea e introdujeron el concepto de Hogan’s Alley (por ej: http://www.fbi.gov/about-us/training/hogans-alley) donde en un ambiente urbano aparecen figuras durante unos 3 segundos; el soldado tiene que identificarlos y determinar si es un blanco válido.

La última oportunidad real de refinar las técnicas de combate urbano fue en la Guerra Civil Española. Los métodos aprendidos en, por ejemplo, la defensa de Madrid, fueron enseñados a las fuerzas británicas y en las escuelas de Comandos por los veteranos de las Brigadas Internacionales.
Se sumo entonces, a la enseñanza de demoliciones, barricadas y tiro urbano, la interacción con los blindados, aviones y tácticas de guerrilla en ambientes urbanos. Para el infante, que tenía que enfrentar nuevas tecnologías, como los aviones y los tanques, la mejor chance que tenía para sobrevivir era la invisibilidad y los ámbitos urbanos eran ideales para ello. Ninguna maquinaria podía borrar del mapa un pueblo entero de un plumazo, y por tanto, aunque se destruyera una ciudad, los escombros y ruinas de esta aún podrían ser defendidos. Arrasar una ciudad, tomaría demasiado tiempo y para un ejécito moderno, en donde la velocidad es crucial, sería un lujo demorarse en ella.

La doctrina alemana
En las campañas de 1939-1940 los alemanes tuvieron relativamente pocas experiencias de lucha en ciudades. El cerco de Varsovia (http://ejercitopolacosegundaguerramundi ... mpana.html) y el ataque de Calais, que finalizó con la Operación Dinamo (o evacuación de Dunkerque), fueron excepcionales ya que ya se sabía que las operaciones en las calles de una ciudad son muy costosas, y se pueden extender al punto de que las fuerzas entrenadas para operaciones cortas no puedan ser sustentables. Sin embargo, la Ortskampf, ya tenía doctrina para el inicio de la guerra.

Idealmente, antes de comenzar una batalla, el poblado debería ser cercado y cortado el suministro eléctrico, de gas y agua. El objetivo principal del ataque debía dividir el área urbana en bolsas más pequeñas, para imposibilitarle al enemigo la libertad de movimiento. Las fuerzas deberían avanzar en la misma dirección utilizando calles paralelas y donde fuera posible capturar edificios aptos para el comando. Los ataques por los flancos o cambiar la dirección del ataque no estaban recomendados, para prevenir casos de “fuego amigo”. Los soldados debían avanzar por ambas veredas de las calles y lo más pegado posible a las construcciones, otros grupos deberían ir avanzando de casa en casa y por los techos. Los hombres de la acera opuesta cubrirían a sus camaradas observando techos, ventanas e intersecciones; donde se encontrara resistencia la sección LMG se ubicaría para ofrecer fuego de apoyo. Se desaconsejaba el uso de tanques dentro de las ciudades dado sus numerosos puntos ciegos. Una vez que se aseguraba una zona, ésta debía barrer sistemáticamente.

Imagen
Tropas alemanas avanzando en un pueblo cerca de Dunkerke. Fuente: http://www.rubben.be/vintagepictures/im ... ss-053.png

Imagen
Una MG en posición, para ofrecer fuego directo sobre una posición enemiga. En el Ostfront Fuente: http://albumwar2.com/wp-content/uploads ... 28x482.jpg

Los edificios donde hubiera una férrea resistencia, debían ser tratados como una fortificación por los “destacamentos de asalto”. Estas unidades ad-hoc se armaban con hombres seleccionados por su coraje, determinación y su condición física y liderados por un experimentado comandante de pelotón. Estos destacamentos, evolucionados de los “Sturmbataillone” de la IGM, cargaba un mínimo de equipos a fin de facilitar su movilidad y rapidez. Estos destacamentos se separaban en diferentes grupos de acurdo a la tarea, por ejemplo: cortar alambres, crear una cortina de humo, destruir un emplazamiento de armas y proveer fuego de apoyo. Los destacamentos de asalto probaron ser muy exitosos y rápidamente fueron emulados por todos los ejércitos (Los soviéticos también reclaman su cuota-parte en la invención de esta táctica).

Cuando las tropas germanas se encontraran en defensa el mejor plan consistía en no reforzar el perímetro, donde algunos puntos fuertes podrían ubicarse, sino concentrar las fuerzas en el centro del poblado. Esos puntos fuertes en el perímetro, luego podrían amenazar los flancos del enemigo si éste ingresó al pueblo. Los edificios importantes no debían protegerse desde dentro del mismo, sino desde su periferia, así los bombardeos enemigos no dañarían a muchos de los defensores. Una vez que el asalto enemigo fuera lanzado, se trataría de separarlo en pequeños grupos y tratar de destruirlos mediante un contra-ataque por los flancos. En la preparación de un edificio individual, se abrirían todas las ventanas y se crearían troneras en el techo y algunas paredes. Los defensores dispararían desde atrás de las habitaciones (es decir, que no se apostarían sobre las aberturas), los francotiradores se podrían instalar sobre los techos utilizando las chimeneas como cobertizos. Las barricadas debían ser cubiertas por el fuego de posiciones previamente establecidas. Si todavía se disponía de la energía eléctrica, durante la noche se encenderían todas las disponibles para hacer los ataques por sorpresa más difíciles.

