Publicado: Sab Dic 23, 2006 10:40 am
por Domper
Varias cosas:

Efectivamente, Roosevelt quería ir a la guerra. Hay testimonios más que sobrados, por si no bastasen las provocaciones estadounidenses en el Atlántico. La clave era que el presidente norteamericano había apreciado que las ambiciones de los estados fascistas (especialmente Alemania, pero también Japón) eran ilimitadas. Mejor ir a la guerra en medianas condiciones en 1942, que en muy malas en 1947.

Por otra parte, tampoco hay dudas, salvo para algunos revisionistas, sobre la sorpresa que supuso Pearl Harbor. Puede criticarse a los mandos norteamericanos por no haberlo previsto (aunque también hay que pensar que los japoneses buscaban eso, la sorpresa) pero de nuevo hay testimonios de cómo se sorprendieron ante las noticias: esperaban un ataque en Filipinas o en Malasia, no en las Hawai.

Incidentalmente: si Japón necesitaba destruir a la flota norteamericana ¿qué hace pensar que en San Diego estaría segura? En California también había una colonia japonesa muy numerosa (con potenciales informadores), San Diego está en la costa de un océano, y la sorpresa de Pearl podría haberse reproducido en esa costa. Otra alternativa hubiese sido desembarcar en Hawai, ahora sin una flota que las protegiese.

Sobre la eficacia del ataque a Pearl, si no lo fue más se debió a errores de Yamamoto y de Nagumo:

- Objetivos clave, tan importantes como los barcos, no fueron atacados: especialmente los depósitos de combustible (que estaban expuestos y al lado de la rada, fueron sobrevolados continuamente por los japoneses) y las instalaciones de la base naval: diques secos, talleres de reparación, etcétera: por ejemplo, un ataque al dique seco en el que se encontraba el Pennsylvania hubiese acabado con el acorazado (pero no se atacaron las compuertas sin los barcos que estaban dentro). Eso es achacable a un defectuoso reconocimiento.

- Tampoco fueron atacados objetivos tan valiosos o más que los acorazados, especialmente los cruceros, que eran los más modernos de la flota, ni los destructores o los submarinos.

- El ataque fue desorganizado. Unos pocos cazas inferiores (P-36 y P-40C) despegando aislados fueron capaces de acabar con veinte aviones japoneses, el 7% de la fuerza atacante. No se atacaron objetivos de oportunidad (Fuchida vio los depósitos expuestos durante el segundo ataque, pero no pudo enviar ninguna fuerza contra ellos). No se previó la búsqueda de buques en alta mar.

- Nagumo falló en la operación: no lanzó un tercer ataque contra la base (ni un cuarto, quinto o sexto), no buscó otras agrupaciones (lo que salvó a la de Halsey, con el Enterprise), etcétera. Pero en parte, era achacable a Yamamoto, que ni le había dado medios (hay que recordar que Japón tenía otros tres portaaviones en servicio en esa época) ni le había dado órdenes.

Si algo se sabía (y quedó demostrado en batallas posteriores) es que para que un ataque obtenga resultados debe ser persistente. Supongamos que Nagumo permanece en las cercanías de las Hawai. Sus barcos apenas corrían riesgos (y si los corrían ¿de qué había servido el entrenamiento) y podría haber efectuado un "barrido" del tipo del que hizo en Ceilán y el golfo de Bengala, atacando a la navegación civil y a los buques que encontrase en alta mar. Los norteamericanos podrían oponer, como mucho, tres portaaviones (de hecho, sólo dos, y muy separados), y se supone que las fuerzas aéreas de Hawai habían sido destruidas.

- Una consideración de Yamamoto y de Nagumo era la escasez de pilotos adiestrados. Japón entró en guerra con poco más de un millar de aviadores navales entrenados, los que consiguieron las grandes victorias de los meses siguientes. Pero cuando caían, no había reemplazos: por ejemplo: durante la batalla del Mar del Coral, un grupo de cruceros pesados norteamericanos (al mando del contraalmirante Grace) fue descubierto y atacado, sin oposición, por bimotores torpederos (G3M y G4M, los mismos que habían hundido al Prince of Wales y al Repulse). Pero no consiguieron torpedear ningún buque. Esos cruceros serían los que obligarían al convoy japonés que se dirigía a Port Moresby a retirarse, e hicieron fracasar la operación japonesa ¿qué había pasado? Pues que en Febrero de 1942 el portaaviones norteamericano Lexington había intentado atacar Rabaul, descubierto, se lanzaron contra él los torpederos de largo radio de acción, pero fueron interceptados y derribados casi todos. Ahí se perdieron unos aviadores insustituibles, pues se pudo fabricar aviones, pero no se tenían más pilotos veteranos.

Eso es achacable directamente a Yamamoto, que en su empecinamiento con la guerra corta no lanzó un programa masivo de entrenamiento de aviadores (que USA había emprendido ya en 1940).


Aparte de eso, otras consideraciones:

- Como ya he dicho, los norteamericanos no necesitaban ser derrotados. Si realmente sabían que Nagumo iba a atacar Pearl, podían alertar la base (o poner unos submarinos en el lugar adecuado), derrotar a los atacantes, y conseguir al mismo tiempo la victoria moral (los japoneses son unos traidores pero también tontos, verán lo que es bueno) y militar.

- Lo de los portaaviones… dependió de factores que no estaban en manos de los norteamericanos. El Lexington y el Enterprise habían partido para enviar aviones de caza a aeródromos de atolones (Wake y Midway), y debían haber vuelto el sábado por la tarde, para dar descanso a sus tripulaciones. Pero el mismo frente tormentoso que ocultó la aproximación japonesa retrasó el regreso de los portaaviones a Pearl. Luego poca premeditación y mucha chiripa.

- Para acabar, sobre Richardson: ¿seguro que era tan bueno? Porque ni supo acatar las órdenes de sus superiores (y adaptarse a ellas), ni dio importancia a las defensas de la base naval. Especialmente, consideró que no eran necesarias las redes antitorpedos, dado el escaso fondo de la base (mayor que el de Tarento) y a que supondrían un estorbo. La destitución de Richardson y luego de Kimmel permitió el ascenso de Nimitz, un almirante excepcional.