Imagen
Ilustración de una lucha casa por casa en el frente Este. Fuente: http://25.media.tumblr.com/tumblr_m6t3h ... 1_1280.jpg

En construcciones aisladas, como granjas, el tratamiento que hace el “Der Feuerkampf der Schutzenkompanie” (1940) es diferente. En estos casos, el mejor plan sería ubicar la sección unos metros por detrás de la estructura, mientras que el comandante se encuentra en una posición avanzada de observación. De esta manera se esperaba que el enemigo creyera que la residencia estaba vacía, y permitiría tomarlos por sorpresa.

La doctrina británica
La concepción británica inicial, al igual que la teutona, era que la “Street Fighting” no era deseable. El “Infantry Section Leading” (1938) decía que la lucha casa por casa era sumamente difícil para el atacante y que el factor decisivo de éxito eran los comandantes de las secciones. La lucha en las ciudades no era considerada como parte principal de un asalto sino como la tarea de limpieza luego del ataque. Ante la eventualidad de tener que avanzar a través de un poblado, se recomendaba a las tropas avanzar sobre la vereda derecha, que se suponía la más segura, dado que para un tirador diestro sería más difícil disparar sin ser visto. Cuando fuera posible, se debía ubicar la LMG para que pudiera cubrir el avance del resto de la sección. Las formaciones variaban de acuerdo a las circunstancias, pero el mejor plan era enviar a 2 scouts adelante mirando ventanas y techos, y en cuanto hicieran contacto, dispararían. Cerrando el avance, se dejaban otros 2 hombres que hacían el mismo trabajo que los 2 de adelante. Para retirarse, la manera aconsejada era abandonar todos juntos la posición a través de los patios de las casas.

Para forzar una casa las armas principales eran las granadas de mano y los morteros de 2”. Las casas debían ser limpiadas sistemáticamente, teniendo especial cuidado en los sótanos. Antes de entrar, cada hombre de la sección debía saber su tarea. Cualquier demora en los pasillos se podría pagar caro.

Imagen
3 Comandos en un pueblo. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/c ... rchery.jpg

Una nota en la que se hacía especial énfasis, es en que los destacamentos de asalto no podían capturar prisioneros, dado que era fácil escaparse o que el prisionero causara algún daño a sus captores. Más aún, en la lucha urbana no se pueden utilizar hombres para la escolta de los prisioneros.

A la hora de defender construcciones, se ocupaban los techos y sótanos, se barricaban las puertas, pero siempre dejando una salida segura en caso de urgencia. Idealmente, los edificios ocupados se deberían proteger mutuamente. Si el tiempo lo permitía, se abrían troneras en las paredes, se tapiaban las ventanas con bolsas de arena y se abrían brechas en las paredes medianeras para poder trasladarse sin exponerse en el exterior.

La idea básica en el “Army Training Memorandum No. 23” (1939), era establecer una defensa independiente y bloqueando el acceso a los tanques enemigos, a su vez debían limitar las oportunidades de contra-ataques enemigos. Se consideraba particularmente ventajoso ubicar las HMG en el perímetro y las LMG en profundidad, lo cual detendría un intento de ingreso. El corazón de la defensa se establecería en el centro mismo del poblado, utilizando sus edificios más altos para observación, comando y control. Las construcciones de las periferias no se utilizarían dado que suelen atraer el fuego enemigo, pero si se podrían trampas en ellas.

Establecer una buena defensa de un poblado requiere tiempo y mano de obra. Las tareas básicas recaerían en los zapadores, mientras que los ingenieros harían la parte más técnica. Por ej: los zapadores se encargarían de establecer los sitios de las HMG y LMG, cavar trincheras, poner barricadas; mientras que los ingenieros se dedicarían a la fortificación de posiciones, construir puestos de observación y mando, demoliciones, asegurar el suministro de agua, poner trampas caza-bobos.

La doctrina norteamericana
Probablemente eran los Marine Corps quienes estaban mejor preparados para los combates urbanos, pero su doctrina indicaba que era muy alta la probabilidad de disturbios civiles dado los teatros de operaciones donde intervinieron. En los meses posteriores a la caída de Francia el cuerpo de Ingenieros lucho para cambiar esa percepción, indicando que una de las máximas para el MOUT (Military Operations in Urban Terrain) era la cooperación extrema entre los miembros del equipo. Los zapadores eran una parte crucial para el equipo, pero no los ingenieros. No fue hasta entrado el año 1941 que la US Engineer School formó comités para el estudio del tema.

Imagen
MOUT Training en Fort Devens. Fuente: http://www.qmmuseum.lee.army.mil/mout/Uo_Devens_44.jpg

Referencias
“WWII Street-fighting Tactics” de Stephen Bull
http://www.lonesentry.com/articles/ttt0 ... reets.html
http://www.lonesentry.com/articles/ttt0 ... hting.html
http://www.lonesentry.com/articles/ttt0 ... hting.html
http://www.lonesentry.com/articles/ttt0 ... hting.html